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domingo, 29 de enero de 2017

MIYAGI PITCHER por Hákim de Merv


Aparecido aproximadamente en el año 2010, el vaporwave debe ser el primer género trasvasado en nacer al interior de las comunidades online donde han coincidido músicos y melómanos. O al menos debe ser el primero que, además, crece desarraigado de las oquedades dance que lo vieron germinar. Existe, es verdad, el precedente del IDM, que surgió como paliativo a la urgencia de un lugar de reposo momentáneo en medio de maratónicos eventos trance/goa. Pero el vaporwave, presumible descendiente del chillwave, del witch house y del seapunk; y que encima reniega de ellos porque sus territorios son las pistas de baile, irrumpió primero en el mundo virtual (¡¡¡¡!!!!).
"Vaporwave" no es una etiqueta cuyo uso se limite sólo a la música. Es también plástica, estética publicitaria cotidiana, discurso revulsivo contra el consumismo -y a la vez, homenaje y hasta involuntaria parodia de ese vilipendiado consumismo, en su incierta condición no declarada de "retrofuturista". Todo esto, sí, pero en primera instancia, uno de los nuevos códigos que se ha sacado de la manga la música pop del siglo XXI. De ahí la pertinencia de hablar de "género trasvasado".
Antaño, la necesidad nos constreñía a esperar un cierto lapso de tiempo entre el surgimiento de la novedad y la emulación. Hoy, que el mundo está interconectado hasta grados inimaginables, no terminas de subir tu canción, tu video o tu disco; y ya tienes comments o seguidores. Imposible que el vaporwave, acaecido en los tiempos de Internet 2.0, fuera a ser la excepción -ya ha cosechado cultores a lo largo de todo el planeta... incluyendo Perú y balnearios.
Curiosamente, en mi país existen no pocos solistas que adoptan múltiples identidades paralelas, fenómeno que se produce casi siempre en aguas electrónicas. Dos ejemplos palmarios: 1) Antonio Chávez (a) K19, gestor de holocaustos post industriales como K.I.L.L., N y Naiadra Muriática; y 2) Erik Bullon, fundador de Pychulator y perpetrador de sórdidas exploraciones sónico-nocturnas como Error Genético y Maximum Terrorem. El dato viene al caso si voy a hablar de Miyagi Pitcher, pues se trata del alias vaporwave del mismo impulsor que también opera bajo los nom de guerre de Siam Liam, Ban And Flap, Alcalöide y Ozono. ¿El común denominador de todos ellos, fuera del músico cuyo nombre mantendré en el anonimato? Chip Musik, netlabel y ocasional discográfica física que ha dedicado el 90% de sus esfuerzos o más a editar trabajos nacionales de IDM.
Miyagi Pitcher debuta en noviembre del año pasado gracias a un disco muy recomendable, Blonde, editado en sociedad con Dorog Records. Es éste un interesante ejercicio de estilo: la gelidez de la primigenia new wave (John Foxx en primerísimo lugar), el saqueo indiscriminado de clásicos de los 80s pero también de jingles muzak coetáneos, el empleo intuitivo del TimeStretch y del Pitch para respectivamente alargar los samples y bajarles/subirles el tono de escala (bajarles, cuando se lidia con el vaporwave), la deliberada bruma entre narcótica y lo-fi con que se recubren temas de una orfebrería -la electrónica- que justamente se caracteriza por la limpidez de registro... Todas éstas son características del vaporwave, de las que también hace gala Miyagi Pitcher. Los fantasmas de hits ochenteros como "Careless Whisper", "(I'll Never Be) Maria Magdalena", "Secret" o "Self Control" se pasean completamente travestidos en Blonde; valiéndose de una práctica no privativa del subgénero de marras (recuerda el sample "superdeformed" de "10.15 Saturday Night" de The Cure con que acomete Massive Attack su "Man Next Door"), pero que sí ha convertido en uno de los principales let motivs.
En febrero del 2016, MP lanza un adelanto de lo que sería su nueva obra, Velvet Eyes 7". El sencillo virtual de descarga gratuita incluye una versión instrumental del tema del mismo nombre, y como lado B la pieza "Venus 88" Express" (ambas composiciones han sido recuperadas en el subsiguiente trabajo, la primera en su versión definitiva y la segunda rebautizada como "Express 88"). El single muestra un sonido más depurado con respecto al Blonde, una suerte de vaporwave recalibrado, de sampleos menos reconocibles (o inexistentes).
Lanzado en mayo de este año, Honey parece un disco destinado a mover de coordenadas a Miyagi Pitcher, aunque tal vez esté pecando de alarmista. Más que vaporwave, el output sonoro es un híbrido sofisticado entre éste y el harsh noise de, digamos, Ozono. De cualquier forma, es evidente que se le ha dado muchísimo más peso a la chamba en teclados, programaciones y demás accesorios (la guitarra, las voces susurrantes); que a los sampleos o deconstrucciones. Jugadas de este último tipo, sólo una en Honey: "C4U", reelaboración de "Crazy For You", clásico de los bienamados Slowdive. En cambio, las atmósferas entre surreales, futuristas y corrosivas que conjura Honey desbordan los límites mismos del vaporwave -pero sin dejar atrás esa frialdad maquinal que asimismo le es inherente.
Difícil elegir entre uno u otro disco como el mejor en la corta carrera de MP. La lógica dictaminaría que Honey, pues aquí el individualista comienza a probar su propia voz, si bien todavía no llega plenamente a ella. Pero Blonde, aparte de ser fácil la primera referencia vaporwave peruana, puede enganchar -y sobradamente satisfacer- a quienes ya han escuchado el Floral Shoppe (2011) de Macintosh Plus (otro a.k.a. de la americana Vektroid). Tal vez lo que puede inclinar la balanza por ahora es la participación de Cassie Leclair en el Honey: su prístina voz, debidamente reprocesada según lo amerite la ocasión ("Drendita"), contribuye a iluminar el majestuoso horizonte sónico en el que se mueve Miyagi Pitcher. Eso, y el detallito casi esquizofrénico de las colaboraciones tanto de Alcalöide como de Siam Liam

HÁKIM DE MERV  

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barbarismos

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El Comité empezó a ser acosado por la policía. Hipólito Salazar, que había fundado la Federación Indígena Obrera Regional Peruana, fue deportado. Urviola enfermó de tuberculosis y falleció el 27 de enero de 1925. Cuando enterraron a Urviola varios dirigentes de la Pro-Derecho Indígena Tahuantinsuyo no pudieron asistir a su velatorio en el local de la Federación de Choferes, en la calle Sandia. El sepelio fue multitudinario. Los ejércitos particulares de los hacendados se dedicaron a quemar las escuelas que el Comité había abierto en diversos puntos del interior del Perú y persiguieron también a sus alumnos y profesores. Antes de la sublevación de Huancané de 1923, fusilaron a tres campesinos de Wilakunka solo porque asistían a una de estas escuelas. El año siguiente, durante una inspección que realizó a las comunidades de Huancané, el Obispo de Puno, Monseñor Cossío, constató la acción vandálica de los terratenientes que habían incendiado más de sesenta locales escolares. No contentos con quemar las escuelas que organizaba el Comité y asesinar a sus profesores o alumnos, los gamonales presionaron a las autoridades locales para que apresen a los delegados indígenas y repriman a los campesinos que los apoyaban. Entre 1921 y 1922, diversos prefectos y subprefectos perpetraron crímenes y atropellos. Hubo casos donde fueron los mismos gamonales los que se encargaron de asesinar a los delegados de la Pro-Derecho Indígena Tahuantinsuyo. Domingo Huarca, delegado de los comuneros de Tocroyoc, departamento del Cusco, quien había estado en Lima tramitando memoriales, fue brutalmente asesinado. Los gamonales primero lo maltrataron, después le sacaron los ojos y finalmente lo colgaron de la torre de una iglesia. Vicente Tinta Ccoa, del subcomité de Macusani, en Puno, que fue asesinado por los gamonales del lugar. En agosto de 1927, la Pro-Derecho Indígena Tahuantinsuyo dejó de funcionar luego que, mediante una resolución suprema, el gobierno de Leguía prohibió su funcionamiento en todo el país. Gran parte de la promoción de líderes indígenas que se forjó con la Pro-Derecho Indígena Tahuantinsuyo engrosó los nuevos movimientos sociales que iban a desembocar en la formación del Partido Comunista y el Partido Aprista. Fueron los casos de Ezequiel Urviola, Hipólito Salazar y Eduardo Quispe y Quispe, que fueron atraídos por la prédica socialista de José Carlos Mariátegui; o de Juan Hipólito Pévez y Demetrio Sandoval, que se acercaron a Víctor Raúl Haya de la Torre y el Partido Aprista. En 1931, después del derrocamiento de Leguía y la muerte de Mariátegui, el Partido Socialista, convertido en Partido Comunista, lanzó la candidatura del indígena Eduardo Quispe y Quispe a la Presidencia de la República. HÉCTOR BÉJAR.

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realismo capitalista peruano, ¡ja, ja!

rojo 2

es más fácil imaginarse el fin del mundo que el fin del capitalismo

En tercer lugar, un dato: una generación entera nació después de la caída del Muro de Berlín. En las décadas de 1960 y 1970, el capitalismo enfrentaba el problema de cómo contener y absorber las energías externas. El problema que posee ahora es exactamente el opuesto: habiendo incorporado cualquier cosa externa de manera en extremo exitosa, ¿puede todavía funcionar sin algo ajeno que colonizar y de lo que apropiarse? Para la mayor parte de quienes tienen menos de veinte años en Europa o los Estados Unidos, la inexistencia de alternativas al capitalismo ya ni siquiera es un problema. El capitalismo ocupa sin fisuras el horizonte de lo pensable. Jameson acostumbraba a detallar con horror la forma en que el capitalismo penetraba en cada poro del inconsciente; en la actualidad, el hecho de que el capitalismo haya colonizado la vida onírica de la población se da por sentado con tanta fuerza que ni merece comentario. Sería peligroso y poco conducente, sin embargo, imaginar el pasado inmediato como un estado edénico rico en potencial político, y por lo mismo resulta necesario recordar el rol que desempeñó la mercantilización en la producción de cultura a lo largo del siglo XX. El viejo duelo entre el détournement y la recuperación, entre la subversión y la captura, parece haberse agotado. Ahora estamos frente a otro proceso que ya no tiene que ver con la incorporación de materiales que previamente parecían tener potencial subversivo, sino con su precorporación, a través del modelado preventivo de los deseos, las aspiraciones y las esperanzas por parte de la cultura capitalista. Solo hay que observar el establecimiento de zonas culturales «alternativas» o «independientes» que repiten interminablemente los más viejos gestos de rebelión y confrontación con el entusiasmo de una primera vez. «Alternativo», «independiente» yotros conceptos similares no designan nada externo a la cultura mainstream; más bien, se trata de estilos, y de hecho de estilos dominantes, al interior del mainstream.
Nadie encarnó y lidió con este punto muerto como Kurt Cobain y Nirvana. En su lasitud espantosa y su furia sin objeto, Cobain parecía dar voz a la depresión colectiva de la generación que había llegado después del fin de la historia, cuyos movimientos ya estaban todos anticipados, rastreados, vendidos y comprados de antemano. Cobain sabía que él no era nada más que una pieza adicional en el espectáculo, que nada le va mejor a MTV que una protesta contra MTV, que su impulso era un cliché previamente guionado y que darse cuenta de todo esto incluso era un cliché. El impasse que lo dejó paralizado es precisamente el que había descripto Jameson: como ocurre con la cultura posmoderna en general, Cobain se encontró con que «los productores de la cultura solo pueden dirigirse ya al pasado: la imitación de estilos muertos, el discurso a través de las máscaras y las voces almacenadas en el museo imaginario de una cultura que es hoy global». En estas condiciones incluso el éxito es una forma del fracaso desde el momento en que tener éxito solo significa convertirse en la nueva presa que el sistema quiere devorar. Pero la angustia fuertemente existencial de Nirvana y Cobain, sin embargo, corresponde a un momento anterior al nuestro y lo que vino después de ellos no fue otra cosa que un rock pastiche que, ya libre de esa angustia, reproduce las formas del pasado sin ansia alguna.
La muerte de Cobain confirmó la derrota y la incorporación final de las ambiciones utópicas y prometeicas del rock en la cultura capitalista. Cuando murió, el rock ya estaba comenzando a ser eclipsado por el hiphop, cuyo éxito global presupone la lógica de la precorporación a la que me he referido antes. En buena parte del hip hop, cualquier esperanza «ingenua» en que la cultura joven pueda cambiar algo fue sustituida hace tiempo por una aceptación dura de la versión más brutalmente reduccionista de la «realidad». «En el hip hop», escribió SimonReynolds en su ensayo de 1996 para The Wire :
«Lo real» tiene dos significados. En primer lugar, hace referencia a la música auténtica que no se deja limitar por los intereses creados y se niega a cambiar o suavizar su mensaje para venderse a la industria musical. Pero «real» también es aquella música que refleja una «realidad» constituida por la inestabilidad económica del capitalismo tardío, el racismo institucionalizado, la creciente vigilancia y el acoso sobre la juventud de parte de la policía. «Lo real» es la muerte de lo social: es lo que ocurre con las corporaciones que, al aumentar sus márgenes de ganancia, en lugar de aumentar los sueldos o los beneficios sociales de sus empleados responden […] reduciendo su personal, sacándose de encima una parte importante de la fuerza de trabajo para crear un inestable ejército de empleados freelance y demedio tiempo, sin los beneficios de la seguridad social.


MARK FISHER.

perú post indie

Haz el ejercicio de pasear una tarde por la plaza del Cuzco, siéntate a la vera de su fuente y distinguirás entre cuzqueños, entre las decenas de argentinos hippies (muchos realmente insoportables), unos cuantos chilenos y de esa pléyade de "gringos" -que vienen dispuestos a ser estafados, bricheados, etc-, a unos curiosos especímenes: los limeños.
Contrariamente a lo que creemos los hijos de esta tierra, lo primero que nos delatará será nuestro "acento". Sí, querido limeño, tenemos acento, un acentazo como doliente, como que rogamos por algo y las mujeres, muchas, además un extraño alargamiento de la sílaba final. Pero lo que realmente suele llamarme la atención es la manera como nos vestimos para ir al Cuzco, porque, el Cuzco es una ciudad, no el campo. Tiene universidades, empresas, negocios, etc. Siin embargo, casi como esos gringos que para venir a Sudamérica vienen disfrazados de Indiana Jones o su variante millenial, nosotros nos vestimos como si fuésemos a escalar el Himalaya. Ya, es verdad que el frío cuzqueño puede ser más intenso que el de la Costa -aunque este invierno me esté haciendo dudarlo- pero echa un vistazo a todo tu outfit: la casaca Northfake, abajo otra chaquetilla de polar o algo así de una marca similar, las botas de montañista, tus medias ochenteras cual escarpines, todo...
Y es que esa es la forma como imaginamos la Sierra: rural, el campo, las montañas, aunque en el fondo no nos movamos de un par de discotecas cusqueñas. Es decir, bien podrías haber venido vestido como en Lima con algo más de abrigo y ya; pero no, ir al Cuzco, a la sierra en general es asistir a un pedazo de nuestra imaginación geográfica que poco tiene que ver con nuestros hábitos usuales del vestido, del comportamiento, etc. Jamás vi en Lima a nadie tomarse una foto con una "niña andina" como lo vi en Cuzco y no ha sido porque no haya niños dispuestos a recibir one dollar por una foto en Lima, pero es que en Cuzquito (cada vez que escucho eso de "Cuzquito" me suda la espalda) es más cute. Ahora, sólo para que calcules la violencia de este acto, ¿te imaginas que alguien del Cuzco -Ayacucho, Huancavelica, Cajamarca o hasta de Chimbote- viniese y te pidiera tomarse una foto con tu hijita, tu sobrino, o lo que sea en Larcomar para subirlo a Instagram o al Facebook? ¿Hardcore, no?


FRED ROHNER
Historia Secreta del Perú 2

as it is when it was

sonido es sonido

sonido es sonido

pura miel

nogzales der wil

RETROMANÍA

"...Pero los 2000 fueron también la década del reciclado rampante: géneros del pasado revividos y renovados, material sonoro vintage reprocesado y recombinado. Con demasiada frecuencia podía detectarse en las nuevas bandas de jóvenes, bajo la piel tirante y las mejillas rosadas, la carne gris y floja de las viejas ideas... Pero donde lo retro verdaderamente reina como sensibilidad dominante y paradigma creativo es en la tierra de lo hipster, el equivalente pop de la alta cultura. Las mismas personas que uno esperaría que produzcan (en tanto artistas) o defiendan (en tanto consumidores) lo no convencional y lo innovador: ese es justamente el grupo más adicto al pasado. En términos demográficos, es exactamente la misma clase social de avanzada, pero en vez de ser pioneros e innovadores han cambiado de rol y ahora son curadores y archivistas. La vanguardia devino en retaguardia." SIMON REYNOLDS Retromanía

kpunk

las cosas como son

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las cosas como son II

las cosas como son II