Desglobalización y ralentización económica después del COVID-19
por GERMÁN ALARCO TOSONI
NEOLIBERALISMO CUESTIONADO
La edad de oro del capitalismo y la fase neoliberal son regímenes de crecimiento económico diferentes. En la primera, el motor eran los sueldos y salarios y predominaban los balances entre ganancias-salarios y entre mercado-Estado. Su modelo, con variantes fueron las sociedades de bienestar occidental, las mismas que se irradiaron a todo el mundo.
En el modelo neoliberal los trabajadores son una pieza de recambio; mientras el crédito, las ganancias, las inversiones y las exportaciones son sus motores. Su principal fundamento son la amalgama de diversas teorías que colocan a la economía por encima de todas las otras ciencias y disciplinas, una práctica que circunscribe todo al quehacer del mercado y una ideología que la protege.
Con estos elementos pareciera que la polémica entre los filósofos Slavoj Žižek (esloveno) y el coreano Byung-Chul Han sigue abierta. Ni el capitalismo recibiría un golpe mortal con el COVID-19, ni tampoco el capitalismo continuaría con más pujanza, salvo la variante china que mostró un éxito relativo contra la pandemia. En realidad lo que se está poniendo en cuestión no es el capitalismo en general sino el neoliberalismo en particular.
La desaceleración del comercio internacional y la desglobalización, donde contribuye el COVID-19, son duros golpes al neoliberalismo. Asimismo, las tendencias que muestran un crecimiento económico cada vez más reducido en un horizonte de mediano y largo plazo y los retos que se vislumbran para el futuro son el acicate perfecto para que se modifique al actual modelo de crecimiento económico.
Quizás transitemos del neoliberalismo hacia diferentes variantes de capitalismo de Estado. Ni el capitalismo oligárquico ni el de grandes empresas o gerencial, o el de emprendedores (Baumol, Litan y Schramm, 2007) parecieran ser las modalidades adecuadas para el mañana. El reto demográfico, el rápido cambio climático, la destrucción de la biodiversidad, la crisis energética y el cambio tecnológico abonan el camino de la necesidad de una mayor presencia del Estado.
La elevada desigualdad en ascenso y la naturaleza de los cambios tecnológicos en inteligencia artificial y robótica, entre otros, coadyuvarían a reducir el contenido de mano de obra por unidad de producto. Existen diversos estudios que miden estos impactos al 2030-2035 mostrando un balance negativo en cuanto al empleo. Hay aportes significativos por el lado de la oferta, pero se desplazaría mano de obra agravando los problemas de insuficiencia de demanda efectiva. Ante ello no hay más respuesta que una mayor presencia estatal compensatoria para enfrentar la elevada desigualdad y los otros retos actuales y del futuro.
ESTADO Y CIUDADANÍA
Los países que tuvieron las mejores respuestas contra la emergencia sanitaria del COVID-19 han sido los que tienen Estados fuertes y más ciudadanía como China, Corea del Sur y Japón. Efectivamente, no se trata de los Estados grandes porque desafortunadamente varios de estos fueron los más golpeados: España, Francia e Italia. Ni que hablar de EE.UU. cuya respuesta fue tardía y desarticulada sin liderazgo interno y menos internacional. Todavía falta tiempo para establecer un balance definitivo en esta esfera; hay que esperar el diseño e implantación de las respuestas por el lado de lo económico.
Los países menos afectados fueron los que tienen más ciudadanos partiendo de la idea de que estos son los que respetan la regla de convivencia. En cambio los que tienen una ciudadanía precaria, con un tejido social fragmentado y poco sentido de pertenencia fueron de los más impactados.
Más que el autoritarismo como modelo, se debe recurrir al republicanismo que descansa en el auto gobierno democrático, la ausencia de dominación y la virtud cívica concebida como la disposición del ciudadano a dejar de lado sus intereses particulares en aras del bien común. Las virtudes cívicas incluyen el ser tolerante, deliberar con los otros, ser solidario y actuar con justicia y autonomía (Richter Morales, 2019).
Byung-Chul Han (2020) acierta cuando señala que la pandemia está poniendo en peligro al liberalismo occidental, pero ignora al republicanismo que es más antiguo en esta tradición donde la reflexión sobre lo político y el Estado no empieza con el individuo, sino que parte de la comunidad. Mientras que el liberalismo entiende al ser humano como sujeto de derechos, el republicanismo lo ennoblece como ciudadano que debe y quiere participar en la vida política y pública (Schaal y Heiden Reich, 2016).
Efectivamente, la desglobalización y la ralentización económica tendrán un severo impacto especialmente en las economías productoras de materias primas, como la nuestra; sin embargo, el COVID-19 ha puesto en entredicho a muchas de las grandes y medianas potencias del mundo.
Se abren algunos espacios y enseñanzas directas e indirectas. No sólo se trata de fortalecer, de una vez por todas, nuestros precarios sistemas de salud. Es la oportunidad para que algunas palabras tomen sentido real: planeamiento estratégico, proyecto nacional, transformación institucional, diversificación productiva, ciencia, tecnología e innovación, reducir las elevadas desigualdades y la transición ecológica, entre otras. Todas estas las tenemos que internalizar y llevar a la práctica a partir de la difícil realidad que nos toca enfrentar.
La omisión de políticas redistributivas es un tema pendiente ante el agravamiento de la desigualdad económica en la mayor parte del mundo.
"En el mundo hay una crisis del saber, de la información, las grandes cadenas de televisión y prensa mienten al publico de forma descarada, denigran a las razas que ellos creen inferiores y auspician el odio y el desprecio por lo diferente, esto es critico cuando uno intenta expresarse, pues el patrón del publico ha sido trastornado, el usuario simplemente no acepta pautas distintas a la mierda que le es vendida (...) no podemos ser parte del sistema de entretenimiento que obliga a adquirir escombros y porquerías. El mundo en este momento esta viviendo una dictadura globalizada, disfrazada de democracia, los países ricos exprimen a sus ciudadanos, y no solo se conforman con ello, también explotan a los países pobres, invaden, bombardean, exterminan a quienes son los mas inocentes de todos, los pobres. Ademas los bancos han robado con guantes blancos los ahorros de los pensionados y trabajadores, y esto es una realidad que pareciera pasar por la puerta de atrás y no mucha gente la entiende. Todos están distraídos con su entretenimiento de mierda, todos están drogados con su CNN-MTV, casi nadie quiere ser lo que es, le han cogido miedo a la realidad y esto es grave en este momento donde al parecer nos queda muy poco de existencia..."
EHS
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