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viernes, 18 de marzo de 2022

UNA CONVERSA CON CARLOS MARIÑO DE GIRÁLEA :. Me da gusto que el grupo de adolescentes que éramos en Crisálida Sonica hayamos logrado hacer algo así y lo tengamos registrado



A 25 años de la implosión matriz de Crisálida Sónica y la "Compilación I" pasamos revista a uno de los músicos y actos más talentosos de aquella movida. Hablamos de Carlos Mariño, ex miembro de Resplandor, Hipnoascensión y Serpentina Satélite, recordado sobre todo por su proyecto GIRÁLEA. Los vi en vivo en el Arabe Pub y en algún perdido point barranquino, ora se decantaban por una aleación de shoegaze vaporoso otras veces por el post rock en vena Seefeel + Techno Animal

Mariño publicó su debut, "Hacia el Fin", en 1999, luego de tomarse algunas fotos en las instalaciones de la Bienal de Lima de ese año rodeado de floripondios y efectos psicodélicos. El tape de una hora de kilometraje, una amalgama de vibraciones que van desde Loop hasta Clan of Xymox con estaciones en Low, Eno y Silvania es uno de los tesoros perdidos de la música latinoamericana. Muchos años después y tras haber trajinado en proyectos como Serpentina Satélite y los Hipnoascensión de "Mixtura" encontramos a Carlos perdido en el olvido...


Cuéntanos sobre tus inicios en la música alterna, ¿cómo descubriste el shoegaze y el post-rock, qué discos te rompieron la mente y el alma?

Al shoegaze llego por Silvania y Slowdive, cada disco de ellos fue una gran experiencia, sin embargo, creo que Silvania tiene una poesía en sus melodías, sonidos, letras y hasta en su gráfica que lo hace mucho más interesante para mí, además creo que su exploración musical fue más amplia. Me acompañaron mucho, tuve la suerte de decírselo y agradecerle personalmente a Cocó y años después a Mario. Para mí los discos más interesantes del Shoegaze los hicieron esas dos bandas.

¿Qué recuerdos de tu paso por Resplandor como baterista?

Pues gratos recuerdos, yo venía tocando covers con amigos pero Resplandor fue mi primera banda, tenía 15 años, salía de recoger un cassette de la tienda de Eduardo Lenti, fui a ver los discos de Leca en galerías Los Pinos y ahí encontré el aviso que puso Toño Zelada. 

Resplandor ya existía cuando llegué; estaba el Chino Burga apoyando en el bajo y Toño en guitarra y voz; ellos tenían ya canciones y buscaban un baterista. En esos días le comenté al Chino que tenía un amigo que también tocaba batería, era Aldo Castillejos y así formaron Claroscuro.

En Resplandor fuimos ordenando las canciones, también empecé a aportar algunas, hicimos una primera grabación y más tarde llegó Henry Gates en el Bajo y Roberto en la guitarra, ellos trajeron buenas canciones e ideas también pero no se lograron grabar.

Gracias a la gestión de Toño, con esa formación tuvimos un concierto en la discoteca Bauhaus y además tuvimos un buen sonido, cosa difícil en esos años. Luego como suele pasar en las bandas, fuimos notando que cada uno tenía ideas musicales que iban distanciándose y preferimos separarnos. 

A la distancia, ¿cómo recuerdas la escena de los 90, Crisálida Sónica, la música que se hacía y escuchaba, etc?

Pues de Crisálida sónica recuerdo la autogestión, para los conciertos buscábamos auspiciadores que aportaban desde 8 soles a 40 soles (por lo general eran tiendas de música de Kilka ó Galerías Brasil) y con eso cubríamos la impresión de volantes, afiches y equipos de sonido; recuerdo nosotros mismos pegando afiches en la Av. Arequipa, el centro de Lima, muy divertido.

Háblanos por favor de Girálea.

Cuando empecé Girálea tenía 17 años, estudiaba una carrera y venía pensando en ideas de canciones, pero no tenía guitarra eléctrica, mucho menos efectos ni amplificador; así que al principio me prestaba efectos y tocaba con las guitarras de las salas de ensayo. Entonces empecé a trabajar a tiempo completo (almacenes, repartos, instalación de parabrisas, etc) y a estudiar de noche para comprar poco a poco instrumentos; semana a semana iba adelantándole dinero a un tipo de una tienda en Paruro mientras veía mi guitarra por el escaparate jajaja, y bueno, así de esa manera probablemente en un año compré el resto de cosas y además un secuenciador Yamaha QY 20 que me ayudó bastante.

Recuerdo haber visto Girálea como banda apoyado por el Chino Burga, Pierina Yupanqui y Raúl Reyes de Catervas, ¿guardas demos o ensayos de esa etapa?

Lamentablemente no conservo ningún registro de esa etapa



¿Cómo grabaste y en qué sala el demo del año 99 con joyas como “Prisión”, “Vacío”o “Ama”?

Pues a mediados del 98, luego de comprar los instrumentos y armar las canciones, entré a un estudio pequeño en San Borja que acababa de montar un chico recién graduado en sonido, recuerdo el estudio tenía grabador de cinta, una consola de 8 ó 12 canales, algunos racks de efectos y un amplificador Marshall de esos años.

Como a todos los que empezábamos, lo que menos disponíamos en el estudio era de tiempo, tú sabes que la hora de grabación es cara, yo tenía todo muy preparado para grabar rápido y así fue; la demora vino en la mezcla porque discrepaba con el técnico buscando efectos y sonidos. Mientras tanto el tiempo corría y el presupuesto se acababa, él tenía un dispositivo donde grababa los masters que no se conseguía fácilmente aquí; acabada la mezcla me dio una copia del master en un cassette de cromo a condición de que cuando le llevara el resto del dinero, me daría la copia del master en el dispositivo  que el manejaba; así que salí a buscar el dinero, vendí discos, esperé cobrar en mi trabajo, pero al parecer tardé más de lo acordado y cuando llegué con el dinero él ya había borrado las cintas y el master, así que mi grabación se redujo al cassette de cromo.

Puedes imaginar la rabia que sentía, pero bueno, días después conversando con Henry Gates, me comentó que tenía unos amigos que podían hacer una masterización y les di mi cassette; recuerdo era gente súper buena onda y me contaron se la habían pasado bien masterizándolo. La verdad el sonido mejoró mucho.

El arte del cassette y la fotografía lo hicieron con mucha amabilidad y paciencia Rodrigo Loayza y Henry Gates y la foto portada la tomó Wilber Dueñas en una instalación de floripondios de una bienal del centro de Lima.

“Ama” fue una canción para la que no hubo tiempo de grabación en estudio, casi todas las melodías estaban secuenciadas y yo tenía pensado colocarlas en un canal diferente para luego tratarlos y mezclarlos, pero nada de eso ocurrió; luego del incidente con mi master, convencí al técnico de grabar “Ama” en vivo directamente al master pasando el secuenciador por mi procesador “zoom 3030”,   hice melodías, modulé los efectos en vivo y así para bien ó para mal quedó la grabación. 

“Hacia el fin” fue música urgente en su momento, tenía que ocurrir y capturó un poco de mi estado mental en ese tiempo, está bien,  creo que en el primer acorde puede verse a alguien caminando solo en la noche del centro de Lima entre la humedad, la gente, las luces, el riesgo y los placeres.

¿Después de ese casette qué senderos tomaste?

Después de la grabación organicé algunos conciertos y le pedí a Juan Roldán me ayudará en vivo; por ese tiempo decido estudiar teoría musical y piano clásico en el conservatorio nacional,  tiempo después Juan me pide colabore con el bajo en Hipnoascensión; con ellos grabamos el cassette “Mixtura”, recuerdo con gusto los ensayos en casa de Juan y de Neto, ya los conoces, los hipnoascensión  son gente muy agradable.

Un par de años después Aldo Castillejos me invita a tocar guitarra con Serpentina Satélite, junto a Renato Gómez y Bito Dextre; muy buenas personas también, mucha risa y confianza dentro y fuera de los ensayos;, con ellos grabamos el  EP “long Play”

Luego empiezo a estudiar guitarra andina (Ayacuchana) sin darme cuenta que entraba en una exploración de la cultura andina que se dio naturalmente, primero a través de la música, luego en viajes, el cine y la literatura.

Años después alrededor del 2014 Aldo me llama y me comenta su proyecto personal “Registros Akasicos”, él ya lo tenía grabado y me dio mucho gusto escucharlo en su casa, creo que era la música que él siempre había querido hacer, sonaba genial y muy bien producido, imagino que le debió tomar mucho tiempo y trabajo hacer.

Además de música, ¿qué otras expresiones concitan tu interés?

Las artes plásticas, la literatura, el cine; me atraen mucho las artes escénicas (el teatro, la danza), estuve en un taller de teatro sobre comprensión corporal, una locura de experiencia, muy recomendable.

Hace 25 años se lanzó la Compilación I de Crisálida Sónica, ¿qué recuerdos con ese tape?

Me da gusto que ese grupo de adolescentes que éramos haya logrado hacer algo así y lo tenga  registrado, eso es positivo.

¿Cómo es un día en la vida de Carlos Mariño hoy?

Pues cada día es una lucha Wilder, busco comer saludable, trabajo independiente, estudio, me ejercito un poco, pago impuestos, hipoteca, trato de dormir bien.

Planes futuros y palabras finales.

Tengo pendiente desde hace años hacer un disco. Te agradezco me hayas contactado, hay cosas que no recordaba.


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PROMO DEL CD DE FRACTAL

barbarismos

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El Comité empezó a ser acosado por la policía. Hipólito Salazar, que había fundado la Federación Indígena Obrera Regional Peruana, fue deportado. Urviola enfermó de tuberculosis y falleció el 27 de enero de 1925. Cuando enterraron a Urviola varios dirigentes de la Pro-Derecho Indígena Tahuantinsuyo no pudieron asistir a su velatorio en el local de la Federación de Choferes, en la calle Sandia. El sepelio fue multitudinario. Los ejércitos particulares de los hacendados se dedicaron a quemar las escuelas que el Comité había abierto en diversos puntos del interior del Perú y persiguieron también a sus alumnos y profesores. Antes de la sublevación de Huancané de 1923, fusilaron a tres campesinos de Wilakunka solo porque asistían a una de estas escuelas. El año siguiente, durante una inspección que realizó a las comunidades de Huancané, el Obispo de Puno, Monseñor Cossío, constató la acción vandálica de los terratenientes que habían incendiado más de sesenta locales escolares. No contentos con quemar las escuelas que organizaba el Comité y asesinar a sus profesores o alumnos, los gamonales presionaron a las autoridades locales para que apresen a los delegados indígenas y repriman a los campesinos que los apoyaban. Entre 1921 y 1922, diversos prefectos y subprefectos perpetraron crímenes y atropellos. Hubo casos donde fueron los mismos gamonales los que se encargaron de asesinar a los delegados de la Pro-Derecho Indígena Tahuantinsuyo. Domingo Huarca, delegado de los comuneros de Tocroyoc, departamento del Cusco, quien había estado en Lima tramitando memoriales, fue brutalmente asesinado. Los gamonales primero lo maltrataron, después le sacaron los ojos y finalmente lo colgaron de la torre de una iglesia. Vicente Tinta Ccoa, del subcomité de Macusani, en Puno, que fue asesinado por los gamonales del lugar. En agosto de 1927, la Pro-Derecho Indígena Tahuantinsuyo dejó de funcionar luego que, mediante una resolución suprema, el gobierno de Leguía prohibió su funcionamiento en todo el país. Gran parte de la promoción de líderes indígenas que se forjó con la Pro-Derecho Indígena Tahuantinsuyo engrosó los nuevos movimientos sociales que iban a desembocar en la formación del Partido Comunista y el Partido Aprista. Fueron los casos de Ezequiel Urviola, Hipólito Salazar y Eduardo Quispe y Quispe, que fueron atraídos por la prédica socialista de José Carlos Mariátegui; o de Juan Hipólito Pévez y Demetrio Sandoval, que se acercaron a Víctor Raúl Haya de la Torre y el Partido Aprista. En 1931, después del derrocamiento de Leguía y la muerte de Mariátegui, el Partido Socialista, convertido en Partido Comunista, lanzó la candidatura del indígena Eduardo Quispe y Quispe a la Presidencia de la República. HÉCTOR BÉJAR.

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realismo capitalista peruano, ¡ja, ja!

rojo 2

es más fácil imaginarse el fin del mundo que el fin del capitalismo

En tercer lugar, un dato: una generación entera nació después de la caída del Muro de Berlín. En las décadas de 1960 y 1970, el capitalismo enfrentaba el problema de cómo contener y absorber las energías externas. El problema que posee ahora es exactamente el opuesto: habiendo incorporado cualquier cosa externa de manera en extremo exitosa, ¿puede todavía funcionar sin algo ajeno que colonizar y de lo que apropiarse? Para la mayor parte de quienes tienen menos de veinte años en Europa o los Estados Unidos, la inexistencia de alternativas al capitalismo ya ni siquiera es un problema. El capitalismo ocupa sin fisuras el horizonte de lo pensable. Jameson acostumbraba a detallar con horror la forma en que el capitalismo penetraba en cada poro del inconsciente; en la actualidad, el hecho de que el capitalismo haya colonizado la vida onírica de la población se da por sentado con tanta fuerza que ni merece comentario. Sería peligroso y poco conducente, sin embargo, imaginar el pasado inmediato como un estado edénico rico en potencial político, y por lo mismo resulta necesario recordar el rol que desempeñó la mercantilización en la producción de cultura a lo largo del siglo XX. El viejo duelo entre el détournement y la recuperación, entre la subversión y la captura, parece haberse agotado. Ahora estamos frente a otro proceso que ya no tiene que ver con la incorporación de materiales que previamente parecían tener potencial subversivo, sino con su precorporación, a través del modelado preventivo de los deseos, las aspiraciones y las esperanzas por parte de la cultura capitalista. Solo hay que observar el establecimiento de zonas culturales «alternativas» o «independientes» que repiten interminablemente los más viejos gestos de rebelión y confrontación con el entusiasmo de una primera vez. «Alternativo», «independiente» yotros conceptos similares no designan nada externo a la cultura mainstream; más bien, se trata de estilos, y de hecho de estilos dominantes, al interior del mainstream.
Nadie encarnó y lidió con este punto muerto como Kurt Cobain y Nirvana. En su lasitud espantosa y su furia sin objeto, Cobain parecía dar voz a la depresión colectiva de la generación que había llegado después del fin de la historia, cuyos movimientos ya estaban todos anticipados, rastreados, vendidos y comprados de antemano. Cobain sabía que él no era nada más que una pieza adicional en el espectáculo, que nada le va mejor a MTV que una protesta contra MTV, que su impulso era un cliché previamente guionado y que darse cuenta de todo esto incluso era un cliché. El impasse que lo dejó paralizado es precisamente el que había descripto Jameson: como ocurre con la cultura posmoderna en general, Cobain se encontró con que «los productores de la cultura solo pueden dirigirse ya al pasado: la imitación de estilos muertos, el discurso a través de las máscaras y las voces almacenadas en el museo imaginario de una cultura que es hoy global». En estas condiciones incluso el éxito es una forma del fracaso desde el momento en que tener éxito solo significa convertirse en la nueva presa que el sistema quiere devorar. Pero la angustia fuertemente existencial de Nirvana y Cobain, sin embargo, corresponde a un momento anterior al nuestro y lo que vino después de ellos no fue otra cosa que un rock pastiche que, ya libre de esa angustia, reproduce las formas del pasado sin ansia alguna.
La muerte de Cobain confirmó la derrota y la incorporación final de las ambiciones utópicas y prometeicas del rock en la cultura capitalista. Cuando murió, el rock ya estaba comenzando a ser eclipsado por el hiphop, cuyo éxito global presupone la lógica de la precorporación a la que me he referido antes. En buena parte del hip hop, cualquier esperanza «ingenua» en que la cultura joven pueda cambiar algo fue sustituida hace tiempo por una aceptación dura de la versión más brutalmente reduccionista de la «realidad». «En el hip hop», escribió SimonReynolds en su ensayo de 1996 para The Wire :
«Lo real» tiene dos significados. En primer lugar, hace referencia a la música auténtica que no se deja limitar por los intereses creados y se niega a cambiar o suavizar su mensaje para venderse a la industria musical. Pero «real» también es aquella música que refleja una «realidad» constituida por la inestabilidad económica del capitalismo tardío, el racismo institucionalizado, la creciente vigilancia y el acoso sobre la juventud de parte de la policía. «Lo real» es la muerte de lo social: es lo que ocurre con las corporaciones que, al aumentar sus márgenes de ganancia, en lugar de aumentar los sueldos o los beneficios sociales de sus empleados responden […] reduciendo su personal, sacándose de encima una parte importante de la fuerza de trabajo para crear un inestable ejército de empleados freelance y demedio tiempo, sin los beneficios de la seguridad social.


MARK FISHER.

perú post indie

Haz el ejercicio de pasear una tarde por la plaza del Cuzco, siéntate a la vera de su fuente y distinguirás entre cuzqueños, entre las decenas de argentinos hippies (muchos realmente insoportables), unos cuantos chilenos y de esa pléyade de "gringos" -que vienen dispuestos a ser estafados, bricheados, etc-, a unos curiosos especímenes: los limeños.
Contrariamente a lo que creemos los hijos de esta tierra, lo primero que nos delatará será nuestro "acento". Sí, querido limeño, tenemos acento, un acentazo como doliente, como que rogamos por algo y las mujeres, muchas, además un extraño alargamiento de la sílaba final. Pero lo que realmente suele llamarme la atención es la manera como nos vestimos para ir al Cuzco, porque, el Cuzco es una ciudad, no el campo. Tiene universidades, empresas, negocios, etc. Siin embargo, casi como esos gringos que para venir a Sudamérica vienen disfrazados de Indiana Jones o su variante millenial, nosotros nos vestimos como si fuésemos a escalar el Himalaya. Ya, es verdad que el frío cuzqueño puede ser más intenso que el de la Costa -aunque este invierno me esté haciendo dudarlo- pero echa un vistazo a todo tu outfit: la casaca Northfake, abajo otra chaquetilla de polar o algo así de una marca similar, las botas de montañista, tus medias ochenteras cual escarpines, todo...
Y es que esa es la forma como imaginamos la Sierra: rural, el campo, las montañas, aunque en el fondo no nos movamos de un par de discotecas cusqueñas. Es decir, bien podrías haber venido vestido como en Lima con algo más de abrigo y ya; pero no, ir al Cuzco, a la sierra en general es asistir a un pedazo de nuestra imaginación geográfica que poco tiene que ver con nuestros hábitos usuales del vestido, del comportamiento, etc. Jamás vi en Lima a nadie tomarse una foto con una "niña andina" como lo vi en Cuzco y no ha sido porque no haya niños dispuestos a recibir one dollar por una foto en Lima, pero es que en Cuzquito (cada vez que escucho eso de "Cuzquito" me suda la espalda) es más cute. Ahora, sólo para que calcules la violencia de este acto, ¿te imaginas que alguien del Cuzco -Ayacucho, Huancavelica, Cajamarca o hasta de Chimbote- viniese y te pidiera tomarse una foto con tu hijita, tu sobrino, o lo que sea en Larcomar para subirlo a Instagram o al Facebook? ¿Hardcore, no?


FRED ROHNER
Historia Secreta del Perú 2

as it is when it was

sonido es sonido

sonido es sonido

pura miel

nogzales der wil

RETROMANÍA

"...Pero los 2000 fueron también la década del reciclado rampante: géneros del pasado revividos y renovados, material sonoro vintage reprocesado y recombinado. Con demasiada frecuencia podía detectarse en las nuevas bandas de jóvenes, bajo la piel tirante y las mejillas rosadas, la carne gris y floja de las viejas ideas... Pero donde lo retro verdaderamente reina como sensibilidad dominante y paradigma creativo es en la tierra de lo hipster, el equivalente pop de la alta cultura. Las mismas personas que uno esperaría que produzcan (en tanto artistas) o defiendan (en tanto consumidores) lo no convencional y lo innovador: ese es justamente el grupo más adicto al pasado. En términos demográficos, es exactamente la misma clase social de avanzada, pero en vez de ser pioneros e innovadores han cambiado de rol y ahora son curadores y archivistas. La vanguardia devino en retaguardia." SIMON REYNOLDS Retromanía

kpunk

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