Con 27 años es presente y futuro de la electrónica nacional, acaba de publicar en bandcamp una dosis generosa de IDM / techno inteligente que derretirá el nervio a los más exquisitos. Luis "Calefactor" Vásquez formó parte del colectivo Deshumanización alrededor del 2018, ha participado también en ensambles de jazz y electrónica. Adicto a los video juegos y la cultura digital, es notable su fijación por el cine y la filosofía. Calefactor hace una pausa en la lucha diaria y apasionada por fraguar utopías metamusicales para responder las preguntas de da blog.
Coméntanos sobre tu historial. Cuántos años tienes, a qué te dedicas, qué músicas escuchas, por cuántos proyectos has pasado etc…
Tengo 27 años y principalmente soy compositor. Luego, podría decir que me gusta pensar sobre la condición del sonido desde la filosofía; investigar, eso me ayuda a componer y ahí se forma un loop. También hago más chambas, a veces soy productor, sonido directo, etc. Termino haciendo más cosas que no son “música” que la misma música por temas de trabajo. Empecé, primero, haciendo librerías de sonido en una empresa que ya no existe, que era de un pata que ahora hace películas. En esta empresa, terminaba quemadaso todas las semanas porque debía de presentar una cantidad insana de samples diarios a costa de la calidad. Luego he hecho sonido para teatro en vivo y con piezas asincrónicas, también he compuesto para cosas audiovisuales y tocado de vez en cuando en vivo. Una de las chambas que tuve fue componer por fiverr, también daba asesoría de Pure Data o Max MSP, pero me estafaron un par de veces y lo dejé. Es gente de países europeos que quieren graduarse y no son capaces de hacer un patch de Max o de PD, y para remate no pagan… bueno. Estoy muy agradecido a las personas que han confiado en mi chamba y a los que no, bueno, a veces no le atino. Mi música me ha demostrado, por medio de las ganancias que me ha producido, no ser compatible con el capitalismo. Actualmente doy clases de teoría musical y composición electrónica, y trato de hacerlo lo menos lineal y más interactivo posible (enseño como me hubiera gustado que me enseñen). Luego, la gran mayoría de mi tiempo la he invertido en licenciarme de artes escénicas en la católica. He tenido el pesado privilegio que es llevar una carrera de artes escénicas, pero si soy honesto, todavía no me ha demostrado tantas ventajas, solo un gran dolor de gónadas (por quitarme el tiempo para la música) y una gran confusión (ahora veo símbolo en todo). Eso fue el producto de una negociación de índole ideológico entre mi familia y yo, no tenía el corazón para pelearme con mi casa por algo así. Siempre les agradezco también, estudiar es un proceso he salido una persona más sabia, más consciente. Lo único que siempre me pregunto es ¿era necesario hacerlo dentro de una universidad o institución? Es una pregunta que tiene muchas respuestas y se responderá sola en un momento determinado.
Conocí la música de manera diluida a través de lo que escuchaban las personas cuando era más chibolo. Cómo acompañante de juegos tiene un historial grande. Yo jugaba con mi hermano mayor algún juego de mesa y él ponía unas cuestiones 90eras de una comercialidad notoria (Michael Jackson, Nsync, Linking Park, etc). Te hablo de los 2000. Luego, en mi experiencia de los videojuegos también, de hecho escuché el reggaetón por primera vez en mi vida cuando era un niño mientras jugaba San Andreas a los 8 años. Mi núcleo familiar nunca fue muy consumidor de música. A los 11 recién mis papas me consiguen un instrumento, una guitarra acústica, y me aplicaron la de "ok si aprendes esto te creemos q puedes hacer música". Desde ese entonces, la guitarra acústica es a lo primero que acudo cuando necesito sonido, es lo que siento más natural. A los 13, solo tocaba: me sacaba canciones de todo lo que me gustaba. Mis gustos de chibolo era, por ejemplo, The Fall of Troy, que es una banda de mathcore o el nu metal feaso que a mucha gente no le gusta (Slipknot, Korn, Primus, SOAD), para mi suena a infancia literalmente. O los Red Hot Chilli Peppers (a través de los discos de Frusciante 94-97 conocí la psicodelia en una faceta dolorosa). Conocí Muse, Silverchair también, Smashing Pumpkins y Nirvana por influencia de mi primo Sergio Zanabria (Que de hecho, estuvo en un grupo que se llamaban los Silver Mornings que todavía tiene su único disco del 2013 en bandcamp subido). Exploré un huevo de géneros en mi soledad desde los 15 a los 20. Siguió un poco la ruta que siguió la carrera de Spinetta. Empecé en una psicodelia inglesa con proyectos como los Beatles, Farfield Parlour, Donovan, Vashti Bunyan, Ultimate Spinach; un poco de la australiana con Tame Impala, Pond, GUM. Yo siento un poco que me salté la fase de post-rock interior, además, porque fue interrumpida por la corriente jazzista que representó la Católica en mi vida. Adoro aún el jazz con mi vida y marcó un gran antes y después en lo que hago. Coltrane, Dolphy, Miles D., Pat Martino, Bill Evans, Kenny Burrell, toda esta gente y más me educó en lo que podía ser la música, en donde estaba el límite del lenguaje musical. Nunca toque tanto jazz en vivo porque soy un antisocial de mierda y, ademas, no tan bueno (estas dos cosas se relacionan porque la voz es practicar con gente siempre). También escuché algo de HH clásico, soul viejo y neosoul. El postrock me llegó al rostro cuando entré a lo que luego sería el colectivo deshumanización en 2018 (antes de que se convirtiera en el proyecto personal de Mauricio Moquillaza jajaja), en ese entonces en ese espacio conozco a los Parahelio, a Habo, a Árbol, a Subcutáneo. Poco a poco el espacio se fue llenando con personas que colindaban con las artes plásticas, me imagino, buscando un espacio más marginal y auténtico que los museos o galerías. Yo me sentía medio intimidado porque, en primer lugar, soy medio pavo y me cuesta integrarme; en segundo lugar, porque estas personas eran artistas de más nombre y/o de clases sociales más pitucas, su forma de tratar es distinta. Creo que eso fue bueno para el espacio porque lo hizo crecer, y bueno ya luego pasó a ser otra cosa. También conocí gente que fue muy linda conmigo. Yo recuerdo a deshuma como un espacio autogestionado y lleno de amigos, pero también era un espacio jodido y violento. Yo ya no me siento parte de deshumanización y, de todas maneras, también pareciera que nunca fui tan parte de eso. Luego de esto, durante la pandemia sobretodo, empecé a escuchar de nuevo música mientras jugaba juegos con amigos. Esa fue la etapa de mi formación respecto al vocabulario electrónico. Por llamada con amigos y mientras jugábamos Heroes of Might and Magic 3 online, escuchabamos todos los proyectos de Aphex Twin, Autechre, Cylob, Venetian Snares; pero además también le metíamos Pauline Oliveros, Suzane Ciani, Oskar Sala, Xenakis, autores medio académicos. El propósito real era loquear toda la madrugada jugando, pero terminó siendo un gran punto en mi bagaje. Entre estos amigos estaban Arbol y Subcutaneo. De esas reuniones surgió la academia AICSO (La academia independiente de Creación sonora), de la cual yo quedé fuera como fundador por andar ocupado con la universidad (según árbol, pero yo no recuerdo que me hayan preguntado la verdad jajajaja). En esa época todos nos aplicamos con la síntesis, el resto es historia.
Mi primer proyecto se llamaba Industria del Terror (2018) y era una experiencia sonora desde el miedo. Básicamente, lo que trataba era de plasmar la ansiedad y la locura que sentía a través de la experiencia visual y emocional de vivir en una ciudad como Lima. Creo que no lo hubiera podido comunicar de otra forma. Pero también, a veces, solo soltaba la mano y exploraba el lenguaje musical electrónico. Otras veces, le metía improvisación de ruido con la guitarra también, agarraba cualquier elemento material y trataba de sacarle el sonido más insoportable a la guitarra con este, intercalando con pasajes melódicos. Siempre usaba los pedales que me prestaban, nunca he tenido pedales hasta ahora último. Los sintetizadores que usaba también eran todos de compu + un controlador arturia minilab. Paralelamente a veces tocaba jazz con amigos o en el bar delfus, que es un bar bien chiquito. Luego de esto viene calefactor. En los pocos proyectos en los que he estado me han sacado bastante rápido. La primera vez fue porque vivía lejos, la segunda fue porque no tenía pedales, la tercera fue porque, citando a la líder del proyecto, no tenía actitud (y no llegué a un ensayo). Es bien difícil que la gente te acepte con tus cosas buenas y malas. Yo concuerdo en que la huevada tiene que fluir en varios sentidos. Y si, acepto que es bien tranca chambear conmigo, pero el arte siempre es más grande. Ahora último he estado conectando con el techno que se escucha en el Perú, ese eurodance que también experimenté un toque de chibolo, pero también otras corrientes como The Orb, Prodigy, maxx, Tokyo Ghetto Pussy, me encanta ese techno clásico.
Tu proyecto Calefactor: a qué debe su nombre, desde cuándo está activo, háblanos del disco en bandcamp, cómo lo has fabricado, qué utilizaste, qué idea concepto o feeling hay detrás, etc…
Calefactor ( https://calefactor.bandcamp.com/ ) brotó de lo que fue industrias del terror como su versión negativa el 2022. El nombre tiene que ver con mi hábito de escuchar ruido de calefacción para calmarme, es demasiado efectivo en mí. Buscaba crear un proyecto que principalmente me haga sentir afecto y calidez. Seguir explorando los lenguajes que he adquirido con el proyecto anterior y que, al mismo tiempo, pueda crear una emoción positiva en todos, con melodías divertidas, agridulces, chéveres, es el nexo del inconsciente colectivo que quise formar porque es algo positivo, me genera calidez a mí y espero que sea un refugio para otros también. La música cura el alma y el cuerpo. Estoy cansado de buscar y estar en discursos oscuros o pesimistas. A veces igual debo de utilizar otras estéticas para interaccionar con ciertos públicos (a veces puedo sentir desde la reacción del público que mientras más bulla haces y más oscura la sonoridad es más piola, cuando no es necesariamente cierto). Calefactor también tuvo que ver con un proceso de reflexión de creación de estética visual. Esta etapa de mi chamba coincide con mi introducción a algunos artistas visuales de Lima y mi experimentación audiovisual. Durante el comienzo de este proyecto hago “el sentido del tiempo” ( https://youtu.be/eMaLsGSevKY ) y “latita”( https://youtu.be/TvBsFFFlDB4 ) que son 2 cortos que tengo subidos a mi canal de youtube (los invito a chequearlos, tengo más cortos), este último de la mano de Julio Jesus Charca, un amigo cineasta de puno que conocí en la residencia audiovisual Otro Norte. El germen de la identidad visual de calefactor es la sensación digital del cambio de siglo (2000’s), lo que se podría denominar una estética media Y2K. Pero no es solo eso, es eso basado en mi experiencia personal a través de los estímulos visuales que yo experimenté en su entonces, cuando le metía Windows 98, messenger o usaba las primeras webcams. El cine es otra gran pasión que tengo, no me sorprendería si termino haciendo cine. Mis más profundos amigos los he hecho en el cine y no en la música. Finalmente, como también ya sé más de mezcla y síntesis, las producciones de este proyecto contienen decisiones mucho más conscientes.
Sobre Desrealizaciones, es el primer experimento fonográfico que he producido como para sacar. Algunas piezas como “después de morir” tienen un desarrollo desde industria del terror, irreconocibles ahora, las otras ya las fui haciendo conforme cada tocada. Antes “desrealizaciones” era distinto y sus temas solo eran números (1,2,3…) pero decidí ponerles nombre luego. El tema de desrealizaciones es el proceso de una especie de sensación, llámese enfermedad mental o lo que sea, que he empezado a sentir los últimos 2 años. En esta percepción, me siento abstracción siendo persona y la realidad se siente rara. El EP es básicamente trata de combinar esta sensación de no existir con lo virtual desde mi experiencia con las compus cuando era más chibolo, algo así como una desaparición dentro de una virtualidad a través del sonido, pero un sonido amigable, chistoso a veces. La virtualidad es un gran espacio para mí, me crió y me refugió, este EP es una oda a eso. Para hacer esto uso live 11+ algunas cosas de max msp dentro de live + varios softsynths. También algunas canciones tienen elementos que he compreso en cassette, o en modulo compresor. Alonso Castillo, un socio productor, me asistió en eso último y también con algunas sugerencias de mezcla. Un abrazo a Aaron Medina también, el artista de la portada, capturó bastante bien una especie de colectividad virtual. Tengo un montón de sets y los estaba editando para hacer más material, pero 3 cosas sucedieron. 1 mi vieja muere en un accidente en carretera, 2 mi mac del 2012 deja de funcionar 3 Empecé a leer harta filosofía y a escribir. Necesito respuestas y motivación de lo contrario no hay mañana. Mi principal problema con la música que hago es que la produzco para tocarla en sets de 1-2 horas; pero cuando quieres convertirlo en un lanzamiento, tienes que pulir todo hasta que te salgan canciones de menos de 10 minutos, aunque sea. Considero que lo corto y conciso es potente en la fonografía. Aparte, soy consciente de que la gente no la hace escuchar tanto tiempo una canción. Lancé una versión, en Soundcloud, del álbum alterado “desrealizaciones, versión para gente apurada” ( https://soundcloud.com/calefactor/sets/desrealizaciones-version-para-gente-ocupada ), es una gracia. Es el mismo disco solo que al doble de velocidad y grabado en un espacio.
¿Qué es la música para ti?
Absolutamente todo. La música soy yo, también eres tú, es el sonido de la calle, de las aves, de las voces del congreso y de la sangre de los muertos a manos de este, del mar, el sonido del vómito, de mi propia mandíbula. Los ventiladores de las compus, Lima de madrugada, el crepitar del fuego, el silencio. Es mi transporte, mi medio de vida, es mi compañera supraconsciente, es lo que me trascenderá cuando me muera. La música eventualmente me absorberá y seremos uno sólo en un uroboros maldito. Es la esencia de los cambios de la realidad, la mimetiza así como, a veces, la realidad mimetiza a la música. Es el constante patrón de deseo y satisfacción que captura la misma esencia de la vida. Es ritual, es poder, es un balazo y una caricia de mi vieja. La música da acceso a las fuerzas que movilizan la naturaleza dentro y fuera de nosotros. Permea todo y por eso nació como ritual y magia.
Tu opinión sobre la escena peruana, ¿o limeña?
Honestamente, no te puedo decir mucho porque no he convivido tanto en la escena peruana o limeña, pero si la he escuchado. Hablemos del Perú, musicalmente Lima es un punto más con un parlante que hace más bulla. De lo que puedo es de su potencialidad, hay harta gente haciendo música en Perú y no solamente hablo de la electrónica. Los lanzamientos del Perú son de un montón de géneros, algunas incluso que no pertenecen a ningún casillero. Así también, hay un montón de problemas. Los espacios se vuelven violentos por diversos temas. Están las drogas, el dinero, la soberbia, las diferencias, la cizaña, el amor, el abandono del estado, a veces la misma música. Yo necesito a la música como lugar de unión, no para desencontrarme. Estoy en eso de buscar posibilidades y quiero ser positivo al respecto. Yo pienso que la música en el Perú va a crecer un montón, pero la gente se tiene que dar cuenta de su potencialidad, se están dando cuenta. Poco a poco se irá organizando más el asunto. Luego también está la posibilidad de globalizar los proyectos y moverlos fuera vía internet. Creo que eso es lo más sensato teniendo en cuenta lo que sabemos de los medios de comunicación peruanos. Al mismo tiempo, dejar atrás, olvidarte del Perú, de su arte, de su gente, de su industria cultural incipiente, sería una herida agonizante para el artista peruano.
¿Qué discos o conciertos te rompieron el cerebro?
Todos los conciertos me rompen la cabeza, pero por diferentes razones. Cuando era más chibolo fui a conciertos grandes como los de Smashing Pumpkins y a Tame Impala. Lo que me rompe la cabeza de estos conciertos masivos es justamente ver el mar de personas y sentirte un punto ahí. De ahí, un concierto de Los Shapis en el parque la muralla. De ahí, tal vez los conciertos que hacíamos con deshuma en esa época, antes de que todo adquiera una dimensión visual. Recuerdo actos locasos, mezclados con performance. Respecto al sonido, me acuerdo de Necrosante, de Arbol, de Moquillaza, de Subcutaneo, de Sales de Baño, de Elefou, de Oscar Recarte, de Abel Castro, de Habo. Aprecio mucho el sonido sin imagen porque siento que me lleva a un mundo abstracto, invisible. Ahora todo tiene su video o sus visuales de fondo. Respecto a los discos, me voy a poner un tope de 12 para delimitar el asunto:
Aphex Twin – Caustic Window LP (1994) https://www.youtube.com/watch?v=NeBuzmwOvhE
Todos los analogue Bubblebath de AFX https://www.youtube.com/playlist?list=PL1Vt1Zx0CCAHFEfeNWgT8WQABKjoOuPZ2
Pastorcita Huaracina - El perfume de una Rosa (1966) https://www.youtube.com/playlist?list=PLSpD8DHLVDm2ewDiRjFObS_a12E2SrOTM
Cylob – Previously unavailiable on compact disc (1998) https://www.youtube.com/playlist?list=PLZIQTa_kwZhDI7K7IA3T9e83L8B4-0FQb
Autechre – Warp Tapes 89-93 (2019) https://youtu.be/9RQFxBFhGl4
Arbol – Zafiro (2021) https://arbol96.bandcamp.com/album/zafiro
Cinthya Miranda - Filigranas (2021) https://cinthyamiranda.bandcamp.com/album/filigranas-2
Bochum Welt - Module 2 (1996) https://bochumwelt.bandcamp.com/album/module-2
Polvo - Today’s Active Lifestyles (1993) https://polvonc.bandcamp.com/album/todays-active-lifestyles
JJ JasitoJipjopero - CERCADO (2024) https://youtube.com/playlist?list=OLAK5uy_kH3joVKwn0gaRUplPDcHfcIgvbH_Fskp0&si=KaFh2GM6hahSL1Vk
Pharaoah Sanders - Karma (1969) https://www.youtube.com/watch?v=2t88stnbP0g
Insumisión - Perú Pueblo imbecil (2003) https://youtu.be/9GFUSIApu1s?list=RD9GFUSIApu1s
De lo que has hecho tú, me gusta bastante “Rojo” (2021), con el infame track SERAPIO 7 BALAS.
https://wildergonzalesagreda.bandcamp.com/album/rojo
¿Qué opinas de las argollas y de los fachas de la movida electrónica?
Jajajaja, pucha, opino que hace daño al ecosistema de las artes, desanima voluntades, crea conflictos y, eventualmente, pierde de vista a la música. La autoestima del Perú ya está bien dañada y esto solo hace peor la sensación de alienación de mierda. Lo que lastima no son su colectividad, sino la mentalidad y las ideologías que fomentan desde la práctica y no desde el discurso. Las argollas están naturalizadas desde hace tiempo y, lo más penoso, es que nace de la colectividad, para luego ser transformada en cualquier otra cosa. Me recuerda a cuando haces una cuenta de memes, la haces crecer en comunidad alrededor de algo que es importante para todos y luego la vendes. Lamentablemente, el sector de la industria cultural de la que se puede realmente vivir es bien pequeña. De hecho que hay un sector de artistas que tienen mejor equipo, contactos, oportunidades, las cosas que sirven en un país como el Perú para surgir. Para bien o para mal, algunos tenemos que sufrir para hacer música. A pesar de todo, las cosas han cambiado con la virtualidad y ahora siento que es mucho más posible una emancipación. El artista nunca ha pensado solo en música, siempre ha tenido que visibilizarse, estudiar, tocar, trabajar y gestionar, etc. Lo bueno es que ahora hay más herramientas para ver todo eso. Quiero trabajar en ello en vez de pensar en las cochinadas de los fachos. El hecho de moverse a veces ya no es suficiente, por lo que tienes que crear nexos colectivos. Luego, este nexo colectivo puede convertirse de nuevo en una argolla más, pero todo depende de cómo se lleven las cosas. El crítico y los espacios culturales, los artistas también, pasan a tener un papel esencial para fomentar el crecimiento, visibilizar las almas, que sea una colectividad que cura y no que envenena, son los moderadores del servidor. Yo no tengo la respuesta, al final, la gente podría decir que yo también soy facho por haber ido a colegio privado o por haber ido a la universidad. Más allá de todo, la intención también cuenta y al final todo hace crecer lo que hacemos. Creo que los espacios así pueden ser resignificados y reapropiados, pienso que se le puede dar la vuelta a esta situación de muchas maneras. En mi caso, prefiero conectar y parar de sufrir tanto, me mecharía más si fuera más parador. Respecto a esto, podrías decir que soy un tibiazo, pero me pasan cosas con la violencia. Otra cosa en la que he reflexionado mucho es en los distintos valores que salen de la música. El capitalismo ha sometido a la estética mediante su mercantilización porque esa es la manera más evidente y popular de ganarse el pan. Pienso que no solamente los artistas, pero la gente que tiene sellos, hace colectivos, crea espacios culturales, tienen el deber de, no necesariamente eliminar, pero encontrar y visibilizar otros tipos de valor en la música, recuperar la estética para el arte, para decir lo que el mundo necesita. Es muy difícil porque la prioridad siempre para en el ganar mercado dinero prestigio y es una realidad del Perú. En el país existe una fijación con el dinero que emana de la necesidad de ejercer el poder. Al mismo tiempo, tratar de desaparecer el factor plata es una postura burguesa. Es bien jodido pensar en esto.
¿Qué lecturas o películas te animarías a recomendar a los lectores del blog?
Como estoy en mi época lectora, tengo harto para recomendar. Pondré 15:
“Sound of the underground” de Stephen Graham, me hizo sabe en dónde estaba cuando empecé a hacer lo que hago. “Noise: the political economics of music” de Jacques Attali, me dio una profundidad pendejaza sobre lo que puede ser el sonido. “El mañana fue hoy. 21 años de videocreación y arte electrónico en el Perú” de Alta Tecnología Andina me mostró un toque la relación del arte plástico del país con la tecnología y su historia. “Filosofía y experimentación sonora” de Gustavo Celedón Bórquez me terminó de reventar la cabeza respecto al sonido. “On the Ethics of music composition” de Richard Freeman-Toole, para la gente que quiere guía. “Max/Msp/Jitter for music” de V.J Manzo, chévere para meterle al Maxito y empezar a hacer música con eso. “The Homeless mind” de Berger, Berger y Kellner, me explicó una parte de porqué me siento así. “Los últimos días de la prensa” de Jaime Bayly, la realidad sucia del lado laboral. “Relato de un náufrago” de Gabriel Garcia Marquez es una literatura que me impresionó bastante. “Esculpir en el tiempo” de Andréi Tarkovski, para reflexionar el medio audiovisual referente a los demás. “Resonancia Siniestra: el oyente como médium” de David Toop, porque es una lectura casi poética de lo que es escuchar. “Madness and Modernism: Insanity in the Light of modern art, literature, and thought” de Louis A. Sass. “Fedon”, de Platón. “Sound and Symbol”, de Victor Zuckerkandl.
Peliculas: On the silver Globe o cualquier cosa de Andrzej Zulawski. Boy meets girl, de Leos Carax. Imposible amor de Robles Godoy. La muerte de un magnate de Francisco Lombardi. Pizza birra faso de Bruno Stagnaro e Israel Caetano. “Monster” de Hirokazu Kore-eda. Dias de Santiago de Jouse Méndez. La infancia de Ivan, de Tarkovsky. La danza de la realidad de A. Jodorowsky. “El espacio entre las cosas” de Raúl del Busto. “Cidade de Deus” es un clásico también que lo banco, de Fernando Meirelles. Lo último no son pelas, pero son dos series: Riget de Lars von Trier y Lobos de mar de Aldo Miyashiro (o Misterio). Las obras peruanas que contienen violencia tienen un punche pendejaso en mi psiquis. “Manco Capac” de Henry Vallejo.
Planes futuros y palabras finales
Si tengo planes, quiero sacar más material, estoy haciendo un disco de ambient dedicado a mi vieja, otro de acid techno más filosófico. Tratar de acercarme más al espacio público. Seguir tocando, si es que se presenta el espacio. Conocer nuevas movidas, más artistas. Seguir escribiendo lo mejor que puedo. También quiero seguir haciendo cosas audiovisuales. Seguir estudiando (me interesa estudiar la electrónica desde hace mucho pero no me da la cabeza ni la preparación). Hacer alguna banda con más personas. Hablar de música y exponer procesos en streaming. He empezado mi propio sello de música electrónica para crear un espacio para mí, para las personas que hagan música electrónica y empezar mi propia búsqueda de la colectividad: se llama Sonidos Invisibles. No tiene redes aún, pero estoy chambeándole la página web, el logo, el Instagram, esos elementos. Por favor, el que esté interesado en sacar algo escríbame a contacto@sonidosinvisibles.com . Igual y pronto sacaré alguna convocatoria oficial. También este verano quiero trabajar con un amigo que quiere hacer cine para hacer una productora a ver si podemos sostener nuestro arte de eso. Quisiera hacer todos estos planes, pero vivo en depresión y cada día estoy más triste, no estoy en un buen lugar. Estoy tratando de mejorar en serio y ojalá que sea suficiente. Necesito visitar el mar más seguido. Mis palabras finales son que apreciemos la vida con la intensidad de estar presentes. Es una vaina super difícil ahora estar presente con tanta información en todos lados. Agradezcamos a la vida por las experiencias que tenemos, las cosas que aprendemos, la gente que conocemos y apreciemos su cariño. Eso es todo. Larga vida al experimental peruano, porque ningún capital será suficiente para aplacar al artista, la música vive en mí y en todos nosotros.
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