1.
Si encuentras que algo es novedoso es porque estás siendo un historiador mediocre.
2.
Esa obsesión por la novedad es digna de los sí-a-veces-gracias de la contracultura con tan poca conciencia histórica & de clase –no veo cómo puede haber conciencia de clase sin conciencia de oficio– que no se dan cuenta de que el afán por la innovación dejó de ser en sí novedoso a mediados del siglo pasado, con el declive de las vanguardias.
Vuelve a ser pertinente:
Al igual que los rockeritos de mierda –supuestos militantes de esa fuerza desbordante llamada juventud, inexistente hacía 20 años, sobre la que se fundaba la promesa de un mundo mejor– no fueron capaces de notar la diferencia política entre Los Doors & Led Zeppelin –convirtiéndose en público objetivo, en consumidores de fetiches carentes de semántica–, los graffittis situacionistas sobrevivieron a la debacle, pero en forma de sloganes publicitarios: Almacenes Paris, prohibido prohibir. Fallabella, la revolución de los colores. Cartoon Network, hacemos lo que queremos.
3.La clave está en tener una relación honesta & constante con tu oficio al punto en que tus herramientas de trabajo se conviertan en extensión de tu cuerpo & tu técnica sea única –pues forma parte del viejo 'cónocete a ti mismo'– aunque la uses para repetir los mismos tres acordes que la tradición viene repitiendo desde hace siglos. ¿O en serio crees que Violeta Parra inventó el folklore?
4.
Yo & los míos. Velar por la familia. Ese es el punto de partida del fascismo, del catolicismo, de la mafia.
TEÓFOBO SCHUGAIZ
vía Fb.
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