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sábado, 14 de septiembre de 2024

El capitalismo oligopólico-mercantilista neoliberal


Treinta años después, los peruanos se sienten en el ordinario de sus vidas maltratados a la vez por el Estado y por el mercado. 
Han pasado  treinta años y la ciudadanía ha vivido la experiencia de la profusión de abusos que genera el mercado.

A pesar de lo que propugnó la ideología neoliberal, el neoliberalismo no "liberó" el mercado del Estado. Ni en el Perú ni en otras partes del mundo. Tampoco intentó hacerlo. Fue, por el contrario, una nueva regulación estatal del capitalismo que dio forma a distintas modalidades de captura del Estado, a nuevos modos de gobernanza administrativa, que estimuló la creación de grandes oligopolios en detrimento de la competencia económica. De ahí la denominación propuesta para caracterizar al neoliberalismo a la peruana que es tanto un capitalismo oligopólico como un mercantilismo neoliberal.

Lo que hubo de nuevo a nivel de la regulación económica (el respeto de los contratos, la disciplina macroeconómica) debe entenderse en  lazo con lo viejo: tradiciones arraigadas de patrimonialismo, concesiones y prebendas desde lo público, diversos corporativismos empresariales. Aunque tuvieron un papel menos central que en el caso chileno, los fondos de pensión también jugaron un papel importante en la renovación de esta nueva versión del capitalismo rentista.

Esta es la versión mainstream realmente existente del capitalismo en el Perú desde hace treinta años, a veces simplemente denominada como el "modelo". Más allá de las retóricas ideológicas, en los hechos, el neoliberalismo no se opuso al mercantilismo. El  neoliberalismo (desde su implementación en la década de 1990 y sin desmayo desde entonces) define diversas estrategias de captura del Estado por parte y en beneficio de grandes grupos económicos. Con un bemol: en el carácter mercantilista de esta variante del capitalismo no solo juegan los grandes grupos económicos formales, sino que también lo hacen varios actores informales e incluso ilegales. Varios de estos disfuncionamientos económicos son denominados o percibidos como corrupción por la opinión pública.

El neoliberalismo denunció, hace treinta años, primero a través de la candidatura de Vargas Llosa y el FREDEMO en 1990, luego en los primeros años del gobierno de Fujimori, la ineficiencia del Estado como el principal escollo para el desarrollo del país y prometió la resolución de los males de la sociedad gracias a la eficiencia del mercado. Treinta años después, los peruanos se sienten en el ordinario de sus vidas maltratados a la vez por el Estado y por el mercado...

La utopía del capitalismo competitivo

Esta perspectiva puede parecer algo bastante menor e incluso llegar a pasar desapercibida, pero el mercantilismo presente en el capitalismo neoliberal es sistemática y durablemente cuestionado por un conjunto de actores que, adhiriendo explícitamente al capitalismo, cuestionan sus derivas oligopólicas anticompetitivas. En varios aspectos, esta otra perspectiva del capitalismo busca resucitar o retornar al celo de lo que caracteriza como el espíritu reformista originario del proyecto neoliberal a inicios de la década de 1990.

La principal estrategia económica reposa en este caso en la capacidad de atraer y promover nuevas inversiones de capital privado nacional e internacional. Pero, para ello, a diferencia de la perspectiva anterior y con el fin de corregir las derivas mercantilistas, se promueve una agenda de reformas denominadas de "segunda generación". Este sería el meollo y el necesario horizonte del nuevo combate: fortalecer las instituciones como Indecopi y los organismos reguladores, Promperú, Proinversión, mantener la independencia y la eficiencia del BCR, la Sunat, el MEF, la SBS (Superintendencia de Banca, Seguros y AFP).

El diagnóstico crítico se centra en el estancamiento del espíritu reformista, del cual habrían adolecido todos los gobiernos desde el 2001 e incluso el segundo gobierno de Fujimori. Si se reconocen  variantes en las gestiones gubernamentales desde esa fecha, todas  ellas (incluido, por ende, el segundo gobierno de García), terminan in fine siendo cuestionadas por su poco o nulo celo reformador.

El reformismo capitalista avanzado por esta perspectiva supone un conjunto de medidas de claro corte tecnocrático, varias veces en sintonía con las proposiciones económicas mainstream de ciertos organismos internacionales. Las distorsiones propiamente nacionales de la economía de mercado, o las asimetrías de poder a nivel internacional, son relativamente desestimadas o poco ahondadas, y los fenómenos económicos tienden a ser analizados privilegiando como horizonte normativo una serie de indicadores de benchmarking internacional. Es desde este marco de análisis que se estructuran las principales críticas contra los oligopolios, las rentas económicas generadas por el propio Estado, la inercia de la cultura mercantilista o patrimonialista, la fuerza de la evasión y elusión fiscal, etc. El recetario de un capitalismo "auténticamente" competitivo opera como la llave maestra de resolución de todos estos problemas.

Hay una innegable dimensión utópica en esta perspectiva del  capitalismo: lograr una sociedad realmente regida por la competencia y la eficiencia del mercado. El término "realmente" resume  curiosamente la vocación crítica y el horizonte utópico de esta propuesta de capitalismo.

Sin embargo, en los hechos, lo que fue en el pasado un efectivo  aunque desproporcionado discurso antiestatal en las décadas de 1980-1990, pena hoy en día en seducir al electorado. Han pasado treinta años y la ciudadanía ha vivido la experiencia de la profusión de abusos que genera el mercado. La proposición según la cual los males del país se deben principal o únicamente a la deriva mercantilista del neoliberalismo pena en convencer a la ciudadanía, tanto más que varios de los actores que promueven un capitalismo competitivo tienen sólidos vínculos con los grupos mercantilistas. A lo que se añade la trágica toma de consciencia generada por la pandemia: el sector privado no puede hacerse cargo de las grandes funciones del Estado. La privatización de los servicios sociales tiene límites.

DANILO MARTUCCELLI
El Otro Desborde

2024

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barbarismos

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El Comité empezó a ser acosado por la policía. Hipólito Salazar, que había fundado la Federación Indígena Obrera Regional Peruana, fue deportado. Urviola enfermó de tuberculosis y falleció el 27 de enero de 1925. Cuando enterraron a Urviola varios dirigentes de la Pro-Derecho Indígena Tahuantinsuyo no pudieron asistir a su velatorio en el local de la Federación de Choferes, en la calle Sandia. El sepelio fue multitudinario. Los ejércitos particulares de los hacendados se dedicaron a quemar las escuelas que el Comité había abierto en diversos puntos del interior del Perú y persiguieron también a sus alumnos y profesores. Antes de la sublevación de Huancané de 1923, fusilaron a tres campesinos de Wilakunka solo porque asistían a una de estas escuelas. El año siguiente, durante una inspección que realizó a las comunidades de Huancané, el Obispo de Puno, Monseñor Cossío, constató la acción vandálica de los terratenientes que habían incendiado más de sesenta locales escolares. No contentos con quemar las escuelas que organizaba el Comité y asesinar a sus profesores o alumnos, los gamonales presionaron a las autoridades locales para que apresen a los delegados indígenas y repriman a los campesinos que los apoyaban. Entre 1921 y 1922, diversos prefectos y subprefectos perpetraron crímenes y atropellos. Hubo casos donde fueron los mismos gamonales los que se encargaron de asesinar a los delegados de la Pro-Derecho Indígena Tahuantinsuyo. Domingo Huarca, delegado de los comuneros de Tocroyoc, departamento del Cusco, quien había estado en Lima tramitando memoriales, fue brutalmente asesinado. Los gamonales primero lo maltrataron, después le sacaron los ojos y finalmente lo colgaron de la torre de una iglesia. Vicente Tinta Ccoa, del subcomité de Macusani, en Puno, que fue asesinado por los gamonales del lugar. En agosto de 1927, la Pro-Derecho Indígena Tahuantinsuyo dejó de funcionar luego que, mediante una resolución suprema, el gobierno de Leguía prohibió su funcionamiento en todo el país. Gran parte de la promoción de líderes indígenas que se forjó con la Pro-Derecho Indígena Tahuantinsuyo engrosó los nuevos movimientos sociales que iban a desembocar en la formación del Partido Comunista y el Partido Aprista. Fueron los casos de Ezequiel Urviola, Hipólito Salazar y Eduardo Quispe y Quispe, que fueron atraídos por la prédica socialista de José Carlos Mariátegui; o de Juan Hipólito Pévez y Demetrio Sandoval, que se acercaron a Víctor Raúl Haya de la Torre y el Partido Aprista. En 1931, después del derrocamiento de Leguía y la muerte de Mariátegui, el Partido Socialista, convertido en Partido Comunista, lanzó la candidatura del indígena Eduardo Quispe y Quispe a la Presidencia de la República. HÉCTOR BÉJAR.

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realismo capitalista peruano, ¡ja, ja!

rojo 2

es más fácil imaginarse el fin del mundo que el fin del capitalismo

En tercer lugar, un dato: una generación entera nació después de la caída del Muro de Berlín. En las décadas de 1960 y 1970, el capitalismo enfrentaba el problema de cómo contener y absorber las energías externas. El problema que posee ahora es exactamente el opuesto: habiendo incorporado cualquier cosa externa de manera en extremo exitosa, ¿puede todavía funcionar sin algo ajeno que colonizar y de lo que apropiarse? Para la mayor parte de quienes tienen menos de veinte años en Europa o los Estados Unidos, la inexistencia de alternativas al capitalismo ya ni siquiera es un problema. El capitalismo ocupa sin fisuras el horizonte de lo pensable. Jameson acostumbraba a detallar con horror la forma en que el capitalismo penetraba en cada poro del inconsciente; en la actualidad, el hecho de que el capitalismo haya colonizado la vida onírica de la población se da por sentado con tanta fuerza que ni merece comentario. Sería peligroso y poco conducente, sin embargo, imaginar el pasado inmediato como un estado edénico rico en potencial político, y por lo mismo resulta necesario recordar el rol que desempeñó la mercantilización en la producción de cultura a lo largo del siglo XX. El viejo duelo entre el détournement y la recuperación, entre la subversión y la captura, parece haberse agotado. Ahora estamos frente a otro proceso que ya no tiene que ver con la incorporación de materiales que previamente parecían tener potencial subversivo, sino con su precorporación, a través del modelado preventivo de los deseos, las aspiraciones y las esperanzas por parte de la cultura capitalista. Solo hay que observar el establecimiento de zonas culturales «alternativas» o «independientes» que repiten interminablemente los más viejos gestos de rebelión y confrontación con el entusiasmo de una primera vez. «Alternativo», «independiente» yotros conceptos similares no designan nada externo a la cultura mainstream; más bien, se trata de estilos, y de hecho de estilos dominantes, al interior del mainstream.
Nadie encarnó y lidió con este punto muerto como Kurt Cobain y Nirvana. En su lasitud espantosa y su furia sin objeto, Cobain parecía dar voz a la depresión colectiva de la generación que había llegado después del fin de la historia, cuyos movimientos ya estaban todos anticipados, rastreados, vendidos y comprados de antemano. Cobain sabía que él no era nada más que una pieza adicional en el espectáculo, que nada le va mejor a MTV que una protesta contra MTV, que su impulso era un cliché previamente guionado y que darse cuenta de todo esto incluso era un cliché. El impasse que lo dejó paralizado es precisamente el que había descripto Jameson: como ocurre con la cultura posmoderna en general, Cobain se encontró con que «los productores de la cultura solo pueden dirigirse ya al pasado: la imitación de estilos muertos, el discurso a través de las máscaras y las voces almacenadas en el museo imaginario de una cultura que es hoy global». En estas condiciones incluso el éxito es una forma del fracaso desde el momento en que tener éxito solo significa convertirse en la nueva presa que el sistema quiere devorar. Pero la angustia fuertemente existencial de Nirvana y Cobain, sin embargo, corresponde a un momento anterior al nuestro y lo que vino después de ellos no fue otra cosa que un rock pastiche que, ya libre de esa angustia, reproduce las formas del pasado sin ansia alguna.
La muerte de Cobain confirmó la derrota y la incorporación final de las ambiciones utópicas y prometeicas del rock en la cultura capitalista. Cuando murió, el rock ya estaba comenzando a ser eclipsado por el hiphop, cuyo éxito global presupone la lógica de la precorporación a la que me he referido antes. En buena parte del hip hop, cualquier esperanza «ingenua» en que la cultura joven pueda cambiar algo fue sustituida hace tiempo por una aceptación dura de la versión más brutalmente reduccionista de la «realidad». «En el hip hop», escribió SimonReynolds en su ensayo de 1996 para The Wire :
«Lo real» tiene dos significados. En primer lugar, hace referencia a la música auténtica que no se deja limitar por los intereses creados y se niega a cambiar o suavizar su mensaje para venderse a la industria musical. Pero «real» también es aquella música que refleja una «realidad» constituida por la inestabilidad económica del capitalismo tardío, el racismo institucionalizado, la creciente vigilancia y el acoso sobre la juventud de parte de la policía. «Lo real» es la muerte de lo social: es lo que ocurre con las corporaciones que, al aumentar sus márgenes de ganancia, en lugar de aumentar los sueldos o los beneficios sociales de sus empleados responden […] reduciendo su personal, sacándose de encima una parte importante de la fuerza de trabajo para crear un inestable ejército de empleados freelance y demedio tiempo, sin los beneficios de la seguridad social.


MARK FISHER.

perú post indie

Haz el ejercicio de pasear una tarde por la plaza del Cuzco, siéntate a la vera de su fuente y distinguirás entre cuzqueños, entre las decenas de argentinos hippies (muchos realmente insoportables), unos cuantos chilenos y de esa pléyade de "gringos" -que vienen dispuestos a ser estafados, bricheados, etc-, a unos curiosos especímenes: los limeños.
Contrariamente a lo que creemos los hijos de esta tierra, lo primero que nos delatará será nuestro "acento". Sí, querido limeño, tenemos acento, un acentazo como doliente, como que rogamos por algo y las mujeres, muchas, además un extraño alargamiento de la sílaba final. Pero lo que realmente suele llamarme la atención es la manera como nos vestimos para ir al Cuzco, porque, el Cuzco es una ciudad, no el campo. Tiene universidades, empresas, negocios, etc. Siin embargo, casi como esos gringos que para venir a Sudamérica vienen disfrazados de Indiana Jones o su variante millenial, nosotros nos vestimos como si fuésemos a escalar el Himalaya. Ya, es verdad que el frío cuzqueño puede ser más intenso que el de la Costa -aunque este invierno me esté haciendo dudarlo- pero echa un vistazo a todo tu outfit: la casaca Northfake, abajo otra chaquetilla de polar o algo así de una marca similar, las botas de montañista, tus medias ochenteras cual escarpines, todo...
Y es que esa es la forma como imaginamos la Sierra: rural, el campo, las montañas, aunque en el fondo no nos movamos de un par de discotecas cusqueñas. Es decir, bien podrías haber venido vestido como en Lima con algo más de abrigo y ya; pero no, ir al Cuzco, a la sierra en general es asistir a un pedazo de nuestra imaginación geográfica que poco tiene que ver con nuestros hábitos usuales del vestido, del comportamiento, etc. Jamás vi en Lima a nadie tomarse una foto con una "niña andina" como lo vi en Cuzco y no ha sido porque no haya niños dispuestos a recibir one dollar por una foto en Lima, pero es que en Cuzquito (cada vez que escucho eso de "Cuzquito" me suda la espalda) es más cute. Ahora, sólo para que calcules la violencia de este acto, ¿te imaginas que alguien del Cuzco -Ayacucho, Huancavelica, Cajamarca o hasta de Chimbote- viniese y te pidiera tomarse una foto con tu hijita, tu sobrino, o lo que sea en Larcomar para subirlo a Instagram o al Facebook? ¿Hardcore, no?


FRED ROHNER
Historia Secreta del Perú 2

as it is when it was

sonido es sonido

sonido es sonido

pura miel

nogzales der wil

RETROMANÍA

"...Pero los 2000 fueron también la década del reciclado rampante: géneros del pasado revividos y renovados, material sonoro vintage reprocesado y recombinado. Con demasiada frecuencia podía detectarse en las nuevas bandas de jóvenes, bajo la piel tirante y las mejillas rosadas, la carne gris y floja de las viejas ideas... Pero donde lo retro verdaderamente reina como sensibilidad dominante y paradigma creativo es en la tierra de lo hipster, el equivalente pop de la alta cultura. Las mismas personas que uno esperaría que produzcan (en tanto artistas) o defiendan (en tanto consumidores) lo no convencional y lo innovador: ese es justamente el grupo más adicto al pasado. En términos demográficos, es exactamente la misma clase social de avanzada, pero en vez de ser pioneros e innovadores han cambiado de rol y ahora son curadores y archivistas. La vanguardia devino en retaguardia." SIMON REYNOLDS Retromanía

kpunk

No olvidar qué somos.

No olvidar qué somos.
Llegó Julio, mes patrio. Y con él, vuelven las viejas preguntas de cuándo se jodió el país. Carátula del tratado anónimo atribuido a Mariano Machado de Chaves, "Estado político del reino del Perú”, de 1747 (citado por Alfonso Quiroz en "Historia de la corrupción en el Perú", 2013).

las cosas como son

las cosas como son

Joe says

"En un principio los "rockeros" ,no eran funcionales a los gobiernos de turno.., de echo el rock se caracterizo por ser una contracultura a todo eso, sin importar kien fuese el ladron en el sillón .., pero con el pasar de los tiempos y el amiguismo a cambio de favores, la bancada de viajes a festivales al exterior ,los hospedajes gratuitos en hoteles y miles de mierdas mas a cambio de no hablar mal del k este de turno, es lo k hizo k hoy en dia el político y el rockero se peinen juntos para la foto. Los k estámos afuera de eso, somos "odiadores o envidiosos" , según el criterio de muchos (publico) k SI hablan x hablar y defienden a kienes ni saben pk están en donde están. Vuelan ,giran , comen y beben gracias a los impuestos ke les pagan odiadores como yo 😁 Siempre voy a elegir no cerrar mi maldita boca y solo conseguir con esto k se me cierren mil puertas y ke me odien y me corten la cara mil veces más , prefiero eso a ser un careta. Hablando d esto ..¿vieron el documental de NICHETO??) ..,estaba esperando k alguien la tire, pero ya fue .., yo ya me prendí fuego 🔥 hace rato .., así k la tiro yo , total una mancha más al tigre k le hace?.. me importa un huevo lo k piensen de mi y k me desfenestren ,como se k lo van a hacer después de este posteo 🙂.., me kedo con la primer época aquella en la k no se compartía la foto.. INDIE fuertes , indie esto , indie otro blsbla ,ESO NO ES INDIPENDENCIA , eso es amiguismo puro y propaganda pagada x mi bolsillo y x el de muchos miles de otros ke muchas veces e irónicamente ,no tienen un mango ni para cargar la sube para ir a tocar, o ni pueden cambiar su encordado x uno nuevo k no les corte los dedos, etc) Vengan de a uno o d a miles.. me chupa un huevo - repito. También espero ver kien respalda lo k digo , pk según tengo entendido serian muchos. NO SEAN CARETONES!! 👊 Los tiempos cambiaron, es hora de empezar a hablar con la verdad y decir las cosas como son. Y sino de ultima k la guita de cultura se reparta para todos los miles de trabajadores de la música y no solo para los amigos de los de turno no?.. A todo esto, x otro lado ¿cuando NICHETO fue aguante del under o lo k mierda sea ke intentan mentir en este documental de juguetería????" - JOE DIXEXION 2020

son!

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las cosas como son II

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