Ayer volví a un disco que hace mucho, realmente mucho tiempo, no escuchaba. Se trata del "Real Life" de los new wavers Simple Minds. Recuerdo cómo le gozaba cuando cursaba el 4º año de secundaria, ¡Dios cómo me alucinaba! Me lo había comprado en casete original chileno en La Colmena –en el centro de Lima, donde Galicio GJ, en su puesto al costado de la U Villarreal. En aquellos años, no había internet ni nada parecido y lo oía a diario. Por esa época, año 1991, en algunas estaciones FM sonaban canciones de este documento. Me enamoré por completo de los himnos, melodías y breves pasajes atmosféricos que brotaban del mágico casette azul. Sin duda, la que más pegó en mí, y aún hoy recuerdo y visito, fue "See the Lights"; toda una belleza con efectos sooper estéticos y adictivos para un ser de 14 años. "Stand by Love" era propalada en la radio también. Claro, por aquella época Doble 9 irradiaba buena música, antes de la triste invasión del horrible grunge yanqui.
Había tardes en las que llegaba del colegio, esperaba la comida, subía a mi pieza me encerraba en ella y almorzaba escuchando a mi lado este álbum de los Simple Minds. De hecho me hacía sentir súper bien. Llenándome de energía y luz pura por todos los poros, diríase. Aquello sí fue "Vida Real". Las orgías y voluptuosidades fueron tantas y tales que dos años después, al egresar del cole, no sabía qué carrera escoger o a cuál postular, todo me daba casi igual, lo único que ansiaba era ser/estar en música siempre y toda la existencia. Feliz y milagrosamente ingresé, sin haber estudiado realmente nada y logrando en ciencias un jaladaso pero en letras un genial 99% de puntos XD, a Comunicaciones en la de Lima y no a Economía en la Pacífico, a donde hube postulado también. Corrían otras lunas, las casas de estudio no se peleaban por los estudiantes, al contrario. Uuuuh. Tampoco teníamos tantos distractores lo que nos permitía holgadamente gozar de la música una y otra vez, ¿o acaso es lo mismo disfrutar estas mieles cien miles de veces, engullirlas y procesarlas en esos colores que solo un par de ocasiones y luego pasar al siguiente divertimento de la PC llena de opciones y las apps que no te dejan ni jatear una siesta? Uuuuh...
Había tardes en las que llegaba del colegio, esperaba la comida, subía a mi pieza me encerraba en ella y almorzaba escuchando a mi lado este álbum de los Simple Minds. De hecho me hacía sentir súper bien. Llenándome de energía y luz pura por todos los poros, diríase. Aquello sí fue "Vida Real". Las orgías y voluptuosidades fueron tantas y tales que dos años después, al egresar del cole, no sabía qué carrera escoger o a cuál postular, todo me daba casi igual, lo único que ansiaba era ser/estar en música siempre y toda la existencia. Feliz y milagrosamente ingresé, sin haber estudiado realmente nada y logrando en ciencias un jaladaso pero en letras un genial 99% de puntos XD, a Comunicaciones en la de Lima y no a Economía en la Pacífico, a donde hube postulado también. Corrían otras lunas, las casas de estudio no se peleaban por los estudiantes, al contrario. Uuuuh. Tampoco teníamos tantos distractores lo que nos permitía holgadamente gozar de la música una y otra vez, ¿o acaso es lo mismo disfrutar estas mieles cien miles de veces, engullirlas y procesarlas en esos colores que solo un par de ocasiones y luego pasar al siguiente divertimento de la PC llena de opciones y las apps que no te dejan ni jatear una siesta? Uuuuh...
"Let the children speak"