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sábado, 4 de abril de 2020

KDO & F600 INTERVIÚ :. Contradicción, tekno y mapuches




Manuel Knwell (KDO) y Miguel Conejeros (F600) son viejos protagonistas de la escena alterna chilena. Sus proyectos Kasa de Orates y Fiat600 tienen todo un historial. Miguel Conejeros aka F600 incluso formó parte de la banda punk Pinochet Boys (1984) en plena dictadura militar. Han unido fuerzas compartiendo archivos de sonido para terminar ensamblando un disco pleno de texturas tekno, dub y minimales. Una grata sorpresa para quienes poco conocemos de la escena mapocha y sus secretos. Algo así como una mezcla de Los Updates, AtomTM y Wittgenstein. O quizás no. 


¿A qué se debe o cuál es el significado de vuestros alias?

Manuel Knwell: KDO significa: Kasa de Orates, renueva la continuación de mi música pero en otro plano donde ya no hay límites para crear a mi antojo. Kasa de Orates se limitaba a lo experimental y lo étnico. Con KDO pretendo explorar más estilos, sobre todo en la electrónica, folk, metal, pop, jazz, drone, trap, etc…los límites solo están en mi mente. 

F600: Es la abreviatura de Fiat600. Nombre que he usado desde hace mucho tiempo y que busca alejarse lo más posible de representar una entidad humana; lo más aparte del ego del nombre y el apellido y que solo remita  a la música.

¿Cómo es la escena alternativa y/o  experimental en vuestra localidad/región?

Manuel Knwell: En Chillán, región de Ñuble, Chile, No lo sé…no existe. Por lo menos yo no la conozco, pero te puedo recomendar estás bandas y proyectos solistas: Extinct Anatomies (Darkambient/Instagram: @sergio_daniel1991), Animales mecánicos (Rock alternativo), La Oveja eléctrica (Rock psicodélico), Súcubo (Drone/ambient) y Oso hielo (Post rock). 

F600: En Santiago de Chile hay mucha gente que viene haciendo música experimental que entronca directamente con la tradición de creadores electro acústicos de los años 60, una tradición muy rica e importante que se vio interrumpida con la llegada de los milicos al poder… truncada pero no muerta y el ejemplo está en el trabajo sostenido de gente vinculada a sellos como Pueblo Nuevo o el festival Aimaako.

¿Qué discos les reventaron el cerebro de una forma inolvidable?

Manuel Knwell: Son muchos, pondré algunos: Abbey Road de The Beatles, Sabotage de Black Sabbath, So Far de Faust, Pawn heart de Van der graaf generator, Dies Irae de Devil Doll, Radio activity de Kraftwerk, Zeit y Phaedra de Tangerine dream, Mirage de Klaus Schulze, Atom heart mother de Pink Floyd, Ella Fitzgerald (todo), The playing angel de Depeche mode, Filth de Swans, Horse Rotovator y Ape of Naples de Coil, The secret eye of L.A.Y.L.A.H. de Zero Kama, Contentum de Atrox, Painting on glass de The 3rd and the mortal, Los paradise de Paradise lost, Saviour de Antimatter, Perdition city de Ulver, Carheart de Virus, La cantata de Santa Maria de Quilapayun, Al solo de noche de Miss Garrison, Spiritchaser de Dead can dance, Opus dei de Laibach, Them y Abigail de King Diamond, Tidal de Fiona Apple, Blessed are the sick de Morbid angel, Sigillum Militum de Sophia, Hexerei Im Zwielicht Der Finsternis de Aghast, Geogaddi de Boards of Canada, Classics and volumenes 1 y 2 ambient de Aphex twin, Thrak y Power to Believe de King Crimson, Penderecki, Bartók, Ligeti, Arvo Part, Sofia Gubaidulina, etc…

F600: La lista es muy larga… no sé por dónde empezar. Música de muy variados géneros, no solo de electrónica vive el hombre…

¿Cómo ha sido el proceso para componer las piezas de “Mortuus Utopía”? ¿Cuánto tiempo les llevó concretarlo? ¿Lo han tocado en concierto?

Manuel Knwell: Le envíe varias pistas grabadas con el synte Yamaha CS10 (1975) y el teclado Kurzweil KME61 a Miguel, él hizo la selección y me envió unas bases con las pistas que escogió, además de arreglos que él hizo con sus sintetizadores. Después  mezclé, edité y mastericé, excepto el tema Machitún, el cual fue mezclado y editado por Miguel. 

Nos demoramos unos dos meses, no fue mucho tiempo; eso sí que  antes de subirlo a las plataformas para escucharlo lo volví a masterizar; al track “Cioran”, le grabé unos arreglos y lo volví a mezclar, quedó con una esencia más oscura como era el antiguo Kasa de Orates. No lo hemos tocado en vivo y como está el mundo quizás nunca suceda, además que Miguel vive en Santiago y yo en Chillán. Estamos a 500 km de distancia y de miles de contagiados de COVID-19. 

F600: Fue un intercambio de ficheros muy fluido, sin parámetros ni estructuras pre diseñadas, solo dejarse llevar por lo que la música nos sugería y también por la conversaciones de diversos temas no musicales que al final también condicionaron el tono del trabajo.

¿Cómo perciben la escena de música experimental latinoamericana?

Manuel Knwell: De Perú conozco el proyecto CAO, y algunos más de Ecuador y otros países como Colombia, lo que hace Samanta García o Concepción Huerta de México. Pareciera ser que los hombres se han puesto algo predecibles en su forma de crear música. Creo que está creciendo debido a  grupos como Coil que han hecho famosos personajes como: Steve Wilson (Porcupine Tree) o Trent  Reznor de NIN

F600: No he viajado mucho por Latinoamérica, así es que todo lo que conozco es lo que logro visibilizar por las redes. Veo muchas cosas muy interesantes, aunque en estos términos me cuesta catalogar las obras por su lugar de origen, me parece que el lenguaje es demasiado universal como para ir definiéndolo por el lugar en el que es creado.








¿AtomTM u Orbital?

Manuel Knwell: Orbital.

F600: Es como comparar peras con manzanas… pero me quedo con Atom, primero que nada por su agudo sentido del humor y segundo por la variedad de terrenos que aborda en su inconmensurable obra.

¿Afecta vuestro nihilismo y ausencia de utopías vuestras expectativas para con el movimiento de liberación chilena hoy pospuesto por lo del COVID-19?

Manuel Knwell: Creo que el COVID-19 es el comienzo de algo más grande en donde el movimiento social chileno se verá postergado, ojalá no sea así, pero es lo que siento y he analizado. La imposición del nuevo orden mundial es demasiado evidente, donde no habrá el espacio ni los pensamientos, NI MENOS LA LIBERTAD para esa lucha. Vendrán tiempos en que habrá que resistir y lidiar con todo para apenas sobrevivir o morirás en el intento. Esto será como Mad Max.  

F600: Las demandas sociales necesarias en nuestro país no es algo que se venga incubando desde hace 8 meses; esto atañe a muchísimos años de abusos múltiples, por lo tanto es algo que está arraigado de manera muy profunda en la médula del pueblo. Es algo que un simple bicho no puede matar definitivamente.

Planes futuros.

Manuel Knwell: Tratar de seguir vivo, creando música, escribiendo y aprovechando mis seres queridos, mi madre, mi gata, mi jardín,  las aves y abejas que ahora están felices por el confinamiento de los humanos. 

F600: Seguir haciendo y compartiendo música.

Mil gracias por concedernos la entrevista, un saludo desde Lima Norte.

Manuel Knwell: Un fuerte abrazo a nuestros hermanos peruanos. Tuve la dicha de vivir en Cusco un tiempo, amo su cultura ancestral y el como aún la conservan casi intacta y la respetan. Además me fascina su comida, la pizza de ají de gallina y las papas rellenas con rocoto son mis favoritas. ¡Gracias! 

F600: Un fuerte abrazo y ojalá en un futuro próximo podamos ir a tocar en vivo a vuestro hermoso País. Muchas ¡gracias!

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barbarismos

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El Comité empezó a ser acosado por la policía. Hipólito Salazar, que había fundado la Federación Indígena Obrera Regional Peruana, fue deportado. Urviola enfermó de tuberculosis y falleció el 27 de enero de 1925. Cuando enterraron a Urviola varios dirigentes de la Pro-Derecho Indígena Tahuantinsuyo no pudieron asistir a su velatorio en el local de la Federación de Choferes, en la calle Sandia. El sepelio fue multitudinario. Los ejércitos particulares de los hacendados se dedicaron a quemar las escuelas que el Comité había abierto en diversos puntos del interior del Perú y persiguieron también a sus alumnos y profesores. Antes de la sublevación de Huancané de 1923, fusilaron a tres campesinos de Wilakunka solo porque asistían a una de estas escuelas. El año siguiente, durante una inspección que realizó a las comunidades de Huancané, el Obispo de Puno, Monseñor Cossío, constató la acción vandálica de los terratenientes que habían incendiado más de sesenta locales escolares. No contentos con quemar las escuelas que organizaba el Comité y asesinar a sus profesores o alumnos, los gamonales presionaron a las autoridades locales para que apresen a los delegados indígenas y repriman a los campesinos que los apoyaban. Entre 1921 y 1922, diversos prefectos y subprefectos perpetraron crímenes y atropellos. Hubo casos donde fueron los mismos gamonales los que se encargaron de asesinar a los delegados de la Pro-Derecho Indígena Tahuantinsuyo. Domingo Huarca, delegado de los comuneros de Tocroyoc, departamento del Cusco, quien había estado en Lima tramitando memoriales, fue brutalmente asesinado. Los gamonales primero lo maltrataron, después le sacaron los ojos y finalmente lo colgaron de la torre de una iglesia. Vicente Tinta Ccoa, del subcomité de Macusani, en Puno, que fue asesinado por los gamonales del lugar. En agosto de 1927, la Pro-Derecho Indígena Tahuantinsuyo dejó de funcionar luego que, mediante una resolución suprema, el gobierno de Leguía prohibió su funcionamiento en todo el país. Gran parte de la promoción de líderes indígenas que se forjó con la Pro-Derecho Indígena Tahuantinsuyo engrosó los nuevos movimientos sociales que iban a desembocar en la formación del Partido Comunista y el Partido Aprista. Fueron los casos de Ezequiel Urviola, Hipólito Salazar y Eduardo Quispe y Quispe, que fueron atraídos por la prédica socialista de José Carlos Mariátegui; o de Juan Hipólito Pévez y Demetrio Sandoval, que se acercaron a Víctor Raúl Haya de la Torre y el Partido Aprista. En 1931, después del derrocamiento de Leguía y la muerte de Mariátegui, el Partido Socialista, convertido en Partido Comunista, lanzó la candidatura del indígena Eduardo Quispe y Quispe a la Presidencia de la República. HÉCTOR BÉJAR.

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realismo capitalista peruano, ¡ja, ja!

rojo 2

es más fácil imaginarse el fin del mundo que el fin del capitalismo

En tercer lugar, un dato: una generación entera nació después de la caída del Muro de Berlín. En las décadas de 1960 y 1970, el capitalismo enfrentaba el problema de cómo contener y absorber las energías externas. El problema que posee ahora es exactamente el opuesto: habiendo incorporado cualquier cosa externa de manera en extremo exitosa, ¿puede todavía funcionar sin algo ajeno que colonizar y de lo que apropiarse? Para la mayor parte de quienes tienen menos de veinte años en Europa o los Estados Unidos, la inexistencia de alternativas al capitalismo ya ni siquiera es un problema. El capitalismo ocupa sin fisuras el horizonte de lo pensable. Jameson acostumbraba a detallar con horror la forma en que el capitalismo penetraba en cada poro del inconsciente; en la actualidad, el hecho de que el capitalismo haya colonizado la vida onírica de la población se da por sentado con tanta fuerza que ni merece comentario. Sería peligroso y poco conducente, sin embargo, imaginar el pasado inmediato como un estado edénico rico en potencial político, y por lo mismo resulta necesario recordar el rol que desempeñó la mercantilización en la producción de cultura a lo largo del siglo XX. El viejo duelo entre el détournement y la recuperación, entre la subversión y la captura, parece haberse agotado. Ahora estamos frente a otro proceso que ya no tiene que ver con la incorporación de materiales que previamente parecían tener potencial subversivo, sino con su precorporación, a través del modelado preventivo de los deseos, las aspiraciones y las esperanzas por parte de la cultura capitalista. Solo hay que observar el establecimiento de zonas culturales «alternativas» o «independientes» que repiten interminablemente los más viejos gestos de rebelión y confrontación con el entusiasmo de una primera vez. «Alternativo», «independiente» yotros conceptos similares no designan nada externo a la cultura mainstream; más bien, se trata de estilos, y de hecho de estilos dominantes, al interior del mainstream.
Nadie encarnó y lidió con este punto muerto como Kurt Cobain y Nirvana. En su lasitud espantosa y su furia sin objeto, Cobain parecía dar voz a la depresión colectiva de la generación que había llegado después del fin de la historia, cuyos movimientos ya estaban todos anticipados, rastreados, vendidos y comprados de antemano. Cobain sabía que él no era nada más que una pieza adicional en el espectáculo, que nada le va mejor a MTV que una protesta contra MTV, que su impulso era un cliché previamente guionado y que darse cuenta de todo esto incluso era un cliché. El impasse que lo dejó paralizado es precisamente el que había descripto Jameson: como ocurre con la cultura posmoderna en general, Cobain se encontró con que «los productores de la cultura solo pueden dirigirse ya al pasado: la imitación de estilos muertos, el discurso a través de las máscaras y las voces almacenadas en el museo imaginario de una cultura que es hoy global». En estas condiciones incluso el éxito es una forma del fracaso desde el momento en que tener éxito solo significa convertirse en la nueva presa que el sistema quiere devorar. Pero la angustia fuertemente existencial de Nirvana y Cobain, sin embargo, corresponde a un momento anterior al nuestro y lo que vino después de ellos no fue otra cosa que un rock pastiche que, ya libre de esa angustia, reproduce las formas del pasado sin ansia alguna.
La muerte de Cobain confirmó la derrota y la incorporación final de las ambiciones utópicas y prometeicas del rock en la cultura capitalista. Cuando murió, el rock ya estaba comenzando a ser eclipsado por el hiphop, cuyo éxito global presupone la lógica de la precorporación a la que me he referido antes. En buena parte del hip hop, cualquier esperanza «ingenua» en que la cultura joven pueda cambiar algo fue sustituida hace tiempo por una aceptación dura de la versión más brutalmente reduccionista de la «realidad». «En el hip hop», escribió SimonReynolds en su ensayo de 1996 para The Wire :
«Lo real» tiene dos significados. En primer lugar, hace referencia a la música auténtica que no se deja limitar por los intereses creados y se niega a cambiar o suavizar su mensaje para venderse a la industria musical. Pero «real» también es aquella música que refleja una «realidad» constituida por la inestabilidad económica del capitalismo tardío, el racismo institucionalizado, la creciente vigilancia y el acoso sobre la juventud de parte de la policía. «Lo real» es la muerte de lo social: es lo que ocurre con las corporaciones que, al aumentar sus márgenes de ganancia, en lugar de aumentar los sueldos o los beneficios sociales de sus empleados responden […] reduciendo su personal, sacándose de encima una parte importante de la fuerza de trabajo para crear un inestable ejército de empleados freelance y demedio tiempo, sin los beneficios de la seguridad social.


MARK FISHER.

perú post indie

Haz el ejercicio de pasear una tarde por la plaza del Cuzco, siéntate a la vera de su fuente y distinguirás entre cuzqueños, entre las decenas de argentinos hippies (muchos realmente insoportables), unos cuantos chilenos y de esa pléyade de "gringos" -que vienen dispuestos a ser estafados, bricheados, etc-, a unos curiosos especímenes: los limeños.
Contrariamente a lo que creemos los hijos de esta tierra, lo primero que nos delatará será nuestro "acento". Sí, querido limeño, tenemos acento, un acentazo como doliente, como que rogamos por algo y las mujeres, muchas, además un extraño alargamiento de la sílaba final. Pero lo que realmente suele llamarme la atención es la manera como nos vestimos para ir al Cuzco, porque, el Cuzco es una ciudad, no el campo. Tiene universidades, empresas, negocios, etc. Siin embargo, casi como esos gringos que para venir a Sudamérica vienen disfrazados de Indiana Jones o su variante millenial, nosotros nos vestimos como si fuésemos a escalar el Himalaya. Ya, es verdad que el frío cuzqueño puede ser más intenso que el de la Costa -aunque este invierno me esté haciendo dudarlo- pero echa un vistazo a todo tu outfit: la casaca Northfake, abajo otra chaquetilla de polar o algo así de una marca similar, las botas de montañista, tus medias ochenteras cual escarpines, todo...
Y es que esa es la forma como imaginamos la Sierra: rural, el campo, las montañas, aunque en el fondo no nos movamos de un par de discotecas cusqueñas. Es decir, bien podrías haber venido vestido como en Lima con algo más de abrigo y ya; pero no, ir al Cuzco, a la sierra en general es asistir a un pedazo de nuestra imaginación geográfica que poco tiene que ver con nuestros hábitos usuales del vestido, del comportamiento, etc. Jamás vi en Lima a nadie tomarse una foto con una "niña andina" como lo vi en Cuzco y no ha sido porque no haya niños dispuestos a recibir one dollar por una foto en Lima, pero es que en Cuzquito (cada vez que escucho eso de "Cuzquito" me suda la espalda) es más cute. Ahora, sólo para que calcules la violencia de este acto, ¿te imaginas que alguien del Cuzco -Ayacucho, Huancavelica, Cajamarca o hasta de Chimbote- viniese y te pidiera tomarse una foto con tu hijita, tu sobrino, o lo que sea en Larcomar para subirlo a Instagram o al Facebook? ¿Hardcore, no?


FRED ROHNER
Historia Secreta del Perú 2

as it is when it was

sonido es sonido

sonido es sonido

pura miel

nogzales der wil

RETROMANÍA

"...Pero los 2000 fueron también la década del reciclado rampante: géneros del pasado revividos y renovados, material sonoro vintage reprocesado y recombinado. Con demasiada frecuencia podía detectarse en las nuevas bandas de jóvenes, bajo la piel tirante y las mejillas rosadas, la carne gris y floja de las viejas ideas... Pero donde lo retro verdaderamente reina como sensibilidad dominante y paradigma creativo es en la tierra de lo hipster, el equivalente pop de la alta cultura. Las mismas personas que uno esperaría que produzcan (en tanto artistas) o defiendan (en tanto consumidores) lo no convencional y lo innovador: ese es justamente el grupo más adicto al pasado. En términos demográficos, es exactamente la misma clase social de avanzada, pero en vez de ser pioneros e innovadores han cambiado de rol y ahora son curadores y archivistas. La vanguardia devino en retaguardia." SIMON REYNOLDS Retromanía

kpunk

las cosas como son

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las cosas como son II

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