por RODOLFO SÁNCHEZ-AIZCORBE
Extraído de "Hildebrandt en sus trece"
Todo indica que el proyecto de ley para suprimir la aplicación del enfoque de género en las políticas públicas será retirado o no pasará. Los disparates que la congresista de Fuerza Popular Tamar Arimborgo ha escrito en la exposición de motivos han jugado en contra de su proyecto de ley. En buena hora. Sin embargo, haríamos bien en no bajar la guardia. Ese ha sido solo un intento más -vendrán otros- por tumbarse el enfoque de género en las políticas estatales.
La razón: detrás de la lucha contra el enfoque de género hay un poderoso movimiento religioso mundial que, incluso, ha llegado al gobierno de Brasil de la mano de Bolsonaro. Dicen hablar en nombre de la ciencia y sostienen que el enfoque de género es una "ideología", pero lo cierto es que hay más ideología que ciencia en sus postulados. Si queremos que la democracia y el pluralismo prevalezcan, es de urgente necesidad desmontar los argumentos pseudocientíficos -que ocultan un trasfondo religioso- de quienes atacan el enfoque de género.
Comencemos. Arimborgo señala, en su proyecto de ley, que la sexualidad humana se basa en la "dimensión biológica que corresponde exclusivamente a la naturaleza humana (sic)", y no en la "construcción socio-cultural de roles" ni en la "autopercepción del ser humano sobre sí mismo". Arimborgo luego cita al Colegio Americano de Pediatría (no confundir con la prestigiosa Academia Americana de Pediatría), que señala, en síntesis, que la sexualidad humana es un rasgo objetivo biológico binario (XX y XY) cuyo fin es la reproducción, y que el género (la consciencia y sentimiento de uno mismo como hombre o mujer) es un concepto sociológico y psicológico -no un concepto biológico objetivo-, que se desarrolla con el tiempo, pero que, sin embargo, tal desarrollo puede desviarse.
En suma, según este argumento, y en lo que a la sexualidad humana se refiere, lo biológico sería lo objetivo y científico (y dentro de lo biológico, solamente el componente binario XX y XY), mientras que el género (lo subjetivo, lo psicológico y sociológico) sería un mero derivado de la biología, a menos, claro está, que el desarrollo se "desvíe" y lo psicológico y sociológico (lo subjetivo) trate de imponerse a lo biológico (lo objetivo), como sería el caso de la homosexualidad o el transexualismo. Esta línea de argumentación es, con todo, un claro ejemplo de lo que la filosofía de la ciencia denomina biologismo, determinismo o reduccionismo biológico.
Para la filosofía basada en la ciencia, el ser humano es una unidad bio-psico-social (y cultural) inseparable, cuyos tres componentes interactúan entre sí, y no una unidad donde el componente biológico determina unidireccionalmente a los otros dos. Y ello aplica tanto para la sexualidad como para cualquier otra manifestación humana. Reducir la naturaleza humana a la biología es un despropósito. Crear cultura e instituciones sociales es parte de la naturaleza humana, y estas no obedecen a ningún determinismo biológico, razón por la cual hay culturas e instituciones tan diversas a lo largo de la historia. Por lo mismo, el ser humano es estudiado no solo por la biología, sino también por las diferentes ciencias humanas.
Adicionalmente, señalar que la sexualidad humana tiene como fin (en singular) la reproducción, y que el factor binario XX y XY debe explicar toda la conducta sexual (por lo que la homosexualidad y el transexualismo serían "desviaciones"), se parece mucho más a los postulados de la religión que a los de la ciencia. Con su biologismo reducido al factor binario, esta postura pasa por alto, además -aunque el tema no está aún zanjado- las investigaciones que apuntan a que habría factores biológicos que explicarían la homosexualidad y, en particular, el transexualismo.
No es raro, por ende, que los pseudocientíficos que hablan de una "ideología" de género sean, por lo general, los mismos que hablan de familia "natural" para referirse a la familia heterosexual monogámica, cuando hace ya bastante tiempo que las ciencias humanas (como la historia y la antropología) han demostrado la existencia de diversos tipos de familia a lo largo de la historia y en la actualidad. Asociar las palabras "biología", "naturaleza humana" y "natural" no basta para hacer científica una postura. No olvidemos que la palabra "natural" ha sido usada como recurso ideológico, incluso, para justificar la esclavitud.
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