Publicado originalmente en la Revista "Freak Out!" # 8 - Diciembre 2005.
Escuchar un disco de Eno, para mí -y estoy seguro de que para muchos más-, es siempre un distanciado(r) deleite. Allí están sus obras cantadas y sus experimentos ambientales. En ambas vertientes, el artista ha cumplido rotundas jornadas magistrales. Pues bien, su último álbum se sitúa en la primera troncal. "Another Day On Earth" da la largada con 'This', una pieza que pareciera haber sido compuesta partiendo de 'Like...' tema del "Forever Alien" (1997) de Spectrum. La construcción es bastante similar, un loop vocal teñido de sonidos ambientales. La base percusiva que Brian ha añadido a su apertura la transforma en un posible single de lujo.
El disco nos anima a acurrucarnos con las adorables, exquisitas, celestiales melodías vocales de Eno en tracks como 'Caught Between' o 'And Then So Clear'. En este último, notamos que el inglés ha recurrido al empleo del vocoder para colorearse de una apacible aura pseudo extraterrestre, estrategia usada también en 'Bottomliners'. A estas alturas podemos vislumbrar que el método seguido para "Another day..." ha sido el de fusionar los descubrimientos ambientales de Eno -hermosos pianos minimales, percusiones delicadas, sintes planeadores- con su faceta más pop, la de creador de canciones imposibles. El británico se las ha ingeniado para que el resultado luzca perfecto a la luz de tu imaginación, para nada forzado o desorbitado. No en vano su desenvolvimiento es el de un gran maestro de las estratagemas.
'Just another day', casi un lema, nos descubre un estilo de vida en donde la quietud y la locura conviven con la rutina mundana. "Another Day On Earth" es, pues, un disco bastante sedentario, ideal para que cojas tu lugar más cómodo y escuches atentamente todos sus sonidos, todos sus planos. Se trata de un álbum que confirma la gran influencia ejercida por Brian Eno en renombrados actos como Füxa, OMD, Seefeel, U2, Insides, nuestros paisanos Silvania -la similitud entre "Another..." y "Naves sin Puertos" es evidente- y un larguísimo etcétera. Con 57 años encima, Eno ha vuelto a obsequiarnos un real bálsamo, una efectiva medicina, necesaria para seguir aunque sea sólo "otro día en la Tierra".
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