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El conficto formal (legal)-informal se colora con otros tintes. Esto es patente, por ejemplo, en la multiplicación de fricciones que se dan en Gamarra entre comerciantes populares formalizados, por un lado, y vendedores informales por el otro, Fricciones que, dada la modalidad de presencia del Estado, desbordan el desborde inicial generando a veces acciones violentas o delictuales (amenazas, cupos, extorsión). Si tensiones de este tipo ya se dieron en Gamarra en 1999, la división entre actores se ha ido agudizando dado el enriquecimiento de unos y el recurso creciente a métodos ilegales (amenazas, golpizas) por otros.
No es el único ejemplo. Tensiones análogas también se producen entre mineros ilegales y comuneros en varias zonas del país. En varios lugares, los desacuerdos legales en torno a las concesiones, la propiedad de las tierras o el problema cardinal del agua (entre empresas mineras, agroindustrias y comunidades) se "complican" cuando los terrenos son invadidos por miles de mineros ilegales. Si en los conflictos contra los actores legales se obtienen a veces ciertos compromisos (o el abandono de la exploración), la situación suele ser mucho más desventajosa para las poblaciones agrícolas en su lucha contra la minería ilegal y esta variante del emprendedurismo popular.
DANILO MARTUCELLI
El otro desborde
2024
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