Por Psicólogo Salvador Carrillo M.
El sonido ha atraído a la humanidad desde sus inicios como instrumento para modificar la conciencia. Está el sonido del tambor del chamán así como el sonido que transporta la palabra. Es decir, hay dos tipos de sonido que modifican la conciencia: Uno que alberga un contenido que me remite a un mensaje léxico y otro que comunica desde fuera del lenguaje un mensaje.
Las composiciones musicales, si deseamos, podríamos separarlas en 2 tipos: Con letra y sin letra. En la composición musical con letra hay un doble mensaje que se influyen entre sí, un mensaje sonoro léxico como no léxico. Por ejemplo, una niña diciendo cosas dulces y música suave de fondo me induce a la ternura, mientras que la misma niña diciendo lo mismo pero con música estridente de fondo me induce a toda una serie de emociones diferentes. Por otra parte, la composición musical sin letra posee un poder especial. Nos habla de algo que si nos remitimos al lenguaje lo restringiríamos, lo alteraríamos.
No existe un lenguaje léxico no cultural. Para comunicarme con otro en un idioma debo hacerlo en un lenguaje que el receptor también comprenda. Y si deseo comunicarme a una comunidad, necesariamente he de hacerlo con palabras del idioma que esta comprenda. Cuando me comunico a través del sonido no léxico, es el portal para comunicar elementos que trasciendan a la ideología cultural de la comunidad. Una comunicación de sonidos no léxicos es puramente fenoménica. No apela a la memoria, sino que necesariamente es en el aquí y ahora. Desde la música electrónica hasta la música clásica en el fondo son en realidad lenguajes del éxtasis. Y el éxtasis es una ruptura con el condicionamiento cultural y biográfico, y me permite entrar en contacto con aquel conocimiento que sobrepasa a mi lógica, pues es de tipo no reflexivo, sinomás bien experimental.
La poesía así como el conjuro mágico apunta al contacto con la ontología del ser y la metafísica que construye a la materia evidente, por medio del uso de herramientas que me ha dado la cultura, el lenguaje y el conocimiento de símbolos, en donde el individuo impone su construcción lingüística para abrir la puerta de aquello que es trascendente. A través de su construcción lingüista busca ingresar en algo y hasta incluso manejarlo. El sonido del tambor del chamán así como el sonido del dj de la fiesta rave es para el escucha como para el emisor, el creador o el chamán, una entrega. El sonido no lingüístico que comunica es algo a lo que te entregas. No es algo que formulas, ni estudias, ni memorizas. Es algo a lo que te das, en donde se trasciende lo conocido para entrar en contacto real con lo trascendente.
El sonido ha atraído a la humanidad desde sus inicios como instrumento para modificar la conciencia. Está el sonido del tambor del chamán así como el sonido que transporta la palabra. Es decir, hay dos tipos de sonido que modifican la conciencia: Uno que alberga un contenido que me remite a un mensaje léxico y otro que comunica desde fuera del lenguaje un mensaje.
Las composiciones musicales, si deseamos, podríamos separarlas en 2 tipos: Con letra y sin letra. En la composición musical con letra hay un doble mensaje que se influyen entre sí, un mensaje sonoro léxico como no léxico. Por ejemplo, una niña diciendo cosas dulces y música suave de fondo me induce a la ternura, mientras que la misma niña diciendo lo mismo pero con música estridente de fondo me induce a toda una serie de emociones diferentes. Por otra parte, la composición musical sin letra posee un poder especial. Nos habla de algo que si nos remitimos al lenguaje lo restringiríamos, lo alteraríamos.
No existe un lenguaje léxico no cultural. Para comunicarme con otro en un idioma debo hacerlo en un lenguaje que el receptor también comprenda. Y si deseo comunicarme a una comunidad, necesariamente he de hacerlo con palabras del idioma que esta comprenda. Cuando me comunico a través del sonido no léxico, es el portal para comunicar elementos que trasciendan a la ideología cultural de la comunidad. Una comunicación de sonidos no léxicos es puramente fenoménica. No apela a la memoria, sino que necesariamente es en el aquí y ahora. Desde la música electrónica hasta la música clásica en el fondo son en realidad lenguajes del éxtasis. Y el éxtasis es una ruptura con el condicionamiento cultural y biográfico, y me permite entrar en contacto con aquel conocimiento que sobrepasa a mi lógica, pues es de tipo no reflexivo, sinomás bien experimental.
La poesía así como el conjuro mágico apunta al contacto con la ontología del ser y la metafísica que construye a la materia evidente, por medio del uso de herramientas que me ha dado la cultura, el lenguaje y el conocimiento de símbolos, en donde el individuo impone su construcción lingüística para abrir la puerta de aquello que es trascendente. A través de su construcción lingüista busca ingresar en algo y hasta incluso manejarlo. El sonido del tambor del chamán así como el sonido del dj de la fiesta rave es para el escucha como para el emisor, el creador o el chamán, una entrega. El sonido no lingüístico que comunica es algo a lo que te entregas. No es algo que formulas, ni estudias, ni memorizas. Es algo a lo que te das, en donde se trasciende lo conocido para entrar en contacto real con lo trascendente.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario