Negritud esencial retomando antiguos caminos y poniéndolos al día. La magia del sonido precario, ese que batalla contra todo, la propia psique incluida.
Desde la aldea Kising'a en la región de Iringa (Tanzania), llega Bonnie Lulenga (1977) con, "Aliyuyo Uyoo", álbum que confrontará a los más descreídos y experimentales. Sonando a base de elementos artesanales -las fotos son explícitas- elaborados por mano propia: sonajeros, tambores, silbatos, cascabeles de tobillo... rinde honores al misticismo y sacrificio de ancestros en la guerra contra la explotación. El track más prominente, por lo hipnótico del sonido y lo descentrante del canto, va dedicado a Mkwawa, un ser que lideró la guerra de guerrillas contra los colonizadores alemanes en el siglo XIX, hasta que, rodeado de invasores, se suicidó. Mkwawa jugó un papel adicional en la historia de Tanzania: su cráneo, robado por los kraut y colocado en un museo en Bremen, recién regresó a Iringa en la década de 1950.
La inspiración para crear sus instrumentos y su música surgió de un sueño muy vívido, como relata Bonnie: "Una noche, en un sueño, me vi armando un instrumento especial, como el tambor que uso ahora en mi equipo. Y luego me vi armando otro. Cuando me desperté, ese sueño se me quedó grabado en la mente y comencé a recolectar objetos y materiales como baldes, tablones, alambre, piel de animal y cosas por el estilo. Empecé a construir, escuchando la voz que había oído en mis sueños".
El resultado, la música que le escuchamos, sorprende y llama/contagia, prende en uno inmediatamente. ¿Y tú que te quejabas o cuestionabas porque te sientes limitado y tu máximo anhelo/logro es sonar profesional? Mientras en Perú y toda LATAM, la masa va encandilada por las migajas o manjares que cogen del capitalismo = emprendedurismo = por la plata baila el mono, en otras latitudes la negritud aún cultiva la sabia rebeldía y rinde honores a los héroes contra la explotación de siglos, se apodera de la llamada batalla cultural, la guerra en la mente.
No somos nada...
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