Orquesta Pandroginia es uno de los muchos proyectos de Charlie Vásquez, natal de Santiago de Chile, el polifacético ente ignició su discografía en modo solista el 2015. Ha publicado miríada de splits y álbumes desde entonces. Su estética sónica es deudora de la electrónica made in 90's que surcara el planeta y germinara en diferentes cepas y mutaciones. Su imaginario y modus vivendi es el de un veinteañero abocado a las neo redes. Conversamos con él a propósito de "Xpiritual". Una belleza que podría acoplarse sin rubor a escuderías como Skam, Rephlex o Schematic. Editado en Chile por Poxi Records.
Cuéntanos tu background, ¿por qué bandas has pasado, de dónde proviene Charlie Vásquez y Orquesta Pandroginia?
Charlie Vásquez nace en 1994. Orquesta Pandroginia nace a fines del 2015. Ambas en Santiago de Chile. La existencia de una implica la de la otra más allá de las fechas y el lugar. Esa existencia también se proyecta hacia otras entidades: Oliver Tate, Ash U Ra, Nadeshiko, DJ Daddy Yonqui, Vásquez y otras que permanecen ocultas.
He participado en un par de bandas de corta vida: Cool Kids en 2014/15 (shoegaze/grunge), Non m'importa della luna en 2016 (dream pop/trip hop), Corazones Service en 2016 (no wave/punk/garage), Desaparición en 2017 (post-hardcore/noise rock), Albania en 2018 (post-punk/dance punk), Charcoazul en 2019 (black metal/screamo), Las momias de Guanajuato en 2020 (surf rock/krautrock) y Team Mekano desde el 2020 a la fecha (breakcore/hexD). También estuve tocando con mi amigo Pablo Vostok bajo el nombre de Tractatus de Peste, hice un disco de progressive electronics con mi cuñado bajo el nombre de TCCV, participé del proyecto de improvisación internacional The Field Where I Died y he apoyado en vivo a amigues como Vimvau, Donato Soto e Indenadfin. Probablemente más de alguna otra cosa se me está escapando ahora.
Trabajo con sonido desde el 2015. A veces hago trabajos de mezcla y masterización en el estudio Club de Rayuela. Otras hago composiciones para obras audiovisuales. Alguna cosa pequeña ha aparecido en algún museo. También soy parte del sello Medio Oriente y ayudo en ocasiones al sello Gemelo Parásito con cosas varias.
Charlie y Orquesta no son siempre sinónimas. Orquesta Pandroginia es una entidad mutable no dependiente, sobre todo en vivo. En ella confluyen muchas personas que rotan y crean de acuerdo a la voluntad colectiva de la Orquesta. Provenimos de muchas partes y no sabemos hacia dónde iremos.
Escuchando tu reciente opus, "Xpiritual", detectamos influencias de grupos tipo Squarepusher, la escena drum and bass y la IDM noventera. Ciertamente algo ya trajinado por muchos y en varias células creativas. Si bien Poxi Records presenta el trabajo como un disco "que promete darle un vuelco a los sonidos de la electrónica chilena". ¿Qué nos puedes decir al respecto?
Esa declaración-provocación puede leerse de varias maneras. Entiende el tiempo como algo no lineal: la escena del drum and bass e IDM no es algo que aconteció en los 90s y terminó tiempo después, no es un suceso enclaustrado, ni se puede localizar únicamente en una ideación inglesa anclada a esa época. Es una historia que aparece solo una vez la miramos desde su futuro, desde un presente constante. Es un círculo. Se desarrolla y prolifera como un virus que se aferra a distintas manifestaciones culturales y géneros musicales, trastocándolos, atacándolos, avivándolos, siempre jugueteando, y aún no se agota, aún tiene hambre de más. La música electrónica es un continuum y Xpiritual se inserta como una singularidad dentro de su trayectoria, que nació tanto entre 2021 y 2022 como en 1988 con los primeros lanzamientos de Bleep Techno y que no pudo haber sido construido de otra forma. Es un disco que lleva décadas componiéndose, pero que era capaz únicamente de ser lanzado en 2022 -el momento indicado que contenía dentro de sí todos los requerimientos para ello- y es contemporáneo porque entiende de forma consciente esto. Pensarlo únicamente desde el IDM y desde los 90 es limitar lo que nos entrega.
También plantea la cuestión de qué es la electrónica latinoamericana y chilena en particular.
¿Se limita esta a la Digital Cumbia, al Tribal Guarachero, el Funk Carioca o el Tecnobrega, por ejemplo? ¿A ese paraguas al que se ha llamado Latin Electronic? La creación de Xpiritual es imposible fuera de Chile, es un trabajo completamente sudaca, pero que no busca entrar (o más bien salir) por la puerta ni abanicarse con estas etiquetas. No viene desde Wendy Carlos, viene desde José Vicente Asuar. No desde Warp o Hyperdub -a pesar de las referencias que puede hacerle-, sino que desde Infinito Audio, Pueblo Nuevo,
Modismo. Pero no lo hace imitando, sino que construyendo desde un carril paralelo. Se emparenta a través de las relaciones que produce.
Xpiritual no se encierra en esto ni tuvo a ingleses como Squarepusher en su imaginario en ningún momento, los guiños y sampleos al Breakbeat, el Dubstep, el Wonky, el Garage, el Halftime, el Neurofunk, la televisión, la publicidad, TikTok, Instagram, los videojuegos, las citas literarias, se presentan a lo largo de toda su composición como un ejercicio de hiperactividad autista producto de la aceleración tecnológica que no se detiene solo en las capas sonoras superficiales. Es un maximalismo que mastica, regurgita, vomita, consume. El vuelco tiene que ver con el ir agarrando esas fuerzas y direccionarlas hacia otras zonas, hacia otras probabilidades, sobre todo entendiendo el territorio donde estos sonidos se insertan. Un vuelco es un gesto más humilde y sencillo de lo que parece. Se puede volcar un auto en un accidente estruendoso o volcar un vaso con jugo de pera y esto último puede llegar a tener más impacto que lo primero. El trabajo verdaderamente xpiritual no busca trazar, sino que simplemente apuntar para que alguien o algo más se atreva a recorrer, vislumbrando conexiones. Es parte de una colectividad que aún no ha aparecido, pero a la que se le invita a emerger. Es el anuncio de una procesión. Las 7 canciones incitan a la apertura de una consciencia sónica lisérgica desde una férrea posición anti nostálgica que es necesario entender desde la situación des/favorecida por lo que estamos viviendo actualmente.
El artista y diseñador Frederic Goudy decía que todavía es posible conseguir nuevas expresiones de vida y vigor basándose en las formas establecidas en el pasado. No se trata de retromanía ni de vaporwavización. Es una declaración de sampledelia intensiva que escudriñar metiéndose a zonas sucias y abandonadas, así como a aquellas zonas de la red que en la actualidad son pormenorizadas. Ahí es donde las influencias no importan tanto como puntos históricos sino que como materia prima. Como, de nuevo, material para fabricar relaciones y extender puentes hacia afuera.
En otro sentido, esa declaración simplemente es mentira. Una mentira intencionada que busca volverse verdad al ser traída al mundo. Un engaño, un artificio como todo diseño, toda composición y toda promesa. Como la música misma del disco. Hacer música es siempre tejer ficciones sónicas, por mucho que se le quiera encerrar dentro de estructuras rígidas y cristalizadas que justamente por serlo tienden a quebrarse (en contraste con el comportamiento líquido y maleable propio del sonido).
Hablando de Xpiritual, coméntanos please, ¿cuál es tu set up, qué sintetizadores usas, cómo ha sido el proceso de creación del mismo?
Xpiritual se trabajó con un computador Acer, Ableton Live 11, una Tascam dr-05 y un celular LG-K40s. Fue un intento por hacer confluir estas distintas tecnologías aprovechando sus diferencias y puntos de encuentro. Internet fue un eje central de este proyecto: se aprovecharon bancos públicos de sonido y grabaciones de distintas redes sociales como fuente de materia prima. Todo su imaginario nace desde ahí.
Me parece interesante investigar todo esto al ir haciendo las canciones, sin tener una idea previa tan clara. Es algo que llevamos haciendo desde hace tiempo, pero cambiando el enfoque cada vez. La experimentación nace desde ahí, sin ni una pretensión de acercarse a esas gastadas ideas de lo experimental asociadas a vanguardias con más de 100 años de existencia, aunqudo. En este disco el interés mayor estuvo en el aprovechar la saturación digital, el dither, los errores de los softwares, el MIDI, en ir mezclando cosas de formas que algunas personas podrían plantear como incorrectas. Es una exploración muy desde adentro, independiente del resultado final.
La mayoría de las canciones partieron desde este trabajo de sampleo, de reproponer sonidos encontrados y mezclarlos de distintas formas hasta que emergiera algo con suficiente fuerza como para sostenerse por si sola. El componer siempre es medio una posesión, dejar que algo se apodere de ti y se manifieste en el medio elegido. Quien escribe es la Orquesta, un conjunto de voluntades mutables. Xpiritual es una manifestación más de esto.
Qué nos puedes comentar de la escena electrosónica chilena, o quizás solo la de Santiago. ¿Cómo recibe el público estos sonidos, tanto en conciertos como en las redes y la respuesta a los lanzamientos?
El último tiempo ha habido un gran cantidad de gente joven que se agarra de los sonidos del Freeform Hardcore, el Breakcore, el hexD, el Nightcore, el Jungle, el Trance, el Drum and Bass, el Speedcore y un etc. cada vez más ecléctico y entretenido, atractivo justamente por lo mareante que es. Es una escuela que nace desde las distintas plataformas que entrega internet. Comparten lo que hacen en Soundcloud y TikTok, conversan por Discord e Instagram, navegan por horas RateYourMusic y Discogs, hablan de animación, fútbol, Grindcore y Trap. Son gente muy activa y es muy emocionante encontrarse entre medio de todo ello. Hay gente de todas las regiones participando.
En Santiago también están las típicas raves de techno, industrial y house que se llevan haciendo hace años, de las cuales cada tanto aparecen lanzamientos que son un gusto de escuchar. Aquí ya hay una comunidad más sólida, donde se realizan fechas más grandes y con un número mayor de artistas con carreras más largas. Igualmente, hay una cantidad importante de gente que trabaja con el ambient, el IDM y el Deconstructed Club en distintos espacios, además de DJs que simplemente mezclan todo lo que se encuentren jugando con el algoritmo, eludiéndolo y aceptándolo a la vez.
Si se quiere entender lo que se ha configurado en este territorio, es bueno pasarle la oreja a colectivos y sellos como Revolte, Martirio, Enter d'Noise, Si paro de bailar me muero, Recreo, Panal, Club Genesi, Halcxn, Makin Movs, Discos Pegaos, EPA Sonidos y tantos más. Independiente de su masividad, existe un público inquieto al que realmente le interesa acercarse a este tipo de sonidos. Hay personas constantemente buscando artistas, discos, lanzamientos, fechas. Son personas a las que realmente les interesa participar y se pierden en la vorágine de distintas maneras, desde lo que les nace de su interior, creando en paralelo, produciendo, moviéndose, bailando, construyendo en conjunto, apoyando desde lo que su posición les permite y sus intenciones les dicten.
Es difícil hablar de escena si es que lo pensamos como algo cohesionado y fijo, estable. Lo que sucede acá es más bien móvil, exceptuando un par de casos que de todas formas tan reacios a la mezcla no son. Son piezas que se encajan y desencajan continuamente, armando algo que luego se desarma para construir otra cosa (muy a pesar del hermetismo que algunos prefieren).
¿Cómo ha influido el proceso de cambios socio políticos que están viviendo por allá a los artistas y la música que se concibe en estos días en Chile?
Instancias como esta han sido importantes para plantearse el acercamiento a lo político. Se tiende a pensar lo político como algo panfletario u obvio. Como una documentación pornográfica. Lo interesante no es limitarse a decir “esto está pasando”, sino plantearse el “esto podría pasar”, “esto queremos que pase” y trabajar desde ahí. Los problemas imaginativos tienen un rol fundamental en lo político, no solo en cosas tan obvias como en la capacidad de poder imaginar un mundo más allá del capitalismo, sino que también en imaginar otras maneras posibles de movilización y construcción.
La revuelta permitió el encuentro de varias artistas que antes se encontraban algo separadas. Varios colectivos y sellos nacieron en ese momento porque una gran cantidad de entidades se dieron cuenta de que el “cada una por su lado” ya no iba más. El mal manejo de la pandemia por parte del Estado también influenció. Esperamos que esto permita replantear las capacidades de acción que surgen en paralelo desde lo personal y lo colectivo. ¿Qué efectos somos capaces de tener en los mundos? ¿De qué manera podemos intervenir?
Durante los últimos tres años aparecieron gran cantidad de discos, compilados, artistas, bandas, seudónimos que volcaron sus inquietudes en proyectos de índole muy amplia y variada. Algunos fueron efímeros, no pasaron de una intensa instancia diminuta, otros se mantienen intermitentes o siguen creciendo a día de hoy. No había nada correcto, todos los acercamientos confluyeron, sobre todo en 2020 y 2021 donde se sentía un espíritu que se desbordaba hacia todos lados.
A partir de lo que está sucediendo en el país, me parece necesario el pensar en las cosas que hacemos circular, en qué información visual y sonora arrojamos al mundo, el cómo lo hacemos y por qué, bajo qué mecanismos y circuitos. Es vital hacernos cargo de la datificación infopunk de la conformación sociopolítica local, pero no desde la visión del norte global que se nos impone -independiente de sus abanderamientos-, sino que desde las pertinencias latinoamericanas.
¿Qué nos puedes comentar sobre el nombre de tu proyecto, el cual alude a una neo corriente sexual propugnada por gente como el fenecido Genesis P. Orridge?
El nombre se me apareció una noche en la que la privación de sueño me tenía con un cansancio enorme. Me hizo sentido en relación a problemas que me planteaba desde mi propio cuerpo, desde ciertas condiciones que se me han impuesto a nivel social y químico.
Genesis como figura personal no me interesa tanto, pero sí como una figura colectivizada que no se limita a elle ni terminó con su muerte. El concepto que plantea la Orquesta viene desde el omnivorismo cultural, la antropofagia, la difuminación de límites, la continuidad de procesos autónomos, la inconstante permanencia. Es algo que se desprende de Charlie Vásquez, quien ni siquiera ha estado presente en todas las presentaciones que ha hecho.
Recomiéndanos por favor otros proyectos que estés escuchando sean chilenos o de cualquier otra región.
De Chile recomendamos mucho escuchar lo que hace Anthony1, que mezcla Freeform Hardcore y distintas vertientes del Trance de una manera muy potente y creativa, con harta intensidad. Hace poco sacó un EP corto, “musicwasnevermeantobeplayed, que está brutal. El año pasado publicó un split junto a Segunda Mordida en la línea del Breakcore y el Hardcore Breaks que es de lo mejor que salió por acá en ese entonces.
Segunda Mordida también es alguien a quien hay que ponerle atención. En marzo compartió “Lengua Madre”, tres canciones de un IDM relajado, pero cargado de elementos, con sintes melodiosos y texturas percusivas. Es corto y es bueno darse el tiempo de escucharlo.
Tuve el gusto de poder masterizar y colaborar con el arte del disco “Tenshi III” de Post-Millenial Dreams. A toda persona que lea este blog le interesará. Aprovecha muchos elementos de las vertientes ambientales del techno y el drum and bass. Se emparenta mucho con los discos mencionados anteriormente.
También he estado usando mucho Soundcloud y escuchando lo que hace gente como C3ntell4, serenade, latex fruit, deswide, gouzes, KoçitSkoria, leorina, c678924, lila loni. La verdad es que es para perderse y eso me encanta. Es bueno dejarse llevar por ahí.
Por otro lado, el sello Transamericas se ha atrevido con una serie de publicaciones alucinantes de las cuales he podido conseguir un par en vinilo. “Otra Vez Otra” de Lavina Yelb, “Botones” de Narval Orquesta, “El Triángulo De Las Bermudas” de Tobías Alcayota y “Exactomondo” de Archimboldos. Son trabajos increíbles, es genial que tengan este espacio para ser publicado. Osvaldo, una de las personas detrás del sello, hace una labor tremenda.
Por supuesto, no puedo dejar de recomendar otros lanzamientos de Poxi Records, que es donde salió el disco Xpiritual. Sus últimos lanzamientos, “Hypnotica” de Hablemos del Alma, “Electro Glazba” de Talismán, “Materiales y Símbolos” de Asunción y “Magnetismos” de Laktik son bastante variados entre sí y pueden ser un acercamiento interesante a la escena chilena para quienes no la conozcan.
Sin entrar en tanto detalle, aquí hay otros discos que he estado escuchando recientemente:
Paltamango - Birdnet
Afrorack - The Afrorack
Aleksi Perälä - Paradox
HDMIRROR - Adrenalin
Omaar - Drum Temple
Bébe Yana - Space Mulan
Lisabo - Ezarian
Planes futuros y palabras finales.
Se preparan algunas presentaciones en vivo con distintas formaciones. Hay grabaciones en vivo de la época de Oh! No! Dub! que están por ahí y puede que aparezcan. También van a salir un par de canciones que no tienen nada que ver con Xpiritual en algunos compilados.
Por ahora no hay planes de algún disco, aunque siempre hay algo sucediendo.
Queremos agradecer el espacio y la disposición, así como la labor en general que realizas tanto con el blog como con Superspace Records. Un abrazo.
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