Ayer en la Telefónica tuvo lugar el concierto de los norteamericanos Nautical Almanac.
Previamente a ello, tocó un grupo local cuyo nombre –por extenso- honestamente, no recuerdo. (ACTUALIZACIÓN 2020: eran TANUKI METAL FUTARI PLUS) El proyecto local estuvo en algo, al principio sonaron bien minimales y electrónicos un poco como recordando a los Kluster, pero la labor del flautista impedía que esa influencia quedara patente y, por el contrario, los acercaba un poco a las locuras de Pink Floyd, un grupo que para ser sincero me es indiferente. Tras 20 minutos de ruidos electrónicos, el flautista se fue y quedaron sólo 2 chicos que usaban caretas, algo teatral como suele suceder en el medio ambiente de Telefónica, tras un rato dándole a las máquinas y al noise comenzaron a aporrear de manera tribal sus percusiones. La intención, de hecho, estuvo muy bien; pero la magra ecualización de todos los sonidos impedía que tanta variedad se convierta en algo realmente dinámico. Todo tenía el mismo color, todo sonaba con los agudos bien elevados, faltaba peso y diferencia en los colores de la ecualización. Supongo que con el paso del tiempo este notable defecto se corregirá, de hecho que los equipos que la empresa española posee permitirá hacerlo.
Luego llegó el turno de los de Baltimore. No se les vio, pues tocaron tras una pantalla para diapositivas en la que se emitió un video bastante interesante sobre todo a partir de la mitad, en donde los colores y las imágenes abstractas se imponían. El sonido de Nautical Almanac fue bueno, me recordó a gente como Fenno’berg. Más cuando mi amigo Luis Pastizal, me presentó a la chica del grupo, ella no aceptó esa influencia y me dijo que la gente del sello Mego no le agradaba pues eran full laptops. Eso me impresionó de hecho. Estuve averiguando en la Red y leo que Nautical Almanac no utiliza nada electrónico ni mucho menos computadoras, todo son cables y aparatos creados con el exclusivo fin de sonar. Algo que va muy bien con el concepto de la muestra que se viene presentando en la Fundación: Blip. La chica de Nautical, Carly Ptak creo es su nombre, me expresó también que la música experimental de gente como ellos la alucinaba mucho, la elevaba y la hacía sentir muuuuy bien. Ello me lo refirió cuando le dije que su concierto estuvo kool y lleno de sonoridades buenas para la mente, “digital landscapes” le dije. Un poco como queriendo decirle que a mí la música de su grupo también me transportó y me llevó a parajes extraños y placenteros.
Bueno, lo de Nautical Almanac fue para mí un oasis en verdad, sobre todo después de estar toda la semana estudiando en la Universidad con todo lo que ello implica. Al menos de algo sirve la plata que se llevan los españoles de aquí otra vez. Eso es necesario recalcarlo.
Uno de los encargados me confirmó que el 15 de Diciembre será el retorno en vivo de uno de los ruidistas más respetados de este país: PARURO. Eso promete ser imperdible. Música que merece la etiqueta de original, sin duda.
Previamente a ello, tocó un grupo local cuyo nombre –por extenso- honestamente, no recuerdo. (ACTUALIZACIÓN 2020: eran TANUKI METAL FUTARI PLUS) El proyecto local estuvo en algo, al principio sonaron bien minimales y electrónicos un poco como recordando a los Kluster, pero la labor del flautista impedía que esa influencia quedara patente y, por el contrario, los acercaba un poco a las locuras de Pink Floyd, un grupo que para ser sincero me es indiferente. Tras 20 minutos de ruidos electrónicos, el flautista se fue y quedaron sólo 2 chicos que usaban caretas, algo teatral como suele suceder en el medio ambiente de Telefónica, tras un rato dándole a las máquinas y al noise comenzaron a aporrear de manera tribal sus percusiones. La intención, de hecho, estuvo muy bien; pero la magra ecualización de todos los sonidos impedía que tanta variedad se convierta en algo realmente dinámico. Todo tenía el mismo color, todo sonaba con los agudos bien elevados, faltaba peso y diferencia en los colores de la ecualización. Supongo que con el paso del tiempo este notable defecto se corregirá, de hecho que los equipos que la empresa española posee permitirá hacerlo.
Luego llegó el turno de los de Baltimore. No se les vio, pues tocaron tras una pantalla para diapositivas en la que se emitió un video bastante interesante sobre todo a partir de la mitad, en donde los colores y las imágenes abstractas se imponían. El sonido de Nautical Almanac fue bueno, me recordó a gente como Fenno’berg. Más cuando mi amigo Luis Pastizal, me presentó a la chica del grupo, ella no aceptó esa influencia y me dijo que la gente del sello Mego no le agradaba pues eran full laptops. Eso me impresionó de hecho. Estuve averiguando en la Red y leo que Nautical Almanac no utiliza nada electrónico ni mucho menos computadoras, todo son cables y aparatos creados con el exclusivo fin de sonar. Algo que va muy bien con el concepto de la muestra que se viene presentando en la Fundación: Blip. La chica de Nautical, Carly Ptak creo es su nombre, me expresó también que la música experimental de gente como ellos la alucinaba mucho, la elevaba y la hacía sentir muuuuy bien. Ello me lo refirió cuando le dije que su concierto estuvo kool y lleno de sonoridades buenas para la mente, “digital landscapes” le dije. Un poco como queriendo decirle que a mí la música de su grupo también me transportó y me llevó a parajes extraños y placenteros.
Bueno, lo de Nautical Almanac fue para mí un oasis en verdad, sobre todo después de estar toda la semana estudiando en la Universidad con todo lo que ello implica. Al menos de algo sirve la plata que se llevan los españoles de aquí otra vez. Eso es necesario recalcarlo.
Uno de los encargados me confirmó que el 15 de Diciembre será el retorno en vivo de uno de los ruidistas más respetados de este país: PARURO. Eso promete ser imperdible. Música que merece la etiqueta de original, sin duda.
Wilder Gonzales Agreda.