El eterno retorno del afro punk oceánico.
Las percusiones de trance africano de TONGA BOYS siempre me han parecido exuberantes. Estar en su presencia al momento de ser performadas debe ser un verdadero arrebato, o entras en él y te despoja de todo o huyes por tu vida. No te deja otra salida, no puedes simplemente escuchar inmune como si asistieras a una exposición de arte sonoro en un museo o galería. Tonga Boys es vida, locura y magia. La música en sus inicios debió ser así, antes de la pasteurización humanoide occidental.
Hoy estos ciudadanos de Malawi nos entregan su tercer álbum, siempre gracias al apoyo de 1000Herz Records, realizado tras una visita etnográfica a un culto chamánico en una aldea remota, como ir desde cualquier ciudad peruana a tomar una sesión de ayawaska en lo profundo de la selva. Así el encuentro entre Tonga Boys y el grupo del Doctor Kanuska -sí, para los africanos ellos son verdaderos doctores no simples chamanes- transpira hermandad y psicodelia por todos sus poros. Cada compás drone y grito de extasis refleja el tremendo pase de vueltas y remezón espiritual que debió haber sido aquello.
No hubo escenario ni sonido profesional. Los músicos danzaban en el polvo con los escuchas, todos dentro del "thempire", el temploimperio. La situación es hacia el mundo más desde la religión local que desde la industria musical. Un documento que revela el alma del África joven a través de los intransigentes Tonga Boys. Ellos continúan su vida tal cual, vendiendo baratijas en el mercado de Malawi, apenas sobreviviendo como todo músico underground. Lejos de lo hipster y el marketing insubstanciales todavía persisten universos de puro brío musical donde perder el ego y las ansias de ser alguien o pertenecer a la gentita.
Una música que explora en la sanación, espiritualidad y olvido de si mismo. Maldición a la miseria occidental, origen de los males del hombre por varias centurias y seguimos contando. No esperes encontrar acá comfort o música para aeropuertos sino afro punk directo al corazón. Drone de los pies que pondrá tu mente a danzar en círculos hacia la belleza inefable del océano primordial.
¡Madre África ven y llévanos más alto!
The eternal return of oceanic afro punk.
TONGA BOYS 'African trance drums have always seemed lush to me. Being in its presence at the moment of being performed must be a real rapture, or you enter it and it strips you of everything or you flee for your life. It leaves you no other way out, you cannot simply listen immune as if you were attending an exhibition of sound art in a museum or gallery. Tonga Boys is life, madness and magic. Music in its beginnings must have been like this, before western humanoid pasteurization.
Today these citizens of Malawi give us their third album, always thanks to the support of 1000Herz Records, made after an ethnographic visit to a shamanic cult in a remote village, like going from any Peruvian city to take an ayawaska session deep in the jungle. Thus the encounter between the Tonga Boys and the group of Doctor Kanuska - yes, for Africans they are true doctors, not mere shamans - exudes brotherhood and psychedelia through every pore. Each drone beat and cry of ecstasy reflects the tremendous 'out of the heads' and spiritual shaking that that must have been.
There was no stage or professional sound. The musicians danced in the dust with the listeners, all inside the "thempire", the temple-empire. The situation is towards the world more from the local religion than from the music industry. A document that reveals the soul of young Africa through the intransigent Tonga Boys. They continue their life as always, selling trinkets in the Malawi market, barely surviving like any underground musician. Far from the hipster and insubstantial marketing still persist universes of pure musical verve where you lose your ego and the desire to be someone or belong to the arty-people.
A music that explores healing, spirituality and self-forgetfulness. Curse to the western misery, origin of the evils of man for several centuries and we continue counting. Do not expect to find here comfort or music for airports but afro punk straight to the heart. Drone of the feet that will make your mind dance in circles towards the ineffable beauty of the primordial ocean.
Mother Africa come and take us higher!
Wilder Gonzales Agreda.
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