La invención alquímica sonora continuaba prístina en la nueva tierra de cromo. Los exploradores rutilaban con la frenética labor en el azaroso compendio existencial. Y hoy, los decibelios terminan por enajenar sutilmente al oyente en una lobotomía metafórica. ¡Cómo no sumergirse y aparecer en las aguas del Leteo! ¡ Cómo no levitar sobre el universo onírico y visitar parajes inusitados! ¡¿Por qué temer lo desconocido y caer en la futilidad del antropocentrismo decadente!? Pues solo quedaba hurgar en la locura para remediar el estrepitoso declive de la especie. Miradas póstumas direccionan el espacio del arte vivo. La luz que atraviesa mis parpados. Amar resultaba insuficiente. Ya que los sentimientos que no se expresan, difícilmente se olvidan.
ARTURO BREÑA.
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