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domingo, 24 de mayo de 2020

UNA CONVERSA CON DRIXNER DRX :. Los lugares alejados de la ciudad me ayudan a ver el panorama más claro e inspirarme




Una vez más llegan, desde la suburbia postpsicodélica del cono norte, olas con el inconfundible sello del dios Apolo. Drixner DRX es un músico experimental de Puente Piedra de quien podemos afirmar que por sus venas corren los ritmos de Caral, las psicodélicas visiones de Chavín y las heladas alturas de Wari. Acaba de publicar, vía Superspace Records, uno de los discos más sinceros y volados de la vanguardia peruana. 22 minutos generosos en space-rock, shoegaze y pianoise. Poesía sonora ideal para los deudos de César Bolaños y Kraftwerk. Y para todos los que andan hartos de la basura humanoide.


¿Desde cuándo y cómo empezaste en la escena alternativa y experimental? ¿Qué escuchabas de adolescente?

Desde muy temprana edad mi fascinación por el sonido en general fue creciendo. De niño solía escuchar los casets de mi padre, tenía una pila de 10 caset con una portada blanca, de joven él solía grabar cosas ambientales de la sierra peruana con una grabadora muy antigua. Esto fue de gran impacto para mí en mi infancia además de los viajes recurrentes que solía hacer con mi padre, prácticamente me la pasé 5 años viajando por su chamba, esa combinación de paisajes visuales en movimiento y la música de ese caset hacía que desapareciera. En el colegio solía juntarme con algunos amigos a escuchar música e intercambiar discos y datearnos información sobre alguna banda. Durante ese tiempo y con algunos compañeros de colegio y gente que he conocido en el camino he ido formando parte de algunos proyectos musicales de rock

¿En qué te inspiras o cuál es tu fuente para crear?

Mis ánimos son muy inestables y mis ganas de crear hasta frustrantes, suelo utilizar esas sensaciones para imaginarme melodías o hasta texturas de sonido que calcen con ese estado de ánimo, luego de ver alguna película que me haya impactado o hecho pensar. Otras son algunas experiencias personales que he sentido al relacionarme con el mundo. Son varias las fuentes que uso para componer. 

Acerca de tu EP “Moksha100”, ¿de cuándo datan las canciones, qué instrumentos y efectos empleaste? ¿Qué es o qué alude Moksha 100?

Las canciones fueron grabadas durante el 2019, durante ese año me mudé por mi nuevo trabajo y para hacer música en soledad; soy una persona que se irrita muy rápido cuando me distraen o pierdo la concentración y hacer música en la casa de mis padres es casi imposible.
Básicamente usé una guitarra epiphone SG negra prestado por mi pata Magno (gracias Magno), una distorsión que fabriqué, un bigmuff de bajo, pedales de delay, reverb un montón de reverb en varias capas, me apoyé en unos plugin que emulan muy bien el sonido. 
Usé un teclado midi con algunos plugin que me gustaron demasiado para crear todos esos entornos etéreos en las canciones. 
Moksha significa en el hinduismo liberación espiritual que se refiere al desapego del cuerpo material y usé 100 por hacer referencia a los 100 microgramos que se suministró Aldous Huxley de LSD justo antes de morir. El pedía llevar este tratamiento medicinal al que lo llamaba “moksha”.
Este conjunto de canciones lo hice en un tiempo en la que pensaba mucho en la muerte y lo frágiles que somos, la forma en la que cada sociedad interpreta a la muerte de diferentes maneras y acciona ante esto.
Pasé por un tiempo en la que la depresión me consumía bastante y los problemas existenciales se intensificaban más, encontrarme vacío y de que algunas cosas habían dejado de sentir. Experimenté con varias drogas, cansado de esta realidad que me apestaba cada vez más, durante mis sesiones experimenté sensaciones y paisajes oníricos de las cuales me he influenciado bastante para crear melodías o ambientes surreales. 

¿De qué va la lírica de los temas con voz?

En el absurdo comienzo a decir cosas aleatorias sobre pensamientos tan coyunturales sobre la existencia de un Dios físico y su uso para manipular mentes, sobre mis bloqueos mentales para concebir melodías, mi poca motivación y mi frustración, pero a las finales le ponía harto feeling a todo lo que lograba grabar.








¿Con qué grupos de la escena local te sientes hermanado/relacionado de alguna manera u otra?

Siempre me he relacionado con amigos del cono norte y otras personas que durante los últimos 5 años he visto y apreciado sus locuras. Hay varios proyectos amigos que conozco y con los que he pasado agradables momentos que tienen muy buena propuesta e imagino que debe haber muchos más por conocer, algunos son: Hipnoascension, Habo, Les Replicantes, Malanimal, Animal Insomne, Transparente, Inka Rocca, Basurales, Jablemur, Yo y los demás, Frido Martín, Paruro, etc.

¿Qué quieres comunicar/expresar con tu arte?

Mis ganas de seguir aprendiendo técnicas y explorando los sonidos desconocidos que alteren o produzcan sensaciones extrañas en uno, esa sensación de descubrir texturas en el sonido me pone bien y estimula mis ganas de seguir descubriendo. 

Además de la música, ¿qué otras expresiones te apasionan?

Mi amor por la música fue creciendo a la par con la fotografía, he tenido buenas amistades que he sabido aprender de ellos, tengas algunas fotos experimentales que he hecho durante los últimos años. Sobre todo a blanco y negro.

¿Qué discos estas escuchando en estos días de cuarentena?

Hace poco me tomé con este disco: “Avrocar ‎– Against The Dying Of The Light”  

¿Cuál es tu droga favorita?

Los hongos…

¿Cuál es tu sonido o lugar para estar preferido?

Los lugares alejados de la ciudad, son puntos en los que uno puede respirar tranquilo, calmarse y ver el panorama más claro. Eso ayuda a mantenerse inspirado. 

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PROMO DEL CD DE FRACTAL

barbarismos

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El Comité empezó a ser acosado por la policía. Hipólito Salazar, que había fundado la Federación Indígena Obrera Regional Peruana, fue deportado. Urviola enfermó de tuberculosis y falleció el 27 de enero de 1925. Cuando enterraron a Urviola varios dirigentes de la Pro-Derecho Indígena Tahuantinsuyo no pudieron asistir a su velatorio en el local de la Federación de Choferes, en la calle Sandia. El sepelio fue multitudinario. Los ejércitos particulares de los hacendados se dedicaron a quemar las escuelas que el Comité había abierto en diversos puntos del interior del Perú y persiguieron también a sus alumnos y profesores. Antes de la sublevación de Huancané de 1923, fusilaron a tres campesinos de Wilakunka solo porque asistían a una de estas escuelas. El año siguiente, durante una inspección que realizó a las comunidades de Huancané, el Obispo de Puno, Monseñor Cossío, constató la acción vandálica de los terratenientes que habían incendiado más de sesenta locales escolares. No contentos con quemar las escuelas que organizaba el Comité y asesinar a sus profesores o alumnos, los gamonales presionaron a las autoridades locales para que apresen a los delegados indígenas y repriman a los campesinos que los apoyaban. Entre 1921 y 1922, diversos prefectos y subprefectos perpetraron crímenes y atropellos. Hubo casos donde fueron los mismos gamonales los que se encargaron de asesinar a los delegados de la Pro-Derecho Indígena Tahuantinsuyo. Domingo Huarca, delegado de los comuneros de Tocroyoc, departamento del Cusco, quien había estado en Lima tramitando memoriales, fue brutalmente asesinado. Los gamonales primero lo maltrataron, después le sacaron los ojos y finalmente lo colgaron de la torre de una iglesia. Vicente Tinta Ccoa, del subcomité de Macusani, en Puno, que fue asesinado por los gamonales del lugar. En agosto de 1927, la Pro-Derecho Indígena Tahuantinsuyo dejó de funcionar luego que, mediante una resolución suprema, el gobierno de Leguía prohibió su funcionamiento en todo el país. Gran parte de la promoción de líderes indígenas que se forjó con la Pro-Derecho Indígena Tahuantinsuyo engrosó los nuevos movimientos sociales que iban a desembocar en la formación del Partido Comunista y el Partido Aprista. Fueron los casos de Ezequiel Urviola, Hipólito Salazar y Eduardo Quispe y Quispe, que fueron atraídos por la prédica socialista de José Carlos Mariátegui; o de Juan Hipólito Pévez y Demetrio Sandoval, que se acercaron a Víctor Raúl Haya de la Torre y el Partido Aprista. En 1931, después del derrocamiento de Leguía y la muerte de Mariátegui, el Partido Socialista, convertido en Partido Comunista, lanzó la candidatura del indígena Eduardo Quispe y Quispe a la Presidencia de la República. HÉCTOR BÉJAR.

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realismo capitalista peruano, ¡ja, ja!

rojo 2

es más fácil imaginarse el fin del mundo que el fin del capitalismo

En tercer lugar, un dato: una generación entera nació después de la caída del Muro de Berlín. En las décadas de 1960 y 1970, el capitalismo enfrentaba el problema de cómo contener y absorber las energías externas. El problema que posee ahora es exactamente el opuesto: habiendo incorporado cualquier cosa externa de manera en extremo exitosa, ¿puede todavía funcionar sin algo ajeno que colonizar y de lo que apropiarse? Para la mayor parte de quienes tienen menos de veinte años en Europa o los Estados Unidos, la inexistencia de alternativas al capitalismo ya ni siquiera es un problema. El capitalismo ocupa sin fisuras el horizonte de lo pensable. Jameson acostumbraba a detallar con horror la forma en que el capitalismo penetraba en cada poro del inconsciente; en la actualidad, el hecho de que el capitalismo haya colonizado la vida onírica de la población se da por sentado con tanta fuerza que ni merece comentario. Sería peligroso y poco conducente, sin embargo, imaginar el pasado inmediato como un estado edénico rico en potencial político, y por lo mismo resulta necesario recordar el rol que desempeñó la mercantilización en la producción de cultura a lo largo del siglo XX. El viejo duelo entre el détournement y la recuperación, entre la subversión y la captura, parece haberse agotado. Ahora estamos frente a otro proceso que ya no tiene que ver con la incorporación de materiales que previamente parecían tener potencial subversivo, sino con su precorporación, a través del modelado preventivo de los deseos, las aspiraciones y las esperanzas por parte de la cultura capitalista. Solo hay que observar el establecimiento de zonas culturales «alternativas» o «independientes» que repiten interminablemente los más viejos gestos de rebelión y confrontación con el entusiasmo de una primera vez. «Alternativo», «independiente» yotros conceptos similares no designan nada externo a la cultura mainstream; más bien, se trata de estilos, y de hecho de estilos dominantes, al interior del mainstream.
Nadie encarnó y lidió con este punto muerto como Kurt Cobain y Nirvana. En su lasitud espantosa y su furia sin objeto, Cobain parecía dar voz a la depresión colectiva de la generación que había llegado después del fin de la historia, cuyos movimientos ya estaban todos anticipados, rastreados, vendidos y comprados de antemano. Cobain sabía que él no era nada más que una pieza adicional en el espectáculo, que nada le va mejor a MTV que una protesta contra MTV, que su impulso era un cliché previamente guionado y que darse cuenta de todo esto incluso era un cliché. El impasse que lo dejó paralizado es precisamente el que había descripto Jameson: como ocurre con la cultura posmoderna en general, Cobain se encontró con que «los productores de la cultura solo pueden dirigirse ya al pasado: la imitación de estilos muertos, el discurso a través de las máscaras y las voces almacenadas en el museo imaginario de una cultura que es hoy global». En estas condiciones incluso el éxito es una forma del fracaso desde el momento en que tener éxito solo significa convertirse en la nueva presa que el sistema quiere devorar. Pero la angustia fuertemente existencial de Nirvana y Cobain, sin embargo, corresponde a un momento anterior al nuestro y lo que vino después de ellos no fue otra cosa que un rock pastiche que, ya libre de esa angustia, reproduce las formas del pasado sin ansia alguna.
La muerte de Cobain confirmó la derrota y la incorporación final de las ambiciones utópicas y prometeicas del rock en la cultura capitalista. Cuando murió, el rock ya estaba comenzando a ser eclipsado por el hiphop, cuyo éxito global presupone la lógica de la precorporación a la que me he referido antes. En buena parte del hip hop, cualquier esperanza «ingenua» en que la cultura joven pueda cambiar algo fue sustituida hace tiempo por una aceptación dura de la versión más brutalmente reduccionista de la «realidad». «En el hip hop», escribió SimonReynolds en su ensayo de 1996 para The Wire :
«Lo real» tiene dos significados. En primer lugar, hace referencia a la música auténtica que no se deja limitar por los intereses creados y se niega a cambiar o suavizar su mensaje para venderse a la industria musical. Pero «real» también es aquella música que refleja una «realidad» constituida por la inestabilidad económica del capitalismo tardío, el racismo institucionalizado, la creciente vigilancia y el acoso sobre la juventud de parte de la policía. «Lo real» es la muerte de lo social: es lo que ocurre con las corporaciones que, al aumentar sus márgenes de ganancia, en lugar de aumentar los sueldos o los beneficios sociales de sus empleados responden […] reduciendo su personal, sacándose de encima una parte importante de la fuerza de trabajo para crear un inestable ejército de empleados freelance y demedio tiempo, sin los beneficios de la seguridad social.


MARK FISHER.

perú post indie

Haz el ejercicio de pasear una tarde por la plaza del Cuzco, siéntate a la vera de su fuente y distinguirás entre cuzqueños, entre las decenas de argentinos hippies (muchos realmente insoportables), unos cuantos chilenos y de esa pléyade de "gringos" -que vienen dispuestos a ser estafados, bricheados, etc-, a unos curiosos especímenes: los limeños.
Contrariamente a lo que creemos los hijos de esta tierra, lo primero que nos delatará será nuestro "acento". Sí, querido limeño, tenemos acento, un acentazo como doliente, como que rogamos por algo y las mujeres, muchas, además un extraño alargamiento de la sílaba final. Pero lo que realmente suele llamarme la atención es la manera como nos vestimos para ir al Cuzco, porque, el Cuzco es una ciudad, no el campo. Tiene universidades, empresas, negocios, etc. Siin embargo, casi como esos gringos que para venir a Sudamérica vienen disfrazados de Indiana Jones o su variante millenial, nosotros nos vestimos como si fuésemos a escalar el Himalaya. Ya, es verdad que el frío cuzqueño puede ser más intenso que el de la Costa -aunque este invierno me esté haciendo dudarlo- pero echa un vistazo a todo tu outfit: la casaca Northfake, abajo otra chaquetilla de polar o algo así de una marca similar, las botas de montañista, tus medias ochenteras cual escarpines, todo...
Y es que esa es la forma como imaginamos la Sierra: rural, el campo, las montañas, aunque en el fondo no nos movamos de un par de discotecas cusqueñas. Es decir, bien podrías haber venido vestido como en Lima con algo más de abrigo y ya; pero no, ir al Cuzco, a la sierra en general es asistir a un pedazo de nuestra imaginación geográfica que poco tiene que ver con nuestros hábitos usuales del vestido, del comportamiento, etc. Jamás vi en Lima a nadie tomarse una foto con una "niña andina" como lo vi en Cuzco y no ha sido porque no haya niños dispuestos a recibir one dollar por una foto en Lima, pero es que en Cuzquito (cada vez que escucho eso de "Cuzquito" me suda la espalda) es más cute. Ahora, sólo para que calcules la violencia de este acto, ¿te imaginas que alguien del Cuzco -Ayacucho, Huancavelica, Cajamarca o hasta de Chimbote- viniese y te pidiera tomarse una foto con tu hijita, tu sobrino, o lo que sea en Larcomar para subirlo a Instagram o al Facebook? ¿Hardcore, no?


FRED ROHNER
Historia Secreta del Perú 2

as it is when it was

sonido es sonido

sonido es sonido

pura miel

nogzales der wil

RETROMANÍA

"...Pero los 2000 fueron también la década del reciclado rampante: géneros del pasado revividos y renovados, material sonoro vintage reprocesado y recombinado. Con demasiada frecuencia podía detectarse en las nuevas bandas de jóvenes, bajo la piel tirante y las mejillas rosadas, la carne gris y floja de las viejas ideas... Pero donde lo retro verdaderamente reina como sensibilidad dominante y paradigma creativo es en la tierra de lo hipster, el equivalente pop de la alta cultura. Las mismas personas que uno esperaría que produzcan (en tanto artistas) o defiendan (en tanto consumidores) lo no convencional y lo innovador: ese es justamente el grupo más adicto al pasado. En términos demográficos, es exactamente la misma clase social de avanzada, pero en vez de ser pioneros e innovadores han cambiado de rol y ahora son curadores y archivistas. La vanguardia devino en retaguardia." SIMON REYNOLDS Retromanía

kpunk

las cosas como son

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las cosas como son II

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