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domingo, 31 de mayo de 2020

EL TWITCH DE MINISTRY

ESCUCHA EMOCIONAL

Hace unos días, en medio de la infoxicación propia de la cuarentena, hice un comentario en el post de un colega indicando cuánto me gustaba el disco recomendado.

Las redes sociales son la hipótesis hecha realidad de la microfísica del poder de Foucault. Eso de que cada parte de tu cuerpo será vigilado, es real desde donde hagamos la aproximación y abordaje. Las redes sociales lo confirman, nosotros damos la autorización para esa vigilancia, además lo hacemos gustosamente ansiosos.

La charla comienza por mensaje personal, a las once de la noche, en Argentina. Escribe Lorenzo y me relata que a raíz de ver mi comentario en esa publicación se preguntó porque me gustaba tanto a mí ese disco, algo que, por el contrario, a él no le parecía tan bueno y tampoco le gustaba, que en realidad la carrera de Ministry le parecía mejor luego de ese segundo disco, TWITCH, pero que el mencionado no, no le encontraba lo “mágico”, lo “bueno” o lo “interesante”. Lorenzo quería saber, apelando a mi función de “escuchador” iterante, qué es lo que llama mi atención en todo eso que él no le encuentra.

Estamos hablando de TWITCH de Ministry, el primero después del primero, With Sympathy. En este disco, según la información que hay en la dispersa web, es donde la banda se aleja del estilo con el que había debutado, el synthpop y comienza a profundizar en su metal industrial.

No vamos a realizar una reseña de un disco excesivamente reseñado, la idea no es esa. La idea es hablar de la forma en la que escuchamos.
Al fenómeno de La Escucha, tan mentado en estos días, lo vemos abordarse sólo de dos formas: Una con ribetes sociopolíticos y académicos, la otra desde el tecnicismo también académico.

La Escucha como Elemento PRIVADO

Le respondo a Lorenzo vía texto, no me gustan los mensajes de voz, ni que me los envíen y tampoco tener que grabarlos.
Sé que es una herramienta muy útil en determinados contextos, por ejemplo, en la producción de El RUIDO es el Mensaje, apelo a éstos mensajes de voz para obtener respuestas a cuestionarios, entrevistas, audios de entornos sonoros, etc.

También me es útil cuando creo que puedo ser un multi-tareas, escuchar y mantener una charla mientras, por ejemplo, ordeno el dormitorio o preparo el almuerzo.

El tema es que uno “cree que puede…” pero en realidad no, no puede atender al mensaje o charla, porque necesita de atención crítica a una “voz acusmática”.

Las formas de comunicación que actualmente utilizamos en donde los dispositivos (los aparatos telefónicos), el espacio virtual (la red digital) y nuestro entorno físico con la ocupación asignada, ordenar, cocinar, etc, deforman esa voz acusmática.

Voces, Escucho Voices

¿Cómo interpretaríamos el término voz acusmática? No más que aquella en donde se escucha un sonido sin poder reconocer su fuente. Al escuchar un sonido, tenemos el impulso natural de querer saber su origen concreto, por lo tanto recurrimos a nuestro cúmulo de saberes para identificar inmediatamente la fuente generadora, nuestro cerebro automáticamente define, clasifica, etiqueta y nos dice que es.

La Voz Acusmática podría ser más claramente la Voz Procesada por los dispositivos. Escuchar el audio de otra persona, generada a kilómetros de distancia, procesada por un dispositivo tecnológico, que sintetiza la onda sonora para “optimizarla” y deconstruirla para luego pueda ser transportada por una red “virtual” y ser reconstruida en otro dispositivo que a la vez optimiza la información recibida y la convierte nuevamente en onda sonora. Parece sencillo, pero es poder ver el flujo de la señal en un diagrama de procesos para comprender que ocurre con este recorrido para comprender la aproximación del término voz acusmática.

Motivación Personal

Me gusta TWITCH por motivos personales. Cuando en el 2000 escuché por primera vez Ministry, escuché discos de la década del 90’ y realmente no me interesó su propuesta. Pasaron unos 10 años para que retomara su escucha y casi que volvió a resultar la misma decepción, a pesar de todo el metal y el industrial que en ese ínterin había consumido.

El 2010, tampoco fue el año para esta banda. Casi 10 años después, en 2018 y mientras acomodaba mis cosas para mudarme a Santiago, Chile, una tarde-noche de agobiante y asfixiante calor húmedo, de la ciudad de Rosario en Argentina, otro amigo, Claudio, me recomendó, como paliativo al calor, escuchar este disco en cuestión: TWITCH, de Ministry.

Buenas cervezas, compañía agradable, calor húmedo y el espacio, un balcón pequeño con plantas, dos gatos y cajas con libros, discos y elementos de cocina, fue el entorno para entrar en TWITCH.

Y ahí, para mí, su escucha me pareció otra, mucho más cálida, interesantemente intensa. Este disco lo escuche muchas veces y siempre me produce lo mismo. No siento que sea un gran disco, es una exploración, una transición, como Achtung Baby de U2, US de Peter Gabriel o I’ll Communication de Beastie Boys. Transiciones, pruebas y búsqueda con diversos resultados. Con todo eso, con esta carga de imperfección y suciedad, el disco me gusta.

Twitch como sucesor de With Sympathy es una cosa híbrida, desquiciada, con Metal, Hardcore, Industrial, Post Punk, Experimental, poco pulido y sucio. Intuyo que los fans del primer disco deben haber querido suicidarse al escuchar eso tanto como los fans de Judas Priest al leer que su lider, Rob Halford asume su salida del placard en el 98′.

Pero aquí viene la inquietud. Las formas de escuchar que tenemos cuando nos ocupamos de ESCUCHAR.

Cuando en unas líneas previas mencionaba el aspecto social, político y académico de cómo se aborda el ejercicio de la escucha. Hago referencia a esa escucha atenta en la que se analizan fenómenos como la contaminación auditiva de lo urbano ante el entorno sonoro, las formas de percibir el objeto sonoro, etc.

En la faceta técnica, nos inundan las leyes físicas, los elementos técnicos y los dispositivos tecnológicos, auriculares, vinilos, cassetteras, compacteras, digital vs análogo, decibeles, kbps, hi-fi, low-fi, etc.

¿Dónde Ubicamos la Escucha Emocional, en Qué Contexto?

TWITCHMinistry – Twitch | Cassette – Fuente: Discogs
El estado emocional parece no entrar en el aspecto sociopolítico y tampoco en el técnico. Lo que nos produce la escucha de un sonido o un conjunto de sonidos y silencios en un ambiente determinado, en una tarde de calor, entre amigos y junto a un par de cervezas, parece no influir en “las formas de escucha”.

La escucha de TWITCH me remite a una tarde, agradable y placentera, de charla, bajo la recomendación de quien tampoco es fan incondicional de esta banda, quizás sólo de este disco. Así es como se funda este argumento.

Cuando me siento a escuchar música, necesito ubicarla en un contexto emocional agradable para que sea fluida, lograr destinarle el plus del placer para que vuelva en cualquier contexto y momento a remitir esa experiencia. Por supuesto que no será siempre “la misma” porque los contextos cambian como cambiamos de medias en una semana de fresco de otoño en una cuarentena obligada.

Las charlas sobre gustos nunca tienen fin, siempre se retoman y siempre mejoran los aspectos de escucha.

Una anécdota se suma a otra, mejora el placer de lo escuchado, modifica el “dónde” y también clarifica el “por qué” ya que siempre es el “cuándo” el que marca o delimita un “cómo”.
  • El CÓMO es el dispositivo al que accedemos para establecer.
  • El DÓNDE es nuestro espacio físico.
  • El CUÁNDO es el momento temporal.
  • El POR QUÉ es la situación que amerita su escucha.
  • El QUÉ… en ese momento, fue el TWITCH de Ministry.
De la misma manera que un trabalenguas, la escucha emocional nos habilita posibilidades y referencias que quizás, muchas veces, se nos pasan de largo.

AUTOR: Franco Falistoco A.
CONTACTO: franco.falistoco[@]elruidoeselmensaje.com

Ministry – Twitch | 1986


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PROMO DEL CD DE FRACTAL

barbarismos

barbarismos
El Comité empezó a ser acosado por la policía. Hipólito Salazar, que había fundado la Federación Indígena Obrera Regional Peruana, fue deportado. Urviola enfermó de tuberculosis y falleció el 27 de enero de 1925. Cuando enterraron a Urviola varios dirigentes de la Pro-Derecho Indígena Tahuantinsuyo no pudieron asistir a su velatorio en el local de la Federación de Choferes, en la calle Sandia. El sepelio fue multitudinario. Los ejércitos particulares de los hacendados se dedicaron a quemar las escuelas que el Comité había abierto en diversos puntos del interior del Perú y persiguieron también a sus alumnos y profesores. Antes de la sublevación de Huancané de 1923, fusilaron a tres campesinos de Wilakunka solo porque asistían a una de estas escuelas. El año siguiente, durante una inspección que realizó a las comunidades de Huancané, el Obispo de Puno, Monseñor Cossío, constató la acción vandálica de los terratenientes que habían incendiado más de sesenta locales escolares. No contentos con quemar las escuelas que organizaba el Comité y asesinar a sus profesores o alumnos, los gamonales presionaron a las autoridades locales para que apresen a los delegados indígenas y repriman a los campesinos que los apoyaban. Entre 1921 y 1922, diversos prefectos y subprefectos perpetraron crímenes y atropellos. Hubo casos donde fueron los mismos gamonales los que se encargaron de asesinar a los delegados de la Pro-Derecho Indígena Tahuantinsuyo. Domingo Huarca, delegado de los comuneros de Tocroyoc, departamento del Cusco, quien había estado en Lima tramitando memoriales, fue brutalmente asesinado. Los gamonales primero lo maltrataron, después le sacaron los ojos y finalmente lo colgaron de la torre de una iglesia. Vicente Tinta Ccoa, del subcomité de Macusani, en Puno, que fue asesinado por los gamonales del lugar. En agosto de 1927, la Pro-Derecho Indígena Tahuantinsuyo dejó de funcionar luego que, mediante una resolución suprema, el gobierno de Leguía prohibió su funcionamiento en todo el país. Gran parte de la promoción de líderes indígenas que se forjó con la Pro-Derecho Indígena Tahuantinsuyo engrosó los nuevos movimientos sociales que iban a desembocar en la formación del Partido Comunista y el Partido Aprista. Fueron los casos de Ezequiel Urviola, Hipólito Salazar y Eduardo Quispe y Quispe, que fueron atraídos por la prédica socialista de José Carlos Mariátegui; o de Juan Hipólito Pévez y Demetrio Sandoval, que se acercaron a Víctor Raúl Haya de la Torre y el Partido Aprista. En 1931, después del derrocamiento de Leguía y la muerte de Mariátegui, el Partido Socialista, convertido en Partido Comunista, lanzó la candidatura del indígena Eduardo Quispe y Quispe a la Presidencia de la República. HÉCTOR BÉJAR.

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realismo capitalista peruano, ¡ja, ja!

rojo 2

es más fácil imaginarse el fin del mundo que el fin del capitalismo

En tercer lugar, un dato: una generación entera nació después de la caída del Muro de Berlín. En las décadas de 1960 y 1970, el capitalismo enfrentaba el problema de cómo contener y absorber las energías externas. El problema que posee ahora es exactamente el opuesto: habiendo incorporado cualquier cosa externa de manera en extremo exitosa, ¿puede todavía funcionar sin algo ajeno que colonizar y de lo que apropiarse? Para la mayor parte de quienes tienen menos de veinte años en Europa o los Estados Unidos, la inexistencia de alternativas al capitalismo ya ni siquiera es un problema. El capitalismo ocupa sin fisuras el horizonte de lo pensable. Jameson acostumbraba a detallar con horror la forma en que el capitalismo penetraba en cada poro del inconsciente; en la actualidad, el hecho de que el capitalismo haya colonizado la vida onírica de la población se da por sentado con tanta fuerza que ni merece comentario. Sería peligroso y poco conducente, sin embargo, imaginar el pasado inmediato como un estado edénico rico en potencial político, y por lo mismo resulta necesario recordar el rol que desempeñó la mercantilización en la producción de cultura a lo largo del siglo XX. El viejo duelo entre el détournement y la recuperación, entre la subversión y la captura, parece haberse agotado. Ahora estamos frente a otro proceso que ya no tiene que ver con la incorporación de materiales que previamente parecían tener potencial subversivo, sino con su precorporación, a través del modelado preventivo de los deseos, las aspiraciones y las esperanzas por parte de la cultura capitalista. Solo hay que observar el establecimiento de zonas culturales «alternativas» o «independientes» que repiten interminablemente los más viejos gestos de rebelión y confrontación con el entusiasmo de una primera vez. «Alternativo», «independiente» yotros conceptos similares no designan nada externo a la cultura mainstream; más bien, se trata de estilos, y de hecho de estilos dominantes, al interior del mainstream.
Nadie encarnó y lidió con este punto muerto como Kurt Cobain y Nirvana. En su lasitud espantosa y su furia sin objeto, Cobain parecía dar voz a la depresión colectiva de la generación que había llegado después del fin de la historia, cuyos movimientos ya estaban todos anticipados, rastreados, vendidos y comprados de antemano. Cobain sabía que él no era nada más que una pieza adicional en el espectáculo, que nada le va mejor a MTV que una protesta contra MTV, que su impulso era un cliché previamente guionado y que darse cuenta de todo esto incluso era un cliché. El impasse que lo dejó paralizado es precisamente el que había descripto Jameson: como ocurre con la cultura posmoderna en general, Cobain se encontró con que «los productores de la cultura solo pueden dirigirse ya al pasado: la imitación de estilos muertos, el discurso a través de las máscaras y las voces almacenadas en el museo imaginario de una cultura que es hoy global». En estas condiciones incluso el éxito es una forma del fracaso desde el momento en que tener éxito solo significa convertirse en la nueva presa que el sistema quiere devorar. Pero la angustia fuertemente existencial de Nirvana y Cobain, sin embargo, corresponde a un momento anterior al nuestro y lo que vino después de ellos no fue otra cosa que un rock pastiche que, ya libre de esa angustia, reproduce las formas del pasado sin ansia alguna.
La muerte de Cobain confirmó la derrota y la incorporación final de las ambiciones utópicas y prometeicas del rock en la cultura capitalista. Cuando murió, el rock ya estaba comenzando a ser eclipsado por el hiphop, cuyo éxito global presupone la lógica de la precorporación a la que me he referido antes. En buena parte del hip hop, cualquier esperanza «ingenua» en que la cultura joven pueda cambiar algo fue sustituida hace tiempo por una aceptación dura de la versión más brutalmente reduccionista de la «realidad». «En el hip hop», escribió SimonReynolds en su ensayo de 1996 para The Wire :
«Lo real» tiene dos significados. En primer lugar, hace referencia a la música auténtica que no se deja limitar por los intereses creados y se niega a cambiar o suavizar su mensaje para venderse a la industria musical. Pero «real» también es aquella música que refleja una «realidad» constituida por la inestabilidad económica del capitalismo tardío, el racismo institucionalizado, la creciente vigilancia y el acoso sobre la juventud de parte de la policía. «Lo real» es la muerte de lo social: es lo que ocurre con las corporaciones que, al aumentar sus márgenes de ganancia, en lugar de aumentar los sueldos o los beneficios sociales de sus empleados responden […] reduciendo su personal, sacándose de encima una parte importante de la fuerza de trabajo para crear un inestable ejército de empleados freelance y demedio tiempo, sin los beneficios de la seguridad social.


MARK FISHER.

perú post indie

Haz el ejercicio de pasear una tarde por la plaza del Cuzco, siéntate a la vera de su fuente y distinguirás entre cuzqueños, entre las decenas de argentinos hippies (muchos realmente insoportables), unos cuantos chilenos y de esa pléyade de "gringos" -que vienen dispuestos a ser estafados, bricheados, etc-, a unos curiosos especímenes: los limeños.
Contrariamente a lo que creemos los hijos de esta tierra, lo primero que nos delatará será nuestro "acento". Sí, querido limeño, tenemos acento, un acentazo como doliente, como que rogamos por algo y las mujeres, muchas, además un extraño alargamiento de la sílaba final. Pero lo que realmente suele llamarme la atención es la manera como nos vestimos para ir al Cuzco, porque, el Cuzco es una ciudad, no el campo. Tiene universidades, empresas, negocios, etc. Siin embargo, casi como esos gringos que para venir a Sudamérica vienen disfrazados de Indiana Jones o su variante millenial, nosotros nos vestimos como si fuésemos a escalar el Himalaya. Ya, es verdad que el frío cuzqueño puede ser más intenso que el de la Costa -aunque este invierno me esté haciendo dudarlo- pero echa un vistazo a todo tu outfit: la casaca Northfake, abajo otra chaquetilla de polar o algo así de una marca similar, las botas de montañista, tus medias ochenteras cual escarpines, todo...
Y es que esa es la forma como imaginamos la Sierra: rural, el campo, las montañas, aunque en el fondo no nos movamos de un par de discotecas cusqueñas. Es decir, bien podrías haber venido vestido como en Lima con algo más de abrigo y ya; pero no, ir al Cuzco, a la sierra en general es asistir a un pedazo de nuestra imaginación geográfica que poco tiene que ver con nuestros hábitos usuales del vestido, del comportamiento, etc. Jamás vi en Lima a nadie tomarse una foto con una "niña andina" como lo vi en Cuzco y no ha sido porque no haya niños dispuestos a recibir one dollar por una foto en Lima, pero es que en Cuzquito (cada vez que escucho eso de "Cuzquito" me suda la espalda) es más cute. Ahora, sólo para que calcules la violencia de este acto, ¿te imaginas que alguien del Cuzco -Ayacucho, Huancavelica, Cajamarca o hasta de Chimbote- viniese y te pidiera tomarse una foto con tu hijita, tu sobrino, o lo que sea en Larcomar para subirlo a Instagram o al Facebook? ¿Hardcore, no?


FRED ROHNER
Historia Secreta del Perú 2

as it is when it was

sonido es sonido

sonido es sonido

pura miel

nogzales der wil

RETROMANÍA

"...Pero los 2000 fueron también la década del reciclado rampante: géneros del pasado revividos y renovados, material sonoro vintage reprocesado y recombinado. Con demasiada frecuencia podía detectarse en las nuevas bandas de jóvenes, bajo la piel tirante y las mejillas rosadas, la carne gris y floja de las viejas ideas... Pero donde lo retro verdaderamente reina como sensibilidad dominante y paradigma creativo es en la tierra de lo hipster, el equivalente pop de la alta cultura. Las mismas personas que uno esperaría que produzcan (en tanto artistas) o defiendan (en tanto consumidores) lo no convencional y lo innovador: ese es justamente el grupo más adicto al pasado. En términos demográficos, es exactamente la misma clase social de avanzada, pero en vez de ser pioneros e innovadores han cambiado de rol y ahora son curadores y archivistas. La vanguardia devino en retaguardia." SIMON REYNOLDS Retromanía

kpunk

las cosas como son

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las cosas como son II

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