"No estoy muy convencido de mi humanidad; no quiero ser como los otros. No quiero ser feliz con permiso de la policía".
En los pequeños círculos de adeptos a la música experimental y el llamado arte sonoro en nuestro país ha surgido una pugna conceptual y de cosmovisión entre los que quisieran ver a esta expresión artística/musical ingresar al reino de la intelligentzia y la Academia local y aquellos que buscan en contraposición conservar el aura transgresora e iconoclasta de la música experimental Peruana.
Quizá el hecho que esta situación se dé denote el alcance que ha logrado el arte sonoro nacional que está incluso llamando la atención de instituciones que hace no mucho la ignoraban por completo. ¿Avance o absorción por parte del sistema?
¿Es este un caso de reterritorialización de una vanguardia para pasar a formar parte de ambientes culturosos, las suntuosas galerías y el establishment en Perú? ¿Estamos todos destinados al adocenamiento y la colonización/aculturación por parte de la cultura dominadora?
Más allá de quienes sean los azarosos protagonistas hoy, una vez más la serpiente se muerde la cola. Como decían en los sesentas, "si no eres parte de la solución eres parte del problema".
Pasen y vean.
Cap. I
Cap. II
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