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miércoles, 19 de junio de 2019

El Comercio y la CONFIEP tienen ropa tendida



por PEDRO FRANCKE
Extraído de "Hildebrandt en sus trece"

En los días siguientes al mensaje de Vizcarra anunciando que presentaría una cuestión de confianza, el bloque de los empresaurios de la Confiep salió a la ofensiva. Tienen dos discursos articulados. El primero dice que hay que evitar confrontaciones puesto que la inversión se espantaría y la economía se resentiría. El segundo hace el ridículo señalando que la medida planteada es una grave amenaza a la democracia y que, sustentan sus abogados amigos-por-la-plata, sería inconstitucional.

Los puntales están en los periódicos concentrados vinculados a los grandes empresarios de la Confiep. El Comercio editorializaba el sábado pasado que “las reformas que el país necesita  no pueden nacer de la imposición y el amedrentamiento y deberían, más bien, gestarse a través del debate y el consenso” y llamando a que “ambos poderes del Estado trabajen de manera corresponsable”. Ese mismo día, la Confiep emitía un pronunciamiento donde decía que se “requiere un ambiente de serenidad, prudencia, diálogo y tolerancia”, “fortaleciendo las condiciones de convivencia y clima adecuado para el crecimiento y promoción de la inversión privada”, porque la “confrontación pone en peligro las inversiones que nuestro país tanto necesita”. El día anterior, en las mismas páginas de El Comercio, el ideólogo neoliberal de la Confiep Roberto Abusada escribía que “lo que el gobierno requiere es frenar la confrontación” y profetizaba que tras el discurso de Vizcarra “no solo (sic) persistirá el malestar que genera la falta de atención a las necesidades urgentes, sino que se inyectará parálisis económica e incertidumbre con grave perjuicio para la nación”.

Difícil pensar que tanta coincidencia es pura casualidad. Remarquemos que los tres no sólo hacen idénticos llamados a que Vizcarra se ponga de acuerdo con la mayoría congresal aprofujimorista. También son iguales en ocultar que la cuestión de confianza vino luego de que el Fujicongreso mandara al archivo la eliminación de la impunidad (eso es en lo que ha devenido) parlamentaria y blindara por meses a Edwin Donayre el ladrón de gasolina del ejército que aprovechó para fugarse, mientras permite que sigan votando Moisés Mamani y una lista larga de prontuariados de Fuerza Popular. Asesores de Mauricio Mulder y Jorge del Castillo han cobrado por meses sin trabajar ni presentarse a ninguna oficina, sin que les pase nada. El que la mayoría aprofujimorista blinde sin ningún reparo a un delincuente tras otro les parece a la Confiep y El Comercio un detalle sin importancia. Rápidamente olvidaron el reportaje de ese mismo diario que mostró que era falsa la acusación de que la Corte Suprema actuaba apenas como “mesa de partes” de los pedidos de los juzgados. Todos ellos ocultan también la circunstancia del discurso de Vizcarra y el pedido de cuestión de confianza, marcada por el blindaje al ex – Fiscal de la Nación Pedro Chávarry, a quien defendieron a pesar del video mostrando como su personal se metió a sacar documentos de una oficina lacrada y de una veintena de audios demostrando su  estrecha relación con Hinostroza y la mafia de ”los cuellos blancos del Callao”.  

En este tema la Confiep y El Comercio, como dicen, tienen ropa tendida. Como sabemos, Pedro Chávarry sacó del cargo a los fiscales Rafael Vela y José Domingo Pérez el 31 de diciembre pasado, siendo obligado a retroceder ante la furia ciudadana. Pero en estos momentos es clave recordar los casos que involucran en la corrupción a la empresa Graña y Montero, cuyo principal accionista José Graña es también el mayor accionista del grupo El Comercio, donde José Chlimper (el ex secretario general de Fuerza popular y candidato de vicepresidente en la plancha de Keiko) también fuera director durate los años de las mega-coimas y donde sigue siendo director Roberto Abusada. Digamos que es una omisión significativa el que Abusada escriba insistiendo en que el gobierno deje de lado las confrontaciones contra los corruptos, pero no nos diga que él mismo tiene un enorme interés en que las investigaciones contra la corrupción no avancen. Mejor digámoslo con todas sus letras: más que “omisión significativa” es la concha de la semana. Recordemos que a pesar de las declaraciones de Jorge Barata y Marcelo Odebrecht delatándolos, GyM ha negado una y otra vez que hubiera participado en actos de corrupción pero que finalmente gracias a la presión de los fiscales se ha visto obligada a buscar ser “colaboradora eficaz”. Es fácil imaginarse qué hubiera pasado si Chávarry hubiera conseguido su objetivo y removido a Vela y Pérez: GyM seguiría diciendo que no hizo ni supo nada de los millones de coimas que compartió con Odebrecht. Con esta información en mano, es fácil entender porque Abusada escribe que “la presentación de una cuestión de confianza.. es exactamente lo que no se debe hacer”, en especial cuando esa cuestión de confianza ha sido presentada días después de que el fujimorismo blindara a Chàvarry. No podemos cerrar este punto sin recordar que GyM sigue cobrando por el Metro de Lima y varias otras obras públicas a pesar de lo que nos ha robado, y que por más colaborador eficaz que sea tiene que devolver lo robado.

EL CUCO DE LA MACRO Y LA INVERSIÓN

En el terreno de la economía, dos argumentos esgrime la Confiep. El primero es que este “clima de confrontación” afecta la inversión privada y el crecimiento económico. La historia reciente muestra como ese mismo argumento se usó igualmente por los neoliberales y opinólogos vinculados  a los grupos monopólicos para defender a PPK, “cuco” que no se hizo realidad ya que cuando Kuczynski cayó no hubo ningún movimiento fuerte en la bolsa de valores, el tipo de cambio o la inversión privada. Quien hizo eco de este argumento ahora último fue Luz Salgado, quien muy suelta de huesos dijo que el tipo de cambio sol/ dólar había trepado a 3,75, algo notoriamente falso.

Hay ahora una desaceleración económica, o mejor dicho el fin del crecimiento estadístico de fines del año pasado. Si el crecimiento económico se empinó hasta casi 4 por ciento el año pasado, el primer trimestre de este año apenas llegaba a 2, y eso fue mucho antes de que a Vizcarra y Del Solar se les ocurriera “pechar” al aprofujimorismo corrupto. Como señalamos hace unas semanas en estas páginas, ese mal resultado tiene que ver con la reducción de la inversión pública y a pesar de una situación internacional favorable. Hace un mes estas condiciones internacionales han cambiado de ser un viento de cola a favor del crecimiento, a ser un viento en contra. La renovada agresión comercial y tecnológica de Trump contra China y Huawei, y más recientemente contra otros países como México e india, han frenado la economía mundial. Para el Perú, como la mayoría de países latinoamericanos, esto genera dos efectos severos: una caída de los precios internacionales del cobre y otras materias primas y una salida de capitales que ante la volatilidad prefieren refugiarse en los Estados Unidos. Ambos efectos van a frenar la inversión minera y la inversión privada en general, según lo han demostrado reiteradamente las investigaciones económicas.

Debido a ello el crecimiento económico del Perú este año estará no solo debajo del 4,2 por ciento muy optimistamente planteado por el MEF y el BCR, sino que será menor al 3 por ciento que me parecía más razonable y quizás cerca al 2. Pero que no nos digan que eso es por la respuesta de Vizcarra a la provocación de los aprofujimoristas al blindar a Chávarry y varios congresistas corruptos. La lucha contra la corrupción no es un freno al crecimiento, solamente es un problema para los empresarios sinvergüenzas, pero para la marcha de la economía en general la corrupción genera altos costos sociales e institucionales que podemos cortar.

Lo que sí es un freno al crecimiento es que se mantenga un gasto e inversión pública reducidas y que se no facilite el crédito y reduzca la tasa de interés, que se prefiera importar quinua y alimentos en vez de promover en serio la agricultura, que no haya promoción de la industria y de las pymes, que el turismo esté frenado porque no se construye la pista 2 del aeropuerto Jorge Chavez  ni hay vuelos directos diarios a Chachapoyas y que los pueblos del interior no tengan un buen servicio de internet porque no se resuelve el problema con la empresa Azteca que maneja la Red Dorsal de fibra óptica en otra de esas alianzas público-privadas fallidas.

LO QUE ESTÁ EN JUEGO

Pero eso no es lo que preocupa a nuestros empresarios. La Confiep quiere que Vizcarra y el fujicongreso concerten porque quiere sacar leyes en su favor. En eso, sigue teniendo un aliado clave en el ministro de economía  finanzas, Carlos Oliva, de quien no hemos oído una palabra defendiendo la cuestión de confianza o la lucha contra la corrupción.

Son varios los proyectos que quiere sacar la Confiep para aumentar sus ganancias sin tener que invertir ni innovar tecnológicamente. El recorte de derechos laborales es uno en el que han insistido, sobre todo desde las páginas de El Comercio, con el objetivo de golpear más a los sindicatos y seguir reemplazando fácilmente peruanos por venezolanos de bajo costo. Este proyecto fue presentado por el ministro Oliva, quien incluso quería recortar el derecho vacacional. Otro proyecto que empujan entre bambalinas es el referido al petróleo y el gas, buscando rematar nuestro petróleo por décadas, rebajando el pago de regalías al estado y reforzando el esquema actual que permite grandes daños ambientales contra pueblos indígenas sin que pase nada. Quieren que salga la mina Tía María a pesar del amplio rechazo en la zona a los daños ambientales que traería. En todo eso, cuentan con el aprofujimorismo como su firme aliado, asegurados con los 2 millones de dólares que la Confiep puso en favor de la campaña de Keiko, Odebrecht incluida entre los aportantes. Por eso desde el inicio del gobierno de PPK sus ideólogos han insistido una y otra y otra vez en lo conveniente que sería una concertación Ejecutivo-Congreso, lo que hoy significaría una alianza Vizcarra-Keiko. ¿Problemas de corrupción?  La Confiep opina que hay “demasiados encarcelamientos”. No es de extrañar, quienes han optado por el “arreglo escondido” con algún juez o fiscal corrupto hoy empiezan a sentirse en riesgo.


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barbarismos

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El Comité empezó a ser acosado por la policía. Hipólito Salazar, que había fundado la Federación Indígena Obrera Regional Peruana, fue deportado. Urviola enfermó de tuberculosis y falleció el 27 de enero de 1925. Cuando enterraron a Urviola varios dirigentes de la Pro-Derecho Indígena Tahuantinsuyo no pudieron asistir a su velatorio en el local de la Federación de Choferes, en la calle Sandia. El sepelio fue multitudinario. Los ejércitos particulares de los hacendados se dedicaron a quemar las escuelas que el Comité había abierto en diversos puntos del interior del Perú y persiguieron también a sus alumnos y profesores. Antes de la sublevación de Huancané de 1923, fusilaron a tres campesinos de Wilakunka solo porque asistían a una de estas escuelas. El año siguiente, durante una inspección que realizó a las comunidades de Huancané, el Obispo de Puno, Monseñor Cossío, constató la acción vandálica de los terratenientes que habían incendiado más de sesenta locales escolares. No contentos con quemar las escuelas que organizaba el Comité y asesinar a sus profesores o alumnos, los gamonales presionaron a las autoridades locales para que apresen a los delegados indígenas y repriman a los campesinos que los apoyaban. Entre 1921 y 1922, diversos prefectos y subprefectos perpetraron crímenes y atropellos. Hubo casos donde fueron los mismos gamonales los que se encargaron de asesinar a los delegados de la Pro-Derecho Indígena Tahuantinsuyo. Domingo Huarca, delegado de los comuneros de Tocroyoc, departamento del Cusco, quien había estado en Lima tramitando memoriales, fue brutalmente asesinado. Los gamonales primero lo maltrataron, después le sacaron los ojos y finalmente lo colgaron de la torre de una iglesia. Vicente Tinta Ccoa, del subcomité de Macusani, en Puno, que fue asesinado por los gamonales del lugar. En agosto de 1927, la Pro-Derecho Indígena Tahuantinsuyo dejó de funcionar luego que, mediante una resolución suprema, el gobierno de Leguía prohibió su funcionamiento en todo el país. Gran parte de la promoción de líderes indígenas que se forjó con la Pro-Derecho Indígena Tahuantinsuyo engrosó los nuevos movimientos sociales que iban a desembocar en la formación del Partido Comunista y el Partido Aprista. Fueron los casos de Ezequiel Urviola, Hipólito Salazar y Eduardo Quispe y Quispe, que fueron atraídos por la prédica socialista de José Carlos Mariátegui; o de Juan Hipólito Pévez y Demetrio Sandoval, que se acercaron a Víctor Raúl Haya de la Torre y el Partido Aprista. En 1931, después del derrocamiento de Leguía y la muerte de Mariátegui, el Partido Socialista, convertido en Partido Comunista, lanzó la candidatura del indígena Eduardo Quispe y Quispe a la Presidencia de la República. HÉCTOR BÉJAR.

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realismo capitalista peruano, ¡ja, ja!

rojo 2

es más fácil imaginarse el fin del mundo que el fin del capitalismo

En tercer lugar, un dato: una generación entera nació después de la caída del Muro de Berlín. En las décadas de 1960 y 1970, el capitalismo enfrentaba el problema de cómo contener y absorber las energías externas. El problema que posee ahora es exactamente el opuesto: habiendo incorporado cualquier cosa externa de manera en extremo exitosa, ¿puede todavía funcionar sin algo ajeno que colonizar y de lo que apropiarse? Para la mayor parte de quienes tienen menos de veinte años en Europa o los Estados Unidos, la inexistencia de alternativas al capitalismo ya ni siquiera es un problema. El capitalismo ocupa sin fisuras el horizonte de lo pensable. Jameson acostumbraba a detallar con horror la forma en que el capitalismo penetraba en cada poro del inconsciente; en la actualidad, el hecho de que el capitalismo haya colonizado la vida onírica de la población se da por sentado con tanta fuerza que ni merece comentario. Sería peligroso y poco conducente, sin embargo, imaginar el pasado inmediato como un estado edénico rico en potencial político, y por lo mismo resulta necesario recordar el rol que desempeñó la mercantilización en la producción de cultura a lo largo del siglo XX. El viejo duelo entre el détournement y la recuperación, entre la subversión y la captura, parece haberse agotado. Ahora estamos frente a otro proceso que ya no tiene que ver con la incorporación de materiales que previamente parecían tener potencial subversivo, sino con su precorporación, a través del modelado preventivo de los deseos, las aspiraciones y las esperanzas por parte de la cultura capitalista. Solo hay que observar el establecimiento de zonas culturales «alternativas» o «independientes» que repiten interminablemente los más viejos gestos de rebelión y confrontación con el entusiasmo de una primera vez. «Alternativo», «independiente» yotros conceptos similares no designan nada externo a la cultura mainstream; más bien, se trata de estilos, y de hecho de estilos dominantes, al interior del mainstream.
Nadie encarnó y lidió con este punto muerto como Kurt Cobain y Nirvana. En su lasitud espantosa y su furia sin objeto, Cobain parecía dar voz a la depresión colectiva de la generación que había llegado después del fin de la historia, cuyos movimientos ya estaban todos anticipados, rastreados, vendidos y comprados de antemano. Cobain sabía que él no era nada más que una pieza adicional en el espectáculo, que nada le va mejor a MTV que una protesta contra MTV, que su impulso era un cliché previamente guionado y que darse cuenta de todo esto incluso era un cliché. El impasse que lo dejó paralizado es precisamente el que había descripto Jameson: como ocurre con la cultura posmoderna en general, Cobain se encontró con que «los productores de la cultura solo pueden dirigirse ya al pasado: la imitación de estilos muertos, el discurso a través de las máscaras y las voces almacenadas en el museo imaginario de una cultura que es hoy global». En estas condiciones incluso el éxito es una forma del fracaso desde el momento en que tener éxito solo significa convertirse en la nueva presa que el sistema quiere devorar. Pero la angustia fuertemente existencial de Nirvana y Cobain, sin embargo, corresponde a un momento anterior al nuestro y lo que vino después de ellos no fue otra cosa que un rock pastiche que, ya libre de esa angustia, reproduce las formas del pasado sin ansia alguna.
La muerte de Cobain confirmó la derrota y la incorporación final de las ambiciones utópicas y prometeicas del rock en la cultura capitalista. Cuando murió, el rock ya estaba comenzando a ser eclipsado por el hiphop, cuyo éxito global presupone la lógica de la precorporación a la que me he referido antes. En buena parte del hip hop, cualquier esperanza «ingenua» en que la cultura joven pueda cambiar algo fue sustituida hace tiempo por una aceptación dura de la versión más brutalmente reduccionista de la «realidad». «En el hip hop», escribió SimonReynolds en su ensayo de 1996 para The Wire :
«Lo real» tiene dos significados. En primer lugar, hace referencia a la música auténtica que no se deja limitar por los intereses creados y se niega a cambiar o suavizar su mensaje para venderse a la industria musical. Pero «real» también es aquella música que refleja una «realidad» constituida por la inestabilidad económica del capitalismo tardío, el racismo institucionalizado, la creciente vigilancia y el acoso sobre la juventud de parte de la policía. «Lo real» es la muerte de lo social: es lo que ocurre con las corporaciones que, al aumentar sus márgenes de ganancia, en lugar de aumentar los sueldos o los beneficios sociales de sus empleados responden […] reduciendo su personal, sacándose de encima una parte importante de la fuerza de trabajo para crear un inestable ejército de empleados freelance y demedio tiempo, sin los beneficios de la seguridad social.


MARK FISHER.

perú post indie

Haz el ejercicio de pasear una tarde por la plaza del Cuzco, siéntate a la vera de su fuente y distinguirás entre cuzqueños, entre las decenas de argentinos hippies (muchos realmente insoportables), unos cuantos chilenos y de esa pléyade de "gringos" -que vienen dispuestos a ser estafados, bricheados, etc-, a unos curiosos especímenes: los limeños.
Contrariamente a lo que creemos los hijos de esta tierra, lo primero que nos delatará será nuestro "acento". Sí, querido limeño, tenemos acento, un acentazo como doliente, como que rogamos por algo y las mujeres, muchas, además un extraño alargamiento de la sílaba final. Pero lo que realmente suele llamarme la atención es la manera como nos vestimos para ir al Cuzco, porque, el Cuzco es una ciudad, no el campo. Tiene universidades, empresas, negocios, etc. Siin embargo, casi como esos gringos que para venir a Sudamérica vienen disfrazados de Indiana Jones o su variante millenial, nosotros nos vestimos como si fuésemos a escalar el Himalaya. Ya, es verdad que el frío cuzqueño puede ser más intenso que el de la Costa -aunque este invierno me esté haciendo dudarlo- pero echa un vistazo a todo tu outfit: la casaca Northfake, abajo otra chaquetilla de polar o algo así de una marca similar, las botas de montañista, tus medias ochenteras cual escarpines, todo...
Y es que esa es la forma como imaginamos la Sierra: rural, el campo, las montañas, aunque en el fondo no nos movamos de un par de discotecas cusqueñas. Es decir, bien podrías haber venido vestido como en Lima con algo más de abrigo y ya; pero no, ir al Cuzco, a la sierra en general es asistir a un pedazo de nuestra imaginación geográfica que poco tiene que ver con nuestros hábitos usuales del vestido, del comportamiento, etc. Jamás vi en Lima a nadie tomarse una foto con una "niña andina" como lo vi en Cuzco y no ha sido porque no haya niños dispuestos a recibir one dollar por una foto en Lima, pero es que en Cuzquito (cada vez que escucho eso de "Cuzquito" me suda la espalda) es más cute. Ahora, sólo para que calcules la violencia de este acto, ¿te imaginas que alguien del Cuzco -Ayacucho, Huancavelica, Cajamarca o hasta de Chimbote- viniese y te pidiera tomarse una foto con tu hijita, tu sobrino, o lo que sea en Larcomar para subirlo a Instagram o al Facebook? ¿Hardcore, no?


FRED ROHNER
Historia Secreta del Perú 2

as it is when it was

sonido es sonido

sonido es sonido

pura miel

nogzales der wil

RETROMANÍA

"...Pero los 2000 fueron también la década del reciclado rampante: géneros del pasado revividos y renovados, material sonoro vintage reprocesado y recombinado. Con demasiada frecuencia podía detectarse en las nuevas bandas de jóvenes, bajo la piel tirante y las mejillas rosadas, la carne gris y floja de las viejas ideas... Pero donde lo retro verdaderamente reina como sensibilidad dominante y paradigma creativo es en la tierra de lo hipster, el equivalente pop de la alta cultura. Las mismas personas que uno esperaría que produzcan (en tanto artistas) o defiendan (en tanto consumidores) lo no convencional y lo innovador: ese es justamente el grupo más adicto al pasado. En términos demográficos, es exactamente la misma clase social de avanzada, pero en vez de ser pioneros e innovadores han cambiado de rol y ahora son curadores y archivistas. La vanguardia devino en retaguardia." SIMON REYNOLDS Retromanía

kpunk

las cosas como son

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