Cuando éramos niños, los Estados Unidos [representaban]... libertad e igualdad para cada individuo, gobierno de, por y para el pueblo -valores norteamericanos que consideramos buenos, principios bajo los que podríamos vivir como hombres...
Según fuimos creciendo, sin embargo, nuestro confort fue siendo invadido por acontecimientos demasiado turbadores para dejarlos de lado. Primero, el hecho que empapa y victimiza de degradación humana, que simboliza la lucha del sur contra la intolerancia racial, nos empujó a la mayoría del silencio al activismo. Segundo, el hecho envolvente de la Guerra Fría, simbolizado por la presencia de la bomba, nos trajo la conciencia de que nosotros mismos, y nuestros amigos, y millones de "otros" abstractos podemos morir en cualquier momento...
Contemplamos al hombre como algo infinitamente valioso y poseedor de capacidades no colmadas para la razón, la libertad y el amor. Al afirmar estos principios, somos conscientes de ir en contra quizás de las concepciones dominantes del hombre en el siglo XX: que es una cosa para ser manipulada, y que es intrínsecamente incapaz de gobernar sus propios asuntos. Nos oponemos a la despersonalización que reduce a los seres humanos a la condición de cosas.
Los hombres tienen un potencial no realizado para el cultivo, el gobierno y la comprensión de sí mismos, y para la creatividad... El objetivo del hombre y la sociedad debe ser la independencia humana: la preocupación no por la imagen o la popularidad sino por encontrar un significado a la vida que sea auténtico en lo personal, una calidad de la mente no dirigida compulsivamente por una sensación de falta de poder, ni que adopte sin pensar valores esablecidos, ni que reprima cualquier amenaza a sus hábitos, sino que tenga acceso completo y espontáneo a las experiencias presentes y pasadas, que una con facilidad las partes fragmentadas de la historia personal, que se encare abiertamente a los problemas que preocupan y están sin resolver, que tenga una conciencia intuitiva de las posibilidades, un sentido activo de la curiosidad, una capacidad y una disposición a aprender.
... Soledad, alienación, aislamiento describen hoy la enorme distancia entre hombe y hombre. Estas tendencias dominantes no pueden ser vencidas mediante una mejor gestión personal, ni con mejores aparatos, sino sólo cuando el amor del hombre venza en el hombre al culto idólatra por las cosas.
... Cambiaremos el poder basado en la posesión, el privilegio o las circunstancias por el poder y la unicidad basadas en el amor, la reciprocidad, la razón y la creatividad...
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