Hace unos días, en medio de la infoxicación propia de la cuarentena, hice un comentario en el post de un colega indicando cuánto me gustaba el disco recomendado.
Las redes sociales son la hipótesis hecha realidad de la microfísica del poder de Foucault. Eso de que cada parte de tu cuerpo será vigilado, es real desde donde hagamos la aproximación y abordaje. Las redes sociales lo confirman, nosotros damos la autorización para esa vigilancia, además lo hacemos gustosamente ansiosos.La charla comienza por mensaje personal, a las once de la noche, en Argentina. Escribe Lorenzo y me relata que a raíz de ver mi comentario en esa publicación se preguntó porque me gustaba tanto a mí ese disco, algo que, por el contrario, a él no le parecía tan bueno y tampoco le gustaba, que en realidad la carrera de Ministry le parecía mejor luego de ese segundo disco, TWITCH, pero que el mencionado no, no le encontraba lo “mágico”, lo “bueno” o lo “interesante”. Lorenzo quería saber, apelando a mi función de “escuchador” iterante, qué es lo que llama mi atención en todo eso que él no le encuentra.
Estamos hablando de TWITCH de Ministry, el primero después del primero, With Sympathy. En este disco, según la información que hay en la dispersa web, es donde la banda se aleja del estilo con el que había debutado, el synthpop y comienza a profundizar en su metal industrial.
No vamos a realizar una reseña de un disco excesivamente reseñado, la idea no es esa. La idea es hablar de la forma en la que escuchamos.
Al fenómeno de La Escucha, tan mentado en estos días, lo vemos abordarse sólo de dos formas: Una con ribetes sociopolíticos y académicos, la otra desde el tecnicismo también académico.
La Escucha como Elemento PRIVADO
Le respondo a Lorenzo vía texto, no me gustan los mensajes de voz, ni que me los envíen y tampoco tener que grabarlos.Sé que es una herramienta muy útil en determinados contextos, por ejemplo, en la producción de El RUIDO es el Mensaje, apelo a éstos mensajes de voz para obtener respuestas a cuestionarios, entrevistas, audios de entornos sonoros, etc.
También me es útil cuando creo que puedo ser un multi-tareas, escuchar y mantener una charla mientras, por ejemplo, ordeno el dormitorio o preparo el almuerzo.
El tema es que uno “cree que puede…” pero en realidad no, no puede atender al mensaje o charla, porque necesita de atención crítica a una “voz acusmática”.
Las formas de comunicación que actualmente utilizamos en donde los dispositivos (los aparatos telefónicos), el espacio virtual (la red digital) y nuestro entorno físico con la ocupación asignada, ordenar, cocinar, etc, deforman esa voz acusmática.
Voces, Escucho Voices…
¿Cómo interpretaríamos el término voz acusmática? No más que aquella en donde se escucha un sonido sin poder reconocer su fuente. Al escuchar un sonido, tenemos el impulso natural de querer saber su origen concreto, por lo tanto recurrimos a nuestro cúmulo de saberes para identificar inmediatamente la fuente generadora, nuestro cerebro automáticamente define, clasifica, etiqueta y nos dice que es.La Voz Acusmática podría ser más claramente la Voz Procesada por los dispositivos. Escuchar el audio de otra persona, generada a kilómetros de distancia, procesada por un dispositivo tecnológico, que sintetiza la onda sonora para “optimizarla” y deconstruirla para luego pueda ser transportada por una red “virtual” y ser reconstruida en otro dispositivo que a la vez optimiza la información recibida y la convierte nuevamente en onda sonora. Parece sencillo, pero es poder ver el flujo de la señal en un diagrama de procesos para comprender que ocurre con este recorrido para comprender la aproximación del término voz acusmática.
Motivación Personal
Me gusta TWITCH por motivos personales. Cuando en el 2000 escuché por primera vez Ministry, escuché discos de la década del 90’ y realmente no me interesó su propuesta. Pasaron unos 10 años para que retomara su escucha y casi que volvió a resultar la misma decepción, a pesar de todo el metal y el industrial que en ese ínterin había consumido.El 2010, tampoco fue el año para esta banda. Casi 10 años después, en 2018 y mientras acomodaba mis cosas para mudarme a Santiago, Chile, una tarde-noche de agobiante y asfixiante calor húmedo, de la ciudad de Rosario en Argentina, otro amigo, Claudio, me recomendó, como paliativo al calor, escuchar este disco en cuestión: TWITCH, de Ministry.
Buenas cervezas, compañía agradable, calor húmedo y el espacio, un balcón pequeño con plantas, dos gatos y cajas con libros, discos y elementos de cocina, fue el entorno para entrar en TWITCH.
Y ahí, para mí, su escucha me pareció otra, mucho más cálida, interesantemente intensa. Este disco lo escuche muchas veces y siempre me produce lo mismo. No siento que sea un gran disco, es una exploración, una transición, como Achtung Baby de U2, US de Peter Gabriel o I’ll Communication de Beastie Boys. Transiciones, pruebas y búsqueda con diversos resultados. Con todo eso, con esta carga de imperfección y suciedad, el disco me gusta.
Twitch como sucesor de With Sympathy es una cosa híbrida, desquiciada, con Metal, Hardcore, Industrial, Post Punk, Experimental, poco pulido y sucio. Intuyo que los fans del primer disco deben haber querido suicidarse al escuchar eso tanto como los fans de Judas Priest al leer que su lider, Rob Halford asume su salida del placard en el 98′.
Pero aquí viene la inquietud. Las formas de escuchar que tenemos cuando nos ocupamos de ESCUCHAR.
Cuando en unas líneas previas mencionaba el aspecto social, político y académico de cómo se aborda el ejercicio de la escucha. Hago referencia a esa escucha atenta en la que se analizan fenómenos como la contaminación auditiva de lo urbano ante el entorno sonoro, las formas de percibir el objeto sonoro, etc.
En la faceta técnica, nos inundan las leyes físicas, los elementos técnicos y los dispositivos tecnológicos, auriculares, vinilos, cassetteras, compacteras, digital vs análogo, decibeles, kbps, hi-fi, low-fi, etc.
¿Dónde Ubicamos la Escucha Emocional, en Qué Contexto?
Ministry – Twitch | Cassette – Fuente: Discogs
El estado emocional parece no entrar en el aspecto sociopolítico y tampoco en el técnico. Lo que nos produce la escucha de un sonido o un conjunto de sonidos y silencios en un ambiente determinado, en una tarde de calor, entre amigos y junto a un par de cervezas, parece no influir en “las formas de escucha”.La escucha de TWITCH me remite a una tarde, agradable y placentera, de charla, bajo la recomendación de quien tampoco es fan incondicional de esta banda, quizás sólo de este disco. Así es como se funda este argumento.
Cuando me siento a escuchar música, necesito ubicarla en un contexto emocional agradable para que sea fluida, lograr destinarle el plus del placer para que vuelva en cualquier contexto y momento a remitir esa experiencia. Por supuesto que no será siempre “la misma” porque los contextos cambian como cambiamos de medias en una semana de fresco de otoño en una cuarentena obligada.
Las charlas sobre gustos nunca tienen fin, siempre se retoman y siempre mejoran los aspectos de escucha.
Una anécdota se suma a otra, mejora el placer de lo escuchado, modifica el “dónde” y también clarifica el “por qué” ya que siempre es el “cuándo” el que marca o delimita un “cómo”.
- El CÓMO es el dispositivo al que accedemos para establecer.
- El DÓNDE es nuestro espacio físico.
- El CUÁNDO es el momento temporal.
- El POR QUÉ es la situación que amerita su escucha.
- El QUÉ… en ese momento, fue el TWITCH de Ministry.
AUTOR: Franco Falistoco A.
CONTACTO: franco.falistoco[@]elruidoeselmensaje.com
CONTACTO: franco.falistoco[@]elruidoeselmensaje.com
No hay comentarios.:
Publicar un comentario