Spacemen 3 fue una banda que marcó a la escena avantgarde de los 90 limeña. Si bien éramos una minoría -los integrantes de Crisálida Sónica, y me refiero no solo a los músicos sino también a los colegas activistas-, el remezón fue tal que, pasadas las décadas, el aguijón de los Spacemen se percibe en los discos, compilados y algunas de las neo-bandas que han surgido desde los 90.
La primera vez que los escuché fue en un ensayo con Hipnoascensión, circa 1994 en San Felipe (Comas), cuando coverearon "Lord can you hear me?". Instantáneamente sentí que la canción me hablaba a mi: súper espiritual y etérea, portaba también un halo psicodélico que los emparentaba con Velvet Underground, por ejemplo. Por ese entonces contaba con solo 17 años e hice que un amigo del colegio, Richard Huamán, se grabara otro tema de ellos en uno de sus mixtapes. Para mi suerte el track en cuestión fue "How does it feel?". El enganche, de nuevo, fue inmediato. Fui entonces a la tienda en Los Pinos (Miraflores) de Eduardo Lenti a solicitar se me grabe el álbum completo.
El "Playing With Fire", así en cinta, lo degusté miles de veces. Esos trémolos hipnotizantes, las voces y estilemas de Kember y Pierce tan diferentes y hermanados a la vez, sus mantras tóxicos de las que, varias calendas después, Cocó Silvania/Ciëlo me diría "yo veo rosas con Spacemen 3". Un océano de fuego bautismal. El medio -trémolos, acid rock, gospel bliss, minimalismo recalcitrante- es el mensaje y el mensaje era "colócate y escoge esto". Y, déjenme decirles, yo les creí. Desde ese momento me convertí en un cadete espacial y elevé al nivel de maestro espiritual a Sonic Boom. No me da vergüenza decirlo hoy, décadas después, y cuando la situación, evidentemente, es otra.
Fue así que hice y he hecho todo lo que creé durante los 90. Avalonia, Fractal, El Conejo de Gaia. Crisálida Sónica. Vivir en fantasía fue lo máximo. Pagarlo no. Realmente.
Pete Kember y Jason Pierce, la dupla que alumbró las canciones "pop" más proyectadas de los 80. Eran gemelos esos weones, como dijo Paco, nuestro broder de Zárate, quien traía discos y casettes a la gente de La Colmena. Hijos ilustres de Rugby, un pueblo gris de Inglaterra, tal cual lo puede ser, salvando estrictas diferencias, cualquier suburbio o arrabal sudaca.
Jason y Sonic, antes de terminar mandándose a la mierda, nos legaron esta Biblia Psicodélica como testimonio de lo que podemos ser "todos los niños arruinados de este mundo". Su posición en la Historia de la Música no lo mueve nadie.
ALGUNOS MELÓMANOS DE LA ESCENA DECLARAN SOBRE LO QUE FUE PARA ELL@S EL "PLAYING WITH FIRE" (1989) DE SPACEMEN 3
LUXSIE (22 años, Lima, Perú)
[música y artista visual]
Descubrí el "Playing With Fire" en el 2018 por una recomendación de youtube, estaba escuchando "Some velvet morning" de Primal Scream, mientras scrolleaba para buscar nueva música, me llamó la atención la portada de colores pasteles que tenía escrito “purity love suicide accuracy revolution” y al centro “playing with fire”, me parecía bien irónico en ese momento de mi vida leer esas palabras, hasta que le doy click y la canción que empezó a sonar fue HOW DOES IT FEEL?
Creo que fue uno de los pocos momentos donde experimente concentración pura, me sentía presente, se sentía como estar caminando, como subiendo montañas y verificando al mismo tiempo si existía señal de las torres de energía, todo eso sentía estando tirada en la cama. Lo que experimenté fue un sentimiento que tenía un 60% amor, 20% perplejidad, 15% curiosidad y 5% esperanza. Mientras respondía estas preguntas me puse a escuchar de nuevo How does it feel, y me hace ruido la línea “Cos what I see, it's pure heaven to me So tell me, are you for real?”, me hace pensar que quizá estoy soñando despierta, definitivamente esa canción me lleva a un estado liminal.
"Playing with fire" es como una carta colectiva abierta al mundo, donde desglosa confusión, amor y libertad. No solo por las letras tan sinceras que te cantan como si estuvieras en alguna especie de ceremonia de cacao, sino que el mismo sonido del delay/tremolo en las guitarras te hacen sentir la vibración de la siguiente acción que vas a tomar, la distorsión del rasgueo en seco en “Lord can you hear me?” para mi fue un reencuentro con prioridades que he dejado abandonadas desde infancia, no se si desde vidas pasadas a esta, pero si muchas heridas que no tomaba atención. Este álbum no solo es una invitación a la muerte de la versión más horrenda que hayas tenido, sino también con “Revolution” disfrutas la libertad de ser/hacer lo que desees, que puedes elegir no estar sujeto al tiempo, mientras tu escribas la siguiente línea en tu canción puedes también darle un giro completo a tu vida y decidir el cambio, el comienzo.
ANDRÉS BUZOLIC (43 años, Punta Arenas, Chile)
[músico]
"Playing With Fire" lo escuché a través de descarga en la web. No había acceso inmediato para comprarlo en alguna disquería. Llegué a él un poco tarde, alrededor del año 98, luego de descubrir a Spiritualized, sobre todo con el disco en vivo del Albert Hall. A primera escucha me pareció un disco con una propuesta rupturista y ruidosa, heredero de nuestros queridos Velvets, sobre todo en su primera mitad. El uso y hasta abuso del trémolo me pareció que era el tipo de canciones que yo quería hacer si tenía una banda. También la forma de vocalizar, ese desgano que arroja poesía provocativa y a la vez naif.
En un disco iniciático, aunque suene cliché, después de este disco en cuanto a tus gustos nada volverá a ser igual. Los Spacemen en este disco mezclan ruidismo con hermosas melodías y hasta una vocación pop. Me cuesta reconocer un segmento del disco que me guste más que otro, debo señalar que el arranque me vuela la cabeza y creo que es el signo común en todos los discos que tengo de cabecera. Todo buen disco tiene tremendo arranque.
Un disco que pasa del gospel a la experimentación, un disco que es un mantra eterno, pero que nunca se vuelve plano o monótono, para mí también tiene una elegancia maravillosa este disco, es la elegancia auténtica, con muy poco dinero.
RENATO (29 años, San Miguel, Lima)
[Traductor]
La primera vez fue en una noche que no me acuerdo mucho lamentablemente, hace como 10 años tratando de buscar música mediante los medios que podía ya que la economía no me acompañaba del todo. Fueron momentos oscuros en mi vida que espero no vuelvan a suceder pero pienso deben quemarse las etapas para surgir. La primera vez estaba días sin dormir bajando y descubriendo música y de inmediato me atrapó el shoegaze a diferencia de mi banda de ese entonces que se inclinaban en sus influencias más a bandas post punk o new wave de los 80s.
"Playing With Fire" me enseñó mucho a aceptar otros géneros, ya que este álbum fue muy raro por sus sonidos. Tal como fue la primera vez que escuché el "Psychocandy" de los JAMC. Sí que cambie musicalmente hablando y mucho. Me encanta el ruido y las melodías hasta psicodélicas del disco.
Si pudiera hablar con Spacemen 3 les diría que lo lograron, rompieron con todo tipo de fronteras, cambiaron muchas vidas en el término musical.
RODRIGO OMAR RUIZ LOPEZ (46 años, Sao Paulo, Brazil)
[Administrador de Media Audiovisual]
Escuché el PLAYING WITH FIRE, de un cassette prestado por un amigo del Chino Burga (3am) en los años 90, el cassette pertenecía a UMMAFUMMA, no me acuerdo de su nombre, pero él había dicho que el UMMAGUMMA de Pink Floyd debía llamarse UMMAFUMMA.
Ya escuchábamos SPACEMEN con el Chato Juan Casella y Wilder Gonzales (U de Lima), pero había escuchado los primeros álbumes como "Sound of Confusion" y los singles.
Recuerdo estar regresando en tren del aeropuerto de Roma (Fiumicino) cuando coloqué el cassette en mi walkman. Había despedido a un amigo en el aeropuerto después de una noche larga de UMMAFUMMA. Allí en la mañana de un sol naciente de Agosto escuche HONEY, que por cierto retumbaba en ms orejas, solo para ser remplazado por COME DOWN SOFTLY TO MY SOUL. Donde ya inmediatamente cerré los ojos.
La verdad lo asimilé últimamente con la edición del sello Superior Viaduct que, en los últimos 2 años, ha re-lanzado esta joya en vinilo y otros más de los Spacemen 3.
En el Verano del 97 los proyectos individuales de los integrantes (en este caso Sonic Boom) ya habían llegado a mis orejas, digamos que todo era medio relacionado, solo después fue que decidí armar una colección física de la trayectoria de los Spacemen y Sonic Boom. Habíamos ya escuchado el FOREVER ALIEN. Puedo también hablar de lo que he escuchado y leído del PLAYING with FIRE, pero no seria justo ese BLA BLA BLA, porque no sabía mucho acerca de los aspectos de producción del álbum. Solo puedo describir lo que sentía en ese entonces, una 'rejection' de lo standard y común que me envolvía en ese entonces, la piratería era cultura, y lo que recibíamos era por parte de grabaciones en cassete e ibas a la casa de tu pata a escuchar los álbumes que habían llegado, sea por correo, o por Galerías Brasil o por la tienda de Eduardo Lecca: Música Selecta. No conocía profundamente las influencias generales de los Spacemen 3, solo después que descubriría Suicide o MC5 o Kraftwerk.
Me estoneaba para escuchar, ayudaba mucho, pero lo más importante era la paciencia que debías tener para asimilar estos documentos sonoros. Sin paciencia, sin amor a la música , no hubiera llegado a entender la hipnomonotonía. Era un trance, una especie de DERVISH sonoro. Era lo que buscaba y lo que vino después de escuchar y coleccionar psicodelia.
Este álbum me influenció y me hizo buscar las influencias de los Spacemen en sus diferentes etapas. Ahora que escucho consigo relacionar las influencias. Después de Spacemen 3 nada sería igual en mi relación con la Música. Después de Spacemen descubriría el KRAUTROCK , INDUSTRIAL MUSIC, MINIMALISM de LOS 90.
Fueron mi piedra angular para meterme en la caja de pandora y cerrarla para mi propio deleite. También ya venía de una influencia literaria beatnik, más que todo William Burroughs y su almuerzo desnudo. Solo después descubrí el DREAM MACHINE de BYRON GYSIN, que evangélicamente se casa con la hipnomonotonía de los Spacemen.
HORACIO FERRO (38 años, Santiago, Chile)
[bajista en El Purpurado de Charol]
Cuando entré a la universidad me tocó ser compañero de carrera de Mario Varas Arévalo, quien es quizás mejor conocido por su proyecto indie lo-fi Calostro, & recuerdo que él usaba a menudo una polera de la banda (Spacemen 3) que había pintado él mismo a mano.
Mario es de las primeras personas en mostrarme música alternativa (en esa época el internet era mucho más precario, piensa que en un momento por ese entonces la gente me pagaba por buscarle álbumes en Soulseek & grabárselos en CD-R, porque se les hacía engorroso buscarlos ellos mismos), & con él aprendí un montón.
Recuerdo que cuando los escuché por primera vez me hizo mucho sentido lo que oí. Fueron fundamentales para la postura ideológica que en adelante comencé a desarrollar a la hora de pensar en sonidos & presentarme en vivo. Eso de mantener una nota sostenida durante media hora, sin progresión melódica, simplemente transitando por las texturas del sonido, me hacía caer en una suerte de eternidad de bolsillo cada vez que los escuchaba. Suspender la existencia, una suerte de anestesia sonora. Si la psicodelia era el correlato sonoro a los psicoactivos, esto me remitía a los opioides.
Por ese entonces con un amigo teníamos un blog donde reseñábamos música, recuerdo que reseñé no este disco sino el Taking Drugs to Make Music to Take Drugs to (1990) [Tomar drogas para hacer música para tomar drogas], pero aún así siento que el texto funciona perfectamente para resolver esta pregunta. Te lo copio (le pregunté a google el sitio sigue existiendo, así que lo tengo a mano), pues creo que, pese a ser medio pueril, siento que comunica mejor el entusiasmo que las primeras escuchas de esta banda me provocaron, & creo que no hay mejor promoción que el entusiasmo:
El shoegaze es la manera en que se reinterpretó la música psicódelica y hippie, desde un contexto postpunk. Es decir, toma de lo primero la forma musical, que busca más la generación de un ambiente contemplativo que una progresión en sus temas; mientras que de lo segundo toma la exploración en el sonido y en las maneras en que se pueden utilizar los instrumentos, heredada de la estética punk —sobretodo aquella parte del punk que mejor se nutrió del minimalismo de la Velvet Underground, proveniente a su vez de La Monte Young, que lo tomó de John Cage, quien lo desarrolló a partir de los postulados estéticos que yacían inmanentes en la música de Erik Satie, de quien André Bretón dijo que, pese a que el surrealismo repudiaba la música, su música era surrealista, y yo creo que lo dijo porque, mientras todos los músicos de la época componían para una burguesía sentada en los palcos de una recámara de concierto, Satie tocaba en cabarets y vodeviles, no para que su música fuera el centro de atención del público para que luego lo aplaudieran y lo congratularan y lo premiaran y poder vivir de socialité en socialité, sino para pasar desapercibido y propiciar con su música un ambiente perfecto para que los borrachos que pululaban por el lugar se sintieran cómodos mientras hacían todo eso que la gente va a hacer cuando va a un cabaret—.
El título de este disco —una colección de demos y B-Sides del Sound of Confusion (1986), primer disco de la banda— es una suerte de ars poética que xplica muy bien el origen, el método y fin hacia el que apunta el shoegaze. Spacemen 3 son los padres del shoegaze. En vez de realizar supermegaconciertos pirotécnicos para que los aplaudieran y los congratularan y los premiaran y poder vivir como rockstars por el resto de su vida, los Spacemen 3 se sentaban en el suelo —con un espectáculo lumínico barato pero efectivo— para pasar desapercibidos y propiciar con su música un ambiente perfecto para que todos los narcófilos que pululaban por el lugar se sintieran cómodos mientras hacían todo eso que la gente va a hacer cuando va a un concierto shoegaze. El espíritu de Satie sigue vivo.
Creo que de no haber sido por ellos no me hubiera aventurado a hacer música. Tras escucharlos con mis amigos formamos una banda, básicamente abandonamos los estudios & nos juntábamos a meter ruido 5-8 horas diarias durante como dos años. De esas improvisaciones luego surgiría la banda que tengo ahora, El Purpurado de Charol. Hace unas semanas tocamos en vivo, & al terminar de tocar, se me acercó alguien a preguntarme si no me aburría mantener la misma figura mínima & repetitiva en el bajo durante 5-10 minutos por canción. & mira la coincidencia, no me acordaba de esto cuando comencé a responder estas preguntas, les respondí que ese era el espíritu de Spacemen 3. Soy pésimo citando, así que los parafraseé: Tres notas es un exceso. Dos notas está bien. Pero una nota, ahí está el meollo.
“Tres acordes bien, dos acordes mejor, un acorde lo mejor de todo”
SONIC BOOM
Un disco parido por dos tipos desde un pueblo de mierda reinventando el rock and roll. Sí, rock and roll y no rockkkk con toda su arrogancia. Dos gemelos jugando con fuego y con nuestro ego, enseñándonos que el largo camino a casa tiene de aullido y desafinaciones, como de gospel y mantra.
ANDRÉS BUZOLIC
Los Spacemen fueron muy importantes como piedra angular en lo que se refiere al otro lado de la música. Aquel lado que me salvo de lo banal.
RODRIGO RUIZ