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sábado, 18 de abril de 2020

Cuarentena COVID19 Día 34 - Miscelánea




Desglobalización y ralentización económica después del COVID-19

por GERMÁN ALARCO TOSONI

NEOLIBERALISMO CUESTIONADO

La edad de oro del capitalismo y la fase neoliberal son regímenes de crecimiento económico diferen­tes. En la primera, el motor eran los sueldos y salarios y predominaban los balances entre ganancias-salarios y entre mercado-Estado. Su modelo, con variantes fueron las sociedades de bienestar occidental, las mismas que se irradiaron a todo el mundo.

En el modelo neoliberal los traba­jadores son una pieza de recambio; mientras el crédito, las ganancias, las inversiones y las exportaciones son sus motores. Su principal funda­mento son la amalgama de diversas teorías que colocan a la economía por encima de todas las otras cien­cias y disciplinas, una práctica que circunscribe todo al quehacer del mercado y una ideología que la pro­tege.

Con estos elementos pareciera que la polémica entre los filósofos Slavoj Žižek (esloveno) y el coreano Byung-Chul Han sigue abierta. Ni el capitalismo recibiría un golpe mor­tal con el COVID-19, ni tampoco el capitalismo continuaría con más pujanza, salvo la variante china que mostró un éxito relativo contra la pandemia. En realidad lo que se está poniendo en cuestión no es el capi­talismo en general sino el neolibe­ralismo en particular.

La desaceleración del co­mercio internacional y la desg­lobalización, donde contribuye el COVID-19, son duros golpes al neoliberalismo. Asimismo, las tendencias que muestran un crecimiento económico cada vez más reducido en un horizonte de mediano y largo plazo y los retos que se vislumbran para el futuro son el acicate perfecto para que se modifique al actual modelo de crecimiento económico.

Quizás transitemos del neoli­beralismo hacia diferentes varian­tes de capitalismo de Estado. Ni el capitalismo oligárquico ni el de grandes empresas o gerencial, o el de emprendedores (Baumol, Litan y Schramm, 2007) parecieran ser las modalidades adecuadas para el mañana. El reto demográfico, el rápido cambio climático, la des­trucción de la biodiversidad, la crisis energética y el cambio tec­nológico abonan el camino de la necesidad de una mayor presen­cia del Estado.

La elevada desigualdad en as­censo y la naturaleza de los cam­bios tecnológicos en inteligencia artificial y robótica, entre otros, coadyuvarían a reducir el conte­nido de mano de obra por unidad de producto. Existen diversos es­tudios que miden estos impactos al 2030-2035 mostrando un balan­ce negativo en cuanto al empleo. Hay aportes significativos por el lado de la oferta, pero se despla­zaría mano de obra agravando los problemas de insuficiencia de de­manda efectiva. Ante ello no hay más respuesta que una mayor presencia estatal compensatoria para enfrentar la elevada des­igualdad y los otros retos actuales y del futuro.

ESTADO Y CIUDADANÍA

Los países que tuvieron las me­jores respuestas contra la emer­gencia sanitaria del COVID-19 han sido los que tienen Estados fuertes y más ciudadanía como China, Corea del Sur y Japón. Efectivamente, no se trata de los Estados grandes porque desafor­tunadamente varios de estos fue­ron los más golpeados: España, Francia e Italia. Ni que hablar de EE.UU. cuya respuesta fue tar­día y desarticulada sin liderazgo interno y menos internacional. Todavía falta tiempo para estable­cer un balance definitivo en esta esfera; hay que esperar el diseño e implantación de las respuestas por el lado de lo económico.

Los países menos afectados fueron los que tienen más ciuda­danos partiendo de la idea de que estos son los que respetan la regla de convivencia. En cambio los que tienen una ciudadanía precaria, con un tejido social fragmentado y poco sentido de pertenencia fue­ron de los más impactados.

Más que el autoritarismo como modelo, se debe recurrir al republicanismo que descansa en el auto gobierno democrático, la ausencia de dominación y la vir­tud cívica concebida como la dis­posición del ciudadano a dejar de lado sus intereses particulares en aras del bien común. Las virtudes cívicas incluyen el ser tolerante, deliberar con los otros, ser solida­rio y actuar con justicia y autono­mía (Richter Morales, 2019).

Byung-Chul Han (2020) acierta cuando señala que la pandemia está poniendo en peligro al libe­ralismo occidental, pero ignora al republicanismo que es más antiguo en esta tradición don­de la reflexión sobre lo político y el Estado no empieza con el individuo, sino que parte de la comunidad. Mientras que el liberalismo entiende al ser humano como sujeto de dere­chos, el republicanismo lo en­noblece como ciudadano que debe y quiere participar en la vida política y pública (Schaal y Heiden Reich, 2016).

Efectivamente, la desglo­balización y la ralentización económica tendrán un severo impacto especialmente en las economías productoras de ma­terias primas, como la nuestra; sin embargo, el COVID-19 ha puesto en entredicho a mu­chas de las grandes y medianas potencias del mundo.

Se abren algunos espacios y enseñanzas directas e indi­rectas. No sólo se trata de for­talecer, de una vez por todas, nuestros precarios sistemas de salud. Es la oportunidad para que algunas palabras tomen sentido real: planeamiento es­tratégico, proyecto nacional, transformación institucional, diversificación productiva, ciencia, tecnología e innova­ción, reducir las elevadas des­igualdades y la transición eco­lógica, entre otras. Todas estas las tenemos que internalizar y llevar a la práctica a partir de la difícil realidad que nos toca enfrentar.

La omisión de políticas redistributivas es un tema pendiente ante el agravamiento de la desigualdad económica en la mayor parte del mundo.





"En el mundo hay una crisis del saber, de la información, las grandes cadenas de televisión y prensa mienten al publico de forma descarada, denigran a las razas que ellos creen inferiores y auspician el odio y el desprecio por lo diferente, esto es critico cuando uno intenta expresarse, pues el patrón del publico ha sido trastornado, el usuario simplemente no acepta pautas distintas a la mierda que le es vendida (...) no podemos ser parte del sistema de entretenimiento que obliga a adquirir escombros y porquerías. El mundo en este momento esta viviendo una dictadura globalizada, disfrazada de democracia, los países ricos exprimen a sus ciudadanos, y no solo se conforman con ello, también explotan a los países pobres, invaden, bombardean, exterminan a quienes son los mas inocentes de todos, los pobres. Ademas los bancos han robado con guantes blancos los ahorros de los pensionados y trabajadores, y esto es una realidad que pareciera pasar por la puerta de atrás y no mucha gente la entiende. Todos están distraídos con su entretenimiento de mierda, todos están drogados con su CNN-MTV, casi nadie quiere ser lo que es, le han cogido miedo a la realidad y esto es grave en este momento donde al parecer nos queda muy poco de existencia..."

EHS

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barbarismos

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El Comité empezó a ser acosado por la policía. Hipólito Salazar, que había fundado la Federación Indígena Obrera Regional Peruana, fue deportado. Urviola enfermó de tuberculosis y falleció el 27 de enero de 1925. Cuando enterraron a Urviola varios dirigentes de la Pro-Derecho Indígena Tahuantinsuyo no pudieron asistir a su velatorio en el local de la Federación de Choferes, en la calle Sandia. El sepelio fue multitudinario. Los ejércitos particulares de los hacendados se dedicaron a quemar las escuelas que el Comité había abierto en diversos puntos del interior del Perú y persiguieron también a sus alumnos y profesores. Antes de la sublevación de Huancané de 1923, fusilaron a tres campesinos de Wilakunka solo porque asistían a una de estas escuelas. El año siguiente, durante una inspección que realizó a las comunidades de Huancané, el Obispo de Puno, Monseñor Cossío, constató la acción vandálica de los terratenientes que habían incendiado más de sesenta locales escolares. No contentos con quemar las escuelas que organizaba el Comité y asesinar a sus profesores o alumnos, los gamonales presionaron a las autoridades locales para que apresen a los delegados indígenas y repriman a los campesinos que los apoyaban. Entre 1921 y 1922, diversos prefectos y subprefectos perpetraron crímenes y atropellos. Hubo casos donde fueron los mismos gamonales los que se encargaron de asesinar a los delegados de la Pro-Derecho Indígena Tahuantinsuyo. Domingo Huarca, delegado de los comuneros de Tocroyoc, departamento del Cusco, quien había estado en Lima tramitando memoriales, fue brutalmente asesinado. Los gamonales primero lo maltrataron, después le sacaron los ojos y finalmente lo colgaron de la torre de una iglesia. Vicente Tinta Ccoa, del subcomité de Macusani, en Puno, que fue asesinado por los gamonales del lugar. En agosto de 1927, la Pro-Derecho Indígena Tahuantinsuyo dejó de funcionar luego que, mediante una resolución suprema, el gobierno de Leguía prohibió su funcionamiento en todo el país. Gran parte de la promoción de líderes indígenas que se forjó con la Pro-Derecho Indígena Tahuantinsuyo engrosó los nuevos movimientos sociales que iban a desembocar en la formación del Partido Comunista y el Partido Aprista. Fueron los casos de Ezequiel Urviola, Hipólito Salazar y Eduardo Quispe y Quispe, que fueron atraídos por la prédica socialista de José Carlos Mariátegui; o de Juan Hipólito Pévez y Demetrio Sandoval, que se acercaron a Víctor Raúl Haya de la Torre y el Partido Aprista. En 1931, después del derrocamiento de Leguía y la muerte de Mariátegui, el Partido Socialista, convertido en Partido Comunista, lanzó la candidatura del indígena Eduardo Quispe y Quispe a la Presidencia de la República. HÉCTOR BÉJAR.

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realismo capitalista peruano, ¡ja, ja!

rojo 2

es más fácil imaginarse el fin del mundo que el fin del capitalismo

En tercer lugar, un dato: una generación entera nació después de la caída del Muro de Berlín. En las décadas de 1960 y 1970, el capitalismo enfrentaba el problema de cómo contener y absorber las energías externas. El problema que posee ahora es exactamente el opuesto: habiendo incorporado cualquier cosa externa de manera en extremo exitosa, ¿puede todavía funcionar sin algo ajeno que colonizar y de lo que apropiarse? Para la mayor parte de quienes tienen menos de veinte años en Europa o los Estados Unidos, la inexistencia de alternativas al capitalismo ya ni siquiera es un problema. El capitalismo ocupa sin fisuras el horizonte de lo pensable. Jameson acostumbraba a detallar con horror la forma en que el capitalismo penetraba en cada poro del inconsciente; en la actualidad, el hecho de que el capitalismo haya colonizado la vida onírica de la población se da por sentado con tanta fuerza que ni merece comentario. Sería peligroso y poco conducente, sin embargo, imaginar el pasado inmediato como un estado edénico rico en potencial político, y por lo mismo resulta necesario recordar el rol que desempeñó la mercantilización en la producción de cultura a lo largo del siglo XX. El viejo duelo entre el détournement y la recuperación, entre la subversión y la captura, parece haberse agotado. Ahora estamos frente a otro proceso que ya no tiene que ver con la incorporación de materiales que previamente parecían tener potencial subversivo, sino con su precorporación, a través del modelado preventivo de los deseos, las aspiraciones y las esperanzas por parte de la cultura capitalista. Solo hay que observar el establecimiento de zonas culturales «alternativas» o «independientes» que repiten interminablemente los más viejos gestos de rebelión y confrontación con el entusiasmo de una primera vez. «Alternativo», «independiente» yotros conceptos similares no designan nada externo a la cultura mainstream; más bien, se trata de estilos, y de hecho de estilos dominantes, al interior del mainstream.
Nadie encarnó y lidió con este punto muerto como Kurt Cobain y Nirvana. En su lasitud espantosa y su furia sin objeto, Cobain parecía dar voz a la depresión colectiva de la generación que había llegado después del fin de la historia, cuyos movimientos ya estaban todos anticipados, rastreados, vendidos y comprados de antemano. Cobain sabía que él no era nada más que una pieza adicional en el espectáculo, que nada le va mejor a MTV que una protesta contra MTV, que su impulso era un cliché previamente guionado y que darse cuenta de todo esto incluso era un cliché. El impasse que lo dejó paralizado es precisamente el que había descripto Jameson: como ocurre con la cultura posmoderna en general, Cobain se encontró con que «los productores de la cultura solo pueden dirigirse ya al pasado: la imitación de estilos muertos, el discurso a través de las máscaras y las voces almacenadas en el museo imaginario de una cultura que es hoy global». En estas condiciones incluso el éxito es una forma del fracaso desde el momento en que tener éxito solo significa convertirse en la nueva presa que el sistema quiere devorar. Pero la angustia fuertemente existencial de Nirvana y Cobain, sin embargo, corresponde a un momento anterior al nuestro y lo que vino después de ellos no fue otra cosa que un rock pastiche que, ya libre de esa angustia, reproduce las formas del pasado sin ansia alguna.
La muerte de Cobain confirmó la derrota y la incorporación final de las ambiciones utópicas y prometeicas del rock en la cultura capitalista. Cuando murió, el rock ya estaba comenzando a ser eclipsado por el hiphop, cuyo éxito global presupone la lógica de la precorporación a la que me he referido antes. En buena parte del hip hop, cualquier esperanza «ingenua» en que la cultura joven pueda cambiar algo fue sustituida hace tiempo por una aceptación dura de la versión más brutalmente reduccionista de la «realidad». «En el hip hop», escribió SimonReynolds en su ensayo de 1996 para The Wire :
«Lo real» tiene dos significados. En primer lugar, hace referencia a la música auténtica que no se deja limitar por los intereses creados y se niega a cambiar o suavizar su mensaje para venderse a la industria musical. Pero «real» también es aquella música que refleja una «realidad» constituida por la inestabilidad económica del capitalismo tardío, el racismo institucionalizado, la creciente vigilancia y el acoso sobre la juventud de parte de la policía. «Lo real» es la muerte de lo social: es lo que ocurre con las corporaciones que, al aumentar sus márgenes de ganancia, en lugar de aumentar los sueldos o los beneficios sociales de sus empleados responden […] reduciendo su personal, sacándose de encima una parte importante de la fuerza de trabajo para crear un inestable ejército de empleados freelance y demedio tiempo, sin los beneficios de la seguridad social.


MARK FISHER.

perú post indie

Haz el ejercicio de pasear una tarde por la plaza del Cuzco, siéntate a la vera de su fuente y distinguirás entre cuzqueños, entre las decenas de argentinos hippies (muchos realmente insoportables), unos cuantos chilenos y de esa pléyade de "gringos" -que vienen dispuestos a ser estafados, bricheados, etc-, a unos curiosos especímenes: los limeños.
Contrariamente a lo que creemos los hijos de esta tierra, lo primero que nos delatará será nuestro "acento". Sí, querido limeño, tenemos acento, un acentazo como doliente, como que rogamos por algo y las mujeres, muchas, además un extraño alargamiento de la sílaba final. Pero lo que realmente suele llamarme la atención es la manera como nos vestimos para ir al Cuzco, porque, el Cuzco es una ciudad, no el campo. Tiene universidades, empresas, negocios, etc. Siin embargo, casi como esos gringos que para venir a Sudamérica vienen disfrazados de Indiana Jones o su variante millenial, nosotros nos vestimos como si fuésemos a escalar el Himalaya. Ya, es verdad que el frío cuzqueño puede ser más intenso que el de la Costa -aunque este invierno me esté haciendo dudarlo- pero echa un vistazo a todo tu outfit: la casaca Northfake, abajo otra chaquetilla de polar o algo así de una marca similar, las botas de montañista, tus medias ochenteras cual escarpines, todo...
Y es que esa es la forma como imaginamos la Sierra: rural, el campo, las montañas, aunque en el fondo no nos movamos de un par de discotecas cusqueñas. Es decir, bien podrías haber venido vestido como en Lima con algo más de abrigo y ya; pero no, ir al Cuzco, a la sierra en general es asistir a un pedazo de nuestra imaginación geográfica que poco tiene que ver con nuestros hábitos usuales del vestido, del comportamiento, etc. Jamás vi en Lima a nadie tomarse una foto con una "niña andina" como lo vi en Cuzco y no ha sido porque no haya niños dispuestos a recibir one dollar por una foto en Lima, pero es que en Cuzquito (cada vez que escucho eso de "Cuzquito" me suda la espalda) es más cute. Ahora, sólo para que calcules la violencia de este acto, ¿te imaginas que alguien del Cuzco -Ayacucho, Huancavelica, Cajamarca o hasta de Chimbote- viniese y te pidiera tomarse una foto con tu hijita, tu sobrino, o lo que sea en Larcomar para subirlo a Instagram o al Facebook? ¿Hardcore, no?


FRED ROHNER
Historia Secreta del Perú 2

as it is when it was

sonido es sonido

sonido es sonido

pura miel

nogzales der wil

RETROMANÍA

"...Pero los 2000 fueron también la década del reciclado rampante: géneros del pasado revividos y renovados, material sonoro vintage reprocesado y recombinado. Con demasiada frecuencia podía detectarse en las nuevas bandas de jóvenes, bajo la piel tirante y las mejillas rosadas, la carne gris y floja de las viejas ideas... Pero donde lo retro verdaderamente reina como sensibilidad dominante y paradigma creativo es en la tierra de lo hipster, el equivalente pop de la alta cultura. Las mismas personas que uno esperaría que produzcan (en tanto artistas) o defiendan (en tanto consumidores) lo no convencional y lo innovador: ese es justamente el grupo más adicto al pasado. En términos demográficos, es exactamente la misma clase social de avanzada, pero en vez de ser pioneros e innovadores han cambiado de rol y ahora son curadores y archivistas. La vanguardia devino en retaguardia." SIMON REYNOLDS Retromanía

kpunk

las cosas como son

las cosas como son

las cosas como son II

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