*Abrazando a madre con papá en un trip en buque-bus de Uruguay a Argentina en verano 2002.
Eran días post Noguchi, nunca se los dije, creo, pero siempre estaré agradecido por haberme salvado de las adicciones y noikeadas de fin de siglo a través de ese hospital psiquiátrico. Tú como siempre mamá, la más informada en todo.En este viaje hacia la Argentina, nuestro primer vuelo al exterior, disfrute mucho, mi pasión por los libros y la filosofía terminó de cuajar acá, y no sospeché jamás que sería el penúltimo año a tu lado Victoria Agreda Sánchez, madre.
¿Te acuerdas cuando retornaba a casa los fines de semana en los 90 luego de mis perdidas coloristas y para revitalizar/despertar ponía el "Mesmerised" de EAR o cuando tocaba en mi viola de madera un par de notas minimalistas en plan WINDY & CARL? ¿Qué es esa música de piano me preguntabas asombrada por el sonido planeador de EAR/Sonic Boom que retumbaba de mi cuarto y "por qué estás triste" cuando ensayaba mis canciones etéreas melancólicas en plan "i was a teenage shoegazer"? Y además de ello, ¿cómo olvidar cuando llevaste a tus hijos a ver en pantalla grande la única película nacional digna para ti, "Tupac Amaru" con Reynaldo Arenas, que hizo tan fuerte mella en mi y de la que nunca podré zafar? ¡Viva la revolución!
A mi padre jamás le intereso y mucho menos a mis hermanos estas honduras, visiones ni sensaciones que me sucedían. A ti siiiii!!!!
Eternas gracias madre porque supiste cultivar el afán por desarrollar mi ingenio y la pasión por acciones culturosas extracurriculares.
Donde quiera que estés, madre -y padre- siempre estarás viva en mi y más allá.
Tu hijo,
Wil.
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