Un disco que define personalidades. Un único día que parecerá eterno.
Emparentados también con entes del tipo Durutti Column y Cocteau Twins, en "Just for a day" quizás la producción no sea grandilocuente o perfeccionista como su contemporáneo Loveless (MBV), pero su cualidad reside en el privilegio de ser una muestra de la adolescencia shoegazer, del despertar y descubrimiento, de poesía y romanticismos transformados en paredes de ruido, susurros y texturas ambient. “Catch the breeze” es el inigualable himno de este documento, de esas canciones que pasen los años que pasen, erizan el corazón al volver a ellas. Plena de capas y efectos a discreción, cumple demasiado bien el encargo de borrar tu mente y ego de la normativa societal. Un ventarrón de noise para tu alma en modo sinestésico. "Erik's Song" y sus momentos oníricos cercanos a la new age. "Ballad of Sister Sue" y "Brighter" donde la voz de Rachel extrae los más hermosos sentimientos que anidan en la primera juventud.
Mucha de esta música de los años 90 es expresión de los alucinógenos que consumíamos. Ya sea en Lima o Londres. Nosotros, inclusive, portamos pequeñas cantidades de DMT en la corteza cerebral, por lo que el más ligero activador puede despertarte a maravillas. Yo te lo prometo.
Más allá de las líricas amorosas, las voces de Rachel y Neil, en sincronía y por separado, prodigan dulzura apelando a melodías preciosistas en contrapunto con las omnipresentes y lacerantes atmósferas. El grupo al completo se aplica a la construcción de fluidos sónicos y destellos aurales, fusiones de ecos y reverberos que horadarán la psique de quienes tengan por suerte adentrarse en los horizontes de "Just for a day". El primero de Slowdive, una utopía metamusical destinada a siempre perder. Y tú con ellos.
Wilder Gonzales Agreda
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