Para una persona que ha ejercitado muchísimo la memoria, y que además posee una gran capacidad mnemónica por naturaleza, es difícil decidir qué recuerdos almacenar y qué recuerdos no. Los hay que pueden parecer superfluos y por completo prescindibles durante meses, e incluso años, pero en el momento menos pensado los necesitas y bruscamente se tornan valiosos. No pocas veces me ha pasado, y en el futuro de seguro pasará otro tanto. Felizmente, rara vez olvido algo en su totalidad.
Una tarde del verano de 1999, llegué a un pequeño espacio ferial en la calle Camaná, en el Centro de Lima. Fui directo al puesto que tenía un hoy ex-ex-ex-ex amigo, como era mi costumbre en aquel entonces. Por ello, me llamó la atención encontrar esa tarde al menos una veintena de cintas pertenecientes a grupos o proyectos peruanos que jamás había oído ni mentar: por curiosidad, me puse a revisar los que estaban más a la mano, y si bien nunca pedí que me probaran tan siquiera uno, estéticas y nombres me hablaban de actos de noise. Hubieran sido de rock, de metal o de electrónica; la característica que los unía era ésa: el Ruido.
Confieso que no me preocupé en adquirir estos demos. Eran tiempos difíciles para mí, y además confiaba en poder hacerlo algunas semanas más tarde -lo que desgraciadamente no pasó: un día, el dueño de las maquetas se levantó todas las que no se habían vendido. Sólo recuerdo el nombre de una de ellas: Eternal Noise. Pero no podía ser sino de desconcierto total la impresión que me dejaron estos "inéditos" proyectos, con material de limitadísimo tiraje. Me he acordado de esa tarde durante muchos años, pensando en la ocasión perdida de haber accedido a una veta entera de grupos underground nacionales que cultivaban la impronta de Einstürzende Neubauten, los Sonic Youth de los primeros 80s, acaso también de los fundacionales Napalm Death y del japonés K.K. Null (este último aparece en la célebre compilación Ambient 4: Isolationism -1994-, todo un género en sí misma).
Quinta entrega para su serie 'Sounds Essentials Collection', Buh Records ha lanzado hace pocas semanas la recopilación Visiones De La Catástrofe - Documentos Del Noise Industrial En El Perú (1990-1995). De marcado contraste con el resto de volúmenes publicados en la misma línea, Visiones... recupera testimonios históricos de una subescena invisible hasta para la movida subterránea capitalina -subescena nacida allí donde confluían la velocidad inhumana del grindcore, la rabia desatada por las huestes más agresivamente punk y hardcore, y el submundo de violencia cotidiana en que tuvieron que arribar a la adultez las generaciones peruanas de los últimos 80s y los primeros 90s: apagones a diestra y siniestra, caos y destrucción regados (¿o irrigados?) a través de ataques terroristas, hiperinflación crónica, colas de madrugada para poder alcanzar a comprar medrugos de pan... Imposible negar que el disco vale su peso en oro.
Y es que, al rescatar Visiones... parte del escaso legado que dejaran tras de sí estas bandas, un legado durante muchísimo tiempo considerado perdido sin remedio; que haya podido salvarse nos alienta a considerar las posibilidades de poder ubicar más registros similares. Ya hace algunos años, por ejemplo, Discos Invisibles puso a la venta un CD de Disidentes por el que los melómanos peruanos tenemos que estar infinitamente agradecidos. Se recupera, de esta manera, una página de la historia de la escena peruana que ni siquiera teníamos la certeza de que existiese -y ello siempre, SIEMPRE, será motivo de celebración.
Nueve nombres. Once temas, a tema por alias excepto en los casos de Esperpento y Phlegm. De todos ellos, sólo a tres conocía de antemano: Distorsión Desequilibrada (el fulminante proyecto de Álvaro Portales), Sangama ("spin-off" de algunos integrantes de Dios Hastío) y Glaucoma -de Edgar Umeres, guitarrista de Hadez (pude escuchar su cassette Ocaso De La Civilización Occidental gracias a Erik Bullon, figura prominente de la escena noise industrial limeña de fines de los 90s). Con el resto es, pues, mi primera vez: Demencia Senil, Atresia, Pestaudio, Esperpento, Phlegm, Experimental Manufakturing... El magma sonoro es una virulenta yuxtaposición de decenas y hasta cientos de ruidos de la más diversa índole: feedback pergeñado a la mala, señales fragmentadas y reprocesadas de radio y televisión, fierrazos en el sentido más literal del término, contados pero rotundos aullidos guturales, incluso sonidos del entorno infantil sobresaturados. Un huayco de Ruido tratado desde el radicalismo y la visceralidad propios del expresivo esteticismo grind -que empataba perfectamente con las convulsas épocas que les vieron crecer.
Tremendo golazo de Buh Records y de su factotum, Luis Alvarado. Dejo aquí la pieza que más características inherentes al Noise de esos calendarios plasma en un solo canal -el de Demencia Senil. El disco completo, seguido de una estupenda reseña del propio Alvarado, a continuación..
HÁKIM DE MERV
2016
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