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martes, 14 de enero de 2025

METAL MACHINE MUSIC: Tecnología, ruido y modernismo en la música industrial 1975-1996 [PARTE I]

Una disertación presentada por Jason James Hanley la Escuela de Posgrado en cumplimiento parcial de los Requisitos para el grado de Doctor en Filosofía en Música (Historia de la Música) - Universidad Stony Brook

Recuerdo la primera vez que escuché un disco de música industrial. Era 1988, mi primer año en la universidad, y algunos de mis amigos me habían invitado a la estación de radio de la universidad para recoger a un amigo suyo de camino a cenar. Él no estaba listo todavía, pero nos dijo que podíamos escuchar algo de música en el salón de la estación y nos mostró una pila de discos nuevos que acababan de llegar esa semana. Creo que fue la portada de un álbum lo que me atrajo primero. Era granulada y difícil de distinguir, y los colores apagados se veían diferentes de todos los otros nombres de bandas más reconocibles y fotos llamativas. El título del álbum también era diferente: "The Land of Rape and Honey". Pero nada me preparó para el sonido que pronto estallaría desde los altavoces estéreo. El crujido y el siseo de los surcos vacíos del disco pronto dieron paso al siseo de un platillo de charles, y finalmente llegó una explosión de ruido de guitarra distorsionada que no se parecía a nada que hubiera escuchado antes. Incluso los discos de punk y metal de mi colección no me prepararon para lidiar con ese sonido.

Mi educación musical popular fue sólida, gracias a mis padres. Elvis Presley, Johnny Cash y el doo-wop dieron paso a mi propia obsesión con los Beatles y luego, en la escuela secundaria, a una fase de radio de los 40 principales. En la escuela secundaria escuché rock progresivo y new wave. La mejor preparación que tuve para lo que escuché en la estación de radio de la universidad ese día fue Depeche Mode o Iron Maiden, pero el sonido de "The Land of Rape and Honey" de la banda Ministry fue mucho más… brutal. Ese fue el día en que aprendí por primera vez sobre la música industrial. ¿De qué otra manera, aparte de en una estación de radio universitaria, se suponía que iba a aprender sobre ella? Seguramente nadie la pondría nunca en las 40 principales estaciones de radio que escuchaba en la escuela secundaria. Encontré a otras personas que me enseñaron  sobre esta música, sobre los clubes nocturnos oscuros del centro donde la gente bailaba esta música hasta las 3 a.m. vestida de negro y con esmalte de uñas y lápiz labial negros, sobre la música que había existido antes, como Cabaret Voltaire y Kraftwerk. Luego leí los libros de los que hablaban las letras, como Naked Lunch y Brave New World. La música pintaba un panorama sombrío del mundo, pero también daba una sensación de empoderamiento a sus oyentes. En ese momento, mis amigos y yo sentimos que podíamos comenzar a ver más allá del comercialismo y la política de la sociedad y vislumbrar las “redes de control” que existían debajo. La música nos pedía a nosotros, como oyentes, pensar por nosotros mismos y salir del sistema.

La música industrial es esencialmente un género de música popular. Constituye un amplio catálogo de grabaciones comerciales, que se crean en estudios de grabación con la ayuda de ingenieros de sonido y productores. Estos productos contienen gráficos y publicidad, y finalmente son comprados por un público. La creación de la música no está subvencionada por donantes privados o agencias gubernamentales, y los músicos deben poder obtener ganancias para continuar grabando.

Los conciertos de música industrial tienen lugar en bares y clubes nocturnos, y en el apogeo de su popularidad a fines de la década de 1980, incluso en grandes estadios. Tiene un sistema de artistas estrella que realizan entrevistas, publican fotos de prensa y ayudan a crear la imagen y el estilo de la escena. En ocasiones, ha atraído a un gran número de seguidores que puede considerarse una subcultura de la sociedad euroamericana.

Sin embargo, en su núcleo hay una estética que está fuera de lugar en el paradigma tradicional de la música popular/rock. La música industrial consiste en sonidos de ruido que son inaceptables incluso en algunas de las músicas populares más agresivas. Los músicos industriales sólo ocasionalmente producen piezas que podrían considerarse canciones en el sentido formal, a menudo recurriendo a dispositivos de estructuración más amplios y sutiles. El grado de preocupación por la originalidad, el progreso y el comentario social, junto con las cualidades sonoras particulares utilizadas, alinea la música industrial más con la música clásica contemporánea que con la mayoría de las formas de música popular. La música industrial es, por diseño, simultáneamente una parte de la cultura popular y un caballo de Troya modernista que busca desmantelar el sistema de la cultura occidental desde adentro hacia afuera. Como tal, el estilo musical se encuentra atrapado entre los sesgos duales de los estudios de música popular: un sesgo contra la música que es demasiado popular para ser verdaderamente auténtica (música pop), y otro que está en contra de la música que es demasiado compleja para ser del pueblo (música artística). Pero cuando los sonidos de la canción de Ministry “Stigmata” del álbum "The Land of Rape and Honey" sonaron a todo volumen en el sistema estéreo de esa estación de radio, tenía un sonido que comunicaba autenticidad de base. Era música popular con un buen ritmo y un sonido increíblemente pesado, pero podía sentir que había algo profundo y complejo justo debajo de la superficie. Parecía real entonces, y todavía lo parece ahora.

Sobre la música popular

Sólo se puede llegar a un juicio claro sobre la relación entre la música seria y la música popular si se presta una atención estricta a la característica fundamental de la música popular: la estandarización. Toda la estructura de la música popular está estandarizada, incluso cuando se intenta evitar la estandarización. . .  Lo más importante de todo es que las piedras angulares armónicas de cada éxito –el comienzo y el final de cada parte– deben superar el esquema estándar. Este esquema enfatiza los hechos armónicos más primitivos sin importar lo que haya intervenido armónicamente. Las complicaciones no tienen consecuencias. . .  Cada detalle es sustituible; cumple su función sólo como un engranaje en una máquina.

Theodor W. Adorno (con la ayuda de George Simpson)
De “Sobre la música popular” 1941 [1]

El artículo de Theodor Adorno de 1941, “Sobre la música popular”, se ha convertido en un albatros para los estudios de música popular. Su dura crítica de la música del siglo XX creada para un público amplio antagoniza a los académicos que toman la música popular como objeto de su estudio. Y aunque uno podría desear disipar las conclusiones a las que llega Adorno con respecto a la naturaleza desechable de la música popular, es imposible ignorar el hecho de que muchas de sus acusaciones sobre la naturaleza repetitiva y formulística de la música son a menudo ciertas. Si bien el trabajo de Adorno se encuentra contenido dentro de los debates sobre el valor musical de su tiempo con respecto al jazz, el swing y el jitterbug, también estableció dos argumentos básicos que continúan plagando el campo hoy en día. En primer lugar, contrasta el valor de la canción popular con el de la composición seria, y lo hace afirmando que la canción popular se basa en la estandarización de parámetros musicales y, por lo tanto, contiene pocas de las técnicas estimadas e innovadoras de la música artística. [2] En segundo lugar, Adorno propuso que la música popular era incompatible con los ideales y las prácticas de escucha de la música moderna seria y, en cambio, categorizó a sus oyentes como “rítmicamente obedientes” o “emocionales”. La adherencia de la música a un ritmo simple y pulsante, afirmó Adorno, sugería una obediencia sociológica a una colectividad mecánica. [3] La obra de Adorno estaba firmemente arraigada en su postura política izquierdista centrada en el marxismo; su crítica clasificó la música popular como parte de la industria cultural y una herramienta del  capitalismo. Las canciones se componían supuestamente como si se tratara de una cadena de montaje, diseñadas para complacer y  tranquilizar a las masas, al mismo tiempo que las adormecían y las transformaban en los engranajes de la máquina capitalista.

Los argumentos musicales de Adorno reflejaban creencias más profundas dentro del campo de la musicología que obstaculizaban seriamente la capacidad de los académicos para abordar la canción popular en sus propios términos, como una forma musical con su propio conjunto de valores, es decir, la valoración del ritmo y el timbre por sobre el tono y la armonía más tradicionales. La declaración de Adorno y otras similares pueden haber disuadido a menudo a los musicólogos de buscar las conexiones entre la "composición seria" y la música popular, pero no impidió que los músicos del siglo XX las formaran. Si bien puede parecer que los detalles musicales dentro de la música popular simplemente se reducen a la función de engranajes de una máquina, fue la idea misma de la máquina que se convirtió en una fuente de inspiración para muchos músicos del siglo XX. Uno de los principales temas presentes en las artes y las ciencias de las sociedades occidentales durante el siglo XX fue la glorificación de la máquina, lo mecánico y la relación entre el cuerpo humano y la tecnología.

La declaración de Adorno de una incompatibilidad entre la música seria y la música popular fue, irónicamente, apoyada por el paradigma dominante de la historia de la música rock posterior. Las  historias propuestas por periodistas y teóricos culturales en círculos académicos a partir de mediados de la década de 1960 sugerían que la música rock era valorada por sus rasgos revolucionarios, su rechazo de las normas burguesas, su volumen alto y su actitud de "hazlo tú mismo". [4] En conjunto, estos rasgos indicaban que la música rock no valoraba el desarrollo, la intercontextualidad y la complejidad. Muchas formas de música rock que demostraron estos rasgos fueron criticadas por la prensa popular, como el movimiento de rock progresivo de la década de 1970, que a menudo todavía se encuentra excluido del canon de la música rock hoy, incluidos los libros de texto de música más populares e incluso la lista de los inducidos al Salón de la Fama del Rock and Roll. Es por esta razón que las narrativas de tantos libros de texto y artículos sobre música rock siguen centrándose en el rock psicodélico y la música punk, la más obvia de todas las rebeliones ruidosas del tipo "hazlo tú mismo" (DIY), que o toman la convención o la rebelión como sus normas.

La división percibida entre música seria y música popular se integró en el marco de los estudios de música popular y se desarrolla dentro de los dos tipos de obras que se publican típicamente en el campo de los estudios de música popular: las que contienen notación musical y las que contienen y aquellas que no. Esta afirmación es una forma simplista de categorizar los estudios sobre música popular; sin embargo, la dicotomía resalta una importante división en la metodología que todavía preocupa a los académicos en el campo hoy en día. Los estudios publicados por musicólogos a menudo tienden a privilegiar el texto de una obra musical, lo que Philip Tagg ha denominado “centrismo notacional”, centrándose en cuestiones como la transcripción, las progresiones de acordes, el análisis formal y el análisis lírico. [5] Por otra parte, las investigaciones de los teóricos culturales y los sociólogos tienden a analizar la música desde un enfoque de producción-consumo, examinando la economía de la industria musical y las formas en que los oyentes reciben, procesan y hacen uso de estos productos. Esta división surge de la naturaleza interdisciplinaria de los estudios de música popular como campo, algo que es necesario si uno intenta comprender no solo los textos musicales generados por los músicos sino también cómo esos textos funcionan dentro de un conjunto complejo de relaciones, lo que permite un estudio basado tanto en el texto como en el contexto.

El objetivo más amplio de esta tesis es combinar aspectos de los estudios culturales con el análisis musicológico para investigar cómo el estilo de música popular llamado Industrial fue creado por músicos dentro del sistema dinámico de la industria musical y definido dentro de una subcultura que consiste en músicos y miembros de la audiencia. Una obra de arte interactúa con las audiencias que la reciben como objeto estético y producto. A veces esto ocurre  simultáneamente y a veces por separado. [6]

Si consideramos la obra sonora como parte del paradigma triangular de creación, distribución y consumo, entonces un análisis de la obra  se convierte en el estudio de cómo se crea, distribuye y consume la música. También se puede considerar la audiencia del género musical en particular, cómo los músicos responden a estas audiencias, cómo  las compañías discográficas comercializan la música en consecuencia, o incluso cómo las grandes discográficas empujan a un artista en una dirección estilística particular en función de la respuesta del público a lo que actualmente se considera popular. [7]

Al mantener la obra sonora en el centro de este estudio, podemos ver cómo la música proporciona un impulso para los aspectos de la identidad subcultural: qué características musicales conectan una canción con un estilo particular, qué hace que la música "mueva" a una audiencia particular (física o emocionalmente), o cómo los músicos crean el sonido que es tan fácilmente identificable por un gran número de fanáticos. [8]

Los estudios basados ​​tanto en la musicología como en los estudios culturales a menudo son culpables de exclusión cuando se trata del análisis del timbre, y la cantidad de estudios que lo examinan como un elemento esencial en la creación de música se pueden contar con una mano. [9]

Algunos trabajos recientes en esta área, como el estudio de Danuta Mirka sobre La música de Penderecki sugiere un sistema de notación descriptiva que se basa en los tipos de materiales que se utilizan en la producción de sonido, un enfoque basado en las propias partituras gráficas prescriptivas del compositor, como Threnody for the victims of Hiroshima (1960). [10]

Si bien son útiles, estos sistemas solo nos cuentan una parte de la historia cuando describen los diversos timbres basados ​​en sintetizadores que están en el corazón de gran parte de la música industrial: los tipos de sonidos electrónicos que Jean-Charles François ha llamado “timbres dinámicos”. [11] Para el estudio de un estilo musical como el industrial, donde la música gira en torno a la creación de paisajes tímbricos sonoros en evolución y no de armonías basadas en tonos, este tipo de investigación se vuelve esencial.

Varios autores han sugerido que el estudio de la música popular se realiza, y siempre debe realizarse, a través de una síntesis de diversos enfoques y metodologías, cada uno de los cuales examina aspectos separados del campo. [12] Dado que el término “popular” reúne una gran cantidad de géneros musicales divergentes bajo una sola designación, puede ser imposible crear un único método o sistema de estudio que permita un análisis efectivo. Creo que cada estudio individual debería intentar incorporar las herramientas analíticas disponibles para explorar las capas de la música y el proceso de recepción musical. Al investigar los estilos de música popular en tres niveles interconectados –creación (los músicos), comercialización (la industria) y recepción (la audiencia)– es posible comenzar a comprender no sólo cómo se crea la música, sino también cómo  consumen y entienden ese texto millones de personas diferentes.[13]  Sugiero que vayamos más allá de las conexiones superficiales e intentemos representar el sonido musical y el comportamiento y estilo subcultural como manifestaciones de una filosofía más amplia creada por nosotros mismos. El desarrollo de la música industrial fue una acción consciente por parte de los músicos y el público para crear los sonidos y las historias de su propia subcultura particular.

Hay varias herramientas que utilizaré en el análisis de textos musicales y culturales, con el objetivo de conectar los dos métodos. Haré uso de transcripciones tradicionales en conjunción con el análisis de parámetros musicales tradicionales, he desarrollado un enfoque de partitura sonora fenomenológica para representar el timbre que permite representaciones tanto de sonidos interpretados como de sonidos escuchados, mostrando situaciones en las que los resultados sonoros de la música industrial pueden ser más que la suma de sus partes interpretadas. Ambas partituras descriptivas se utilizarán en asociación con la teoría fenomenológica y semiótica para conectar los problemas musicales con los de la subcultura circundante. También se analizarán textos culturales como letras de canciones, presentaciones en vivo y videos musicales utilizando estas ideas semióticas y teóricas.

Considero otros textos, incluidas entrevistas publicadas con artistas; entrevistas publicadas con fanáticos; reseñas publicadas de críticos musicales; fanzines; sitios web, grupos de correo electrónico, blogs y sitios de publicación. Debido a mi conexión profesional con la música industrial, también tomaré en consideración las conversaciones que he tenido con músicos y ejecutivos de sellos discográficos a lo largo de los años, y varias entrevistas nuevas que he realizado mientras trabajaba en la disertación con Al Jourgenson de Ministry, Peter Hook de Joy Division/New Order, Tommy Victor de Prong/Ministry, Paul Lemos de Controlled Bleeding, Richard de Neikka RPM, Ron Musarra y Aaron North de Nine Inch Nails, Sin Quirin de RevCo/Ministry y Cosey Fanni Tutti de Throbbing Gristle. Mi trabajo profesional como músico y como empleado del Salón de la Fama y Museo del Rock and Roll me ha dado acceso a este tipo de entrevistas y conversaciones, y es esencial para mi metodología general. Para entender la naturaleza subcultural de la música industrial, tengo que entender cómo sus músicos establecen conexiones musicales y sociales, y verificar aspectos particulares de mis teorías sobre cómo y por qué hicieron su música de la manera en que lo hicieron.

NOTAS.

1 - Theodor Adorno, “On Popular Music”, en On Record, ed. Simon Frith y Andrew Goodwin, 301-331. (Nueva York, Routledge, 1990), 302.

2 - Adorno no fue de ninguna manera la primera persona en ubicar estos dos estilos musicales separados entre sí; de hecho, en el párrafo inicial del artículo menciona esta percepción tan común. Su “giro” fue ponerlos uno contra el otro, afirmando que la música popular no era sólo algo diferente, sino un pálido fantasma de la música seria.

3 - Cabe señalar que Adorno también ataca a Igor Stravinsky y Paul Hindemith por lo que él llama un sentimiento antirromántico, que permite que su enfoque en el ritmo y la “realidad” creen una música demasiado preocupada por la era de las máquinas.

4 - Ya en 1964, Stuart Hall y Paddy Whannel resumieron esta división diciendo que la música popular se consideraba como un símbolo de "una especie de debilitamiento profundo de la autoridad y los gustos de los adultos". Reimpreso en On Record, ed. Simon Frith y Andrew Goodwin, 27-37. En el ámbito periodístico, Jann Wenner, en su “Carta del editor” publicada en el primer número de la revista Rolling Stone en noviembre de 1967, afirmaba que la revista iba a reflejar los cambios en la sociedad relacionados con el rock and roll y que estaba diseñada para “los artistas, la industria y toda persona que „cree en la magia que puede liberarte‟. 

5 - Philip Tagg, KOJAK, 50 Seconds of Television Music: Toward the Analysis of Affect in Popular Music (Göteborg: Studies from the Department of Musicology, 1979), 28. Véase también Richard Middleton, Studying Popular Music (1990) y David Brackett, Interpreting Popular Music (1995).

6 - La música casi siempre está directamente conectada con la sociedad a través de su función dentro de ella. El arte casi nunca es verdaderamente “autónomo”. La diferencia es que la música popular a menudo involucra directa y conscientemente a la sociedad con el objetivo de crear una ganancia. Como en el caso de una “fábrica de éxitos” como el Brill Building en Nueva York y Motown Records en Detroit; el fenómeno de las “Boy Bands” como The Jackson Five, New Edition, New Kids on the Block y N‟Sync; y más recientemente en la megamáquina musical de Disney basada en Hannah Montana, Camp Rock High School Musical.

7 - La lista de músicos que fueron convencidos de cambiar su dirección musical en respuesta a las vocalizaciones de las “masas” y la presión de la industria musical es larga.

8 - Muchos estudios musicales no mantienen la obra sonora en el centro de su discusión, y esto a menudo puede ser problemático. Keith Negus en su libro introductorio a las teorías utilizadas para estudiar la música popular, Popular Music in Theory (1996), enfrenta esta cuestión en su introducción. “... este libro contiene poco compromiso directo con la musicología formal. . .  A pesar de su utilidad, y a pesar de mis mejores esfuerzos, simplemente no estoy lo suficientemente familiarizado con la disciplina como para incluir referencias musicológicas sustanciales”. p. 4. Esto no solo nos presenta la actitud de que los estudios de música popular tienen varios enfoques diferentes, sino también que la musicología es uno de los que se pueden dejar de lado.

El libro contiene muchos temas musicales, pero absolutamente ninguna teoría o análisis musical. Lo mismo se aplica al diccionario de Roy Shuker para estudios de música popular Key Concepts in Popular Music (1998). Por supuesto, existen varios libros que examinan la música desde ambos puntos de vista, como Running with the Devil (1993) de Robert Walser y Black Noise (1994) de Trica Rose, pero estos estudios son más a menudo una excepción que la regla.

9 - El trabajo de Robert Cogan en esta área es el más sustancial hasta la fecha, incluyendo: New Images of Musical Sound (1984), Sonic Design: The Nature of Sound and Music en coautoría con Pozzi Escot (1976) y Sonic Design: Practice and Problems en coautoría con Pozzi Escot (1981). Véase también Wayne Slawson, Sound Color (1985).

10 - Danuta Mirka, “To Cut the Gordian Knot: The Timbre System of Krzysztof Penderecki”, Journal of Music Theory 45, no. 2 (otoño de 2001): 435-456.

11- Jean-Charles François, “Fixed Timbre, Dynamic Timbre”, Perspectives of New Music 28, no. 2 (verano de 1990): 112-118.

12 - Will Straw abordó este tema en sus comentarios de clausura de la conferencia IASPM de 1999. “En lugar de intentos ambiciosos de síntesis metodológica, ahora tenemos una pluralidad de enfoques, en los que se ponen en juego tipos de análisis formales e informales para responder a las exigencias de un estudio de caso dado, no como bloques de construcción en la elaboración de un gran método unificador”. Reimpreso en The Review of Popular Music No. 27/28, julio de 1999. Más adelante señala que esta nueva actitud “fácil” puede dar como resultado el deterioro de la organización en una serie de eventos de “mostrar y contar” que carecen de cualquier comprensión compartida de un análisis profundo.

13 - Esto es más que un proceso circular en el que la etapa de recepción puede causar cambios en la etapa de creación; es de hecho un proceso triangular. Cada parte del triángulo está conectada con todas las demás partes, y los cambios en cualquier lado o ángulo  afectan al resto de los lados y ángulos. La música o el “texto” en sí mismo pueden verse como un objeto completamente diferente centrado en el medio del triángulo y sujeto a los tres puntos de vista interconectados.

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barbarismos

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El Comité empezó a ser acosado por la policía. Hipólito Salazar, que había fundado la Federación Indígena Obrera Regional Peruana, fue deportado. Urviola enfermó de tuberculosis y falleció el 27 de enero de 1925. Cuando enterraron a Urviola varios dirigentes de la Pro-Derecho Indígena Tahuantinsuyo no pudieron asistir a su velatorio en el local de la Federación de Choferes, en la calle Sandia. El sepelio fue multitudinario. Los ejércitos particulares de los hacendados se dedicaron a quemar las escuelas que el Comité había abierto en diversos puntos del interior del Perú y persiguieron también a sus alumnos y profesores. Antes de la sublevación de Huancané de 1923, fusilaron a tres campesinos de Wilakunka solo porque asistían a una de estas escuelas. El año siguiente, durante una inspección que realizó a las comunidades de Huancané, el Obispo de Puno, Monseñor Cossío, constató la acción vandálica de los terratenientes que habían incendiado más de sesenta locales escolares. No contentos con quemar las escuelas que organizaba el Comité y asesinar a sus profesores o alumnos, los gamonales presionaron a las autoridades locales para que apresen a los delegados indígenas y repriman a los campesinos que los apoyaban. Entre 1921 y 1922, diversos prefectos y subprefectos perpetraron crímenes y atropellos. Hubo casos donde fueron los mismos gamonales los que se encargaron de asesinar a los delegados de la Pro-Derecho Indígena Tahuantinsuyo. Domingo Huarca, delegado de los comuneros de Tocroyoc, departamento del Cusco, quien había estado en Lima tramitando memoriales, fue brutalmente asesinado. Los gamonales primero lo maltrataron, después le sacaron los ojos y finalmente lo colgaron de la torre de una iglesia. Vicente Tinta Ccoa, del subcomité de Macusani, en Puno, que fue asesinado por los gamonales del lugar. En agosto de 1927, la Pro-Derecho Indígena Tahuantinsuyo dejó de funcionar luego que, mediante una resolución suprema, el gobierno de Leguía prohibió su funcionamiento en todo el país. Gran parte de la promoción de líderes indígenas que se forjó con la Pro-Derecho Indígena Tahuantinsuyo engrosó los nuevos movimientos sociales que iban a desembocar en la formación del Partido Comunista y el Partido Aprista. Fueron los casos de Ezequiel Urviola, Hipólito Salazar y Eduardo Quispe y Quispe, que fueron atraídos por la prédica socialista de José Carlos Mariátegui; o de Juan Hipólito Pévez y Demetrio Sandoval, que se acercaron a Víctor Raúl Haya de la Torre y el Partido Aprista. En 1931, después del derrocamiento de Leguía y la muerte de Mariátegui, el Partido Socialista, convertido en Partido Comunista, lanzó la candidatura del indígena Eduardo Quispe y Quispe a la Presidencia de la República. HÉCTOR BÉJAR.

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realismo capitalista peruano, ¡ja, ja!

rojo 2

es más fácil imaginarse el fin del mundo que el fin del capitalismo

En tercer lugar, un dato: una generación entera nació después de la caída del Muro de Berlín. En las décadas de 1960 y 1970, el capitalismo enfrentaba el problema de cómo contener y absorber las energías externas. El problema que posee ahora es exactamente el opuesto: habiendo incorporado cualquier cosa externa de manera en extremo exitosa, ¿puede todavía funcionar sin algo ajeno que colonizar y de lo que apropiarse? Para la mayor parte de quienes tienen menos de veinte años en Europa o los Estados Unidos, la inexistencia de alternativas al capitalismo ya ni siquiera es un problema. El capitalismo ocupa sin fisuras el horizonte de lo pensable. Jameson acostumbraba a detallar con horror la forma en que el capitalismo penetraba en cada poro del inconsciente; en la actualidad, el hecho de que el capitalismo haya colonizado la vida onírica de la población se da por sentado con tanta fuerza que ni merece comentario. Sería peligroso y poco conducente, sin embargo, imaginar el pasado inmediato como un estado edénico rico en potencial político, y por lo mismo resulta necesario recordar el rol que desempeñó la mercantilización en la producción de cultura a lo largo del siglo XX. El viejo duelo entre el détournement y la recuperación, entre la subversión y la captura, parece haberse agotado. Ahora estamos frente a otro proceso que ya no tiene que ver con la incorporación de materiales que previamente parecían tener potencial subversivo, sino con su precorporación, a través del modelado preventivo de los deseos, las aspiraciones y las esperanzas por parte de la cultura capitalista. Solo hay que observar el establecimiento de zonas culturales «alternativas» o «independientes» que repiten interminablemente los más viejos gestos de rebelión y confrontación con el entusiasmo de una primera vez. «Alternativo», «independiente» yotros conceptos similares no designan nada externo a la cultura mainstream; más bien, se trata de estilos, y de hecho de estilos dominantes, al interior del mainstream.
Nadie encarnó y lidió con este punto muerto como Kurt Cobain y Nirvana. En su lasitud espantosa y su furia sin objeto, Cobain parecía dar voz a la depresión colectiva de la generación que había llegado después del fin de la historia, cuyos movimientos ya estaban todos anticipados, rastreados, vendidos y comprados de antemano. Cobain sabía que él no era nada más que una pieza adicional en el espectáculo, que nada le va mejor a MTV que una protesta contra MTV, que su impulso era un cliché previamente guionado y que darse cuenta de todo esto incluso era un cliché. El impasse que lo dejó paralizado es precisamente el que había descripto Jameson: como ocurre con la cultura posmoderna en general, Cobain se encontró con que «los productores de la cultura solo pueden dirigirse ya al pasado: la imitación de estilos muertos, el discurso a través de las máscaras y las voces almacenadas en el museo imaginario de una cultura que es hoy global». En estas condiciones incluso el éxito es una forma del fracaso desde el momento en que tener éxito solo significa convertirse en la nueva presa que el sistema quiere devorar. Pero la angustia fuertemente existencial de Nirvana y Cobain, sin embargo, corresponde a un momento anterior al nuestro y lo que vino después de ellos no fue otra cosa que un rock pastiche que, ya libre de esa angustia, reproduce las formas del pasado sin ansia alguna.
La muerte de Cobain confirmó la derrota y la incorporación final de las ambiciones utópicas y prometeicas del rock en la cultura capitalista. Cuando murió, el rock ya estaba comenzando a ser eclipsado por el hiphop, cuyo éxito global presupone la lógica de la precorporación a la que me he referido antes. En buena parte del hip hop, cualquier esperanza «ingenua» en que la cultura joven pueda cambiar algo fue sustituida hace tiempo por una aceptación dura de la versión más brutalmente reduccionista de la «realidad». «En el hip hop», escribió SimonReynolds en su ensayo de 1996 para The Wire :
«Lo real» tiene dos significados. En primer lugar, hace referencia a la música auténtica que no se deja limitar por los intereses creados y se niega a cambiar o suavizar su mensaje para venderse a la industria musical. Pero «real» también es aquella música que refleja una «realidad» constituida por la inestabilidad económica del capitalismo tardío, el racismo institucionalizado, la creciente vigilancia y el acoso sobre la juventud de parte de la policía. «Lo real» es la muerte de lo social: es lo que ocurre con las corporaciones que, al aumentar sus márgenes de ganancia, en lugar de aumentar los sueldos o los beneficios sociales de sus empleados responden […] reduciendo su personal, sacándose de encima una parte importante de la fuerza de trabajo para crear un inestable ejército de empleados freelance y demedio tiempo, sin los beneficios de la seguridad social.


MARK FISHER.

perú post indie

Haz el ejercicio de pasear una tarde por la plaza del Cuzco, siéntate a la vera de su fuente y distinguirás entre cuzqueños, entre las decenas de argentinos hippies (muchos realmente insoportables), unos cuantos chilenos y de esa pléyade de "gringos" -que vienen dispuestos a ser estafados, bricheados, etc-, a unos curiosos especímenes: los limeños.
Contrariamente a lo que creemos los hijos de esta tierra, lo primero que nos delatará será nuestro "acento". Sí, querido limeño, tenemos acento, un acentazo como doliente, como que rogamos por algo y las mujeres, muchas, además un extraño alargamiento de la sílaba final. Pero lo que realmente suele llamarme la atención es la manera como nos vestimos para ir al Cuzco, porque, el Cuzco es una ciudad, no el campo. Tiene universidades, empresas, negocios, etc. Siin embargo, casi como esos gringos que para venir a Sudamérica vienen disfrazados de Indiana Jones o su variante millenial, nosotros nos vestimos como si fuésemos a escalar el Himalaya. Ya, es verdad que el frío cuzqueño puede ser más intenso que el de la Costa -aunque este invierno me esté haciendo dudarlo- pero echa un vistazo a todo tu outfit: la casaca Northfake, abajo otra chaquetilla de polar o algo así de una marca similar, las botas de montañista, tus medias ochenteras cual escarpines, todo...
Y es que esa es la forma como imaginamos la Sierra: rural, el campo, las montañas, aunque en el fondo no nos movamos de un par de discotecas cusqueñas. Es decir, bien podrías haber venido vestido como en Lima con algo más de abrigo y ya; pero no, ir al Cuzco, a la sierra en general es asistir a un pedazo de nuestra imaginación geográfica que poco tiene que ver con nuestros hábitos usuales del vestido, del comportamiento, etc. Jamás vi en Lima a nadie tomarse una foto con una "niña andina" como lo vi en Cuzco y no ha sido porque no haya niños dispuestos a recibir one dollar por una foto en Lima, pero es que en Cuzquito (cada vez que escucho eso de "Cuzquito" me suda la espalda) es más cute. Ahora, sólo para que calcules la violencia de este acto, ¿te imaginas que alguien del Cuzco -Ayacucho, Huancavelica, Cajamarca o hasta de Chimbote- viniese y te pidiera tomarse una foto con tu hijita, tu sobrino, o lo que sea en Larcomar para subirlo a Instagram o al Facebook? ¿Hardcore, no?


FRED ROHNER
Historia Secreta del Perú 2

as it is when it was

sonido es sonido

sonido es sonido

pura miel

nogzales der wil

RETROMANÍA

"...Pero los 2000 fueron también la década del reciclado rampante: géneros del pasado revividos y renovados, material sonoro vintage reprocesado y recombinado. Con demasiada frecuencia podía detectarse en las nuevas bandas de jóvenes, bajo la piel tirante y las mejillas rosadas, la carne gris y floja de las viejas ideas... Pero donde lo retro verdaderamente reina como sensibilidad dominante y paradigma creativo es en la tierra de lo hipster, el equivalente pop de la alta cultura. Las mismas personas que uno esperaría que produzcan (en tanto artistas) o defiendan (en tanto consumidores) lo no convencional y lo innovador: ese es justamente el grupo más adicto al pasado. En términos demográficos, es exactamente la misma clase social de avanzada, pero en vez de ser pioneros e innovadores han cambiado de rol y ahora son curadores y archivistas. La vanguardia devino en retaguardia." SIMON REYNOLDS Retromanía

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"Lo único que tenemos en común en esta banda es que nunca hemos sentido realmente que este es nuestro tipo de planeta."

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Llegó Julio, mes patrio. Y con él, vuelven las viejas preguntas de cuándo se jodió el país. Carátula del tratado anónimo atribuido a Mariano Machado de Chaves, "Estado político del reino del Perú”, de 1747 (citado por Alfonso Quiroz en "Historia de la corrupción en el Perú", 2013).

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las cosas como son

Joe says

"En un principio los "rockeros" ,no eran funcionales a los gobiernos de turno.., de echo el rock se caracterizo por ser una contracultura a todo eso, sin importar kien fuese el ladron en el sillón .., pero con el pasar de los tiempos y el amiguismo a cambio de favores, la bancada de viajes a festivales al exterior ,los hospedajes gratuitos en hoteles y miles de mierdas mas a cambio de no hablar mal del k este de turno, es lo k hizo k hoy en dia el político y el rockero se peinen juntos para la foto. Los k estámos afuera de eso, somos "odiadores o envidiosos" , según el criterio de muchos (publico) k SI hablan x hablar y defienden a kienes ni saben pk están en donde están. Vuelan ,giran , comen y beben gracias a los impuestos ke les pagan odiadores como yo 😁 Siempre voy a elegir no cerrar mi maldita boca y solo conseguir con esto k se me cierren mil puertas y ke me odien y me corten la cara mil veces más , prefiero eso a ser un careta. Hablando d esto ..¿vieron el documental de NICHETO??) ..,estaba esperando k alguien la tire, pero ya fue .., yo ya me prendí fuego 🔥 hace rato .., así k la tiro yo , total una mancha más al tigre k le hace?.. me importa un huevo lo k piensen de mi y k me desfenestren ,como se k lo van a hacer después de este posteo 🙂.., me kedo con la primer época aquella en la k no se compartía la foto.. INDIE fuertes , indie esto , indie otro blsbla ,ESO NO ES INDIPENDENCIA , eso es amiguismo puro y propaganda pagada x mi bolsillo y x el de muchos miles de otros ke muchas veces e irónicamente ,no tienen un mango ni para cargar la sube para ir a tocar, o ni pueden cambiar su encordado x uno nuevo k no les corte los dedos, etc) Vengan de a uno o d a miles.. me chupa un huevo - repito. También espero ver kien respalda lo k digo , pk según tengo entendido serian muchos. NO SEAN CARETONES!! 👊 Los tiempos cambiaron, es hora de empezar a hablar con la verdad y decir las cosas como son. Y sino de ultima k la guita de cultura se reparta para todos los miles de trabajadores de la música y no solo para los amigos de los de turno no?.. A todo esto, x otro lado ¿cuando NICHETO fue aguante del under o lo k mierda sea ke intentan mentir en este documental de juguetería????" - JOE DIXEXION 2020

son!

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las cosas como son II

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