"Pronto ya no habrá sacerdotes... Una raza superior tomará su puesto. Un nuevo orden se alzará... y cada hombre será su propio sacerdote." (Walt Whitman)
En la década de 1830, mientras los trascendentalistas cultivaban su amor a Dios, la naturaleza y el prójimo, una bohemia de ruda clase trabajadora echó raíces en Nueva York y otras zonas urbanas importantes. Esta rebelión incipiente contra las feas realidades de la nueva economía industrial fue bautizada por los periódicos populares de la ciudad de Nueva York como "haraganería", y quienes formaban parte de ella se llamaban a sí mismos b'hoys y g'hals. Eran jóvenes bronquistas marginales -punks en un sentido muy real- y se olvidaban de la ética protestante del trabajo para dedicarse en cambio a delitos de poca monta, amoríos, vestir con estilo y practicar el delicado arte de vaguear por ahí...
Antes de contertirse en el laureado poeta de las generosas visiones norteamericanas famoso en el mundo, Walt Whitman era periodistas y director de diarios, un hombre urbano y brusco, un reformista radical. El periodismo sensacionalista estaba a la orden del día y a Whitman le encantaba, porque lo consideraba el periodismo del pueblo y lo usaba como plataforma para denunciar a la clase dirigente de su tiempo. Whitman se movía en la periferia del mundo de los b'hoys como periodista dando una visión poética un tanto romántica de su despreocupación. En un ensayo de 1840 escribió: "Mientras se sopla el humo de un cigarro notoriamente malo justo debajo de las narices, soltará un discurso de lo más culto sobre las representaciones de clásicos en el Teatro Chatham". En otro ensayo de 1840 los b'hoys le evocaban a Whitman lo que podríamos llamar una versión urbana de la ética del ocio de Thoreau: "Algunas veces me he divertido imaginando una nación de haraganes... ¡Piénsenlo! ¡Un reino entero de haraganes! Adán fue un haragán, igual que todos los filósofos."
(...)
Aunque Whitman estaba muy influenciado por los ensayos de Emerson, Hojas de Hierba constituía el tipo de innovación formal que Emerson había sugerido pero nunca conseguido. Combinando poesía y prosa, ignorando todas las reglas existentes, el libro de Whitman introducía probablemente el "verso libre" en el mundo. También incluía en sus poemas el lenguaje corriente y la jerga de la calle. Un crítico eminente dijo que Whitman era "una combinanción de trascendentalista de Nueva Inglaterra y chulo de Nueva York"... Otra innovación de Whitman fue una que ni Emerson ni algunos otros trascendentalistas podían aceptar. Hojas de Hierba incluía detalles descaradamente eróticos, incluyendo una bisexualidad implícita. Tras las reacciones indignadas de otros bostonianos que no podían entender cómo Emerson era capaz de defender aquella "basura", volvió a considerarlo y tuvo que admitir que no se sentía cómodo con ese aspecto lascivo de la obra...
Estas diferencias de estilo y disposición ilustran lo que convierte a Whitman en cierto sentidoen el hijo díscolo escapado de la casa del trascendentalismo. Llevó su divergencia filosófica varios pasos de gigante más allá del calvinismo. Whitman escribía y practicaba una joie de vivre que en cierta manera Emerson sólo expresaba en abstracto. Su libertad frente a la contención puritana dejaba espacio para una gran generosidad de corazón que le permitía ver a Dios en los exluidos, las prostitutas y la chusma. Esa misma facilidad natural le permitía disfrutar del sexo y la fama. Los trascendentalistas habían arrojado la negación de uno mismo al reino de lo espiritual y los filosófico. Whitman se hacía eco de su causa, y la llevaba también al reino de lo sensual. Su "Canto a mí mismo" continúa alzándose como uno de los más grandes gritos de la pura afirmación de uno mismo en la literatura. Le proporcionó a Allen Ginsberg el modelo de su "Aullido". Siguiendo esta línea histórica, Whitman podría ser simplemente el antepasado literario individualmente más importante de la "contracultura" tal como hoy la conocemos.
KEN GOFFMAN
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