Desde los lugares más inesperados del planeta los inconformistas se las arreglan como sea para no sucumbir ante la normatividad, sus excesos y taras de siglos. Desde Malawi en el sureste africano nos llega el nuevo disco de los TONGA BOYS, el grupo formado por Peter Kaunda, Albert Manda, Solomon Nikho, Mylius Minthall y Guta Manda. Nos referimos a "Vindodo", un álbum de 41 minutos de un sonido que ellos llaman "afropunk" pero que trasluce cierto tratamiento electrosónico cortesía de la cooperación en la mezcla final por parte de los polacos Czarny Latawiec (Daniel Brożek) y Wojciech Kucharczyk. A millones de años luz de tanto pachanguero, rapper y sabroso alienado. Lo que audicionamos es una tribu festejando rituales por vaya uno a saber qué motivos. Todo coloreado de tambores y gritos de una formación fuera de sí.
La psique desaforada de estas esencias seudo primitivas colisionan con el mundo urbano que les ha tocado en suerte sufrir y gozar. Suburbios sin electricidad ni alcantarillado, instrumentos improvisados/extraídos de la necesidad: cubos de plástico, palas, latas llenas de grava, una guitarra construida con cables en un tablero sin calefacción. El sonido como medicina, restauración e hipnosis. Si existe una vanguardia transgresora hoy esa es la que hace gente como Tonga Boys: música parida con sesos, harta locura y furia. Estarían en la portada de tu magazine favorito al lado de capos como Suicide o The Velvet Underground si el mundo en el que vivimos fuera otro y no uno en el que mierda como Donald Trump, Bolsonaro o lavadores de dinero y arribistas manejan las riendas. Una verdadera exquisitez.
Wilder Gonzales Agreda.
From the most unexpected places on the planet, non-conformists manage as they can to avoid succumbing to normativity, its excesses and defects of centuries. From Malawi in african southeast we get the new disc by TONGA BOYS, the group formed by Peter Kaunda, Albert Manda, Solomon Nikho, Mylius Minthall and Guta Manda. We're referring to "Vindodo", an album of 41 minutes of a sound they call "afropunk" but that shows some electrosonic treatment courtesy of the cooperation in the final mix by the Polish Czarny Latawiec (Daniel Brożek) and Wojciech Kucharczyk. To millions of light years of so much rapper, and alienated traper. What we audition is a tribe celebrating rituals for who knows what reasons. All colored of drums and yells of a formation out of it.
The unrestrained psyche of these pseudo-primitive essences collide with the urban world that they have had to suffer and enjoy. Suburbs without electricity or sewage, instruments improvised/extracted from the need: plastic buckets, shovels, cans filled with gravel, a guitar constructed of wires on an unheated board. Sound as medicine, restoration and hypnosis. If there is a transgressive avant-garde today that is what people like Tonga Boys makes: music created with brains, lots of madness and fury. They would be on the cover of your favorite magazine next to capos like Suicide or The Velvet Underground if the world we lived in was another and not one in which shit like Donald Trump, Bolsonaro or money launderers and social climbers handle the reins. A true delicacy.
Wilder Gonzales Agreda.