Escrito originalmente para El Hexágono Carmesí.
Ya en 1996/97 los jóvenes más transgresores e iluminados de Detroit, Michigan (U.S.A.) se habían nucleado como centro de referencia para todos los demás niños-unicornios de este planeta. Además de haberse convertido en hogar de grupos imprescindibles como Once Dreamt, los geniales Windy & Carl y los maravillosos Füxa; la ciudad también cobijaba un -entonces- nuevo entente hipnoastral: Tomorrowland.
El primer disco de la dupla conformada por Steve Baker y Nick Brackney fue un extended de la hermosa serie Bliss Out que impulsara la discográfica Darla: Stereoscopic Soundwaves, una gema de 30 minutos. Era la época de aquel site inolvidable, ése que nos sirvió de bálsamo a muchos: Post-Rock.com (http://www.post-rock.com). En dicha web se daban a conocer al mundo grupos alucinantes que en ese momento se encontraban irradiando de forma más que consolidada su discurso sónico. Uno podía ver ahí enlistadas, comentadas y analizadas a bandas como Labradford, Main, Pram, Accelera Deck, Flying Saucer Attack, Tortoise, Transient Waves y, claro, Tomorrowland. Luego de un par de cambios de diseño, y ya para 1999, un día nos encontramos con la ingrata sorpresa de que Post-Rock.com había dejado de existir. Sin embargo todo lo que hizo por nosotros, niños y niñas de lluvia, era ya imborrable.
Apertrechados de porta estudios, sintetizadores vintage, percusión onírica, minimalismo y etéreas guitarras, Baker y Brackney ingresaron suavemente en nuestras almas aliviando en mucho nuestra convivencia diaria con seres ¿humanos? que más parecen vomitivas excrecencias -intentos de hombre que contaminan con su hedor los hábitats más increíbles (inclusive en una escena tan singular como la de la música alterna nacional podrás hallar, querido lector, esta clase de enfermos). Por ser contrarios a tanta degeneración ¿no podrían artistas como los Tomorrowland convertirse en las versiones contemporáneas o futuras de los antiguos místicos medievales? Baste citar un ejemplo cegador y luminoso a favor de esta hipótesis: el desaparecido Cocó Ciëlo.
Y creo que de eso se trata todo esto. De subvertir un orden de cosas -establishment, que le dicen-, realmente nefasto y podrido, una locura que ha regentado la sociedad por siglos. El jodido materialismo occidental, el estúpido raciocinio cartesiano. Ese diseño que en el colmo de la idiotez cree ser superior a todo lo anteriormente alcanzado por el Hombre. Eso es lo que, ayudados por muchos otros camaradas post-rockers, Tomorrowland y su música se encargan de corregir. El influjo celeste de la música de este vibrante Stereoscopic Soundwaves... tiene un don extraterrestre: cambiar tu mente formateada por décadas de directrices corruptas y elevarte así encima de una “realidad” monótona, aburrida y demasiado opaca. Más allá de una vida que no merece ni por asomo ser vivida.
¿Qué hubieran hecho gente como Nietzsche, Schopenhauer o Wittgenstein de haber conocido y gozado estas formas musicales en sus almas? Como ya lo dijo el primero de los mencionados: es el eterno retorno de lo idéntico. Espíritus afines este disco es el preciso para volar. Cada vez creo más en esa sentencia de mi compadre DJ Kowalski: “los 90s fueron la mejor época de la Humanidad”. Are you for real?
Wilder Gonzales Agreda.
ESCUCHA EL STEREOSCOPIC SOUNDWAVES (BLISS OUT VOL. 6) AQUÍ
ENLACES RECOMENDADOS
http://www.kranky.net/artists/tomorrowland.html (en Kranky Records).
http://users.skynet.be/entrepot/int/tomor.html (Interviú!)
http://www.scaruffi.com/vol5/tomorrow.html (en Scaruffi.com).
Microbe (Red Antenna, 2001): http://www.archive.org/details/ramp3002 (en Red Antenna).
Variable (Red Antenna, 2005): http://www.archive.org/details/ramp316 (en Red Antenna).
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