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lunes, 15 de julio de 2019

Miserable Agenda de la CONFIEP


por PEDRO FRANCKE
Extraído de "Hildebrandt en sus trece"

La Confiep presentó la semana pasada su “Agenda País”. En una frase: no tienen ninguna visión nacional sino apenas un listado de reclamos orientados a que sus grandes empresarios ganen aún más dinero.

SIN MAS HORIZONTE QUE EL DINERO A CORTO PLAZO

Acá algunos de los temas en los cuales a la “agenda” de la Confiep se le ve muy claramente el fustán de los negocios millonarios. La “agenda” tiene, por ejemplo, un rubro llamado “automotriz”. ¿Es acaso que el Perú tiene alguna industria de autos o la Confiep propone promoverla? No. Su única propuesta es que les bajen los impuestos porque están vendiendo menos que el año pasado; aunque ya el MEF les hizo una rebajita no les parece suficiente. La Confiep no dice una palabra sobre la congestión de tráfico, la contaminación por humos, la urgencia de una reforma del transporte y de promover la bicicleta. Sobre el tema del transporte, a la Confiep no se le ocurre otra idea que facilitar el que ingresen más carros petroleros a menor precio. Vaya visión de “país”.

Su balance y propuestas de las universidades privadas es igual de limitado y sesgado. No dicen ni una línea sobre el problema de las universidades-estafa, como Telesup o Alas Peruanas, que brindan una educación de pacotilla. Lo que reclaman es más ventajas para que algunos vivazos hagan grandes ganancias con ofertas educativas de ínfima calidad otorgando títulos en pocos años o haciendo una educación a distancia sin requisitos mínimos, fórmulas que Telesup y varias de estos sinvergüenzas han aprovechado para sus negocios. También pide la Confiep que una universidad licenciada pueda abrir otras carreras y otras sedes sin regulación previa, otra de las fórmulas utilizadas hasta el hartazgo por las universidades-estafa al punto que se abrieron universidades hasta en garajes o mercados y se abrieron carreras de medicina que son un verdadero peligro público. Está claro que aunque de boca para afuera diga lo contrario, la Confiep quiere traerse abajo la nueva ley universitaria y regresar al sistema desregulado y mercantilizado al extremo que impuso Fujimori. ¿Investigación, calidad, ajuste de la oferta a las necesidades del desarrollo, responsabilidad social? Ninguna de esos temas esenciales para un buen sistema universitario forman parte de la agenda de la Confiep.

No faltan en la agenda de la Confiep varias de sus demandas de siempre. Para la minería quieren que se recorte la consulta previa a los pueblos indígenas y se reduzcan las facultades del ministerio del ambiente. Para las petroleras quieren que se les facilite la deforestación y que el estado no declare nuevas Áreas Naturales Protegidas donde ellas puedan hacer negocio. Para los grandes pesqueros quieren evitar que se cobre algo justo por la explotación del recurso natural, sentándolos donde el estado discute el ajuste de las regalías. Para la agroexportación, quieren que sigan las exoneraciones tributarias y dejando de pagar 300 millones anuales de contribuciones a EsSalud, lo que nos desfinancia la atención a todos los asegurados. En energía, como la reguladora no hacen lo que les conviene quieren sacarla del camino y piden la reorganización de Osinergmin, con bajada de llanta de pasadita. Cada sector extractivo quiere llevar más agua para su molino, o mejor dicho millones para sus billeteras, con nuestros recursos naturales.

INFRAESTRUCTURA, PRIVATIZACIONES Y CORRUPCION

En el caso de la infraestructura, puertos y carreteras, la Confiep está en otro mundo, uno en el cual no hay corrupción ni Odebrecht ni Graña y Montero. No se han dado por enterados de las decenas de millones de dólares pagados en coimas a ex presidentes, gobernadores regionales y alcaldes, del robo sistemático reconocido por las grandes constructoras cuando ya no les quedaba más remedio, de la trafa repetida de los arbitrajes arreglados por rufianes de cuello y corbata. Nada de eso existe para la Confiep.

La Confiep es el gran gremio de los empresarios peruanos, incluyendo a las grandes empresas encargadas de la inversión en infraestructura de las últimas décadas, que formaban parte del “club de la construcción” pagando grades coimas para robar miles de millones. Pero eso no les merece comentario alguno. ¿El que Walter Piazza era al mismo tiempo directivo de CAPECO y la Confiep y cabeza del “club de la construcción” les parece irrelevante? En el momento actual es indispensable hacer reformas a la gobernanza empresarial para evitar que esto se repita a futuro. Pero la Confiep no aporta una línea al respecto.

No solo eso: la Confiep insiste en que bajo el mismo esquema de las Alianzas Público-Privadas (APPs) gracias a las cuales pagamos unos peajes abusivos, ahora se privaticen los hospitales Cayetano Heredia, Hipólito Unanue y otros en Lima y Piura,  que se privaticen las empresas de agua potable incluida Sedapal, que se hagan APPs para colegios de alto rendimiento y “grandes bolsas” de colegios. Es decir, reclaman que el mismo modelo con el que nos han robado y nos siguen robando en muchas carreteras, se amplíe a otros sectores mucho más difíciles de regular como los grandes hospitales y muy sensibles como el agua y la educación. Irresponsables.

LABORAL: LA VERDAD YA SE PASAN

Hemos discutido antes, en estas páginas, la reiterada propuesta de la Confiep de facilitar los despidos, algo en lo que insisten ahora trazando una ruta legal para hacer lobby ante el Tribunal Constitucional. Para ellos el mercado laboral es muy rígido, a pesar de que en los años pasados más de 200 mil trabajadores hayan sido reemplazados por venezolanos peor pagados y explotados.

La cereza del pastel es su propuesta de que el estado le pague a las empresas para que los trabajadores con contratos temporales pasen a ser trabajadores a plazo indefinido. Es decir, para que las empresas cumplan su obligación legal de contratar de manera permanente a quien cumple labores permanentes, ahora quieren que les paguemos por eso. No señor, lo lógico en una legislación laboral razonable es que los contratos temporales sólo puedan aplicarse a aquellos trabajos que tengan naturaleza temporal. Evidente. Eso aquí ha sido completamente desnaturalizado por la alianza  Fujimori – Confiep con el objetivo de que los empresarios puedan  despedir a su antojo y así negar el derecho a la sindicalización.

No cabe pagarles a los empresarios porque cumplan con lo que un régimen laboral razonable debe establecer. Por el contrario, que la Confiep pida esos subsidios es muestra de que están haciendo contratos temporales donde eso no corresponde y que lo que hace falta es un cambio legal que ponga freno a esos abusos.

PECADO POR OMISIÓN

Un buen gremio empresarial con visión de país debiera incluir los grandes temas nacionales en su “agenda país”: la democracia, la lucha contra la corrupción, la seguridad ciudadana, las relaciones del Perú en el mundo, la cultura en sus múltiples expresiones, el cuidado del ambiente, el avance del conocimiento, los derechos humanos y la equidad. Tratándose de la Confiep, no le pidamos peras al olmo. A nuestros grandes empresarios les cuesta mucho levantar la vista de sus abultadas cuentas bancarias; esta agenda muestra que a pesar de sus millones su mirada tiene un alcance mucho más limitado que la CGTP.

Pero aun quedándonos en la esfera de lo económico, hay ausencias brutales en la agenda de la Confiep. La innovación tecnológica, por ejemplo. ¿Cómo una agenda económica al país puede no tomar en cuenta la sociedad de la información, las comunicaciones que 4G y 5G, la robotización y la inteligencia artificial? ¿Es que no pueden ver más allá de sus narices?

Si la Confiep no mira al futuro, como mínimo debiera considerar otras experiencias de desarrollo. Pero su agenda no incluye para nada al sector industrial. ¿Es que los avances económicos de China, como antes de Corea del Sur y Japón, no les dice nada? El impulso a la diversificación productiva para sumar otros motores a la economía, algo que ya está instalado en las agencias mundiales y bancos multilaterales de desarrollo, les es totalmente ajena. No la ven. Quieren seguir con lo mismo que siempre han hecho, sin mayor esfuerzo creativo, pero reclaman que el estado les de más ventajas para elevar sus millonarias ganancias. La palabra técnica para definirlos es empresarios RENTISTAS.

Una pena. Es realmente lamentable que tengamos un empresariado que, en su más alta representación y donde se concentran grandes grupos económicos cuyos dueños han acumulado billones, presente una lista de reclamos orientados a beneficiar a sus integrantes y sin ninguna visión de país ni propuesta de desarrollo. Con todas sus debilidades el SUTEP, que esta semana se sumó a la lucha por la igualdad y la educción con enfoque de género, yendo mucho más allá de los intereses inmediatos del profesorado, podría darle a la Confiep algunas clases que necesita a gritos.

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barbarismos

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El Comité empezó a ser acosado por la policía. Hipólito Salazar, que había fundado la Federación Indígena Obrera Regional Peruana, fue deportado. Urviola enfermó de tuberculosis y falleció el 27 de enero de 1925. Cuando enterraron a Urviola varios dirigentes de la Pro-Derecho Indígena Tahuantinsuyo no pudieron asistir a su velatorio en el local de la Federación de Choferes, en la calle Sandia. El sepelio fue multitudinario. Los ejércitos particulares de los hacendados se dedicaron a quemar las escuelas que el Comité había abierto en diversos puntos del interior del Perú y persiguieron también a sus alumnos y profesores. Antes de la sublevación de Huancané de 1923, fusilaron a tres campesinos de Wilakunka solo porque asistían a una de estas escuelas. El año siguiente, durante una inspección que realizó a las comunidades de Huancané, el Obispo de Puno, Monseñor Cossío, constató la acción vandálica de los terratenientes que habían incendiado más de sesenta locales escolares. No contentos con quemar las escuelas que organizaba el Comité y asesinar a sus profesores o alumnos, los gamonales presionaron a las autoridades locales para que apresen a los delegados indígenas y repriman a los campesinos que los apoyaban. Entre 1921 y 1922, diversos prefectos y subprefectos perpetraron crímenes y atropellos. Hubo casos donde fueron los mismos gamonales los que se encargaron de asesinar a los delegados de la Pro-Derecho Indígena Tahuantinsuyo. Domingo Huarca, delegado de los comuneros de Tocroyoc, departamento del Cusco, quien había estado en Lima tramitando memoriales, fue brutalmente asesinado. Los gamonales primero lo maltrataron, después le sacaron los ojos y finalmente lo colgaron de la torre de una iglesia. Vicente Tinta Ccoa, del subcomité de Macusani, en Puno, que fue asesinado por los gamonales del lugar. En agosto de 1927, la Pro-Derecho Indígena Tahuantinsuyo dejó de funcionar luego que, mediante una resolución suprema, el gobierno de Leguía prohibió su funcionamiento en todo el país. Gran parte de la promoción de líderes indígenas que se forjó con la Pro-Derecho Indígena Tahuantinsuyo engrosó los nuevos movimientos sociales que iban a desembocar en la formación del Partido Comunista y el Partido Aprista. Fueron los casos de Ezequiel Urviola, Hipólito Salazar y Eduardo Quispe y Quispe, que fueron atraídos por la prédica socialista de José Carlos Mariátegui; o de Juan Hipólito Pévez y Demetrio Sandoval, que se acercaron a Víctor Raúl Haya de la Torre y el Partido Aprista. En 1931, después del derrocamiento de Leguía y la muerte de Mariátegui, el Partido Socialista, convertido en Partido Comunista, lanzó la candidatura del indígena Eduardo Quispe y Quispe a la Presidencia de la República. HÉCTOR BÉJAR.

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realismo capitalista peruano, ¡ja, ja!

rojo 2

es más fácil imaginarse el fin del mundo que el fin del capitalismo

En tercer lugar, un dato: una generación entera nació después de la caída del Muro de Berlín. En las décadas de 1960 y 1970, el capitalismo enfrentaba el problema de cómo contener y absorber las energías externas. El problema que posee ahora es exactamente el opuesto: habiendo incorporado cualquier cosa externa de manera en extremo exitosa, ¿puede todavía funcionar sin algo ajeno que colonizar y de lo que apropiarse? Para la mayor parte de quienes tienen menos de veinte años en Europa o los Estados Unidos, la inexistencia de alternativas al capitalismo ya ni siquiera es un problema. El capitalismo ocupa sin fisuras el horizonte de lo pensable. Jameson acostumbraba a detallar con horror la forma en que el capitalismo penetraba en cada poro del inconsciente; en la actualidad, el hecho de que el capitalismo haya colonizado la vida onírica de la población se da por sentado con tanta fuerza que ni merece comentario. Sería peligroso y poco conducente, sin embargo, imaginar el pasado inmediato como un estado edénico rico en potencial político, y por lo mismo resulta necesario recordar el rol que desempeñó la mercantilización en la producción de cultura a lo largo del siglo XX. El viejo duelo entre el détournement y la recuperación, entre la subversión y la captura, parece haberse agotado. Ahora estamos frente a otro proceso que ya no tiene que ver con la incorporación de materiales que previamente parecían tener potencial subversivo, sino con su precorporación, a través del modelado preventivo de los deseos, las aspiraciones y las esperanzas por parte de la cultura capitalista. Solo hay que observar el establecimiento de zonas culturales «alternativas» o «independientes» que repiten interminablemente los más viejos gestos de rebelión y confrontación con el entusiasmo de una primera vez. «Alternativo», «independiente» yotros conceptos similares no designan nada externo a la cultura mainstream; más bien, se trata de estilos, y de hecho de estilos dominantes, al interior del mainstream.
Nadie encarnó y lidió con este punto muerto como Kurt Cobain y Nirvana. En su lasitud espantosa y su furia sin objeto, Cobain parecía dar voz a la depresión colectiva de la generación que había llegado después del fin de la historia, cuyos movimientos ya estaban todos anticipados, rastreados, vendidos y comprados de antemano. Cobain sabía que él no era nada más que una pieza adicional en el espectáculo, que nada le va mejor a MTV que una protesta contra MTV, que su impulso era un cliché previamente guionado y que darse cuenta de todo esto incluso era un cliché. El impasse que lo dejó paralizado es precisamente el que había descripto Jameson: como ocurre con la cultura posmoderna en general, Cobain se encontró con que «los productores de la cultura solo pueden dirigirse ya al pasado: la imitación de estilos muertos, el discurso a través de las máscaras y las voces almacenadas en el museo imaginario de una cultura que es hoy global». En estas condiciones incluso el éxito es una forma del fracaso desde el momento en que tener éxito solo significa convertirse en la nueva presa que el sistema quiere devorar. Pero la angustia fuertemente existencial de Nirvana y Cobain, sin embargo, corresponde a un momento anterior al nuestro y lo que vino después de ellos no fue otra cosa que un rock pastiche que, ya libre de esa angustia, reproduce las formas del pasado sin ansia alguna.
La muerte de Cobain confirmó la derrota y la incorporación final de las ambiciones utópicas y prometeicas del rock en la cultura capitalista. Cuando murió, el rock ya estaba comenzando a ser eclipsado por el hiphop, cuyo éxito global presupone la lógica de la precorporación a la que me he referido antes. En buena parte del hip hop, cualquier esperanza «ingenua» en que la cultura joven pueda cambiar algo fue sustituida hace tiempo por una aceptación dura de la versión más brutalmente reduccionista de la «realidad». «En el hip hop», escribió SimonReynolds en su ensayo de 1996 para The Wire :
«Lo real» tiene dos significados. En primer lugar, hace referencia a la música auténtica que no se deja limitar por los intereses creados y se niega a cambiar o suavizar su mensaje para venderse a la industria musical. Pero «real» también es aquella música que refleja una «realidad» constituida por la inestabilidad económica del capitalismo tardío, el racismo institucionalizado, la creciente vigilancia y el acoso sobre la juventud de parte de la policía. «Lo real» es la muerte de lo social: es lo que ocurre con las corporaciones que, al aumentar sus márgenes de ganancia, en lugar de aumentar los sueldos o los beneficios sociales de sus empleados responden […] reduciendo su personal, sacándose de encima una parte importante de la fuerza de trabajo para crear un inestable ejército de empleados freelance y demedio tiempo, sin los beneficios de la seguridad social.


MARK FISHER.

perú post indie

Haz el ejercicio de pasear una tarde por la plaza del Cuzco, siéntate a la vera de su fuente y distinguirás entre cuzqueños, entre las decenas de argentinos hippies (muchos realmente insoportables), unos cuantos chilenos y de esa pléyade de "gringos" -que vienen dispuestos a ser estafados, bricheados, etc-, a unos curiosos especímenes: los limeños.
Contrariamente a lo que creemos los hijos de esta tierra, lo primero que nos delatará será nuestro "acento". Sí, querido limeño, tenemos acento, un acentazo como doliente, como que rogamos por algo y las mujeres, muchas, además un extraño alargamiento de la sílaba final. Pero lo que realmente suele llamarme la atención es la manera como nos vestimos para ir al Cuzco, porque, el Cuzco es una ciudad, no el campo. Tiene universidades, empresas, negocios, etc. Siin embargo, casi como esos gringos que para venir a Sudamérica vienen disfrazados de Indiana Jones o su variante millenial, nosotros nos vestimos como si fuésemos a escalar el Himalaya. Ya, es verdad que el frío cuzqueño puede ser más intenso que el de la Costa -aunque este invierno me esté haciendo dudarlo- pero echa un vistazo a todo tu outfit: la casaca Northfake, abajo otra chaquetilla de polar o algo así de una marca similar, las botas de montañista, tus medias ochenteras cual escarpines, todo...
Y es que esa es la forma como imaginamos la Sierra: rural, el campo, las montañas, aunque en el fondo no nos movamos de un par de discotecas cusqueñas. Es decir, bien podrías haber venido vestido como en Lima con algo más de abrigo y ya; pero no, ir al Cuzco, a la sierra en general es asistir a un pedazo de nuestra imaginación geográfica que poco tiene que ver con nuestros hábitos usuales del vestido, del comportamiento, etc. Jamás vi en Lima a nadie tomarse una foto con una "niña andina" como lo vi en Cuzco y no ha sido porque no haya niños dispuestos a recibir one dollar por una foto en Lima, pero es que en Cuzquito (cada vez que escucho eso de "Cuzquito" me suda la espalda) es más cute. Ahora, sólo para que calcules la violencia de este acto, ¿te imaginas que alguien del Cuzco -Ayacucho, Huancavelica, Cajamarca o hasta de Chimbote- viniese y te pidiera tomarse una foto con tu hijita, tu sobrino, o lo que sea en Larcomar para subirlo a Instagram o al Facebook? ¿Hardcore, no?


FRED ROHNER
Historia Secreta del Perú 2

as it is when it was

sonido es sonido

sonido es sonido

pura miel

nogzales der wil

RETROMANÍA

"...Pero los 2000 fueron también la década del reciclado rampante: géneros del pasado revividos y renovados, material sonoro vintage reprocesado y recombinado. Con demasiada frecuencia podía detectarse en las nuevas bandas de jóvenes, bajo la piel tirante y las mejillas rosadas, la carne gris y floja de las viejas ideas... Pero donde lo retro verdaderamente reina como sensibilidad dominante y paradigma creativo es en la tierra de lo hipster, el equivalente pop de la alta cultura. Las mismas personas que uno esperaría que produzcan (en tanto artistas) o defiendan (en tanto consumidores) lo no convencional y lo innovador: ese es justamente el grupo más adicto al pasado. En términos demográficos, es exactamente la misma clase social de avanzada, pero en vez de ser pioneros e innovadores han cambiado de rol y ahora son curadores y archivistas. La vanguardia devino en retaguardia." SIMON REYNOLDS Retromanía

kpunk

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