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viernes, 23 de octubre de 2015

BANCA USURERA QUE HABRÍA QUE REFORMAR


Por PEDRO FRANCKE
(Extraído de "Hildebrandt en sus trece")
En una decisión absurda, el BCR ha elevado la tasa de interés de referencia. Pero un problema más de fondo es que mientras los bancos consiguen dinero al 3 por ciento, lo prestan en promedio a más del 20 por ciento anual. Las estadísticas de la Superintendencia de Banca y Seguros indican que aplicando esa diferencia al enorme volumen de fondos que manejan, los bancos obtienen un margen bruto de 17 mil millones de soles y, descontando sus costos operativos, ganancias superiores a los 8 mil millones de soles anuales. Así, sus accionistas sacan una altísima rentabilidad del 20 por ciento anual, que mantienen por más de una década, mientras a los ahorristas no nos pagan ni la sexta parte de esa cifra. Ya es tiempo de ponerle el cascabel al gato.

BANCA ABUSIVA

La banca privada peruana es francamente abusiva. Cobrar intereses de más del 50 por ciento sobre las tarjetas de crédito y compras de consumo, tasa que algunos usureros como los mexicanos del Banco Azteca suben hasta el 200 por ciento, no tiene otro nombre que USURA.

En promedio, considerando también préstamos empresariales e hipotecarios, los bancos en el Perú cobran por encima del 20 por ciento anual de intereses, una cifra que triplica o cuadruplica lo que se cobra en otros países. El Banco Mundial reporta, por ejemplo, que la tasa de interés peruana que se cobra está en promedio 6 puntos por encima de la colombiana, 10 puntos por encima de la chilena, 12 por encima de la mexicana y 15 por encima de la argentina (http://bit.ly/1W113vw).

Gracias a la favorable política del gobierno y del BCR, en la última década el crédito total prestado por el sistema bancario al sector privado se ha quintuplicado, pasando de 42 mil a 220 mil millones de soles. Es decir, el monto total sobre el cual los bancos cobran esas enormes tasas de interés ha crecido a toda velocidad. Pero no ha aumentado lo que les pagan a los ahorristas, que apenas llega a un miserable 3 por ciento, incluso menos que la inflación.

Así, el negocio bancario se ha expandido, mientras pagan una ridiculez a los ahorristas y cobran lo que se les antoja. Tal es la situación que hemos heredado de las reformas neoliberales de Fujimori. Además, por cierto, no sólo trabajan con el dinero de la gente. También hacen esos abusos con los dineros del gobierno: los bancos privados tienen 2 mil millones de dólares y 19 mil millones de soles depositados ahí por el Estado peruano, que igual prestan al 20 por ciento o más. No por ser dinero de todos los peruanos se usa con una orientación social o de desarrollo; se presta con la misma lógica usurera.

¿Acaso no es normal que la banca privada haga ganancias? Por supuesto que sí lo es. Nadie está planteando regresar a la locura del primer alanismo, esa fracasada estatización de la banca, ni tampoco pretendemos que los banqueros sean altruistas generosos. Pero las ganancias que están haciendo son extraordinarias y provienen del abuso de poder. Los accionistas de la banca privada logran en promedio una rentabilidad de su propio capital del orden del 20 por ciento anual, recuperando todo su capital en sólo cinco años, algo que llamaría la atención en cualquier parte del mundo ya que un negocio privado que da 10 a 12 por ciento es un muy buen negocio. La banca privada en Perú saca muy por encima de lo que gana un inversionista promedio. Cobrando tremendos intereses le sacan el jugo no sólo a las familias sino también a todas las empresas que se ubican en el sector productivo y hoy sufren el frenazo económico.

Resumen: utilidades bancarias de 8 mil millones de soles anuales. Frenazo económico pero que a ellos no les afecta, ya que en el primer semestre de este año sus utilidades han aumentado en 45%!! ¿Cómo lo hacen? Resulta que apenas 4 bancos concentran más del 80 por ciento de todos los créditos, y sólo uno de ellos, más del 33 por ciento. Hay un oligopolio banquero. La cercanía al poder, por cierto, ayuda bastante: el BCR les ha dado una buena ayuda con las medidas de reducción de los encajes que otorgan a los bancos 15 mil millones de soles adicionales para que presten sin mayor costo. Así, el Banco de Crédito ha aumentado sus ganacias, en pleno frenazo, de 860 a 1,450 millones de soles en la primera mitad del año, teniendo a uno de sus funcionarios como presidente de la CONFIEP (antes fue congresista del PPC y ministro de Alan). Como se ve, conexiones con el poder no les faltan, no por gusto Dionisio Romero, el principal accionista y presidente del BCR, ha figurado durante años como el empresario más poderoso del Perú, habiendo logrado privilegiadas relaciones con Vladimiro Montesinos (que están grabadas en videos).

APLAUSO DE PPK

Cuando la industria y la construcción están en recesión reduciendo su actividad mes a mes, cuando el desempleo urbano aumenta y la agricultura está estancada con cero crecimiento, es urgente darles a esos sectores una mano, facilitarles la vida, promover sus negocios. La economía nacional requiere un nuevo impulso.

¿Qué hicieron los Estados Unidos cuando, tras la crisis del 2009, su economía se vino abajo? Empujar la demanda, abaratar la inversión, reducir el costo del crédito, bajar las tasas de interés. Fueron radicales en eso y pusieron sus tasas en cero. Pero nuestro BCR actúa al revés. Justo cuando sectores productivos claves están en crisis, lo que ha hecho el BCR es subir la tasa de interés de referencia. Es decir, a contrapelo de la experiencia del BCR gringo, el BCR sube en vez de bajar las tasas de interés. Quien ha aplaudido esta medida es Alfredo Thorne, el banquero del JP Morgan que dirige ahora el equipo económico de PPK. Frente a estas políticas siempre es clave saber de qué lado del mostrador (bancario) están parados aquellos cuyas opiniones oímos.


Lo que ocultan el BCR y el ppkausa Thorne es que el efecto inmediato y obvio de encarecer el crédito es que la inversión disminuye, como se enseña en cualquier curso de Macroeconomía 1. Claro que cuando esto sucede nuestros neoliberales corren a sacudirse la responsabilidad y a hablar de protestas socialesy de una supuesta pérdida de confianza por lo estatista que dicen ha sido ese mismo "Cosito" que prefiere darle el Lote 192 a una petrolera privada de baja estofa antes que a Petroperú. Mientras tanto, claro, mantienen un estruendoso silencio frente a la necesidad de controlar los abusos de la banca y hacer que trasladen parte de sus enormes ganancias a los consumidores, a los hogares hipotecados y las empresas, muchos de ellos hoy ahorcados porque el alza del dólar encarece las cuotas que deben pagar por sus créditos.

Reorientas y reactivar nuestra economía pasa, también, por reformar la banca. Es necesario que sea competitiva y no usurera, que apoye a las pymes y no sólo a las grandes empresas, que sea justa y no abusiva con los usuarios, que genere desarrollo y no concentración de poder. Va para el debate del 2016.


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barbarismos

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El Comité empezó a ser acosado por la policía. Hipólito Salazar, que había fundado la Federación Indígena Obrera Regional Peruana, fue deportado. Urviola enfermó de tuberculosis y falleció el 27 de enero de 1925. Cuando enterraron a Urviola varios dirigentes de la Pro-Derecho Indígena Tahuantinsuyo no pudieron asistir a su velatorio en el local de la Federación de Choferes, en la calle Sandia. El sepelio fue multitudinario. Los ejércitos particulares de los hacendados se dedicaron a quemar las escuelas que el Comité había abierto en diversos puntos del interior del Perú y persiguieron también a sus alumnos y profesores. Antes de la sublevación de Huancané de 1923, fusilaron a tres campesinos de Wilakunka solo porque asistían a una de estas escuelas. El año siguiente, durante una inspección que realizó a las comunidades de Huancané, el Obispo de Puno, Monseñor Cossío, constató la acción vandálica de los terratenientes que habían incendiado más de sesenta locales escolares. No contentos con quemar las escuelas que organizaba el Comité y asesinar a sus profesores o alumnos, los gamonales presionaron a las autoridades locales para que apresen a los delegados indígenas y repriman a los campesinos que los apoyaban. Entre 1921 y 1922, diversos prefectos y subprefectos perpetraron crímenes y atropellos. Hubo casos donde fueron los mismos gamonales los que se encargaron de asesinar a los delegados de la Pro-Derecho Indígena Tahuantinsuyo. Domingo Huarca, delegado de los comuneros de Tocroyoc, departamento del Cusco, quien había estado en Lima tramitando memoriales, fue brutalmente asesinado. Los gamonales primero lo maltrataron, después le sacaron los ojos y finalmente lo colgaron de la torre de una iglesia. Vicente Tinta Ccoa, del subcomité de Macusani, en Puno, que fue asesinado por los gamonales del lugar. En agosto de 1927, la Pro-Derecho Indígena Tahuantinsuyo dejó de funcionar luego que, mediante una resolución suprema, el gobierno de Leguía prohibió su funcionamiento en todo el país. Gran parte de la promoción de líderes indígenas que se forjó con la Pro-Derecho Indígena Tahuantinsuyo engrosó los nuevos movimientos sociales que iban a desembocar en la formación del Partido Comunista y el Partido Aprista. Fueron los casos de Ezequiel Urviola, Hipólito Salazar y Eduardo Quispe y Quispe, que fueron atraídos por la prédica socialista de José Carlos Mariátegui; o de Juan Hipólito Pévez y Demetrio Sandoval, que se acercaron a Víctor Raúl Haya de la Torre y el Partido Aprista. En 1931, después del derrocamiento de Leguía y la muerte de Mariátegui, el Partido Socialista, convertido en Partido Comunista, lanzó la candidatura del indígena Eduardo Quispe y Quispe a la Presidencia de la República. HÉCTOR BÉJAR.

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realismo capitalista peruano, ¡ja, ja!

rojo 2

es más fácil imaginarse el fin del mundo que el fin del capitalismo

En tercer lugar, un dato: una generación entera nació después de la caída del Muro de Berlín. En las décadas de 1960 y 1970, el capitalismo enfrentaba el problema de cómo contener y absorber las energías externas. El problema que posee ahora es exactamente el opuesto: habiendo incorporado cualquier cosa externa de manera en extremo exitosa, ¿puede todavía funcionar sin algo ajeno que colonizar y de lo que apropiarse? Para la mayor parte de quienes tienen menos de veinte años en Europa o los Estados Unidos, la inexistencia de alternativas al capitalismo ya ni siquiera es un problema. El capitalismo ocupa sin fisuras el horizonte de lo pensable. Jameson acostumbraba a detallar con horror la forma en que el capitalismo penetraba en cada poro del inconsciente; en la actualidad, el hecho de que el capitalismo haya colonizado la vida onírica de la población se da por sentado con tanta fuerza que ni merece comentario. Sería peligroso y poco conducente, sin embargo, imaginar el pasado inmediato como un estado edénico rico en potencial político, y por lo mismo resulta necesario recordar el rol que desempeñó la mercantilización en la producción de cultura a lo largo del siglo XX. El viejo duelo entre el détournement y la recuperación, entre la subversión y la captura, parece haberse agotado. Ahora estamos frente a otro proceso que ya no tiene que ver con la incorporación de materiales que previamente parecían tener potencial subversivo, sino con su precorporación, a través del modelado preventivo de los deseos, las aspiraciones y las esperanzas por parte de la cultura capitalista. Solo hay que observar el establecimiento de zonas culturales «alternativas» o «independientes» que repiten interminablemente los más viejos gestos de rebelión y confrontación con el entusiasmo de una primera vez. «Alternativo», «independiente» yotros conceptos similares no designan nada externo a la cultura mainstream; más bien, se trata de estilos, y de hecho de estilos dominantes, al interior del mainstream.
Nadie encarnó y lidió con este punto muerto como Kurt Cobain y Nirvana. En su lasitud espantosa y su furia sin objeto, Cobain parecía dar voz a la depresión colectiva de la generación que había llegado después del fin de la historia, cuyos movimientos ya estaban todos anticipados, rastreados, vendidos y comprados de antemano. Cobain sabía que él no era nada más que una pieza adicional en el espectáculo, que nada le va mejor a MTV que una protesta contra MTV, que su impulso era un cliché previamente guionado y que darse cuenta de todo esto incluso era un cliché. El impasse que lo dejó paralizado es precisamente el que había descripto Jameson: como ocurre con la cultura posmoderna en general, Cobain se encontró con que «los productores de la cultura solo pueden dirigirse ya al pasado: la imitación de estilos muertos, el discurso a través de las máscaras y las voces almacenadas en el museo imaginario de una cultura que es hoy global». En estas condiciones incluso el éxito es una forma del fracaso desde el momento en que tener éxito solo significa convertirse en la nueva presa que el sistema quiere devorar. Pero la angustia fuertemente existencial de Nirvana y Cobain, sin embargo, corresponde a un momento anterior al nuestro y lo que vino después de ellos no fue otra cosa que un rock pastiche que, ya libre de esa angustia, reproduce las formas del pasado sin ansia alguna.
La muerte de Cobain confirmó la derrota y la incorporación final de las ambiciones utópicas y prometeicas del rock en la cultura capitalista. Cuando murió, el rock ya estaba comenzando a ser eclipsado por el hiphop, cuyo éxito global presupone la lógica de la precorporación a la que me he referido antes. En buena parte del hip hop, cualquier esperanza «ingenua» en que la cultura joven pueda cambiar algo fue sustituida hace tiempo por una aceptación dura de la versión más brutalmente reduccionista de la «realidad». «En el hip hop», escribió SimonReynolds en su ensayo de 1996 para The Wire :
«Lo real» tiene dos significados. En primer lugar, hace referencia a la música auténtica que no se deja limitar por los intereses creados y se niega a cambiar o suavizar su mensaje para venderse a la industria musical. Pero «real» también es aquella música que refleja una «realidad» constituida por la inestabilidad económica del capitalismo tardío, el racismo institucionalizado, la creciente vigilancia y el acoso sobre la juventud de parte de la policía. «Lo real» es la muerte de lo social: es lo que ocurre con las corporaciones que, al aumentar sus márgenes de ganancia, en lugar de aumentar los sueldos o los beneficios sociales de sus empleados responden […] reduciendo su personal, sacándose de encima una parte importante de la fuerza de trabajo para crear un inestable ejército de empleados freelance y demedio tiempo, sin los beneficios de la seguridad social.


MARK FISHER.

perú post indie

Haz el ejercicio de pasear una tarde por la plaza del Cuzco, siéntate a la vera de su fuente y distinguirás entre cuzqueños, entre las decenas de argentinos hippies (muchos realmente insoportables), unos cuantos chilenos y de esa pléyade de "gringos" -que vienen dispuestos a ser estafados, bricheados, etc-, a unos curiosos especímenes: los limeños.
Contrariamente a lo que creemos los hijos de esta tierra, lo primero que nos delatará será nuestro "acento". Sí, querido limeño, tenemos acento, un acentazo como doliente, como que rogamos por algo y las mujeres, muchas, además un extraño alargamiento de la sílaba final. Pero lo que realmente suele llamarme la atención es la manera como nos vestimos para ir al Cuzco, porque, el Cuzco es una ciudad, no el campo. Tiene universidades, empresas, negocios, etc. Siin embargo, casi como esos gringos que para venir a Sudamérica vienen disfrazados de Indiana Jones o su variante millenial, nosotros nos vestimos como si fuésemos a escalar el Himalaya. Ya, es verdad que el frío cuzqueño puede ser más intenso que el de la Costa -aunque este invierno me esté haciendo dudarlo- pero echa un vistazo a todo tu outfit: la casaca Northfake, abajo otra chaquetilla de polar o algo así de una marca similar, las botas de montañista, tus medias ochenteras cual escarpines, todo...
Y es que esa es la forma como imaginamos la Sierra: rural, el campo, las montañas, aunque en el fondo no nos movamos de un par de discotecas cusqueñas. Es decir, bien podrías haber venido vestido como en Lima con algo más de abrigo y ya; pero no, ir al Cuzco, a la sierra en general es asistir a un pedazo de nuestra imaginación geográfica que poco tiene que ver con nuestros hábitos usuales del vestido, del comportamiento, etc. Jamás vi en Lima a nadie tomarse una foto con una "niña andina" como lo vi en Cuzco y no ha sido porque no haya niños dispuestos a recibir one dollar por una foto en Lima, pero es que en Cuzquito (cada vez que escucho eso de "Cuzquito" me suda la espalda) es más cute. Ahora, sólo para que calcules la violencia de este acto, ¿te imaginas que alguien del Cuzco -Ayacucho, Huancavelica, Cajamarca o hasta de Chimbote- viniese y te pidiera tomarse una foto con tu hijita, tu sobrino, o lo que sea en Larcomar para subirlo a Instagram o al Facebook? ¿Hardcore, no?


FRED ROHNER
Historia Secreta del Perú 2

as it is when it was

sonido es sonido

sonido es sonido

pura miel

nogzales der wil

RETROMANÍA

"...Pero los 2000 fueron también la década del reciclado rampante: géneros del pasado revividos y renovados, material sonoro vintage reprocesado y recombinado. Con demasiada frecuencia podía detectarse en las nuevas bandas de jóvenes, bajo la piel tirante y las mejillas rosadas, la carne gris y floja de las viejas ideas... Pero donde lo retro verdaderamente reina como sensibilidad dominante y paradigma creativo es en la tierra de lo hipster, el equivalente pop de la alta cultura. Las mismas personas que uno esperaría que produzcan (en tanto artistas) o defiendan (en tanto consumidores) lo no convencional y lo innovador: ese es justamente el grupo más adicto al pasado. En términos demográficos, es exactamente la misma clase social de avanzada, pero en vez de ser pioneros e innovadores han cambiado de rol y ahora son curadores y archivistas. La vanguardia devino en retaguardia." SIMON REYNOLDS Retromanía

kpunk

las cosas como son

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las cosas como son II

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