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martes, 7 de febrero de 2023

VISIONES :. Sé valiente como tus sueños. SILVANIA Y EL "MIEL NUBE HIEL" (1992)


Estos días cuando la fachería gobierna y hasta pretende instalar una policía del pensamiento que nos diga qué es posible o no, casi no tiene sentido escribir sobre música o activar este tipo de posts donde el arte y la cultura son el sumo bien. La infausta realidad apabulla. 
Sí pues nos quieren adocenar, indoctrinarnos con una mentalidad que alcahuetee entes subalternos: el puro lucro, la dominación del otro y la naturaleza. Como alguien dijo hace unos años, POR LA PLATA BAILA EL MONO. 

Pero algunos homínidos hemos conocido el arte y la música. La cultura -con mayúsculas- en buena cuenta. No podrán estropearnos, por más que lo intenten desde todos sus canales y por todos los poros. Tendrán que matarnos primero. 

Quizás la alternativa sensata que tenemos reside en la creación de utopías a través del arte/música y aguardar que desde tales horizontes surja lo sempiterno inefable y la belleza, el éter reine y nos divinice. Y de eso tratamos ahora, muy a pesar de estos días. ¡Hemos de ser valientes y estar a la altura de nuestros sueños! De una utopía que lleva por nombre: MIEL NUBE HIEL. Creada por ilustres peruanos de avanzada, SILVANIA

"Miel Nube Hiel" lo audicioné circa 1993. Mi buena estrella me había presentado ya las gracias del shoegaze de My Bloody Valentine, Slowdive y Chapterhouse -¡gracias hermano Jaime Alfaro!- así que ni bien puse mi atención en las cuatro canciones del EP entendí que comulgaban del mismo espíritu que nos atraía tanto a los shoegazers de esos primeros 90.

Debemos la llegada del Miel Nube Hiel y de las grabaciones de Silvania en primer lugar a Pedro "Palanca", un artista subte de San Marcos quien, además de difundirlo en Los Pinos, los paseó por las calles de La Colmena. Todavía recuerdo cuando entró a la tienda de Lenti, con el vinilo bajo el brazo. Casi sin exigir nada a cambio dejó el acetato para que nos lo regrabáramos y conociéramos al entonces cuarteto.

De Silvania hemos hablado mucho, así que no les cansaré. Solo acotar que el disco fue publicado por la disquera valenciana Experience Records, regentado por una pareja uruguaya, que en algún fanzine contaban que no grabaron más temas por falta de presupuesto y que alucinábamos mucho con la dedicatoria a Támira de Salon Dadá y Col Corazón de aquella gema, "Solineide (miel nube hiel)". Impelido por todo esto -¡tenía 16/17 años, madre mía!-, las visiones y la música alcancé a contactar a Támira por teléfono circa 1994 y la cité a la tienda de un amigo, llamada curiosamente 4AD, en la calle Miguel Dasso. I was a teenage shoegazer...

Gracias por tanto perdón por tan poco.

Wilder Gonzales Agreda.


ALGUNOS MELÓMANOS DE LA ESCENA DECLARAN SOBRE LO QUE FUE PARA ELL@S EL "MIEL NUBE HIEL" (1992) DE SILVANIA


ROSARIO (24 años, Guanajuato, Mexico)
[Estudiante, música y poeta]

La primera vez que escuché a Silvania tuve un impacto de emociones muy grande, estaba muy feliz, Silvania abrió mis ojos y me enseñó un camino que hasta la fecha trato de perseguir siempre.  Los descubrí porque mi pareja, Sergio, un día me habló muy emocionado para que fuera a su casa, me dijo que tenía que mostrarme algo. Llegué y me mostró la compilación “Crisálida Sónica - Compilación I”, y en la búsqueda de ese sonido, también comenzamos a escuchar a Silvania. Su música me pareció una entidad muy sensible, un shoegaze hispano que no existía, y por lo tanto, era único y pionero en su especie. 

El Miel Nube Hiel es un disco hermoso y original, muy relacionado al sueño y lo volátil.

Silvania representa uno de los exponentes de shoegaze más fuertes en la escena peruana, una escena que cambió el rumbo de la música para siempre. Representa algo muy especial para mí, puesto que fueron los primeros en hacer shoegaze y subgéneros afines con letras en español, asimismo, y hasta donde entiendo, Silvania fue una grande influencia para las escenas de Crisálida, creo que eso tiene un fuerte mérito en la movida latinoamericana. Yo nací en el '98, lamentablemente no me tocó conocer de primera mano la escena shoegazera de los '90s, pero poder conocer a Silvania mediante su música me conmueve mucho


CÉSAR ZEVALLOS (27 años, San Juan de Lurigancho)
[Periodista musical al mando de ESPACIO SONIDO]

Es difícil recordar cómo se petrifican las fuentes del goce, los instantes en que la poesía te revuelca como una marea, el momento preciso en que uno se abalanzó hacia su pleno autodescubrimiento. En la época en que descubrí el shoegaze, probablemente en 2013, naturalmente me topé gratamente con Slowdive y My Bloody Valentine, puesto que son dos bandas referentes para cualquier aficionado inquieto por el lado onírico y espacial del rock alternativo. Por entonces, era poco consciente de las delimitaciones territoriales que se esconden tras la música, o simplemente no me importaba que el género musical que me alimentaba con pasión, haya nacido de europeos, humanos con experiencias y realidades completamente diferentes al tercermundo. Pensaba que era improbable para los músicos nacionales acceder a esos instrumentos, solidificar en sonidos esas intuiciones oníricas, tener la valentía de perfilar tu cuerpo y alma hacia la creación de sueños, utopías, amores intensos. Estaba equivocado, las largas horas en YouTube procuraron en mí la sorpresa: por recomendación del algoritmo digital, en 2014 apareció en mi pantalla “Sueño aerostático”, la canción que más añicos hizo en mi cerebro impresionable, perteneciente al primer EP de Silvania, “Miel Nubel Hiel”. ¿Dos peruanos haciendo shoegaze? ¡No lo podía creer! Busqué razones para entender el pasmo, leí comentarios, reseñas, algunos recortes de periódico para empaparme más de su origen y, honestamente, quedé impactado de su valía, pero más del atrevimiento de Mario y Cocó en migrar a un país foráneo para hacer realidad sus sueños, o también lo contrario, traer sus sueños a la realidad. Es que no todos podemos decir adiós ni ser consciente del talento que yace dormido, tampoco la ventaja de poder comprar un pasaje hacia España u otras lejanías. Personas que nacieron en tu mismo país, que sintieron en menor o mayor medida sus conflictos y contradicciones, hacían música para despegar las alas que permanecían quietas (con Silvania, todos somos aves de un mismo nido). Fue de los pocos descubrimientos que alcanzaron de inmediato, en mi trayecto iniciático oyendo música, el estatus de clásico/indispensable, a la misma altura que Slowdive, My Bloody Valentine o cualquier otra agrupación con las mismas intenciones de desestabilizar tu mundo interior con ruidismo hermoso y voces embelesadas. No puedo decir que estuve día y noche oyendo sus canciones, creo que olvidé rápido a Silvania para buscar otros artistas, algo usual en mi relación con la música. Supongo que aprendí a dosificar el sonido para que no pierda su magia. Hoy, 2023 y con una dictadura en ciernes, agradezco mi actitud de adolescente inconformista.

Silvania es una banda seminal en la estética shoegaze a nivel internacional. Miel Nubel Hiel se creó en el periodo 1990-1991, casi a la par de Slowdive y My Bloody Valentine. No conozco muchas bandas shoegaze en Perú, menos en la región. Pero, sin temor a equivocarme, puedo afirmar que Silvania solo seguirá creciendo con el paso de los años. Mario lo sabe, pero lo que no sabe él ni ninguno de sus actuales seguidores, ni los que se precien de vivir 80 o 90 años más, es que no pueden atisbar lo que significará Silvania en un futuro posapocalíptico donde los sueños mueren primero. La música de Silvania proviene de un estamento ignoto, aunque se presente en conciertos, se reproduzca en la intimidad de un par de audífonos por miles de personas más, su estela brillará cada vez más. Con Silvania puedo decir, sin miedo, que soy optimista. 


DRIXNER AKA DRX (¿30?, Lima Norte)
[Músico, artista audio visual]

Descubrí este álbum durante un viaje a Ayacucho. Algunos amigos me habían mencionado acerca de él previamente, así que decidí darle una oportunidad. La atmósfera etérea y la belleza de los sonidos me cautivaron desde el primer momento. Mientras viajaba en el bus, me sentía transportado por la música. Al investigar un poco más sobre el grupo peruano formado en España, quedé profundamente admirado por su talento y creatividad.

"Miel Nube Hiel" es como un viaje sonoro a través de atmósferas enigmáticas y sonidos hermosos. Cada canción es una pieza única que combina elementos musicales sofisticados y cautivadores. El grupo peruano formado en España es responsable de crear esta obra musical, y su talento y creatividad es evidente en cada nota. Es un álbum que hará que te sientas transportado a otro mundo y que te encantará, sin importar si eres un experto o un neófito en la música.

Para mí, Silvania representa una voz fresca y vibrante en la escena musical nacional y latinoamericana. Con su álbum 'Miel Nube Hiel', la banda ha demostrado ser innovadora y original en su enfoque de la experimentación sonora y visual. Silvania se destaca por su habilidad para crear una experiencia única y atractiva para el oyente, y su contribución a la escena musical es una que definitivamente no se puede ignorar.

A los Silvania (Mario y Cocó) les diría que estoy profundamente impresionado por su talento y creatividad en la música. Su legado en la escena musical es indudable y su influencia en la música moderna es palpable. Les agradecería por ser una fuente de inspiración para mí y para muchos otros músicos y amantes de la música. Les diría que sus contribuciones a la música han sido valiosas y duraderas, y que es un honor conocerlos en sueños o viajar en el tiempo para conversar con ellos.


Silvania representa uno de los exponentes de shoegaze más fuertes en la escena peruana, una escena que cambió el rumbo de la música para siempre.
 
ROSARIO

Silvania representa una voz fresca y vibrante en la escena musical nacional y latinoamericana. Con su álbum 'Miel Nube Hiel', la banda ha demostrado ser innovadora y original en su enfoque de la experimentación sonora y visual.
DRIXNER

Con Silvania, todos somos aves de un mismo nido
CÉSAR ZEVALLOS

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PROMO DEL CD DE FRACTAL

barbarismos

barbarismos
El Comité empezó a ser acosado por la policía. Hipólito Salazar, que había fundado la Federación Indígena Obrera Regional Peruana, fue deportado. Urviola enfermó de tuberculosis y falleció el 27 de enero de 1925. Cuando enterraron a Urviola varios dirigentes de la Pro-Derecho Indígena Tahuantinsuyo no pudieron asistir a su velatorio en el local de la Federación de Choferes, en la calle Sandia. El sepelio fue multitudinario. Los ejércitos particulares de los hacendados se dedicaron a quemar las escuelas que el Comité había abierto en diversos puntos del interior del Perú y persiguieron también a sus alumnos y profesores. Antes de la sublevación de Huancané de 1923, fusilaron a tres campesinos de Wilakunka solo porque asistían a una de estas escuelas. El año siguiente, durante una inspección que realizó a las comunidades de Huancané, el Obispo de Puno, Monseñor Cossío, constató la acción vandálica de los terratenientes que habían incendiado más de sesenta locales escolares. No contentos con quemar las escuelas que organizaba el Comité y asesinar a sus profesores o alumnos, los gamonales presionaron a las autoridades locales para que apresen a los delegados indígenas y repriman a los campesinos que los apoyaban. Entre 1921 y 1922, diversos prefectos y subprefectos perpetraron crímenes y atropellos. Hubo casos donde fueron los mismos gamonales los que se encargaron de asesinar a los delegados de la Pro-Derecho Indígena Tahuantinsuyo. Domingo Huarca, delegado de los comuneros de Tocroyoc, departamento del Cusco, quien había estado en Lima tramitando memoriales, fue brutalmente asesinado. Los gamonales primero lo maltrataron, después le sacaron los ojos y finalmente lo colgaron de la torre de una iglesia. Vicente Tinta Ccoa, del subcomité de Macusani, en Puno, que fue asesinado por los gamonales del lugar. En agosto de 1927, la Pro-Derecho Indígena Tahuantinsuyo dejó de funcionar luego que, mediante una resolución suprema, el gobierno de Leguía prohibió su funcionamiento en todo el país. Gran parte de la promoción de líderes indígenas que se forjó con la Pro-Derecho Indígena Tahuantinsuyo engrosó los nuevos movimientos sociales que iban a desembocar en la formación del Partido Comunista y el Partido Aprista. Fueron los casos de Ezequiel Urviola, Hipólito Salazar y Eduardo Quispe y Quispe, que fueron atraídos por la prédica socialista de José Carlos Mariátegui; o de Juan Hipólito Pévez y Demetrio Sandoval, que se acercaron a Víctor Raúl Haya de la Torre y el Partido Aprista. En 1931, después del derrocamiento de Leguía y la muerte de Mariátegui, el Partido Socialista, convertido en Partido Comunista, lanzó la candidatura del indígena Eduardo Quispe y Quispe a la Presidencia de la República. HÉCTOR BÉJAR.

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realismo capitalista peruano, ¡ja, ja!

rojo 2

es más fácil imaginarse el fin del mundo que el fin del capitalismo

En tercer lugar, un dato: una generación entera nació después de la caída del Muro de Berlín. En las décadas de 1960 y 1970, el capitalismo enfrentaba el problema de cómo contener y absorber las energías externas. El problema que posee ahora es exactamente el opuesto: habiendo incorporado cualquier cosa externa de manera en extremo exitosa, ¿puede todavía funcionar sin algo ajeno que colonizar y de lo que apropiarse? Para la mayor parte de quienes tienen menos de veinte años en Europa o los Estados Unidos, la inexistencia de alternativas al capitalismo ya ni siquiera es un problema. El capitalismo ocupa sin fisuras el horizonte de lo pensable. Jameson acostumbraba a detallar con horror la forma en que el capitalismo penetraba en cada poro del inconsciente; en la actualidad, el hecho de que el capitalismo haya colonizado la vida onírica de la población se da por sentado con tanta fuerza que ni merece comentario. Sería peligroso y poco conducente, sin embargo, imaginar el pasado inmediato como un estado edénico rico en potencial político, y por lo mismo resulta necesario recordar el rol que desempeñó la mercantilización en la producción de cultura a lo largo del siglo XX. El viejo duelo entre el détournement y la recuperación, entre la subversión y la captura, parece haberse agotado. Ahora estamos frente a otro proceso que ya no tiene que ver con la incorporación de materiales que previamente parecían tener potencial subversivo, sino con su precorporación, a través del modelado preventivo de los deseos, las aspiraciones y las esperanzas por parte de la cultura capitalista. Solo hay que observar el establecimiento de zonas culturales «alternativas» o «independientes» que repiten interminablemente los más viejos gestos de rebelión y confrontación con el entusiasmo de una primera vez. «Alternativo», «independiente» yotros conceptos similares no designan nada externo a la cultura mainstream; más bien, se trata de estilos, y de hecho de estilos dominantes, al interior del mainstream.
Nadie encarnó y lidió con este punto muerto como Kurt Cobain y Nirvana. En su lasitud espantosa y su furia sin objeto, Cobain parecía dar voz a la depresión colectiva de la generación que había llegado después del fin de la historia, cuyos movimientos ya estaban todos anticipados, rastreados, vendidos y comprados de antemano. Cobain sabía que él no era nada más que una pieza adicional en el espectáculo, que nada le va mejor a MTV que una protesta contra MTV, que su impulso era un cliché previamente guionado y que darse cuenta de todo esto incluso era un cliché. El impasse que lo dejó paralizado es precisamente el que había descripto Jameson: como ocurre con la cultura posmoderna en general, Cobain se encontró con que «los productores de la cultura solo pueden dirigirse ya al pasado: la imitación de estilos muertos, el discurso a través de las máscaras y las voces almacenadas en el museo imaginario de una cultura que es hoy global». En estas condiciones incluso el éxito es una forma del fracaso desde el momento en que tener éxito solo significa convertirse en la nueva presa que el sistema quiere devorar. Pero la angustia fuertemente existencial de Nirvana y Cobain, sin embargo, corresponde a un momento anterior al nuestro y lo que vino después de ellos no fue otra cosa que un rock pastiche que, ya libre de esa angustia, reproduce las formas del pasado sin ansia alguna.
La muerte de Cobain confirmó la derrota y la incorporación final de las ambiciones utópicas y prometeicas del rock en la cultura capitalista. Cuando murió, el rock ya estaba comenzando a ser eclipsado por el hiphop, cuyo éxito global presupone la lógica de la precorporación a la que me he referido antes. En buena parte del hip hop, cualquier esperanza «ingenua» en que la cultura joven pueda cambiar algo fue sustituida hace tiempo por una aceptación dura de la versión más brutalmente reduccionista de la «realidad». «En el hip hop», escribió SimonReynolds en su ensayo de 1996 para The Wire :
«Lo real» tiene dos significados. En primer lugar, hace referencia a la música auténtica que no se deja limitar por los intereses creados y se niega a cambiar o suavizar su mensaje para venderse a la industria musical. Pero «real» también es aquella música que refleja una «realidad» constituida por la inestabilidad económica del capitalismo tardío, el racismo institucionalizado, la creciente vigilancia y el acoso sobre la juventud de parte de la policía. «Lo real» es la muerte de lo social: es lo que ocurre con las corporaciones que, al aumentar sus márgenes de ganancia, en lugar de aumentar los sueldos o los beneficios sociales de sus empleados responden […] reduciendo su personal, sacándose de encima una parte importante de la fuerza de trabajo para crear un inestable ejército de empleados freelance y demedio tiempo, sin los beneficios de la seguridad social.


MARK FISHER.

perú post indie

Haz el ejercicio de pasear una tarde por la plaza del Cuzco, siéntate a la vera de su fuente y distinguirás entre cuzqueños, entre las decenas de argentinos hippies (muchos realmente insoportables), unos cuantos chilenos y de esa pléyade de "gringos" -que vienen dispuestos a ser estafados, bricheados, etc-, a unos curiosos especímenes: los limeños.
Contrariamente a lo que creemos los hijos de esta tierra, lo primero que nos delatará será nuestro "acento". Sí, querido limeño, tenemos acento, un acentazo como doliente, como que rogamos por algo y las mujeres, muchas, además un extraño alargamiento de la sílaba final. Pero lo que realmente suele llamarme la atención es la manera como nos vestimos para ir al Cuzco, porque, el Cuzco es una ciudad, no el campo. Tiene universidades, empresas, negocios, etc. Siin embargo, casi como esos gringos que para venir a Sudamérica vienen disfrazados de Indiana Jones o su variante millenial, nosotros nos vestimos como si fuésemos a escalar el Himalaya. Ya, es verdad que el frío cuzqueño puede ser más intenso que el de la Costa -aunque este invierno me esté haciendo dudarlo- pero echa un vistazo a todo tu outfit: la casaca Northfake, abajo otra chaquetilla de polar o algo así de una marca similar, las botas de montañista, tus medias ochenteras cual escarpines, todo...
Y es que esa es la forma como imaginamos la Sierra: rural, el campo, las montañas, aunque en el fondo no nos movamos de un par de discotecas cusqueñas. Es decir, bien podrías haber venido vestido como en Lima con algo más de abrigo y ya; pero no, ir al Cuzco, a la sierra en general es asistir a un pedazo de nuestra imaginación geográfica que poco tiene que ver con nuestros hábitos usuales del vestido, del comportamiento, etc. Jamás vi en Lima a nadie tomarse una foto con una "niña andina" como lo vi en Cuzco y no ha sido porque no haya niños dispuestos a recibir one dollar por una foto en Lima, pero es que en Cuzquito (cada vez que escucho eso de "Cuzquito" me suda la espalda) es más cute. Ahora, sólo para que calcules la violencia de este acto, ¿te imaginas que alguien del Cuzco -Ayacucho, Huancavelica, Cajamarca o hasta de Chimbote- viniese y te pidiera tomarse una foto con tu hijita, tu sobrino, o lo que sea en Larcomar para subirlo a Instagram o al Facebook? ¿Hardcore, no?


FRED ROHNER
Historia Secreta del Perú 2

as it is when it was

sonido es sonido

sonido es sonido

pura miel

nogzales der wil

RETROMANÍA

"...Pero los 2000 fueron también la década del reciclado rampante: géneros del pasado revividos y renovados, material sonoro vintage reprocesado y recombinado. Con demasiada frecuencia podía detectarse en las nuevas bandas de jóvenes, bajo la piel tirante y las mejillas rosadas, la carne gris y floja de las viejas ideas... Pero donde lo retro verdaderamente reina como sensibilidad dominante y paradigma creativo es en la tierra de lo hipster, el equivalente pop de la alta cultura. Las mismas personas que uno esperaría que produzcan (en tanto artistas) o defiendan (en tanto consumidores) lo no convencional y lo innovador: ese es justamente el grupo más adicto al pasado. En términos demográficos, es exactamente la misma clase social de avanzada, pero en vez de ser pioneros e innovadores han cambiado de rol y ahora son curadores y archivistas. La vanguardia devino en retaguardia." SIMON REYNOLDS Retromanía

kpunk

las cosas como son

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las cosas como son II

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