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sábado, 29 de enero de 2005

Happy Mondays are back!

Hoy por la mañana recibí una carta de un cercano amigo que reside en Barcelona, en el paquete venía una revista de un evento de allá llamado Razzmatazz. En fin, lo interesante de todo esto es que en Diciembre se presentaron en aquel festival los Happy Mondays, motivo por el cual publican un interesante artículo sobre ellos que a continuación reproduzco para vuestro deleite.

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Reactivados de nuevo desde sus últimos conciertos en 2000, de los que renacieron con puntuales shows el pasado verano, Happy Mondays coronarán la onomástica de nuestra querida sala con su mezcla de psicodelia sixtie, funk de los setenta y dance ochenteno. Un pedazo de historia al alcance de nuestras manos y el regreso de una banda que inspira como pocas el espíritu de Razzmatazz. Desdse que el grupo empezara su andadura a mediados de los ochenta, la influencia de su collage rock’n’house no ha parado de crecer. Con unos compañeros de generación que vivían casi tan deprisa como ellos (The Stone Roses, New Order, The Farm, The Charlatans, Inspiral Carpets, Primal Scream), estos bravos genios dibujaron un extasiado caleidoscopio de neo-psicodelia y alucinaciones al que dieron forma con su irreverencia y sus escándalos, pero sobretodo con sus canciones. Álbumes como “Squirrel and G-Man Twenty Tour Hour Party People Plastic Face Cant Smile (White Out)” (Factory, 1987), “Bummed” (Electra, 1988) y, sobre todo, “Pills’n’Thrills and Bellyaches” (Electra, 1990) les convirtieron en una de las primeras bandas de rock en utilizar técnicas de hip-hop para una música preñada de beats surrealistas. El peso de su popularidad y creatividad inundó de tal forma el rock’n’roll británico de los noventa que grupos como The Chemical Brothers y Oasis no serían nada sin ellos. Después de haber conseguido guiñar un ojo a la bizarra cultura pop, sus principales cabecillas formarían Black Grape, pero ese es otro viaje.

Ellos supieron rodearse de manos maestras como John Cale (The Velvet Underground), Joe Strummer (The Clash), Paul Oakenfold, o Tina Weymouth y Chris Frantz (Talking Heads), pero el hedonista y nocturno espíritu del grupo siempre anidó en Shaun Ryder, un talentoso y surrealista “dancewriter” que no se ruborizaba al robar y mutilar canciones de otros artistas. Celebrando arrítmicamente la espiral de sexo, drogas, violencia y trabajos de mierda que les rodeaban, los Happy Mondays se evadían de la dopada realidad festejando un nuevo estilo de vida, excesos mediante. De este modo, Manchester se convirtió en Manchester y ellos fueron los instigadores más genuinos de la diversión tal como hoy la conocemos. Simplemente su legado representa un momento irrepetible de la historia de la música: aquel en el que descubrimos cómo combatir la desidia de los comienzos de semana.

miércoles, 19 de enero de 2005

REVOLUCIÓN!!!!

Manifiesto contra la pobre visión que quieren imponer

Con las siguiente líneas no queremos generar ningún tipo de controversia, tan sólo dejar en claro nuestras ideas y conceptos en torno al Arte.

Si nuestra meta fuera ser reconocidos en el medio como los “grandes artistas”, no arriesgaríamos nuestra vida haciendo el tipo de Arte que estamos desarrollando, tan difícil y caro de comunicar. Tal vez seamos muy impetuosos en nuestras opiniones y pensamientos pero lo hacemos únicamente atendiendo al deseo de ser consecuentes con lo que sentimos. Para todos nosotros la “vanguardia” es una palabra como tantas otras.

Hoy por hoy, sería un craso error considerar vanguardista a Stockhausen o a Cage –personajes que ustedes tanto nombran. Lo que nosotros estamos creando/produciendo/disfrutando no es lo mismo que hicieron aquellos, ni pretende serlo. Ello es obvio: no empleamos las mismas fórmulas, no tenemos los mismos conocimientos, no utilizamos las mismas máquinas.

Queremos que nuestro Arte sea realmente original. El fortuito hecho que conozcamos, por cultura general, algunos de los referentes que ustedes mencionan no significa que queramos ser emparentados con ellos. Nosotros somos otros y nuestro temperamento es distinto.

Sentimos que un síntoma del sub-desarrollo que aflige a algunas sociedades es el creer que sólo los occidentales o extranjeros tienen el privilegio o potestad de crear y trascender. ¡No olviden Caral!
Deseamos, por fin, dar por acabada esta discusión y desterrar los prejuicios que puedan haberse generado.

Un saludo a todos los ciudadanos del Universo,

Renato Alvarado.
Iván Arauco.
Luis Durand.
Wilder Gonzales.
Jonathan Siveroni.

Comentario sobre el Ejercicios en Interzona # 12

PARURO/CHEFKIRK/SHHH
Ejercicios de Desolación Artificial 2

Aloardí


Desde su presentación, empaquetamiento y diseño hasta por supuesto los sonidos verdaderamente desconcertantes que emergen de ellos, cada lanzamiento de esa fabulosa anomalía que es Aloardí Discos representa un desafío cuestionador de nuestros hábitos mismos de escucha, hasta de nuestra percepción del disco como una realidad física. Esta nueva manifestación de la serie split Ejercicios de Desolación Artificial iniciada por Galarreta y el argentino Pablo Reche el año pasado vuelve a plantear una hipótesis irresistible: primero, dar cabida a las más ensordecedoras y nocivas tajadas de sonido taladrador y, segundo, establecer lazos descentralizadores con actos afines de otros puntos del planeta tradicionalmente ajenos/marginados de la esfera de acción habitual (llamémosle vilmente mercado, también, si se quiere) de los practicantes de esta acre electrónica auralmente extremista. Es decir, music is a better noise, como dirían los X-Ray Spex, que surge heroicamente de puntos del planeta que no son Japón o Austria o Inglaterra, donde insólitamente este tipo de sonidos ha logrado posicionarse en un mercado moderadamente lucrativo asociado a festivales avant con fondos gubernamentales y becas de la institucionalidad cultural-artística para financiar cómodas carreras musicales.

Además del atronador vortex licúa-tímpanos que orquestan Paruro, de estos
pagos, Chefkirk del DIY gringo y Shhh, de, insólitamente, Puerto Rico (me imagino estos ruidos crispados en un spot turístico cliché de la isla encanto –atentos, ministerios del ramo), hay aquí un aspecto de creación heroica que es casi militante: en un acto prácticamente situacionista de detournment (tomar una imagen pre-establecida de la iconografía cultural y resemantizarla subversivamente neutralizando su intención política original), una expresión artística de raigambre apolínea-occidental se revitaliza con una inyección de inventiva, anti-institucionalidad y expresionismo urgente-emergente asociado en el caso de Paruro y Shhh a la experiencia urbana distópica latinoamericana. Este es un arte hecho a espaldas de la oficialidad datanoise, en verdad una bestia ya bastante redomada/adocenada en el primer mundo. Las catastróficas colisiones de frecuencias que encuentra Paruro en el corazón de desentrañado de sus máquinas intervenidas (una versión particular del mito prometeico/órfico aplicada a la música contemporánea), desde el inusual pulso rítmico con que se abre su tema hasta el malsano maelstrom de salvajismo y decibeles atormentados que lo cierra son percibidas en ese sentido como una declaración de principios acerca del derruido paisaje de Lima Profunda, no la de los monstruosos leviatanes arquitectónicos de consumo ciego y enajenante, sino la de (como el nombre de este acto explicita) las calles palpablemente viscosas del centro, la de la entropía apocalíptica hecha pan de cada día, la de las paredes envilecidas por el abandono y recubiertas por el beso lóbrego de la contaminación. El vómito negro que es la Lima de hoy palpita vívidamente en “Intervención al sonido # 2” (registrada en vivo, además) y es uno de los méritos indiscutibles de este pequeño disco (20 minutos), opacando inclusive a sus acompañantes (la paradójica serenidad que se desprende de los rescoldos sónicos de la poética “Sin Consuelo”, de Shhh es también destacable). A algunos quizá esto les sepa a ruido descabellado, gratuito e impasable –¿lo será?, ¿será eso relevante?, ¿no es más bien tóxica y ofensiva la falta de sentido último de las zombies músicas regimentadas que expele/expende la “industria”? La anecdótica instrucción al aprendiz zen –quedarse mirando la pared indefinidamente hasta hacer hablar al vacío en él- es la lección de este disco: descubrir los patrones detrás del incesante, superficialmente aleatorio chisporrotear de circuitos, filamentos y procesos informáticos. Justamente ilustra esta idea el micrófono ritual que retroalimenta una señal vacía a la radio que reacciona convulsivamente en la música de Paruro –dejemos que la nada aúlle.


MARCO RIVERA.

lunes, 3 de enero de 2005

Año nuevo, Disco nuevo

Ha comenzado un nuevo año y, al mismo tiempo, estoy algo contento pues mi proyecto con Lunik, The Electric Butterflies, acaba de publicar su primer álbum: “Colourful Waves”. Se trata de un disco de psicodelia avantgarde y space-rock. Estamos seguros que será uno de los mejores álbumes de este 2005.

No puedo estar completamente feliz pues a fines del 2004 me dejó mi señora madre. Ella era una persona que me apoyaba mucho en esto del arte, la música y la literatura, tanto material como espiritualmente. Ahora sólo me queda recordarla.

Espero que este año mi sello Superspace Records se mantenga bien activo. Por lo pronto, tras este álbum de los Electric Butterflies viene la reedición del split que Evamuss y Fractal sacaramos en 1998: “Alustru (bla)3” y que recibiera buenos comentarios de la crítica alternativa.

2005 allá vamos.

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PROMO DEL CD DE FRACTAL

barbarismos

barbarismos
El Comité empezó a ser acosado por la policía. Hipólito Salazar, que había fundado la Federación Indígena Obrera Regional Peruana, fue deportado. Urviola enfermó de tuberculosis y falleció el 27 de enero de 1925. Cuando enterraron a Urviola varios dirigentes de la Pro-Derecho Indígena Tahuantinsuyo no pudieron asistir a su velatorio en el local de la Federación de Choferes, en la calle Sandia. El sepelio fue multitudinario. Los ejércitos particulares de los hacendados se dedicaron a quemar las escuelas que el Comité había abierto en diversos puntos del interior del Perú y persiguieron también a sus alumnos y profesores. Antes de la sublevación de Huancané de 1923, fusilaron a tres campesinos de Wilakunka solo porque asistían a una de estas escuelas. El año siguiente, durante una inspección que realizó a las comunidades de Huancané, el Obispo de Puno, Monseñor Cossío, constató la acción vandálica de los terratenientes que habían incendiado más de sesenta locales escolares. No contentos con quemar las escuelas que organizaba el Comité y asesinar a sus profesores o alumnos, los gamonales presionaron a las autoridades locales para que apresen a los delegados indígenas y repriman a los campesinos que los apoyaban. Entre 1921 y 1922, diversos prefectos y subprefectos perpetraron crímenes y atropellos. Hubo casos donde fueron los mismos gamonales los que se encargaron de asesinar a los delegados de la Pro-Derecho Indígena Tahuantinsuyo. Domingo Huarca, delegado de los comuneros de Tocroyoc, departamento del Cusco, quien había estado en Lima tramitando memoriales, fue brutalmente asesinado. Los gamonales primero lo maltrataron, después le sacaron los ojos y finalmente lo colgaron de la torre de una iglesia. Vicente Tinta Ccoa, del subcomité de Macusani, en Puno, que fue asesinado por los gamonales del lugar. En agosto de 1927, la Pro-Derecho Indígena Tahuantinsuyo dejó de funcionar luego que, mediante una resolución suprema, el gobierno de Leguía prohibió su funcionamiento en todo el país. Gran parte de la promoción de líderes indígenas que se forjó con la Pro-Derecho Indígena Tahuantinsuyo engrosó los nuevos movimientos sociales que iban a desembocar en la formación del Partido Comunista y el Partido Aprista. Fueron los casos de Ezequiel Urviola, Hipólito Salazar y Eduardo Quispe y Quispe, que fueron atraídos por la prédica socialista de José Carlos Mariátegui; o de Juan Hipólito Pévez y Demetrio Sandoval, que se acercaron a Víctor Raúl Haya de la Torre y el Partido Aprista. En 1931, después del derrocamiento de Leguía y la muerte de Mariátegui, el Partido Socialista, convertido en Partido Comunista, lanzó la candidatura del indígena Eduardo Quispe y Quispe a la Presidencia de la República. HÉCTOR BÉJAR.

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realismo capitalista peruano, ¡ja, ja!

rojo 2

es más fácil imaginarse el fin del mundo que el fin del capitalismo

En tercer lugar, un dato: una generación entera nació después de la caída del Muro de Berlín. En las décadas de 1960 y 1970, el capitalismo enfrentaba el problema de cómo contener y absorber las energías externas. El problema que posee ahora es exactamente el opuesto: habiendo incorporado cualquier cosa externa de manera en extremo exitosa, ¿puede todavía funcionar sin algo ajeno que colonizar y de lo que apropiarse? Para la mayor parte de quienes tienen menos de veinte años en Europa o los Estados Unidos, la inexistencia de alternativas al capitalismo ya ni siquiera es un problema. El capitalismo ocupa sin fisuras el horizonte de lo pensable. Jameson acostumbraba a detallar con horror la forma en que el capitalismo penetraba en cada poro del inconsciente; en la actualidad, el hecho de que el capitalismo haya colonizado la vida onírica de la población se da por sentado con tanta fuerza que ni merece comentario. Sería peligroso y poco conducente, sin embargo, imaginar el pasado inmediato como un estado edénico rico en potencial político, y por lo mismo resulta necesario recordar el rol que desempeñó la mercantilización en la producción de cultura a lo largo del siglo XX. El viejo duelo entre el détournement y la recuperación, entre la subversión y la captura, parece haberse agotado. Ahora estamos frente a otro proceso que ya no tiene que ver con la incorporación de materiales que previamente parecían tener potencial subversivo, sino con su precorporación, a través del modelado preventivo de los deseos, las aspiraciones y las esperanzas por parte de la cultura capitalista. Solo hay que observar el establecimiento de zonas culturales «alternativas» o «independientes» que repiten interminablemente los más viejos gestos de rebelión y confrontación con el entusiasmo de una primera vez. «Alternativo», «independiente» yotros conceptos similares no designan nada externo a la cultura mainstream; más bien, se trata de estilos, y de hecho de estilos dominantes, al interior del mainstream.
Nadie encarnó y lidió con este punto muerto como Kurt Cobain y Nirvana. En su lasitud espantosa y su furia sin objeto, Cobain parecía dar voz a la depresión colectiva de la generación que había llegado después del fin de la historia, cuyos movimientos ya estaban todos anticipados, rastreados, vendidos y comprados de antemano. Cobain sabía que él no era nada más que una pieza adicional en el espectáculo, que nada le va mejor a MTV que una protesta contra MTV, que su impulso era un cliché previamente guionado y que darse cuenta de todo esto incluso era un cliché. El impasse que lo dejó paralizado es precisamente el que había descripto Jameson: como ocurre con la cultura posmoderna en general, Cobain se encontró con que «los productores de la cultura solo pueden dirigirse ya al pasado: la imitación de estilos muertos, el discurso a través de las máscaras y las voces almacenadas en el museo imaginario de una cultura que es hoy global». En estas condiciones incluso el éxito es una forma del fracaso desde el momento en que tener éxito solo significa convertirse en la nueva presa que el sistema quiere devorar. Pero la angustia fuertemente existencial de Nirvana y Cobain, sin embargo, corresponde a un momento anterior al nuestro y lo que vino después de ellos no fue otra cosa que un rock pastiche que, ya libre de esa angustia, reproduce las formas del pasado sin ansia alguna.
La muerte de Cobain confirmó la derrota y la incorporación final de las ambiciones utópicas y prometeicas del rock en la cultura capitalista. Cuando murió, el rock ya estaba comenzando a ser eclipsado por el hiphop, cuyo éxito global presupone la lógica de la precorporación a la que me he referido antes. En buena parte del hip hop, cualquier esperanza «ingenua» en que la cultura joven pueda cambiar algo fue sustituida hace tiempo por una aceptación dura de la versión más brutalmente reduccionista de la «realidad». «En el hip hop», escribió SimonReynolds en su ensayo de 1996 para The Wire :
«Lo real» tiene dos significados. En primer lugar, hace referencia a la música auténtica que no se deja limitar por los intereses creados y se niega a cambiar o suavizar su mensaje para venderse a la industria musical. Pero «real» también es aquella música que refleja una «realidad» constituida por la inestabilidad económica del capitalismo tardío, el racismo institucionalizado, la creciente vigilancia y el acoso sobre la juventud de parte de la policía. «Lo real» es la muerte de lo social: es lo que ocurre con las corporaciones que, al aumentar sus márgenes de ganancia, en lugar de aumentar los sueldos o los beneficios sociales de sus empleados responden […] reduciendo su personal, sacándose de encima una parte importante de la fuerza de trabajo para crear un inestable ejército de empleados freelance y demedio tiempo, sin los beneficios de la seguridad social.


MARK FISHER.

perú post indie

Haz el ejercicio de pasear una tarde por la plaza del Cuzco, siéntate a la vera de su fuente y distinguirás entre cuzqueños, entre las decenas de argentinos hippies (muchos realmente insoportables), unos cuantos chilenos y de esa pléyade de "gringos" -que vienen dispuestos a ser estafados, bricheados, etc-, a unos curiosos especímenes: los limeños.
Contrariamente a lo que creemos los hijos de esta tierra, lo primero que nos delatará será nuestro "acento". Sí, querido limeño, tenemos acento, un acentazo como doliente, como que rogamos por algo y las mujeres, muchas, además un extraño alargamiento de la sílaba final. Pero lo que realmente suele llamarme la atención es la manera como nos vestimos para ir al Cuzco, porque, el Cuzco es una ciudad, no el campo. Tiene universidades, empresas, negocios, etc. Siin embargo, casi como esos gringos que para venir a Sudamérica vienen disfrazados de Indiana Jones o su variante millenial, nosotros nos vestimos como si fuésemos a escalar el Himalaya. Ya, es verdad que el frío cuzqueño puede ser más intenso que el de la Costa -aunque este invierno me esté haciendo dudarlo- pero echa un vistazo a todo tu outfit: la casaca Northfake, abajo otra chaquetilla de polar o algo así de una marca similar, las botas de montañista, tus medias ochenteras cual escarpines, todo...
Y es que esa es la forma como imaginamos la Sierra: rural, el campo, las montañas, aunque en el fondo no nos movamos de un par de discotecas cusqueñas. Es decir, bien podrías haber venido vestido como en Lima con algo más de abrigo y ya; pero no, ir al Cuzco, a la sierra en general es asistir a un pedazo de nuestra imaginación geográfica que poco tiene que ver con nuestros hábitos usuales del vestido, del comportamiento, etc. Jamás vi en Lima a nadie tomarse una foto con una "niña andina" como lo vi en Cuzco y no ha sido porque no haya niños dispuestos a recibir one dollar por una foto en Lima, pero es que en Cuzquito (cada vez que escucho eso de "Cuzquito" me suda la espalda) es más cute. Ahora, sólo para que calcules la violencia de este acto, ¿te imaginas que alguien del Cuzco -Ayacucho, Huancavelica, Cajamarca o hasta de Chimbote- viniese y te pidiera tomarse una foto con tu hijita, tu sobrino, o lo que sea en Larcomar para subirlo a Instagram o al Facebook? ¿Hardcore, no?


FRED ROHNER
Historia Secreta del Perú 2

as it is when it was

sonido es sonido

sonido es sonido

pura miel

nogzales der wil

RETROMANÍA

"...Pero los 2000 fueron también la década del reciclado rampante: géneros del pasado revividos y renovados, material sonoro vintage reprocesado y recombinado. Con demasiada frecuencia podía detectarse en las nuevas bandas de jóvenes, bajo la piel tirante y las mejillas rosadas, la carne gris y floja de las viejas ideas... Pero donde lo retro verdaderamente reina como sensibilidad dominante y paradigma creativo es en la tierra de lo hipster, el equivalente pop de la alta cultura. Las mismas personas que uno esperaría que produzcan (en tanto artistas) o defiendan (en tanto consumidores) lo no convencional y lo innovador: ese es justamente el grupo más adicto al pasado. En términos demográficos, es exactamente la misma clase social de avanzada, pero en vez de ser pioneros e innovadores han cambiado de rol y ahora son curadores y archivistas. La vanguardia devino en retaguardia." SIMON REYNOLDS Retromanía

kpunk

las cosas como son

las cosas como son

las cosas como son II

las cosas como son II