Tus sueños o ellos.
Lo nuevo del Chino Burga llega desde las alturas del Valle Sagrado, Cusco, en forma de nebulosos acoples, misticismo y space rock, orbitando entre apus y estrellas, recordándonos que los 90 fueron insuperables y, de paso, a maestros del porte de FSA, Windy & Carl - Antarctica -, Seefeel y hasta Telefunken.
Detecto también mucho de lo ejecutado en jornadas como el Electr-Om de Espira, esas reverberaciones y sublimaciones de corte kraut dictadas por Tangerine Dream y Ash Ra Tempel, todo filtrado por el tamiz que Miguel Ángel Burga manipula con exquisito manierismo. Orfebrería sónica que habla no solo del talento y la amplitud de miras del responsable de actos fundamentales de la escena perucha, v.g. La Ira de Dios y Espira, pero sobre todo de discursos que al día de hoy se lucen frescos e inamovibles como antaño: el renacimiento espiritual y la odisea andina.
Valgan estos apuntes para catalogar a "Landing" (2023) de Burga como uno de sus más altos hitos. Se trata de canciones aislacionistas flirteando con el pop de ensueño y el aislacionismo guitarrorista a partes iguales y el resultado es adictivo y divino. Ya lo expresó Rocky Ericson y cía: "mirarás el mundo con nuevos ojos y nadie jamás podrá arruinar la visión". Un primor de disco.
Wilder Gonzales Agreda
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