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domingo, 2 de mayo de 2021

UNA CONVERSACIÓN CON FIDEL GUTIÉRREZ :. En nuestra escena la independencia y el desprejuicio tienen su raíz en el rock subte peruano



Conocí a Fidel Gutiérrez en la gloriosa Colmena allá por el 91 donde ofrecía modern rock y new wave en el puesto de Julio aka Caradebuke. Cuatro años después vi su nombre firmando en la revista Caleta una sorprendente reseña al álbum debut de Silvania, "En cielo de océano" (Elefant, 1993). Recuerdo claramente su mención a Spacemen 3 como influencia para la formación peruano (española). En ese entonces paraba prendido de las reediciones noventeras de los astronautas y escuchar temas como "Soul 1" o "That's Just Fine" no hacían sino corroborar la precisión de tal aserto. Ese texto es histórico, se trata nada menos que de la primera mención en prensa nacional a Silvania, justo cuando nadie les conocía ni daba un centavo por estas vertientes. 

Volví a encontrar a nuestro invitado años después ya no en las cenicientas calles de Lima pero al integrar el staff de Freak Out! circa 2004/2007. Columnas y proyectos suceden y así, al tiempo de dedicar su vida a la crítica musical, Fidel labura en la Agencia de Noticias Andina. Recuerdo haberlo visto vía canal 7/IRTP cubriendo conferencias de prensa en Palacio de Gobierno bien al terno. ¡Larga vida a la Colmena!



Te recuerdo a inicios de los 90 vendiendo cassettes en La Colmena, al frente de la Villarreal. Cuéntanos sobre esas épocas. Que recuerdos y con quiénes parabas, ¿qué sabes de personajes como Gallo Claudio o este man que piropeaba hasta a las policías femeninas a punta de ladridos?

Jajaja… Tienes mejor memoria ke yo al parecer... Recuerdo ke llegué allí gracias a mi amigo y compa de la universidad, Giovanni. Lo de los casetes era una forma de recursearse en esos tiempos tan difíciles. Los dueños del puesto inicialmente eran Julio y Lito. Cuando Julio tuvo su tienda en las galerías Brasil, se lo dejó a Lito, un amigo ke dibujaba viñetas graciosas. Giovanni trabajaba con Lito y como no se daba abasto, me pasó la voz. Acepté rápido porke hasta entonces había estado yendo de chamba en chamba recurseándome para apoyar en casa, pues pasábamos tiempos muy difíciles. Yo había entrado a la universidad en el año 90. Mi papá había entrado a la jubilación y mi mamá había salido del trabajo. Se vivían todavía las secuelas de la hiperultrarecontraarchimegainflación de fines de los 80 y del tremendo shock de comienzos de los 90. Mi viejito me miraba con cara de pocos amigos cuando regresaba a la casa al mediodía diciendo ke no había encontrado nada interesante para chambear o ke se habían limitado a decirme ke me “llamarían”. Igual en ese tiempo hice de mensajero, auditor del seguro social y vendedor durante tiempos cortos, por lo ke tuve ke pasarme a estudiar al turno noche. Incluso seguí cachueleando así ya estando con lo de los casetes, porke a veces alcanzaba con las justas para el almuerzo y lonche semanal. Pero ya estoy saliéndome de tu pregunta…. La ubicación física del puesto era bajo las rejas de la iglesia ke está entre el jirón Chancay y Colmena (Nicolás de Piérola). Por la ubicación física (estaba al lado suyo) y por ciertas afinidades musicales y de ideas, terminé, luego de un tiempo, haciendo buenas migas con el Chato Viktor, ke por entonces estaba empujando con todo a su grupo Pateando Tu Kara y también estaba encargado del Hueco, ese inolvidable punto de encuentro en Santa Beatriz; una especie de squat o refugio para inconformes. El chato tenía todo el material ke ofrecía almacenado en una carreta de madera de tamaño impresionante. La canción ‘La carreta” de Aeropajitas está inspirada en ella, jaja. Allí tenía punk, hardcore y géneros afines, pero también mucho material de lectura, llámese comic o textos formativos, mayormente anarcos. Muy inspirador todo ello… Pero nuevamente me estoy yendo por las ramas… Vuelvo a tus preguntas: Lo ke se vendía en el puesto a mi cargo era más ke nada lo ke en esa época empezó a llamarse “alternativo”, pero ke desde mucho tiempo atrás ya era conocido como “new wave”, “nueva música” o “cosas medio raras”. Sobre la demás gente recuerdo a otro pata ke también vendía ese tipo de música, apodado ‘Zombíe’, ke cuidaba mucho la presentación de los casetes ke vendía. También estaban el chato Carlos, más centrado en lo ke entonces se llamaba “techno”. Otro puesto interesante era el de Benedicto, con música un poco más difícil de conseguir. Si mal no recuerdo, con él estaba Juan, de Hipnoascensión, kien luego haría dupla con el singular ‘Correbala’. Estos últimos, como tú bien sabes, eran los únicos ke en ese tiempo y en ese lugar de Lima ofrecían material de bandas indie inglesas, en pleno auge del shoegaze y de tendencias afines. También recuerdo a “Robotiko” aficionado al EMB y las visitas largas y divertidas ke hacía por allí Leo Bacteria… Tu pregunta me ha desempolvado el cerebro, Wilder. Agradeceré me cuentes ké ha sido de varios de esos personajes, si es ke lo sabes… Otro ke andaba por esos rumbos era Francis, un pata muy bonachón ke chambeaba con ‘Zombíe’. Él es ese tipo al ke recuerdas aullando cada vez ke pasaba una chica simpática, incluidas mujeres policías. Pero su táctica iba más allá de eso y, con su floro y sonrisa de yonofui, terminaba sacando números telefónicos y trabando amistad con más de una… ¡Ké será de su vida!  Otro al ke recuerdo es David “Jabalí”, un pata buena onda apegado al metal y al hard, ke vendía para Lucho Galicio. Este último, por cierto, era como el magnate del lugar: tenía un kiosko empotrado en plena pista de la eskina de Colmena con Chancay y ofrecía una enorme cantidad de casetes de todos los estilos distribuidos en numerosas maletas. Su kiosco se convertía al caer la tarde en punto de encuentro de la fauna rocker limeña en su vertiente más undermetalúrgica. Si mal no recuerdo, el pisco con San Luis era el trago del anfitrión, pero los visitantes sí se metían de todo al gaznate: chela, corto, lo ke sea… Por cierto, no recuerdo al ‘Gallo Claudio’ ke mencionas en tu pregunta, pero es ke tampoco recuerdo muchas cosas de ese entonces, seguramente por los constantes golpes a las neuronas ke uno solía darse allí al terminar el día, mayormente los viernes y sábados… Si las fechas no me traicionan, todo eso terminó cuando en el 95 la Municipalidad de Lima sacó a todo el comercio informal del centro de la ciudad. Me contaron ke un bulldozer levantó el kiosco de Galicio y ke en una camioneta se llevaron una suerte de carreta rodante de ¡2 pisos! ke en el mismo Jirón Chancay y al lado de todos nosotros, tenía un señor apellidado Príncipe, dedicado a vender, hacer y componer instrumentos musicales. Recuerdo ke este pata a veces lanzaba frases de desprecio sobre el rock… Bueno, terminé nuevamente yéndome por las ramas. ¿Ké más?

Escribiste sobre Silvania en la Revista Caleta allá por el 95. Debe haber sido el primer artículo en un medio peruano sobre ellos. ¿Qué escuchabas en ese entonces y cómo llegaste a la obra de la dupla?

En esos años me interesaba mucho la onda indie inglesa, ke pasaba por una etapa prolífica increíble, y el desprejuiciado rollo ke en Norteamérica se daba con la gente de Sub Pop a la cabeza y ke iba mucho más allá ke Nirvana. Los compilados ‘Indie Top 20’ con sus cuchucientos volúmenes, y ‘The Grunge Years’ eran buenas guías para saber kién hacía ké en cada una de esas escenas. A la distancia veo ke ambas tendencias ocuparon en mis preferencias el lugar preponderante ke hasta hacía poco tiempo habían tenido el techno new wave y el rock en castellano. Salvo excepciones, ambas corrientes se habían vuelto bastante repetitivas al iniciarse los 90. Otras fuentes de información muy importantes para mi y para varios en esa época era un programa inglés ke pasaba Radio Miraflores pasado el mediodía, llamado ‘Rock over London’. En una hora te enterabas de lo ultimito ke salía en Gran Bretaña, sin intermediarios y sin payasos ke intentaran caletearte ese material. También nos manteníamos al día con las revistas inglesas ke traían a la biblioteca del instituto Británico en San Isidro. La NME y la Q llegaban con un retraso mínimo de una o dos semanas y los amigos ke las sacaban nos las jugaban para fotocopiarlas antes de devolverlas. Claro ke también había gente inescrupulosa ke cortaba las hojas o escribía encima de ellas. Una de esas personas llegaba al extremo de escribir anuncios de su programa de radio. Dios santo… La cosa es ke, debido a esas vandalizaciones, dejaron de traer esas publicaciones, perjudicando a todos… Bueno, para variar, me fui por las ramas de nuevo… En medio de esas exploraciones informativas y musicales, realizadas con gente ke pululaba por el centro de Lima y en las galerías Brasil, es ke aparece el nombre de Silvania. Fue justamente Pedrito Palanca, uno de los visitantes al cruce de Chancay y Colmena, kien me prestó su primer EP, ‘Miel Nube Hiel’. Mi kerido Pedrito, gran artista y músico intuitivo, cuyos dibujos y cómics se volvieron años después en material de culto entre los admiradores de lo homoerótico en Europa y Norteamérica. Se le extraña un montón, carajo. Él había estado recorriendo algunas ciudades europeas en ese tiempo y, tras regresar a Lima, nos conocimos en unas de sus visitas al jirón Chancay, y empatamos en principio por nuestra fascinación mutua por los Smiths. La amistad se inició con el consabido intercambio de música y revistas musicales, entre ellos el EP de Silvania y algunas revistas españolas ke hablaban de ellos. De hecho, Pedro los había visitado en España, porke en Lima había sido muy amigo de Cocó, ‘El Romántico’. Alguna vez, en su casa de Lince, Pedro me hizo oír unas cintas de ensayos de Único Eunuco, un proyecto suyo y de Cocó ke –me pareció en ese momento- sonaba espectacular, a pesar de la precariedad de la grabación. Era como un cruce entre la oscuridad densa de Death in June y la rítmica makinal de DAF. Esa rítmica la había sacado usando el ritmo programado de un viejo órgano ke tenía en su casa. A-lu-ci-nan-te… Me pregunto ke habrán sido de esos casetes con sus demos, y en general de todo ese material impreso ke el buen Pedro tenía. A dónde habrán ido a parar luego de su fallecimiento. Él sacaba temas de oído en la guitarra acústica. Tenía un talentazo para ello… Volviendo a Silvania, creo ke Pedrito los visitó poco después de ke estos se habían mudado de Valencia a Madrid. Hablamos del año 91, me parece... No recuerdo fechas exactas. Las neuronas nuevamente jugando malas pasadas… La cosa es ke los Silvania le facilitaron ese EP maravilloso y sorprendente. Recuerdo ke cuando Pedro llevó el disco a la Colmena, varios ke conocían a Cocó y Mario de sus años subterráneos mostraban tremendo asombro, porke nunca pensaron ke podían hacer algo musicalmente tan extraordinario. Y cuando ambos le mandaron a Pedro por correo una copia en CD de En Cielo de Océano, todos nos kedamos estupefactos por el progreso musical mostrado, y también por el gesto de mencionar en los agradecimientos a gente de la movida subte limeña de los 80, como Támira, de Salón Dadá, o a Nico Eutanasia, Rafo Ráez, Daniel F. y Kilowatt, entre otros. Y si no recuerdo mal, ‘Un bosque en la memoria’ está dedicado a todos ellos. El hecho de ke dos peruanos salidos de la escena subterránea, tan vapuleada por algunos, estuvieran haciendo una música emparejada totalmente en estética y espíritu a lo ke se hacía en ese momento en Inglaterra y ke pocos medios le prestaran atención, fue lo ke me llevó a escribir en 1994 algo sobre ellos para ‘Caleta’, cuyo primer número recién pudo salir al año siguiente. Se ke Pedrito llevó ‘Miel Nube Hiel’ al programa de Helene Ramos en Radio Miraflores antes de ke apareciera esa nota. Pero, igual, kienes sabíamos de lo ke Cocó y Mario estaban logrando en España, éramos muy pocos en ese momento, lo cual sigue pareciéndome lamentable.



¿Qué destacas de la escena subte y alterna luego de los años transcurridos?

Asumo ke tu pregunta va por lo ocurrido en el Perú, así ke por allí centraré mi respuesta. De repente suena a cliché lo ke voy a decirte, pero el rock subterráneo representa para mi un punto de inflexión en la música popular peruana. Su emergencia, su estética y su posición respecto al estado de las cosas configuran un movimiento social en el ke, paradójicamente, se rechazaba la sistematización y la construcción de liderazgos. Y es ke, para mi, el rock subte peruano fue, antes ke una movida estructurada o sistematizada, la reacción de jóvenes de clase media con cierta lucidez y mucha información en sus cabezas, ante la hipocresía y mediocridad de nuestra sociedad. En lo musical, valoro al subte peruano de los años 80 por haberse lanzado a la palestra sin importarle lo conservador ke era nuestro medio musical rockero. Hasta ahora me da risa y algo de cólera recordar cómo la gente de las generaciones anteriores kerían ningunear estas propuestas, tildándolas de “antimusicales” y “antiprofesionales”. Mientras tanto ellos seguían cantando letras muy poco inspiradas, totalmente desconectadas no solo de la realidad sino de la irrealidad o del espíritu de la época. Y de la música, ni se diga: sus referentes contemporáneos y “modernos” eran los del top 10 de la revista Billboard… También valoro mucho ke desde la escena subterránea se crearan, casi espontáneamente, redes de difusión efectivas y paralelas a las del mercado musical formal, aprovechando la asekibilidad del formato casete. Salvo una ke otra excepción, estos muchachos no tocaron las puertas de las diskeras o radios, pues sabían ke por miopía o ignorancia, los responsables de estas no iban a tomar en cuenta sus propuestas ni sikiera para plantear mejorarlas. La estética del punk -tan permisiva con la fotocopia, el collage y la apropiación/intervención de imágenes- fue bien akilatada por las bandas en sus casetes, afiches y fanzines. La filosofía del do it yourself fue puesta de manifiesto en lo sonoro, pero eso no fue obstáculo para establecer colaboraciones y puntos de contacto cuando algunos de los subtes más conscientes kisieron darle más musicalidad a su propuesta. Curiosamente, son estos últimos los ke hasta ahora siguen en el camino, tratando de hacer trabajos de buen nivel y coherentes con sus respectivas trayectorias. Pero el otro lado también tienes a un grupo de personajes ke viven de ese pasado, mostrándose como pavos reales –más pavos ke reales- sin tener un cuerpo de trabajo notable o una trayectoria musical o de activismo contracultural ke sustente tanta vanidad y egocentrismo. De ellos mejor ni hablar, porke, además, se trata de personajes ke, a pesar de presentarse como contestatarios, no han sabido superar las taras de sus orígenes, incurriendo a la vejez en ejercicios de discriminación, clasismo y racismo abochornantes… Uff…. Pero volviendo a lo musical, encuentro también ke el rock subte le kitó a la escena local el miedo a la autogestión y también el miedo a mostrarse amateur. Algo de esto lo vimos en los años 90, con bandas fuera del espectro punk y hardcore adoptando los mecanismos utilizados por los subtes para gestar sus trabajos. De repente eso también puede haber sido contraproducente en algún sentido, pues hay propuestas estéticas dentro del rock ke necesitan sí o sí de sapiencia y técnica musical, y eso como ke no se tenía muy claro en ese tiempo. Esa falta de producción y recursos limitó el alcance de estas grabaciones, centrándolas en una audiencia ya enterada e impidiéndole ser expuestos o conocidos a nivel internacional. Allí también reside una contradicción ke no se ha expuesto ni explicado lo suficiente: la de las bandas empeñadas en transmitir un mensaje pero a la vez optando por formas estéticas y musicales ke limitaban el alcance de ese mensaje... Material para reflexionar en otro momento, seguramente… Por lo demás –a diferencia de lo ocurrido en los años 80- en los 90 y en los años dosmiles nuestra escena alternativa reflejó en sus distintas vertientes tendencias contemporáneas. Incluso gestó movidas totalmente independientes en cuestión estética y sonora, como las de Crisálida Sónica –ke tú conoces perfectamente, jeje- Internerds o Buh! Records, todas ellas alejadas exprofesamente del convencionalismo del rock y apegadas –por lo menos en sus inicios- a la filosofía del DIY. Se me ocurre incluso ke se puede trazar una línea vinculante entre las maketas grabadas y reproducidas en casa de los grupos subterráneos, con los CD-R de varios artistas independientes o con los ke tú lanzabas en los inicios de tu sello Superspace Records. En nuestro contexto peruano, esas prácticas de independencia y desprejuicio; de aprovechar herramientas tecnológicas propias de cada época para difundir una propuesta, tienen su raíz en el subte peruano. De no haberse hecho entonces, difícilmente podrían haber sido tomadas con naturalidad posteriormente, ¿no crees?... Hoy las cosas son más diversas en lo ke a distribución y producción sonora respecta. Internet revolucionó absolutamente todo y ha posibilitado ke muchos artistas ke en su país son marginales, encuentren mayor atención a sus propuestas en otros países o ke una banda de noise peruana como Liquidarlo Celuloide pueda llamar la atención de Jaz Coleman y ser producida por él… En lo musical, observo ke actualmente la escena alternativa peruana está segmentada y diversificada, haciendo imposible identificar una tendencia predominante. Pero los trabajos más interesantes son precisamente akellos en los ke se interceptan tendencias y se desarrollan experimentos sonoros, como, por ejemplo, en los discos de los artistas ke produce Daniel Quiñones o las mezclas ke hacen dentro del hip hop Pounda & NoMódico bajo el nombre de Vudufa, metiéndole a este género la rítmica afroperuana sin incurrir en payasadas para turistas. En lo eminentemente experimental percibo cierta repetición de referencias y eskemas previos. Igual, siempre sorprenden los discos de gente como Paruro o Puna. Lo ke más me llenó en años recientes fue la introducción de elementos regionales dentro de lo experimental, particularmente en artistas de provincias, como Brageiki, ke creo ke está en tu sello, o en lo ke hace desde afuera Christian Galarreta, con Sajjra. También me parece notable el desprejuicio y la musicalidad de varios artistas jóvenes ke recurren al pop, al soul y a la electrónica, mezclando todo eso a la vez. 

¿Qué grupos o discos peruanos te volaron la cabeza?

Prefiero hablar de discos, pues estos suponen la culminación de un trabajo concienzudo por parte de las bandas ke los hacen. También porke he visto grupos ke en una noche se comieron al mundo desde el escenario, pero ke al siguiente mes hicieron el peor show de sus vidas. Por el contrario, los discos se mantienen invariables en el tiempo. Empiezo, pues, con ‘Primera dosis’, de Narcosis, por su osadía, su rabia, su eclecticismo y esas letras ke parecían reproducir mi vida y pensamiento a los 13 años. Parece ke hubieran tres grupos en esa grabación… ‘A la mierda lo demás’, de Leusemia, es otro disco memorable, por sus canciones-himno, por darle a la marginalidad una épica, por inyectarle poesía a la cotidianeidad de los sin suerte… Incluyo también en este rubro al primer disco de El Aire, mapa sonoro de la disfuncionalidad rockera y emocional de quienes hemos crecido alimentándonos de esta música “distinta” y de la incertidumbre... Imposible también obviar a ‘No puedo irme y ‘Los días y las sombras’, de Voz Propia. El primero es un retrato de época feroz, ke, pese a lo oscuro de sus letras, deja espacio para la luz en su musicalidad, bastante afin a lo ke se hacía en ese momento en otros puntos del mundo. Sus canciones pueden ser la banda sonora más apropiada para los años finales de los 80, una época intensa en todo sentido. Así como en el cine nacional ‘Caídos del Cielo’ refleja esa sensación de callejón sin salida (con ciertos y minúsculos atisbos de esperanza) de los últimos años del gobierno de García, ‘No puedo irme’ cumple un papel parecido en lo musical. ‘Los días y las sombras’ es musicalmente más conservador, pero en su letra encuentras una suerte de testamento existencial de la generación del subte, ke es la generación anterior a la mía. Son canciones intensas en las ke esta acepta y reconoce su decadencia y oscuridad, pero también una posición de resistencia irreductible... Otro gran disco es ‘Puedes ser tú’, de Miki González, con sus canciones new wave sobre atentados, adicciones, militares abusivos y corrupción. Cada vez ke lo escucho me parece increíble ke algo así haya podido ser vendido en tiendas convencionales y difundido en radios mainstream. El single inicial, ‘Dímelo, Dímelo’, era como un caramelo. Comprabas el disco para chupar ese dulce y de repente te encontrabas con un jarabe amarguísimo ke hasta chicha tenía, para pesadilla de los rockeros de ese tiempo, tan conservadores y clasistas… Yendo más atrás en el tiempo, me rindo ante el único disco de Tarkus, tan pesado, poético y místico ke parece haber sido hecho en una región de la Tierra Media. Es rock fuerte, con muchos puntos de encuentro similares a los de otras bandas de otras partes del mundo, pero con una personalidad propia muy fuerte, ke la distingue de algún otro proyecto parecido contemporáneo, más preocupados en fotocopiar y en sonar como los gringos, ke en proyectar algo original… "Virgin", el primer disco de Traffic Sound, también me pareció fuera de serie desde la primera vez ke llegó a mis oídos, por reunir distintas influencias de ese momento a lo largo de todas sus canciones, unidas todas por fuertes dosis de sicodelia. Si bien cantaban en inglés y no pretendían ser estandartes de rebeldía, su música en sí misma constituía una suerte de manifiesto alternativo, tanto por su estética como por el uso aventurado ke le daban a los recursos ke tenían a la mano, y ke, por suerte para ellos, eran abundantes. Increíble ke estos jóvenes pelilargos hicieran ke músicos mainstream y straight como Tito Chicoma, Melcochita u Otto de Rojas participaran en temas en los ke se hablaba de alucinógenos y otros placeres libres… También metería en la respuesta a tu pregunta a ‘En cielo de océano’, de Silvania, pero el hecho de ke haya sido grabado en España me frena un poco. Igual, puedo decir ke se trata de casi una obra maestra muy apegada a su época y a los referentes de ese entonces, pero en castellano y con un despliegue de sensibilidad y una sonoridad capaz de hacerte sentir en mente y espíritu como parte de algo mejor, así no sepas exactamente de ké. 

La prensa musical vive días aciagos. En Perú nunca terminó por establecerse. Ni siquiera comenzó ese proceso, pero, ¿qué crees que se podría hacer en ese sentido?

La segunda parte de tu pregunta me parece un pokito faltosa. Puedo coincidir en ke no hemos tenido una prensa musical abocada al rock y corrientes afines a este, plenamente establecida, con publicaciones longevas y de publicación permanente. Pero sí hemos tenido puntos de inicio y esfuerzos notables. Y en casi 50 años hemos tenido varios, la verdad. Lo lamentable es –insisto- la falta de continuidad de esos esfuerzos. Coincido sí en ke la prensa musical no pasa por el mejor de sus momentos. De hecho, la única forma en ke se manifiesta actualmente acá es vía determinados portales o blogs como el tuyo, el de Rock Achorao, el de Hakim, el de Tercer Parlante, e incluso alguno con un campo de acción más amplio, como el de Conciertos Perú. En Facebook también hay bastante activismo, pero finalmente el alcance de estos esfuerzos es limitado. También hay casos de youtubers ke hacen análisis o entrevistas, pero confieso ke he visto poco de ello y con mala suerte, pues lo ke he captado allí resulta muy superficial, subjetivo y hasta desinformado. A lo mejor hay excepciones a esto, así ke prefiero buscar más antes ke lanzar un juicio generalizado al respecto… Los esfuerzos por mantener publicaciones físicas se dan por allí. Un caso muy representativo es el de ‘Cuero Negro’, ke sigue sacando edición impresa. Si bien no tiene una frecuencia fija de salida establecida, me parece chévere ke en sus páginas puedas encontrar información y crítica. Esa mezcla es, para mi, la ideal, y lamento no participar en este tiempo de un proyecto en el ke se combinen ambos formatos. De hecho, ‘Rock en Rojo y Blanco’, ke era el espacio ke estaba a mi cargo en la Agencia de Noticias Andina, entró en congelación cuando empezó la pandemia. Espero alguna vez pueda salir de ese estado… Lo cierto es ke ‘Rock en Rojo y Blanco’ estaba centrado mayormente en la difusión de propuestas y no en el análisis de esta. Cuestiones de formato, de espacio y de tiempo, llevaron a ke este proyecto mío se centre en difundir y en mostrar el trabajo de músicos de todas las tendencias. Por este programa han pasado solistas y bandas mainstream y underground, y a todos se les ha tratado con idéntico respeto. Y en la medida de lo posible, hemos mostrado su música a una audiencia totalmente nueva, a través de vídeos y sesiones en vivo (recuerdo la ke hiciste tú con un pekeño ¿oscilador?). Pero, volviendo a lo ke decía hace un rato, sin ensayar posiciones críticas y de apreciación y valoración. Esto último ha sido usado por ciertas personas babeantes para maletear y decir ke en el programa se le revientan cohetes a tal o cual estilo y ke “solo invita a sus amig@s”. Aprovecho tu entrevista para mandar a kienes dicen eso a bañarse y lavarse bien lo ke tienen entre sus nalgas. Les preguntaría en ké otro espacio han visto ke se invite en igualdad de condiciones a artistas de estilos tan distintos entre sí como Hadez, Rio, El Polen, Arián 1, La Lá, Cementerio Club, El Jefazo, Ale Hop, Pounda & Nomódico y Francois Peglau, por mencionar unos cuantos dentro de otros cientos… Les puedo dar jabón desinfectante… Hecha la catarsis, vuelvo a lo de la crítica: esta es parte del kehacer propio de la prensa musical y debe complementarse con lo eminentemente informativo. En ‘Rock en Rojo y Blanco’ presentábamos a los artistas y a sus trabajos. Afortunadamente, otros espacios (vienen a mi memoria en este momento Tercer Parlante y Apostillas desde la disidencia, el blog de Hakim) sí le dan sitio a ejercicios de crítica, como comentarios sobre discos y conciertos, y desearía ke hubiera más de ello. Posiblemente una mayor presencia de crítica desarrollaría nuevas dinámicas entre artistas, prensa y audiencia. Cuando la revista Caleta (de la ke formé parte) apareció a mediados de los años 90, varias personas ajenas al rock se sintieron impactadas por las reseñas y opiniones ke allí se vertían. Todos los ke participamos allí lo hacíamos por pasión (plata no había, jaja) y esto se reflejaba en los juicios ke se vertían, algunos de ellos injustos, posiblemente. A lo ke voy es ke esos ejercicios de crítica no eran frecuentes en ese momento, fuera de la literatura o el cine. En la revista Esquina, ke era entonces el último referente de la prensa rock, se había abandonado ese aspecto (aparte ke salía publicada muy espaciadamente). Recuerdo ke, a poco de salida Caleta, la revista Phantom, más apegada al mainstream, se puso las pilas e introdujo contenidos menos “publicherricos” y más críticos. Publicaciones posteriores, como Interzona, desarrollaron más sus argumentaciones y tomas de posición… Pero en realidad no se había inventado nada. El formato de información + crítica siempre ha sido inherente a la prensa rock, incluida la nacional. Y allí vuelvo a tu afirmación inicial errónea respecto a ke nunca se inició en el Perú una prensa musical. Invoco al respecto al recordado amigo Estanislao Ruiz Floriano, gran pionero del tema, ke en 1972 lanzó ‘Rock’, la primera publicación rockera de la ke se tiene noticia acá y ke desde el inicio defendió una posición específica vinculada a lo contracultural. Allí también se mantuvo el eskema de informar pero también opinar sobre discos y conciertos. Lo mismo ocurrió cuando Estanislao relanzó esta publicación como ‘Rock del Sur’ unos cuantos años después. Allí insistía casi majaderamente (jaja) en ke las bandas cantaran temas propios en su propio idioma… Ave Rok y Esquina también han sentado posición en su momento, defendiendo puntos de vista y estilos definidos… En resumen, lo ke necesitamos es eso: más gente generando espacios para difundir, pero también para hacer crítica. Y sobre todo, ke ambas vertientes partan del conocimiento y la información. Tal vez no suene bonito decirlo, y posiblemente me digan ke soy un viejito renegón, pero me parece lamentable, por ejemplo, ke en determinados espacios los conductores y entrevistadores ignoren los antecedentes o la música de sus entrevistados. Te cuento como ejemplo ke en una conferencia de prensa virtual reciente a la ke asistí, varios de los representantes de medios supuestamente especializados le preguntaban al artista ké estilo musical hacía o, sin roche ni sangre en la cara, afirmaban no saber nada de él, pese a tener una trayectoria prolongada y respetable… Mucha improvisación mata.

¿Cuál crees que será el futuro de la industria musical en relación a los streamings, álbumes y conciertos?

Me parece ke la virtualización de la industria musical, acentuada por la pandemia pero ya en marcha desde hace tiempo atrás, democratizará las cosas aun más. Permitirá más acercamiento entre los artistas y el público y demandará ke los intermediarios (agentes, managers, promotores de eventos) se adapten a nuevos eskemas. Bien manejados, los streaming pueden convertirse en tremendas vitrinas para muchos artistas emergentes, así como una fuente de ingresos más amplia ke las presentaciones locales en una sola ciudad. Allí creo ke será muy útil la interacción y asociación con artistas con un poco más de visibilidad, para ke estos incluyan en sus presentaciones y transmisiones a algún artista emergente. Es como trasladar la mecánica del “telonero afín al artista principal” a esta modalidad, pero con un impacto regional mucho mayor, pues podrán ser vistos en más de un país. Igual siempre será necesario para cualkier músico el trabajo musical en vivo y experimentar el feedback de una audiencia receptiva; pero esto del streaming abre nuevas puertas. Las presentaciones en vivo si ke han recibido un golpe mortal por lo de la pandemia. Y me temo ke esa letalidad será mayor para las escenas emergentes, independientes o marginales, pues se tendrán ke sumar costos a la adaptación de los espacios en los ke kieran presentarse, siempre y cuando kienes administran estos kieran correr el riesgo de cedérselos. Es un tema todavía muy sensible. Los esfuerzos hechos en Europa para ir recuperando la normalidad en conciertos parecen ir viento en popa, pero vamos a ver si pueden ser adaptados a nuestra realidad latinoamericana y a los recursos con los ke contamos… Y los álbumes… Cada vez percibo en los artistas más interés en presentar singles o trabajos sueltos antes ke álbumes. Las justificaciones van desde decir ke no hay mucho presupuesto para grabar un disco de largo aliento hasta afirmar ke la audiencia tiende a consumir canciones o piezas musicales específicas, antes ke un conjunto de temas. De hecho, creo ke en escenas en las ke se valora más el perfil artístico del trabajo musical y de sus creadores, seguiremos valorando más los álbumes. Lo de hacer listas o recuentos a fin de año con los álbumes más destacables, es una forma válida de dejar sentado ke en ese período tal o cual propuesta o sonido tuvo más relevancia o representatividad. Por otro lado, los indicadores en alza de las ventas de álbumes en vinilo (ya no en CD) pueden dar a entender ke este formato seguirá teniendo presencia importante en los año venideros.

De lo que va del siglo XXI qué músicos en tu opinión dan la talla para ser más que una nota a pie de página en la música contemporánea.

Pucha, la verdad es ke al enfocar mi radar más en la música hecha localmente, se me escapan algo los referentes internacionales más contemporáneos, a los cuales termino “descubriendo” uno o dos años después. “¿Cómo ke no habías escuchado antes a Idles?” “Oe, pero si Arca ya tiene varios discos anteriores”, y así. Curiosamente, la cantidad de información es tan enorme y abierta ke uno no sabe en dónde centrarse. Y no ayuda mucho ser, como yo, un tipo aficionado a distintas clases de música. Más bien, complica las cosas serlo. Pero, respondiendo a tu pregunta, entre los artistas ke me han impactado en este siglo, por tener propuestas ke considero integrales, en el sentido de combinar musicalidad, riesgo y toma de posición, además de los ya mencionados Idles (cuya intensidad me pone los pelos de punta) y Arca (ke en cada disco te saca de cuadro con sus híbridos experimentos) mencionaría a Vampire Weekend, por asimilar en sus propios términos influencias afro. La música de Beach House también la incluyo acá, pues, sin ke sean retro, enlazan a este siglo con varias de las cosas ke más me gustaron en los 80 y 90. De repente también puedo decir lo mismo respecto a Parquet Courts, bandaza ke bebe del pospunk de los tempranos 80, pero sin meterse a ese rollo revivalista huachafo y poco ingenioso ke hasta hace unos años estaba de moda. Artic Monkeys creo ke también deben tener un lugar en cualkier salón de la fama del “rouck”. Varios de sus temas son para mi el ekivalente a tomarme un redbull sin respirar. LCD Soundsystem también me parece ke debería ser considerado ya un clásico. El tío James Murphy ha hecho todos los méritos posibles. Su discografía será escasa, pero su sonido es tan inquieto, poderoso e innovador como para asegurarle su pase a la posteridad. Helado Negro también me parece interesantísimo, más allá del rollo del latino integrándose a lo anglo. Maneja atmósferas y melodías con maestría. Siempre lamentaré no haberlo ido a ver cuando tocó acá. Me olvidaba de The xx. Para mi son ejemplo de cómo puedes hacer música partiendo de determinada estética y sonido, y enrikecerla sin complejos tomando de acá y de allá. Y así se amarguen los ke todo lo ven hype, también considero interesante lo ke hacen Billie Eilish y su hermano, llevando hacia el pop referentes estilísticos considerados “poco serios”, pero ke para la gente más joven son el pan de cada día. Un eskema ke siempre ha caracterizado al pop de avanzada… ¿Ké más? En América Latina me entusiasma mucho el desprejuicio y la mirada a las raíces folclóricas ke hace Gepe en Chile. Chancha Vía Circuito también ronda por allí, pero en Argentina, y con un approach más electrónico. De Chile también me vacila mucho lo ke hacen Niños del Cerro. Muy intenso y contemporáneo. Centavrus en México también da la hora con sus mezclas impredecibles... Bueno, hay varios más, pero ya veo ke este cuestionario está adkiriendo una extensión kilométrica. 

Además de la música ¿qué otras expresiones concitan tu interés?

El cine me gusta un montón. Me gusta identificar las características de los directores, tanto en el llamado “cine de autor” como en el mainstream. Siento ke el cine es un vehículo muy poderoso para la transmisión de ideas. En estos momentos cumple esa función con más eficacia y poder ke la música, me parece. Esto también responde a ke la música ha sido banalizada… Pero eso ya es otro tema… Me encanta también el cómic. Mark Millar me parece un capo de capos; una suerte de Scorsese para el medio, pero más visceral y sin temor de utilizar lo fantástico para sus fines... Me encanta ke, a diferencia de lo ke ocurría cuando yo era chico, actualmente haya posibilidad en el país de acceder a mucho trabajo comikero; sea del mainstream, con el rollo superheroico, o cosas más indie y experimentales. Pero es una lástima ke, a pesar de esa expansión, la gente ke hace cómic acá la siga teniendo muy difícil para realizar y difundir sus trabajos… En estos últimos tiempos también me he interesado en bucear en la contracultura. Creo ke el encierro por la pandemia ha suscitado en mi varias interrogantes al respecto, y el deseo de acercarme al escenario ke en ese tema protagonizaron el huevo y la gallina, así como a sus repercusiones en el mundo y también acá, en nuestro país, donde su influjo ha sido siempre medio difuso y contradictorio. Algunas de esas inkietudes y episodios los estoy plasmando en unos artículos ke los fines de semana están saliendo en la página de Opinión del diario El Peruano; escritos siempre sin perder de vista lo coyuntural, lo actual… 

Mil gracias por la entrevista Fidel.

A ti las gracias, Wilder. Sigue en lo tuyo, con las ventanas abiertas para esos sonidos ke difundes. Son necesarios para marcar diferencias y saltar sin miedo hacia los vacíos.




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barbarismos

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El Comité empezó a ser acosado por la policía. Hipólito Salazar, que había fundado la Federación Indígena Obrera Regional Peruana, fue deportado. Urviola enfermó de tuberculosis y falleció el 27 de enero de 1925. Cuando enterraron a Urviola varios dirigentes de la Pro-Derecho Indígena Tahuantinsuyo no pudieron asistir a su velatorio en el local de la Federación de Choferes, en la calle Sandia. El sepelio fue multitudinario. Los ejércitos particulares de los hacendados se dedicaron a quemar las escuelas que el Comité había abierto en diversos puntos del interior del Perú y persiguieron también a sus alumnos y profesores. Antes de la sublevación de Huancané de 1923, fusilaron a tres campesinos de Wilakunka solo porque asistían a una de estas escuelas. El año siguiente, durante una inspección que realizó a las comunidades de Huancané, el Obispo de Puno, Monseñor Cossío, constató la acción vandálica de los terratenientes que habían incendiado más de sesenta locales escolares. No contentos con quemar las escuelas que organizaba el Comité y asesinar a sus profesores o alumnos, los gamonales presionaron a las autoridades locales para que apresen a los delegados indígenas y repriman a los campesinos que los apoyaban. Entre 1921 y 1922, diversos prefectos y subprefectos perpetraron crímenes y atropellos. Hubo casos donde fueron los mismos gamonales los que se encargaron de asesinar a los delegados de la Pro-Derecho Indígena Tahuantinsuyo. Domingo Huarca, delegado de los comuneros de Tocroyoc, departamento del Cusco, quien había estado en Lima tramitando memoriales, fue brutalmente asesinado. Los gamonales primero lo maltrataron, después le sacaron los ojos y finalmente lo colgaron de la torre de una iglesia. Vicente Tinta Ccoa, del subcomité de Macusani, en Puno, que fue asesinado por los gamonales del lugar. En agosto de 1927, la Pro-Derecho Indígena Tahuantinsuyo dejó de funcionar luego que, mediante una resolución suprema, el gobierno de Leguía prohibió su funcionamiento en todo el país. Gran parte de la promoción de líderes indígenas que se forjó con la Pro-Derecho Indígena Tahuantinsuyo engrosó los nuevos movimientos sociales que iban a desembocar en la formación del Partido Comunista y el Partido Aprista. Fueron los casos de Ezequiel Urviola, Hipólito Salazar y Eduardo Quispe y Quispe, que fueron atraídos por la prédica socialista de José Carlos Mariátegui; o de Juan Hipólito Pévez y Demetrio Sandoval, que se acercaron a Víctor Raúl Haya de la Torre y el Partido Aprista. En 1931, después del derrocamiento de Leguía y la muerte de Mariátegui, el Partido Socialista, convertido en Partido Comunista, lanzó la candidatura del indígena Eduardo Quispe y Quispe a la Presidencia de la República. HÉCTOR BÉJAR.

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realismo capitalista peruano, ¡ja, ja!

rojo 2

es más fácil imaginarse el fin del mundo que el fin del capitalismo

En tercer lugar, un dato: una generación entera nació después de la caída del Muro de Berlín. En las décadas de 1960 y 1970, el capitalismo enfrentaba el problema de cómo contener y absorber las energías externas. El problema que posee ahora es exactamente el opuesto: habiendo incorporado cualquier cosa externa de manera en extremo exitosa, ¿puede todavía funcionar sin algo ajeno que colonizar y de lo que apropiarse? Para la mayor parte de quienes tienen menos de veinte años en Europa o los Estados Unidos, la inexistencia de alternativas al capitalismo ya ni siquiera es un problema. El capitalismo ocupa sin fisuras el horizonte de lo pensable. Jameson acostumbraba a detallar con horror la forma en que el capitalismo penetraba en cada poro del inconsciente; en la actualidad, el hecho de que el capitalismo haya colonizado la vida onírica de la población se da por sentado con tanta fuerza que ni merece comentario. Sería peligroso y poco conducente, sin embargo, imaginar el pasado inmediato como un estado edénico rico en potencial político, y por lo mismo resulta necesario recordar el rol que desempeñó la mercantilización en la producción de cultura a lo largo del siglo XX. El viejo duelo entre el détournement y la recuperación, entre la subversión y la captura, parece haberse agotado. Ahora estamos frente a otro proceso que ya no tiene que ver con la incorporación de materiales que previamente parecían tener potencial subversivo, sino con su precorporación, a través del modelado preventivo de los deseos, las aspiraciones y las esperanzas por parte de la cultura capitalista. Solo hay que observar el establecimiento de zonas culturales «alternativas» o «independientes» que repiten interminablemente los más viejos gestos de rebelión y confrontación con el entusiasmo de una primera vez. «Alternativo», «independiente» yotros conceptos similares no designan nada externo a la cultura mainstream; más bien, se trata de estilos, y de hecho de estilos dominantes, al interior del mainstream.
Nadie encarnó y lidió con este punto muerto como Kurt Cobain y Nirvana. En su lasitud espantosa y su furia sin objeto, Cobain parecía dar voz a la depresión colectiva de la generación que había llegado después del fin de la historia, cuyos movimientos ya estaban todos anticipados, rastreados, vendidos y comprados de antemano. Cobain sabía que él no era nada más que una pieza adicional en el espectáculo, que nada le va mejor a MTV que una protesta contra MTV, que su impulso era un cliché previamente guionado y que darse cuenta de todo esto incluso era un cliché. El impasse que lo dejó paralizado es precisamente el que había descripto Jameson: como ocurre con la cultura posmoderna en general, Cobain se encontró con que «los productores de la cultura solo pueden dirigirse ya al pasado: la imitación de estilos muertos, el discurso a través de las máscaras y las voces almacenadas en el museo imaginario de una cultura que es hoy global». En estas condiciones incluso el éxito es una forma del fracaso desde el momento en que tener éxito solo significa convertirse en la nueva presa que el sistema quiere devorar. Pero la angustia fuertemente existencial de Nirvana y Cobain, sin embargo, corresponde a un momento anterior al nuestro y lo que vino después de ellos no fue otra cosa que un rock pastiche que, ya libre de esa angustia, reproduce las formas del pasado sin ansia alguna.
La muerte de Cobain confirmó la derrota y la incorporación final de las ambiciones utópicas y prometeicas del rock en la cultura capitalista. Cuando murió, el rock ya estaba comenzando a ser eclipsado por el hiphop, cuyo éxito global presupone la lógica de la precorporación a la que me he referido antes. En buena parte del hip hop, cualquier esperanza «ingenua» en que la cultura joven pueda cambiar algo fue sustituida hace tiempo por una aceptación dura de la versión más brutalmente reduccionista de la «realidad». «En el hip hop», escribió SimonReynolds en su ensayo de 1996 para The Wire :
«Lo real» tiene dos significados. En primer lugar, hace referencia a la música auténtica que no se deja limitar por los intereses creados y se niega a cambiar o suavizar su mensaje para venderse a la industria musical. Pero «real» también es aquella música que refleja una «realidad» constituida por la inestabilidad económica del capitalismo tardío, el racismo institucionalizado, la creciente vigilancia y el acoso sobre la juventud de parte de la policía. «Lo real» es la muerte de lo social: es lo que ocurre con las corporaciones que, al aumentar sus márgenes de ganancia, en lugar de aumentar los sueldos o los beneficios sociales de sus empleados responden […] reduciendo su personal, sacándose de encima una parte importante de la fuerza de trabajo para crear un inestable ejército de empleados freelance y demedio tiempo, sin los beneficios de la seguridad social.


MARK FISHER.

perú post indie

Haz el ejercicio de pasear una tarde por la plaza del Cuzco, siéntate a la vera de su fuente y distinguirás entre cuzqueños, entre las decenas de argentinos hippies (muchos realmente insoportables), unos cuantos chilenos y de esa pléyade de "gringos" -que vienen dispuestos a ser estafados, bricheados, etc-, a unos curiosos especímenes: los limeños.
Contrariamente a lo que creemos los hijos de esta tierra, lo primero que nos delatará será nuestro "acento". Sí, querido limeño, tenemos acento, un acentazo como doliente, como que rogamos por algo y las mujeres, muchas, además un extraño alargamiento de la sílaba final. Pero lo que realmente suele llamarme la atención es la manera como nos vestimos para ir al Cuzco, porque, el Cuzco es una ciudad, no el campo. Tiene universidades, empresas, negocios, etc. Siin embargo, casi como esos gringos que para venir a Sudamérica vienen disfrazados de Indiana Jones o su variante millenial, nosotros nos vestimos como si fuésemos a escalar el Himalaya. Ya, es verdad que el frío cuzqueño puede ser más intenso que el de la Costa -aunque este invierno me esté haciendo dudarlo- pero echa un vistazo a todo tu outfit: la casaca Northfake, abajo otra chaquetilla de polar o algo así de una marca similar, las botas de montañista, tus medias ochenteras cual escarpines, todo...
Y es que esa es la forma como imaginamos la Sierra: rural, el campo, las montañas, aunque en el fondo no nos movamos de un par de discotecas cusqueñas. Es decir, bien podrías haber venido vestido como en Lima con algo más de abrigo y ya; pero no, ir al Cuzco, a la sierra en general es asistir a un pedazo de nuestra imaginación geográfica que poco tiene que ver con nuestros hábitos usuales del vestido, del comportamiento, etc. Jamás vi en Lima a nadie tomarse una foto con una "niña andina" como lo vi en Cuzco y no ha sido porque no haya niños dispuestos a recibir one dollar por una foto en Lima, pero es que en Cuzquito (cada vez que escucho eso de "Cuzquito" me suda la espalda) es más cute. Ahora, sólo para que calcules la violencia de este acto, ¿te imaginas que alguien del Cuzco -Ayacucho, Huancavelica, Cajamarca o hasta de Chimbote- viniese y te pidiera tomarse una foto con tu hijita, tu sobrino, o lo que sea en Larcomar para subirlo a Instagram o al Facebook? ¿Hardcore, no?


FRED ROHNER
Historia Secreta del Perú 2

as it is when it was

sonido es sonido

sonido es sonido

pura miel

nogzales der wil

RETROMANÍA

"...Pero los 2000 fueron también la década del reciclado rampante: géneros del pasado revividos y renovados, material sonoro vintage reprocesado y recombinado. Con demasiada frecuencia podía detectarse en las nuevas bandas de jóvenes, bajo la piel tirante y las mejillas rosadas, la carne gris y floja de las viejas ideas... Pero donde lo retro verdaderamente reina como sensibilidad dominante y paradigma creativo es en la tierra de lo hipster, el equivalente pop de la alta cultura. Las mismas personas que uno esperaría que produzcan (en tanto artistas) o defiendan (en tanto consumidores) lo no convencional y lo innovador: ese es justamente el grupo más adicto al pasado. En términos demográficos, es exactamente la misma clase social de avanzada, pero en vez de ser pioneros e innovadores han cambiado de rol y ahora son curadores y archivistas. La vanguardia devino en retaguardia." SIMON REYNOLDS Retromanía

kpunk

las cosas como son

las cosas como son

las cosas como son II

las cosas como son II