Suminístrame un espacio, mientras beso el cielo. La única obligación es elegir. Ese espacio de plenitud. El fuego de la flama Su prístina combustión. Condenado a ser libre. Voy. Viendo tus ojos de lumbre. Vuelo. Viniendo del frío. Respiro. Y lo más excepcional: El último hombre. Cada uno con su centro en sí. Como una antena, captando ondas y señales. Porque consciencia es posibilidad. Consciencia arrojada hacia el mundo. En el caos vertiginoso de multiplicidades. Resistiendo el agobiante silencio de dios. Para pensar la violencia. Y vencer la pulsión de muerte. Sin precipitar. En un abismo oculto de luz. Ataviado con desesperanza y fruición. Mientras el sueño domina mi vida. Sobreviviendo en la ignominia. --
ARTURO BREÑA
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