feed

SSR

domingo, 9 de octubre de 2016

Pier Paolo Pasolini - ¡¡El PCI para los jóvenes!! (Mayo, 1968)


Es triste. La polémica
contra el PCI debería haberse hecho
en la primera mitad de la década pasada. Están retrasados, hijos.
Y no importa si entonces ustedes aún no habían nacido…
Ahora los periodistas de todo el mundo (incluidos
los de la televisión)
les lamen (como creo que aún se diga en el lenguaje
de las universidades) el culo. Yo no, amigos.
Tienen caras de hijos de papá.
Buena raza no miente.
Tienen el mismo ojo ruin.
Son miedosos, ambiguos, desesperados
(¡muy bien!) pero también saben como ser
prepotentes, chantajistas y seguros:
prerrogativas pequeño-burguesas, amigos.
Cuando ayer en Valle Giulia pelearon
con los policías,
¡yo simpatizaba con los policías!
Porque los policías son hijos de pobres.
Vienen de las periferias, campesinas o urbanas.
En cuanto a mí, conozco muy bien
su vida desde niños a muchachos,
las inestimables mil liras, el padre un muchacho también,
a causa de la miseria, que no da autoridad.
La madre encallecida como un changador, o tierna,
a causa de alguna enfermedad, como un canarito;
y tantos hermanos; la casucha
entre los huertos con la salvia roja (en terrenos
de otros, loteados); los bajos fondos
sobre las cloacas; o los departamentos en los grandes
conglomerados populares, etc.
Y además, miren cómo los visten: como a payasos,
con esa tela rústica que apesta a rancho,
galpones y pueblo. Lo peor de todo es, por supuesto,
el estado psicológico al que los reducen
(por unas cuarenta liras al mes):
sin sonreír ya nunca más,
sin más amistad con el mundo,
separados, excluidos (en una exclusión incomparable);
humillados por su pérdida de calidad de hombres
por la de policías (ser odiados lleva a odiar).
Tienen veinte años, la edad de ustedes, queridos y queridas.
Estamos obviamente de acuerdo contra la institución policial.
¡Pero agárrenselas contra el Poder Judicial, y verán!
Los muchachos policías
que ustedes por sacro vandalismo (de selecta tradición
resurgimental)
de hijos de papá, han apaleado,
pertenecen a la otra clase social.
En Valle Giulia, ayer, hemos tenido un fragmento
de lucha de clase: y ustedes, amigos (aunque de la parte
de la razón) eran los ricos,
mientras que los policías (que estaban de la parte
equivocada) eran los pobres. ¡Linda victoria, entonces,
la de ustedes! En estos casos,
a los policías se les dan flores, amigos.
Popolo y Corriere della sera, Newsweek y Monde
les lamen el culo. Son sus hijos,
su esperanza, su futuro: si les recriminan
¡no se preparan por cierto a una lucha de clase
contra ustedes! Cuanto más,
a la vieja lucha intestina.
Para quien, intelectual u obrero,
está fuera de esta lucha de ustedes, es muy divertida la idea
de que un joven burgués muela a palos a un viejo
burgués, y que un viejo burgués mande a la cárcel
a un joven burgués. Suavemente
los tiempos de Hitler retornan: la burguesía
ama castigarse con sus propias armas.
Pido perdón a aquellos mil o dos mil jóvenes hermanos míos
que operan en Trento o en Turín,
en Pavía o en Pisa,
en Florencia y un poco también en Roma,
pero tengo que decir: el Movimiento Estudiantil
no frecuenta los evangelios cuya lectura
sus aduladores de mediana edad les atribuyen,
para sentirse jóvenes y crearse inocencias chantajistas.
Sólo una cosa los estudiantes realmente conocen:
el moralismo del padre magistrado o profesional,
la violencia conformista del hermano mayor
(naturalmente encaminado por la vía del padre),
el odio a la cultura de su madre, de orígenes
campesinos, aunque ya lejanos.
Esto, queridos hijos, es lo que ustedes saben.
Y lo aplican a través de dos inderogables sentimientos:
la conciencia de vuestros derechos (se sabe, la democracia
los toma en consideración sólo a ustedes) y la aspiración
al poder.
Sí, sus slogans mencionan siempre
la toma del poder.
Leo en sus barbas ambiciones impotentes,
en sus palideces snobismos desesperados,
en sus ojos huidizos disociaciones sexuales,
en su rebosante salud prepotencia, en su escasa salud desprecio
(sólo en aquellos pocos entre ustedes que viene de la burguesía
ínfima, o de alguna familia obrera,
estos defectos tienen cierta nobleza:
¡conócete a ti mismo y a la escuela de Barbiana!).
Ustedes ocupan las universidades
pero digan que la misma idea la realicen
los jóvenes obreros.
Y entonces:
¿Corriere della sera y Popolo, Newsweek y Monde
tendrán tanto interés
en tratar de comprender sus problemas?
¿La policía se limitará a recibir algunos golpes
dentro de la fábrica ocupada?
Es una observación banal;
y chantajista. Pero sobre todo vana:
porque ustedes son burgueses
y, por lo tanto, anticomunistas. Los obreros, ellos,
han quedado en 1950 y más atrás incluso.
Una idea antigua como la de la Resistencia
(que debía ser contestada hace veinte años,
y peor para ustedes si no habían nacido)
vive todavía en los pechos populares, en la periferia.
Será que los obreros no hablan ni el francés ni el inglés,
y sólo alguno, pobrecito, por la noche, en la sede del Partido,
se afana en aprender un poco de ruso.
Acábenla con seguir pensando en sus derechos,
acábenla con pedir el poder.
Un burgués redimido debe renunciar a todos sus derechos,
y erradicar de su alma, de una vez por todas,
la idea del poder. Todo eso es liberalismo:
déjenselo a Bob Kennedy.
Maestros se hacen ocupando fábricas,
no en las universidades, sus aduladores (también comunistas)
no les dicen la sencilla verdad: que son una nueva
especie idealista de “qualunquistas” como sus padres,
como sus padres, todavía, hijos.
En efecto,
¡los estadounidenses, vuestros adorables coetáneos,
con sus insensatas flores, se están inventando,
ellos mismos, un lenguaje revolucionario “nuevo”!
¡Se lo inventan cada día!
Pero ustedes no pueden hacerlo porque en Europa ya tienen uno:
¿lo pueden ignorar?
Sí, ustedes quieren ignorarlo (con gran satisfacción
del Times y del Tempo).
Lo ignoran yendo, con el moralismo de las profundas provincias,
“más a la izquierda”. Es extraño,
abandonando el lenguaje revolucionario
del pobre, del viejo, togliattiano, oficial
Partido Comunista,
han adoptado una variante herética
pero en base a la jerga más baja
de los sociólogos sin ideología (o de los papis burócratas).
Hablando así,
piden todo de palabra,
mientras, en los hechos, piden sólo eso
a lo cual tienen derecho (como buenos hijos burgueses):
una serie de improrrogables reformas,
la aplicación de nuevos métodos pedagógicos,
la renovación de un organismo estatal.
¡Buenos! ¡Santos sentimientos!
¡Que la buena estrella de la burguesía los asista!
Embriagados por la victoria contra los jovencitos
de la policía constreñidos por la pobreza a ser siervos,
(y emborrachados por el interés de la opinión pública
burguesa, con la que se comportan como mujeres
sin amor, que ignoran y maltratan
al pretendiente rico)
ponen a un lado el único instrumento verdaderamente peligroso
para combatir contra sus padres:
es decir, el comunismo.
Espero que hayan comprendido
que comportarse como puritanos
es un modo de impedirse
una acción revolucionaria verdadera.
¡Pero vayan, más bien, hijos, a tomar Federaciones!
¡Vayan a invadir Sedes!
¡Vayan a ocupar las oficinas
del Comité Central! ¡Vayan, vayan
a acampar en Via delle Botteghe Oscure!
Si quieren el poder, apodérense, al menos, del poder
de un Partido que está todavía en la oposición
(aunque un poco golpeado, por la autoridad de señores
en modestos sacos cruzados, bochófilos, amantes de la litotes,
burgueses coetáneos de sus estúpidos padres)
y tiene como objetivo teórico la destrucción del Poder.
Que él se decida a destruir, mientras tanto,
lo que de burgués hay en él,
lo dudo mucho, incluso con el aporte de ustedes,
si, como decía, buena raza no miente…
De todos modos: ¡¡el PCI para los jóvenes!!

––––––––––––––––––––––

Pero, ay, ¿qué les estoy sugiriendo? ¿Qué les estoy
aconsejando? ¿A qué los estoy incitando?
¡Me arrepiento, me arrepiento!
He tomado el camino que conduce al mal menor
que Dios me maldiga. No me escuchen.
¡Ay, ay, ay,
extorsionado extorsionador
estaba dando aliento a las trompetas del buen sentido!
Me he detenido justo a tiempo,
salvando al mismo tiempo,
el dualismo fanático y la ambigüedad…
Pero he llegado al borde de la vergüenza…
(¡Oh Dios! ¿debo tomar en consideración
la eventualidad de hacer junto a ustedes la Guerra Civil
dejando a un lado mi vieja idea de Revolución?)

No hay comentarios.:

Formulario de contacto

Nombre

Correo electrónico *

Mensaje *

SUPPORT PERU AVANTGARDE////APOYA LA AVANZADA PERUVIANA

PROMO DEL CD DE FRACTAL

barbarismos

barbarismos
El Comité empezó a ser acosado por la policía. Hipólito Salazar, que había fundado la Federación Indígena Obrera Regional Peruana, fue deportado. Urviola enfermó de tuberculosis y falleció el 27 de enero de 1925. Cuando enterraron a Urviola varios dirigentes de la Pro-Derecho Indígena Tahuantinsuyo no pudieron asistir a su velatorio en el local de la Federación de Choferes, en la calle Sandia. El sepelio fue multitudinario. Los ejércitos particulares de los hacendados se dedicaron a quemar las escuelas que el Comité había abierto en diversos puntos del interior del Perú y persiguieron también a sus alumnos y profesores. Antes de la sublevación de Huancané de 1923, fusilaron a tres campesinos de Wilakunka solo porque asistían a una de estas escuelas. El año siguiente, durante una inspección que realizó a las comunidades de Huancané, el Obispo de Puno, Monseñor Cossío, constató la acción vandálica de los terratenientes que habían incendiado más de sesenta locales escolares. No contentos con quemar las escuelas que organizaba el Comité y asesinar a sus profesores o alumnos, los gamonales presionaron a las autoridades locales para que apresen a los delegados indígenas y repriman a los campesinos que los apoyaban. Entre 1921 y 1922, diversos prefectos y subprefectos perpetraron crímenes y atropellos. Hubo casos donde fueron los mismos gamonales los que se encargaron de asesinar a los delegados de la Pro-Derecho Indígena Tahuantinsuyo. Domingo Huarca, delegado de los comuneros de Tocroyoc, departamento del Cusco, quien había estado en Lima tramitando memoriales, fue brutalmente asesinado. Los gamonales primero lo maltrataron, después le sacaron los ojos y finalmente lo colgaron de la torre de una iglesia. Vicente Tinta Ccoa, del subcomité de Macusani, en Puno, que fue asesinado por los gamonales del lugar. En agosto de 1927, la Pro-Derecho Indígena Tahuantinsuyo dejó de funcionar luego que, mediante una resolución suprema, el gobierno de Leguía prohibió su funcionamiento en todo el país. Gran parte de la promoción de líderes indígenas que se forjó con la Pro-Derecho Indígena Tahuantinsuyo engrosó los nuevos movimientos sociales que iban a desembocar en la formación del Partido Comunista y el Partido Aprista. Fueron los casos de Ezequiel Urviola, Hipólito Salazar y Eduardo Quispe y Quispe, que fueron atraídos por la prédica socialista de José Carlos Mariátegui; o de Juan Hipólito Pévez y Demetrio Sandoval, que se acercaron a Víctor Raúl Haya de la Torre y el Partido Aprista. En 1931, después del derrocamiento de Leguía y la muerte de Mariátegui, el Partido Socialista, convertido en Partido Comunista, lanzó la candidatura del indígena Eduardo Quispe y Quispe a la Presidencia de la República. HÉCTOR BÉJAR.

...

...

realismo capitalista peruano, ¡ja, ja!

rojo 2

es más fácil imaginarse el fin del mundo que el fin del capitalismo

En tercer lugar, un dato: una generación entera nació después de la caída del Muro de Berlín. En las décadas de 1960 y 1970, el capitalismo enfrentaba el problema de cómo contener y absorber las energías externas. El problema que posee ahora es exactamente el opuesto: habiendo incorporado cualquier cosa externa de manera en extremo exitosa, ¿puede todavía funcionar sin algo ajeno que colonizar y de lo que apropiarse? Para la mayor parte de quienes tienen menos de veinte años en Europa o los Estados Unidos, la inexistencia de alternativas al capitalismo ya ni siquiera es un problema. El capitalismo ocupa sin fisuras el horizonte de lo pensable. Jameson acostumbraba a detallar con horror la forma en que el capitalismo penetraba en cada poro del inconsciente; en la actualidad, el hecho de que el capitalismo haya colonizado la vida onírica de la población se da por sentado con tanta fuerza que ni merece comentario. Sería peligroso y poco conducente, sin embargo, imaginar el pasado inmediato como un estado edénico rico en potencial político, y por lo mismo resulta necesario recordar el rol que desempeñó la mercantilización en la producción de cultura a lo largo del siglo XX. El viejo duelo entre el détournement y la recuperación, entre la subversión y la captura, parece haberse agotado. Ahora estamos frente a otro proceso que ya no tiene que ver con la incorporación de materiales que previamente parecían tener potencial subversivo, sino con su precorporación, a través del modelado preventivo de los deseos, las aspiraciones y las esperanzas por parte de la cultura capitalista. Solo hay que observar el establecimiento de zonas culturales «alternativas» o «independientes» que repiten interminablemente los más viejos gestos de rebelión y confrontación con el entusiasmo de una primera vez. «Alternativo», «independiente» yotros conceptos similares no designan nada externo a la cultura mainstream; más bien, se trata de estilos, y de hecho de estilos dominantes, al interior del mainstream.
Nadie encarnó y lidió con este punto muerto como Kurt Cobain y Nirvana. En su lasitud espantosa y su furia sin objeto, Cobain parecía dar voz a la depresión colectiva de la generación que había llegado después del fin de la historia, cuyos movimientos ya estaban todos anticipados, rastreados, vendidos y comprados de antemano. Cobain sabía que él no era nada más que una pieza adicional en el espectáculo, que nada le va mejor a MTV que una protesta contra MTV, que su impulso era un cliché previamente guionado y que darse cuenta de todo esto incluso era un cliché. El impasse que lo dejó paralizado es precisamente el que había descripto Jameson: como ocurre con la cultura posmoderna en general, Cobain se encontró con que «los productores de la cultura solo pueden dirigirse ya al pasado: la imitación de estilos muertos, el discurso a través de las máscaras y las voces almacenadas en el museo imaginario de una cultura que es hoy global». En estas condiciones incluso el éxito es una forma del fracaso desde el momento en que tener éxito solo significa convertirse en la nueva presa que el sistema quiere devorar. Pero la angustia fuertemente existencial de Nirvana y Cobain, sin embargo, corresponde a un momento anterior al nuestro y lo que vino después de ellos no fue otra cosa que un rock pastiche que, ya libre de esa angustia, reproduce las formas del pasado sin ansia alguna.
La muerte de Cobain confirmó la derrota y la incorporación final de las ambiciones utópicas y prometeicas del rock en la cultura capitalista. Cuando murió, el rock ya estaba comenzando a ser eclipsado por el hiphop, cuyo éxito global presupone la lógica de la precorporación a la que me he referido antes. En buena parte del hip hop, cualquier esperanza «ingenua» en que la cultura joven pueda cambiar algo fue sustituida hace tiempo por una aceptación dura de la versión más brutalmente reduccionista de la «realidad». «En el hip hop», escribió SimonReynolds en su ensayo de 1996 para The Wire :
«Lo real» tiene dos significados. En primer lugar, hace referencia a la música auténtica que no se deja limitar por los intereses creados y se niega a cambiar o suavizar su mensaje para venderse a la industria musical. Pero «real» también es aquella música que refleja una «realidad» constituida por la inestabilidad económica del capitalismo tardío, el racismo institucionalizado, la creciente vigilancia y el acoso sobre la juventud de parte de la policía. «Lo real» es la muerte de lo social: es lo que ocurre con las corporaciones que, al aumentar sus márgenes de ganancia, en lugar de aumentar los sueldos o los beneficios sociales de sus empleados responden […] reduciendo su personal, sacándose de encima una parte importante de la fuerza de trabajo para crear un inestable ejército de empleados freelance y demedio tiempo, sin los beneficios de la seguridad social.


MARK FISHER.

perú post indie

Haz el ejercicio de pasear una tarde por la plaza del Cuzco, siéntate a la vera de su fuente y distinguirás entre cuzqueños, entre las decenas de argentinos hippies (muchos realmente insoportables), unos cuantos chilenos y de esa pléyade de "gringos" -que vienen dispuestos a ser estafados, bricheados, etc-, a unos curiosos especímenes: los limeños.
Contrariamente a lo que creemos los hijos de esta tierra, lo primero que nos delatará será nuestro "acento". Sí, querido limeño, tenemos acento, un acentazo como doliente, como que rogamos por algo y las mujeres, muchas, además un extraño alargamiento de la sílaba final. Pero lo que realmente suele llamarme la atención es la manera como nos vestimos para ir al Cuzco, porque, el Cuzco es una ciudad, no el campo. Tiene universidades, empresas, negocios, etc. Siin embargo, casi como esos gringos que para venir a Sudamérica vienen disfrazados de Indiana Jones o su variante millenial, nosotros nos vestimos como si fuésemos a escalar el Himalaya. Ya, es verdad que el frío cuzqueño puede ser más intenso que el de la Costa -aunque este invierno me esté haciendo dudarlo- pero echa un vistazo a todo tu outfit: la casaca Northfake, abajo otra chaquetilla de polar o algo así de una marca similar, las botas de montañista, tus medias ochenteras cual escarpines, todo...
Y es que esa es la forma como imaginamos la Sierra: rural, el campo, las montañas, aunque en el fondo no nos movamos de un par de discotecas cusqueñas. Es decir, bien podrías haber venido vestido como en Lima con algo más de abrigo y ya; pero no, ir al Cuzco, a la sierra en general es asistir a un pedazo de nuestra imaginación geográfica que poco tiene que ver con nuestros hábitos usuales del vestido, del comportamiento, etc. Jamás vi en Lima a nadie tomarse una foto con una "niña andina" como lo vi en Cuzco y no ha sido porque no haya niños dispuestos a recibir one dollar por una foto en Lima, pero es que en Cuzquito (cada vez que escucho eso de "Cuzquito" me suda la espalda) es más cute. Ahora, sólo para que calcules la violencia de este acto, ¿te imaginas que alguien del Cuzco -Ayacucho, Huancavelica, Cajamarca o hasta de Chimbote- viniese y te pidiera tomarse una foto con tu hijita, tu sobrino, o lo que sea en Larcomar para subirlo a Instagram o al Facebook? ¿Hardcore, no?


FRED ROHNER
Historia Secreta del Perú 2

as it is when it was

sonido es sonido

sonido es sonido

pura miel

nogzales der wil

RETROMANÍA

"...Pero los 2000 fueron también la década del reciclado rampante: géneros del pasado revividos y renovados, material sonoro vintage reprocesado y recombinado. Con demasiada frecuencia podía detectarse en las nuevas bandas de jóvenes, bajo la piel tirante y las mejillas rosadas, la carne gris y floja de las viejas ideas... Pero donde lo retro verdaderamente reina como sensibilidad dominante y paradigma creativo es en la tierra de lo hipster, el equivalente pop de la alta cultura. Las mismas personas que uno esperaría que produzcan (en tanto artistas) o defiendan (en tanto consumidores) lo no convencional y lo innovador: ese es justamente el grupo más adicto al pasado. En términos demográficos, es exactamente la misma clase social de avanzada, pero en vez de ser pioneros e innovadores han cambiado de rol y ahora son curadores y archivistas. La vanguardia devino en retaguardia." SIMON REYNOLDS Retromanía

kpunk

las cosas como son

las cosas como son

las cosas como son II

las cosas como son II