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domingo, 10 de diciembre de 2017

Reseña: VARIOS - Mixtape! (Internerds Recors, 2004)

Publicado originalmente en la revista "Freak Out!" año 2004

Elegir a una persona desprejuiciada hacia actos de este tipo, para reseñarlos, no tiene nada de malo y hasta es recomendable, señores editores; pero si esa falta de suspicacias se debe al desconocimiento, la idea ya no resulta tan atractiva. Más si se trata de una novata. No hago el quite a la responsabilidad, sólo pido que asuman su parte. Así que ya lo saben: debut y despedida.

Mixtape! es una entrega generosa -en cantidad- de grupos y solistas, difícilmente difundibles en los medios masivos, por hacer la mayoría de ellos música que provocaría infartos-en-cadena entre los programadores y audiencias de la FM o de OK TV, y por ser la mayoría de ellos unos perfectos desconocidos. Las ventajas con que a prima facie cuenta este agraciado lanzamiento no son escasas: cajita de blanco inmaculado (envolviendo el contenido), tres discos tres –de presentación tan parca como sobria-, datos exhaustivos sobre la disquera y los participantes. Todo por 14 soles. Existe la posibilidad de bajar el triple completo, portadas incluidas, desde la página web del sello (www.internerds.org), pero seguramente sale más cara (acceso a Internet, impresión, reproducción, etc).

En la cara opuesta de la envoltura, dice el “curador” que no es amigo de los “compilados extra large”, y que, si se ha avenido a ceder en su postura con este caso, se debe más a un afán documentalista. Se nota. De arranque, una ve el triple y se siente redomadamente ignorante. ¿De dónde ha salido toda esta gentita? ¿De qué recovecos innombrables de esta alcantarilla gigantesca que es Lima? ¡Si sólo conozco a El Lazo Invisible y a Quilluya (creo que alguna vez me soplé un “concierto” de Galarreta)! Por su vastedad y variedad, supongo que el rollo antedicho está justificado, como también por autenticar lo hilarantemente creativos que pueden ser los músicos peruanos a la hora de ponerse nombres (Las Vacas De Wisconsin, Neblima, Paruro, Rayobac, Qondor, Metástasis, Vavas, siguen ejemplos...). Pero además, porque Mixtape!, como toda compilación de características similares, termina naufragando en sus excesos. Para revisar la producción a vuelo de pájaro (que no debe ser la primera en su género, me dicen por ahí que el antecedente inmediato es el disco Vamos A Ser Felices), adoptaré el método del cangrejo: de adelante para atrás.


El volumen 3 es algo así como VIP-electrónico. No hay otro género de sonoridades que no sean las que permite pasar el filtro digital. Desconozco mayormente el tema (lo más rayado que he escuchado a propósito es Aphex Twin), y si bien es cierto los cincuenta y tantos minutos de esta tercera parte son llevaderos, encuentro pocas cosas que destacar. No es que el resto sean mediocres, sino que no tienen mucho que decirme. Además, ya lo dije: no soy una especialista en este campo (luego, carezco de un lazo empático). Sin embargo, creo que “Alta Luz” de Secuencias es lo suficientemente dance y elaborada como para resaltarla (“intelligent techno” es el marbete, ¿no?). No tan bailable, pero sí más trabajado en cuanto a detalles pequeñísimos, es el continuo fade out que parece presidir “Yo No Me Voy” de El Lazo Invisible. Lo que más me ha gustado de este CD, empero, es ese tan especial feeling de serranía bajo el que comulgan tres actos. El primero de ellos es Corazones En El Espacio: “Oscilaciones” me remite inmediatamente a pródigas excursiones crepusculares por los desolados parajes andinos, gracias a su delicada mutabilidad de escalas que le saca la lengua a lo brutotas que a veces suenan las composiciones de Quilluya. Hablando de éste, el segundo de ellos, aquí se muestra no sólo más rítmico y reciclador de sonidos quechuas, sino más festivo (“Pin Kanqui”). Y en cuanto al tercero, me alegra declarar que por fin le entiendo algo a Galarreta (“Charangorrión”; o, sea no era yo la del problema). Punto en contra: El Conejo De Gaia. Su “Recuerdos (Versión Single)” me parece fuera de lugar y además de escaso valor, aunque sea testimonial.   

El volumen 2, entonces, es el VIP-guitarrero. Éste es acaso un disco más plano que el otro, pero la calidad de la música es algo superior, y encima no tiene el sesgo tajante de su mellizo electro. Para comprobarlo, chequear a The Electric Butterflies -rock infestado de electrónica que, pese a ello, vertebra su psicodélica propuesta en torno a la guitarra (“Astro”). O a los suaves y melódicos Norvasc (“Sueña Con El Desierto”). O a los pro jazzeros Leche Plus (“The Delta Sounds”). La preeminencia de la psicodelia se ensalza a partir de “Sin Título” de Las Vacas De Wisconsin, y en realidad me hubiese sido más interesante apreciarla en mejores condiciones. Porque, salvo LVDW (una ejecución impecable), los registros de Qondor, H.A.L. y Serpentina Satélite son pobrísimos. En especial los dos primeros: sus temas tienen groseras fallas de continuidad. Serpentina Satélite no, pero su toma en directo (“Novo”) ha sido grabada desde el público (¿es un bingo? ¿una kermesse? ¿por qué tenemos que escuchar cosas como “10 vacío”, “150 soles”, “3 cuenta” o “4, 6, 7”?), de manera que no se le puede tomar muy en serio. Punto en contra: lo innecesariamente larga de la “Sesión 1-2” de Qondor.

¿Y de qué clase de “VIP-” es el volumen 1? De ninguna. Más es una sala de encuentro para quienes no se hacen problemas y apuestan por alear el rock y la electrónica por igual. Hay cosas rarísimas como Retrasados De Hojalata, jinglers de anime para veinteañeros como Neblima (“Fiesta Robot”), tributarios de los Sonic Youth de Kim Gordon (O.A.R., Zetangas, Rayobac, Viajeros) y hasta inclasificables como Vavas (“MIDI’s Peak/Metonimia” me hizo pensar en una versión tristona del robótico “Funkytown”, de Lipps Incorporated). Es probable que este primer mellizo sea el más logrado de Mixtape!, pero asimismo tiene su punto en contra. Y vaya qué tal punto en contra. El tema de Mundo Berbil -dúo, sospecho (primero canta él, luego ella)- es una de las aberraciones más grandes que he escuchado en mi vida (claro que no conozco mucho), mal interpretada y con constantes fallas: “Vamos A Bailar/Puigross No Sabe Besar” (con ese nombre, qué se puede una esperar). Dividido en dos partes (¿cuál es el apéndice de cuál?), en la primera se nota que el patita no puede tocar y cantar a la vez, aparte de padecer de una espeluznante falta de imaginación. La letra de la segunda parte, igual de horripilante, me produjo cierta nostalgia, al recordarme a esos nerds que, en la universidad, las chicas solíamos llamar con cariño “caracolitos”; porque eran buena gente, pero dejaban un hilo de baba por donde iban. Pobechito, el tal Puigross. (CONTACTOS: info@internerds.org)


Daniela Cáceres


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PROMO DEL CD DE FRACTAL

barbarismos

barbarismos
El Comité empezó a ser acosado por la policía. Hipólito Salazar, que había fundado la Federación Indígena Obrera Regional Peruana, fue deportado. Urviola enfermó de tuberculosis y falleció el 27 de enero de 1925. Cuando enterraron a Urviola varios dirigentes de la Pro-Derecho Indígena Tahuantinsuyo no pudieron asistir a su velatorio en el local de la Federación de Choferes, en la calle Sandia. El sepelio fue multitudinario. Los ejércitos particulares de los hacendados se dedicaron a quemar las escuelas que el Comité había abierto en diversos puntos del interior del Perú y persiguieron también a sus alumnos y profesores. Antes de la sublevación de Huancané de 1923, fusilaron a tres campesinos de Wilakunka solo porque asistían a una de estas escuelas. El año siguiente, durante una inspección que realizó a las comunidades de Huancané, el Obispo de Puno, Monseñor Cossío, constató la acción vandálica de los terratenientes que habían incendiado más de sesenta locales escolares. No contentos con quemar las escuelas que organizaba el Comité y asesinar a sus profesores o alumnos, los gamonales presionaron a las autoridades locales para que apresen a los delegados indígenas y repriman a los campesinos que los apoyaban. Entre 1921 y 1922, diversos prefectos y subprefectos perpetraron crímenes y atropellos. Hubo casos donde fueron los mismos gamonales los que se encargaron de asesinar a los delegados de la Pro-Derecho Indígena Tahuantinsuyo. Domingo Huarca, delegado de los comuneros de Tocroyoc, departamento del Cusco, quien había estado en Lima tramitando memoriales, fue brutalmente asesinado. Los gamonales primero lo maltrataron, después le sacaron los ojos y finalmente lo colgaron de la torre de una iglesia. Vicente Tinta Ccoa, del subcomité de Macusani, en Puno, que fue asesinado por los gamonales del lugar. En agosto de 1927, la Pro-Derecho Indígena Tahuantinsuyo dejó de funcionar luego que, mediante una resolución suprema, el gobierno de Leguía prohibió su funcionamiento en todo el país. Gran parte de la promoción de líderes indígenas que se forjó con la Pro-Derecho Indígena Tahuantinsuyo engrosó los nuevos movimientos sociales que iban a desembocar en la formación del Partido Comunista y el Partido Aprista. Fueron los casos de Ezequiel Urviola, Hipólito Salazar y Eduardo Quispe y Quispe, que fueron atraídos por la prédica socialista de José Carlos Mariátegui; o de Juan Hipólito Pévez y Demetrio Sandoval, que se acercaron a Víctor Raúl Haya de la Torre y el Partido Aprista. En 1931, después del derrocamiento de Leguía y la muerte de Mariátegui, el Partido Socialista, convertido en Partido Comunista, lanzó la candidatura del indígena Eduardo Quispe y Quispe a la Presidencia de la República. HÉCTOR BÉJAR.

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realismo capitalista peruano, ¡ja, ja!

rojo 2

es más fácil imaginarse el fin del mundo que el fin del capitalismo

En tercer lugar, un dato: una generación entera nació después de la caída del Muro de Berlín. En las décadas de 1960 y 1970, el capitalismo enfrentaba el problema de cómo contener y absorber las energías externas. El problema que posee ahora es exactamente el opuesto: habiendo incorporado cualquier cosa externa de manera en extremo exitosa, ¿puede todavía funcionar sin algo ajeno que colonizar y de lo que apropiarse? Para la mayor parte de quienes tienen menos de veinte años en Europa o los Estados Unidos, la inexistencia de alternativas al capitalismo ya ni siquiera es un problema. El capitalismo ocupa sin fisuras el horizonte de lo pensable. Jameson acostumbraba a detallar con horror la forma en que el capitalismo penetraba en cada poro del inconsciente; en la actualidad, el hecho de que el capitalismo haya colonizado la vida onírica de la población se da por sentado con tanta fuerza que ni merece comentario. Sería peligroso y poco conducente, sin embargo, imaginar el pasado inmediato como un estado edénico rico en potencial político, y por lo mismo resulta necesario recordar el rol que desempeñó la mercantilización en la producción de cultura a lo largo del siglo XX. El viejo duelo entre el détournement y la recuperación, entre la subversión y la captura, parece haberse agotado. Ahora estamos frente a otro proceso que ya no tiene que ver con la incorporación de materiales que previamente parecían tener potencial subversivo, sino con su precorporación, a través del modelado preventivo de los deseos, las aspiraciones y las esperanzas por parte de la cultura capitalista. Solo hay que observar el establecimiento de zonas culturales «alternativas» o «independientes» que repiten interminablemente los más viejos gestos de rebelión y confrontación con el entusiasmo de una primera vez. «Alternativo», «independiente» yotros conceptos similares no designan nada externo a la cultura mainstream; más bien, se trata de estilos, y de hecho de estilos dominantes, al interior del mainstream.
Nadie encarnó y lidió con este punto muerto como Kurt Cobain y Nirvana. En su lasitud espantosa y su furia sin objeto, Cobain parecía dar voz a la depresión colectiva de la generación que había llegado después del fin de la historia, cuyos movimientos ya estaban todos anticipados, rastreados, vendidos y comprados de antemano. Cobain sabía que él no era nada más que una pieza adicional en el espectáculo, que nada le va mejor a MTV que una protesta contra MTV, que su impulso era un cliché previamente guionado y que darse cuenta de todo esto incluso era un cliché. El impasse que lo dejó paralizado es precisamente el que había descripto Jameson: como ocurre con la cultura posmoderna en general, Cobain se encontró con que «los productores de la cultura solo pueden dirigirse ya al pasado: la imitación de estilos muertos, el discurso a través de las máscaras y las voces almacenadas en el museo imaginario de una cultura que es hoy global». En estas condiciones incluso el éxito es una forma del fracaso desde el momento en que tener éxito solo significa convertirse en la nueva presa que el sistema quiere devorar. Pero la angustia fuertemente existencial de Nirvana y Cobain, sin embargo, corresponde a un momento anterior al nuestro y lo que vino después de ellos no fue otra cosa que un rock pastiche que, ya libre de esa angustia, reproduce las formas del pasado sin ansia alguna.
La muerte de Cobain confirmó la derrota y la incorporación final de las ambiciones utópicas y prometeicas del rock en la cultura capitalista. Cuando murió, el rock ya estaba comenzando a ser eclipsado por el hiphop, cuyo éxito global presupone la lógica de la precorporación a la que me he referido antes. En buena parte del hip hop, cualquier esperanza «ingenua» en que la cultura joven pueda cambiar algo fue sustituida hace tiempo por una aceptación dura de la versión más brutalmente reduccionista de la «realidad». «En el hip hop», escribió SimonReynolds en su ensayo de 1996 para The Wire :
«Lo real» tiene dos significados. En primer lugar, hace referencia a la música auténtica que no se deja limitar por los intereses creados y se niega a cambiar o suavizar su mensaje para venderse a la industria musical. Pero «real» también es aquella música que refleja una «realidad» constituida por la inestabilidad económica del capitalismo tardío, el racismo institucionalizado, la creciente vigilancia y el acoso sobre la juventud de parte de la policía. «Lo real» es la muerte de lo social: es lo que ocurre con las corporaciones que, al aumentar sus márgenes de ganancia, en lugar de aumentar los sueldos o los beneficios sociales de sus empleados responden […] reduciendo su personal, sacándose de encima una parte importante de la fuerza de trabajo para crear un inestable ejército de empleados freelance y demedio tiempo, sin los beneficios de la seguridad social.


MARK FISHER.

perú post indie

Haz el ejercicio de pasear una tarde por la plaza del Cuzco, siéntate a la vera de su fuente y distinguirás entre cuzqueños, entre las decenas de argentinos hippies (muchos realmente insoportables), unos cuantos chilenos y de esa pléyade de "gringos" -que vienen dispuestos a ser estafados, bricheados, etc-, a unos curiosos especímenes: los limeños.
Contrariamente a lo que creemos los hijos de esta tierra, lo primero que nos delatará será nuestro "acento". Sí, querido limeño, tenemos acento, un acentazo como doliente, como que rogamos por algo y las mujeres, muchas, además un extraño alargamiento de la sílaba final. Pero lo que realmente suele llamarme la atención es la manera como nos vestimos para ir al Cuzco, porque, el Cuzco es una ciudad, no el campo. Tiene universidades, empresas, negocios, etc. Siin embargo, casi como esos gringos que para venir a Sudamérica vienen disfrazados de Indiana Jones o su variante millenial, nosotros nos vestimos como si fuésemos a escalar el Himalaya. Ya, es verdad que el frío cuzqueño puede ser más intenso que el de la Costa -aunque este invierno me esté haciendo dudarlo- pero echa un vistazo a todo tu outfit: la casaca Northfake, abajo otra chaquetilla de polar o algo así de una marca similar, las botas de montañista, tus medias ochenteras cual escarpines, todo...
Y es que esa es la forma como imaginamos la Sierra: rural, el campo, las montañas, aunque en el fondo no nos movamos de un par de discotecas cusqueñas. Es decir, bien podrías haber venido vestido como en Lima con algo más de abrigo y ya; pero no, ir al Cuzco, a la sierra en general es asistir a un pedazo de nuestra imaginación geográfica que poco tiene que ver con nuestros hábitos usuales del vestido, del comportamiento, etc. Jamás vi en Lima a nadie tomarse una foto con una "niña andina" como lo vi en Cuzco y no ha sido porque no haya niños dispuestos a recibir one dollar por una foto en Lima, pero es que en Cuzquito (cada vez que escucho eso de "Cuzquito" me suda la espalda) es más cute. Ahora, sólo para que calcules la violencia de este acto, ¿te imaginas que alguien del Cuzco -Ayacucho, Huancavelica, Cajamarca o hasta de Chimbote- viniese y te pidiera tomarse una foto con tu hijita, tu sobrino, o lo que sea en Larcomar para subirlo a Instagram o al Facebook? ¿Hardcore, no?


FRED ROHNER
Historia Secreta del Perú 2

as it is when it was

sonido es sonido

sonido es sonido

pura miel

nogzales der wil

RETROMANÍA

"...Pero los 2000 fueron también la década del reciclado rampante: géneros del pasado revividos y renovados, material sonoro vintage reprocesado y recombinado. Con demasiada frecuencia podía detectarse en las nuevas bandas de jóvenes, bajo la piel tirante y las mejillas rosadas, la carne gris y floja de las viejas ideas... Pero donde lo retro verdaderamente reina como sensibilidad dominante y paradigma creativo es en la tierra de lo hipster, el equivalente pop de la alta cultura. Las mismas personas que uno esperaría que produzcan (en tanto artistas) o defiendan (en tanto consumidores) lo no convencional y lo innovador: ese es justamente el grupo más adicto al pasado. En términos demográficos, es exactamente la misma clase social de avanzada, pero en vez de ser pioneros e innovadores han cambiado de rol y ahora son curadores y archivistas. La vanguardia devino en retaguardia." SIMON REYNOLDS Retromanía

kpunk

las cosas como son

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las cosas como son II

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