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miércoles, 6 de junio de 2018

Tempestad freak y demencia post-rocker: 25 años del primer álbum de PRAM


1993 fue un año de relativa tranquilidad en el Perú y el resto del mundo. El gobierno del japonés enfrascado en la podre de la sociedad peruana, la ex URSS había pasado a mejor vida y un bobo apellidado Fukuyama trataba de vender a todos la idea que la historia había llegado a su fin y solo debíamos esperar que el neo liberalismo -y USA con él- dominase el planeta. Para mí fue un año de descubrimientos y aprendizajes exponencial. Había terminado la secundaria en el Salesiano y luego de un par de ciclos en la Pre Católica (CEPREPUC) ingresé no sé cómo a la U de Lima. Había pasado todo ese verano y el resto del 93 -y de los años que vendrían- perdido descubriendo música y otras especies. Lo último que hacía era dedicarle algún tiempo a los estudios. 

También en 1993 conocí a un personaje de la escena limeña al que visité alguna vez en su tienda el 92 -¿o fue el 91?-, Eduardo Lenti. Con las libertades de haber logrado el cupo a la universidad y el tiempo que ello me dejaba para relajarme y juntar algunas monedas para grabarme música me fui convirtiendo en asiduo visitante de su establecimiento, Transmission Records. Lenti fue de los pocos limeños que escuchaba My Bloody Valentine ya en los 80 y en ese entonces estaba inmerso por completo en la onda shoegaze. Su tienda iba decorada con posters de Chapterhouse, Moonshake y un cuadro en donde los Valentine lucían espléndidos. Siempre brobeábamos entre los clientes sobre la admiración que Lenti sentía por Kevin Shields y su música. Fue ahí en Transmission Records donde conocí muchas bandas de post-rock en tiempo real, ya incluso en el 93. Una de esas bandas fueron Pram de Inglaterra.

El sonido de Pram era de un exotismo alienígena. Tipos ingleses tocando con teclados de juguete, aires tribales y hasta latinos en su sonido y una cantante que parecía salir de una temporada en el manicomio. Fueron uno de los ejemplos más palmarios de la amplitud de horizontes y radicalidad del primigenio/verdadero post-rock. Mucho antes que Mogwai, Explosions, GSY!BE, etc. Su pop de dormitorio yonqui prefiguró un sonido que luego cosecharía éxitos para gente como Portishead, Broadcast y hasta los franceses Air.



Pram lo integraban Sam Owen (bajo), Max Simpson (teclados, sampler), el extraordinario batero Daen Garratt y la locasa Rosie Cukston en las vocales. Provenían de las regiones centrales de Inglaterra y se habían encontrado por primera vez en un supermercado de Birmingham. En ese mismo punto definieron el ethos de la banda: "durante la que jamás diríamos nuestra verdadera edad; solo así podemos ser autoindulgentes". Para 1993 ya habían publicado el mini-LP "Gash" (en su propia disquera, Howl, en 1992), una oda a la extravagancia avant noise rocker, pero fue en su primer álbum, nada menos que para Too Pure (¡!), "The stars are so big, the earth is so small... stay as you are", en el que sus atmósferas de juguete y frustraciones juveniles en cóctel con influencias sónicas que van desde Faust, Can, Wire, Captain Beefheart, avant jazz a Delia Derbyshire hacen explosión y el resultado es uno de los discos más sublimes de los 90. Años de la exploración post-rocker, electrósónica experimental y visiones. Un documento que expone las posibilidades de cuatro pastrulos para la senda del pastel postmusical.

Desde el saque títulos como "Loco", "Radio freak in a storm" o la ambiental jazzy "In dreams you too can fly" -¡de 16 minutos!- son como una declaración de las tinieblas de la razón a donde los sonidos nos llevarán. Un lugar en el espacio donde Pram hará vibrar, bailar y flotar a tu subconsciente "n" veces pateado por tanto sin sentido y esquizofrenias del capitalismo tardío. La música funciona como una terapia psicológica necesaria para sobrevivir en esta mierda de mundo, terapia de la cual saldrás ciertamente no curado pero repotenciado en tus miserias, miedos, frustraciones. Sabrás que hay individuos, genuinos artistas capaces de sentir lo mismo que tú. Y eso cuando eres adolescente, creánme, es lo máximo. El sendero del post-rock de bandas como Main, Labradford, E.A.R., Disco Inferno, Moonshake, Seefeel. La actitud que los hermana.

25 años después Pram anuncian su regreso con concierto en Julio en Londres y pronto un nuevo álbum. Pero todos sabemos que "The Stars are so big, the earth is so small... stay as you are" (Too Pure, 1993) brilla alto como la cumbre del pop inglés más enajenado. Lo que un cómodo portaestudio y la genialidad pueden alcanzar. Bienvenidos de vuelta Pram, marcianasos, y ether-nas gracias por hacer de nuestra adolescencia una estación de locuras, nubes cumulus y jolgorio en la placenta primordial.

Wilder Gonzales Agreda.


Freak storm and post-rocker dementia: 25 years of PRAM's first album



1993 was a year of relative tranquility in Peru and the rest of the world. The government of the japanese engaged in the pus of Peruvian society, the former USSR had passed away and a fool named Fukuyama tried to sell everyone the idea that history had come to an end and we should only expect neo-liberalism - and USA with it- dominate the planet. For me it was a year of discoveries and exponential learning. I had finished high school in the Salesian and after a couple of cycles in the Pre Catholic (CEPREPUC) I entered I don't know how to the ULima. I had spent all that summer and the rest of  '93 - and the years that would come - lost discovering music and other species. The last thing I did was dedicate some time to studies.

Also in 1993 I met a character from the Lima scene that I visited once in his store on 92 -or was it in 1991?-, Eduardo Lenti. With the liberties of having achieved the quota to the university and the time that it left me to relax and put together some coins to get some pirate music, I became a regular visitor to his establishment, Transmission Records. Lenti was one of the few Limeños who listened to My Bloody Valentine as early as the 80s and at that time he was immersed completely in the shoegazer wave. His store was decorated with posters of Chapterhouse, Moonshake and a painting in which the Valentines looked splendid. We always joaked among the clients around Lenti's admiration for Kevin Shields and his music. It was there on Transmission Records that I met many post-rock bands in real time, even in '93. One of those bands was Pram from England.

The sound of Pram was of an alien exoticism. English guys playing with toy keyboards, tribal and even latin airs in their sound and a singer who seemed to come from a season in the madhouse. They were one of the most glaring examples of the breadth of horizons and radicalism of the original/true post-rock. Long before Mogwai, Explosions, GSY!BE, etc. Their junkie bedroom pop prefigured a sound that would later harvest successes for people like Portishead, Broadcast and even the French Air.



Pram was made up of Sam Owen (bass), Max Simpson (keyboards, sampler), the extraordinary drummer Daen Garratt and the super crazy Rosie Cukston in the vocals. They came from the central regions of England and had met for the first time in a supermarket in Birmingham. In that same point they defined the ethos of the band: "during which we would never say our true age, only then can we be self-indulgent". By 1993 they had already released the mini-LP "Gash" (on their own imprint, Howl, by 1992), an ode to avant noise rocker extravaganza, but it was on their first album, nothing less than for Too Pure (!), "The stars are so big, the earth is so small ... stay as you are ", in which their toy atmospheres and youthful frustrations in cocktail with sonic influences that go from Faust, Can, Wire, Captain Beefheart, avant jazz to Delia Derbyshire make explosion and the result is one of the most sublime albums of the 90s. Years of post-rocker exploration, electrosonic experimentalism and visions. A document that exposes the possibilities of four junkies for the post-musical cake way.

From the beginning, titles like "Loco", "Radio freak in a storm" or the ambient jazzy "In dreams you too can fly" - 16 minutes! - are like a declaration of the darkness of reason where the sounds will carry us. A place in space where Pram will make vibrate, dance and float to your subconscious "n" times kicked by both meaningless and schizophrenia of late capitalism. Music works as a necessary psychological therapy to survive in this crappy world, therapy from which you will certainly leave unhealed but re-empowered in your miseries, fears, frustrations. You'll know that there are individuals, genuine artists capable of feeling the same as you. And that when you're a teenager, believe me, it's the supreme. The post-rock path of bands like Main, Labradford, E.A.R., Disco Inferno, Moonshake, Seefeel. The attitude that relate them.


25 years later Pram announce their return with a concert in July in London and soon a new album. But we all know "The stars are so big, the earth is so small... stay as you are" (Too Pure, 1993) shines high like the top of the most demented English pop. What a comfortable portaestudio and genius can achieve. Welcome back Pram, sooper aliens, and ether-nal thanks for making our teenage days a season of madness, cumulus clouds and revelry in the primordial placenta.


Wilder Gonzales Agreda.


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barbarismos

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El Comité empezó a ser acosado por la policía. Hipólito Salazar, que había fundado la Federación Indígena Obrera Regional Peruana, fue deportado. Urviola enfermó de tuberculosis y falleció el 27 de enero de 1925. Cuando enterraron a Urviola varios dirigentes de la Pro-Derecho Indígena Tahuantinsuyo no pudieron asistir a su velatorio en el local de la Federación de Choferes, en la calle Sandia. El sepelio fue multitudinario. Los ejércitos particulares de los hacendados se dedicaron a quemar las escuelas que el Comité había abierto en diversos puntos del interior del Perú y persiguieron también a sus alumnos y profesores. Antes de la sublevación de Huancané de 1923, fusilaron a tres campesinos de Wilakunka solo porque asistían a una de estas escuelas. El año siguiente, durante una inspección que realizó a las comunidades de Huancané, el Obispo de Puno, Monseñor Cossío, constató la acción vandálica de los terratenientes que habían incendiado más de sesenta locales escolares. No contentos con quemar las escuelas que organizaba el Comité y asesinar a sus profesores o alumnos, los gamonales presionaron a las autoridades locales para que apresen a los delegados indígenas y repriman a los campesinos que los apoyaban. Entre 1921 y 1922, diversos prefectos y subprefectos perpetraron crímenes y atropellos. Hubo casos donde fueron los mismos gamonales los que se encargaron de asesinar a los delegados de la Pro-Derecho Indígena Tahuantinsuyo. Domingo Huarca, delegado de los comuneros de Tocroyoc, departamento del Cusco, quien había estado en Lima tramitando memoriales, fue brutalmente asesinado. Los gamonales primero lo maltrataron, después le sacaron los ojos y finalmente lo colgaron de la torre de una iglesia. Vicente Tinta Ccoa, del subcomité de Macusani, en Puno, que fue asesinado por los gamonales del lugar. En agosto de 1927, la Pro-Derecho Indígena Tahuantinsuyo dejó de funcionar luego que, mediante una resolución suprema, el gobierno de Leguía prohibió su funcionamiento en todo el país. Gran parte de la promoción de líderes indígenas que se forjó con la Pro-Derecho Indígena Tahuantinsuyo engrosó los nuevos movimientos sociales que iban a desembocar en la formación del Partido Comunista y el Partido Aprista. Fueron los casos de Ezequiel Urviola, Hipólito Salazar y Eduardo Quispe y Quispe, que fueron atraídos por la prédica socialista de José Carlos Mariátegui; o de Juan Hipólito Pévez y Demetrio Sandoval, que se acercaron a Víctor Raúl Haya de la Torre y el Partido Aprista. En 1931, después del derrocamiento de Leguía y la muerte de Mariátegui, el Partido Socialista, convertido en Partido Comunista, lanzó la candidatura del indígena Eduardo Quispe y Quispe a la Presidencia de la República. HÉCTOR BÉJAR.

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realismo capitalista peruano, ¡ja, ja!

rojo 2

es más fácil imaginarse el fin del mundo que el fin del capitalismo

En tercer lugar, un dato: una generación entera nació después de la caída del Muro de Berlín. En las décadas de 1960 y 1970, el capitalismo enfrentaba el problema de cómo contener y absorber las energías externas. El problema que posee ahora es exactamente el opuesto: habiendo incorporado cualquier cosa externa de manera en extremo exitosa, ¿puede todavía funcionar sin algo ajeno que colonizar y de lo que apropiarse? Para la mayor parte de quienes tienen menos de veinte años en Europa o los Estados Unidos, la inexistencia de alternativas al capitalismo ya ni siquiera es un problema. El capitalismo ocupa sin fisuras el horizonte de lo pensable. Jameson acostumbraba a detallar con horror la forma en que el capitalismo penetraba en cada poro del inconsciente; en la actualidad, el hecho de que el capitalismo haya colonizado la vida onírica de la población se da por sentado con tanta fuerza que ni merece comentario. Sería peligroso y poco conducente, sin embargo, imaginar el pasado inmediato como un estado edénico rico en potencial político, y por lo mismo resulta necesario recordar el rol que desempeñó la mercantilización en la producción de cultura a lo largo del siglo XX. El viejo duelo entre el détournement y la recuperación, entre la subversión y la captura, parece haberse agotado. Ahora estamos frente a otro proceso que ya no tiene que ver con la incorporación de materiales que previamente parecían tener potencial subversivo, sino con su precorporación, a través del modelado preventivo de los deseos, las aspiraciones y las esperanzas por parte de la cultura capitalista. Solo hay que observar el establecimiento de zonas culturales «alternativas» o «independientes» que repiten interminablemente los más viejos gestos de rebelión y confrontación con el entusiasmo de una primera vez. «Alternativo», «independiente» yotros conceptos similares no designan nada externo a la cultura mainstream; más bien, se trata de estilos, y de hecho de estilos dominantes, al interior del mainstream.
Nadie encarnó y lidió con este punto muerto como Kurt Cobain y Nirvana. En su lasitud espantosa y su furia sin objeto, Cobain parecía dar voz a la depresión colectiva de la generación que había llegado después del fin de la historia, cuyos movimientos ya estaban todos anticipados, rastreados, vendidos y comprados de antemano. Cobain sabía que él no era nada más que una pieza adicional en el espectáculo, que nada le va mejor a MTV que una protesta contra MTV, que su impulso era un cliché previamente guionado y que darse cuenta de todo esto incluso era un cliché. El impasse que lo dejó paralizado es precisamente el que había descripto Jameson: como ocurre con la cultura posmoderna en general, Cobain se encontró con que «los productores de la cultura solo pueden dirigirse ya al pasado: la imitación de estilos muertos, el discurso a través de las máscaras y las voces almacenadas en el museo imaginario de una cultura que es hoy global». En estas condiciones incluso el éxito es una forma del fracaso desde el momento en que tener éxito solo significa convertirse en la nueva presa que el sistema quiere devorar. Pero la angustia fuertemente existencial de Nirvana y Cobain, sin embargo, corresponde a un momento anterior al nuestro y lo que vino después de ellos no fue otra cosa que un rock pastiche que, ya libre de esa angustia, reproduce las formas del pasado sin ansia alguna.
La muerte de Cobain confirmó la derrota y la incorporación final de las ambiciones utópicas y prometeicas del rock en la cultura capitalista. Cuando murió, el rock ya estaba comenzando a ser eclipsado por el hiphop, cuyo éxito global presupone la lógica de la precorporación a la que me he referido antes. En buena parte del hip hop, cualquier esperanza «ingenua» en que la cultura joven pueda cambiar algo fue sustituida hace tiempo por una aceptación dura de la versión más brutalmente reduccionista de la «realidad». «En el hip hop», escribió SimonReynolds en su ensayo de 1996 para The Wire :
«Lo real» tiene dos significados. En primer lugar, hace referencia a la música auténtica que no se deja limitar por los intereses creados y se niega a cambiar o suavizar su mensaje para venderse a la industria musical. Pero «real» también es aquella música que refleja una «realidad» constituida por la inestabilidad económica del capitalismo tardío, el racismo institucionalizado, la creciente vigilancia y el acoso sobre la juventud de parte de la policía. «Lo real» es la muerte de lo social: es lo que ocurre con las corporaciones que, al aumentar sus márgenes de ganancia, en lugar de aumentar los sueldos o los beneficios sociales de sus empleados responden […] reduciendo su personal, sacándose de encima una parte importante de la fuerza de trabajo para crear un inestable ejército de empleados freelance y demedio tiempo, sin los beneficios de la seguridad social.


MARK FISHER.

perú post indie

Haz el ejercicio de pasear una tarde por la plaza del Cuzco, siéntate a la vera de su fuente y distinguirás entre cuzqueños, entre las decenas de argentinos hippies (muchos realmente insoportables), unos cuantos chilenos y de esa pléyade de "gringos" -que vienen dispuestos a ser estafados, bricheados, etc-, a unos curiosos especímenes: los limeños.
Contrariamente a lo que creemos los hijos de esta tierra, lo primero que nos delatará será nuestro "acento". Sí, querido limeño, tenemos acento, un acentazo como doliente, como que rogamos por algo y las mujeres, muchas, además un extraño alargamiento de la sílaba final. Pero lo que realmente suele llamarme la atención es la manera como nos vestimos para ir al Cuzco, porque, el Cuzco es una ciudad, no el campo. Tiene universidades, empresas, negocios, etc. Siin embargo, casi como esos gringos que para venir a Sudamérica vienen disfrazados de Indiana Jones o su variante millenial, nosotros nos vestimos como si fuésemos a escalar el Himalaya. Ya, es verdad que el frío cuzqueño puede ser más intenso que el de la Costa -aunque este invierno me esté haciendo dudarlo- pero echa un vistazo a todo tu outfit: la casaca Northfake, abajo otra chaquetilla de polar o algo así de una marca similar, las botas de montañista, tus medias ochenteras cual escarpines, todo...
Y es que esa es la forma como imaginamos la Sierra: rural, el campo, las montañas, aunque en el fondo no nos movamos de un par de discotecas cusqueñas. Es decir, bien podrías haber venido vestido como en Lima con algo más de abrigo y ya; pero no, ir al Cuzco, a la sierra en general es asistir a un pedazo de nuestra imaginación geográfica que poco tiene que ver con nuestros hábitos usuales del vestido, del comportamiento, etc. Jamás vi en Lima a nadie tomarse una foto con una "niña andina" como lo vi en Cuzco y no ha sido porque no haya niños dispuestos a recibir one dollar por una foto en Lima, pero es que en Cuzquito (cada vez que escucho eso de "Cuzquito" me suda la espalda) es más cute. Ahora, sólo para que calcules la violencia de este acto, ¿te imaginas que alguien del Cuzco -Ayacucho, Huancavelica, Cajamarca o hasta de Chimbote- viniese y te pidiera tomarse una foto con tu hijita, tu sobrino, o lo que sea en Larcomar para subirlo a Instagram o al Facebook? ¿Hardcore, no?


FRED ROHNER
Historia Secreta del Perú 2

as it is when it was

sonido es sonido

sonido es sonido

pura miel

nogzales der wil

RETROMANÍA

"...Pero los 2000 fueron también la década del reciclado rampante: géneros del pasado revividos y renovados, material sonoro vintage reprocesado y recombinado. Con demasiada frecuencia podía detectarse en las nuevas bandas de jóvenes, bajo la piel tirante y las mejillas rosadas, la carne gris y floja de las viejas ideas... Pero donde lo retro verdaderamente reina como sensibilidad dominante y paradigma creativo es en la tierra de lo hipster, el equivalente pop de la alta cultura. Las mismas personas que uno esperaría que produzcan (en tanto artistas) o defiendan (en tanto consumidores) lo no convencional y lo innovador: ese es justamente el grupo más adicto al pasado. En términos demográficos, es exactamente la misma clase social de avanzada, pero en vez de ser pioneros e innovadores han cambiado de rol y ahora son curadores y archivistas. La vanguardia devino en retaguardia." SIMON REYNOLDS Retromanía

kpunk

las cosas como son

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las cosas como son II

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