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miércoles, 30 de agosto de 2023

30 AÑOS DEL "QUIQUE" DE SEEFEEL :. Post psicodelia y post rock de ensueño

"La vanguardia de hoy será el pop del mañana". Nunca una sentencia tan precisa para indicar el contenido de uno de los álbumes más trascendentes y otherworldly de los años 90. ¿Boards of Canada? ¡Mis pelotas!

La primera vez que me derramé escuchando música fue con el Loveless de My Bloody Valentine. Tenía 16 años y la canción que detonó la polución fue To Here Knows When. Meses después me sucedió la siguiente vez con Polyfusion de Seefeel y supe que el trabajo de mi señorita enamorada violadora había hecho efecto, sin contar, evidentemente, la música ad hoc edificada a base de voces femeninas y atmósferas excitantes. 

Había pasado la adolescencia y pubertad con 00 sexualidad y más que nada abocado a los escaques y la melomanía, además, evidentemente de las labores escolares y familiares. Fue impresionante conocer, ya en 3er de media, un ompañero del colegio cuyo padre, médico a la sazón, le hacía visionar películas triple X para asegurarse, creo, que su retoño salga hecho y derecho. El man solía ir con las manos en los bolsillos en el salón, como era notorio para todos los de la promo. ¡Ja! 

Cuando escuché Seefeel, en el 93, de inmediato su voluptuosidad me hechizó. A despecho de mis hermanos shoegazers hice propaganda por ellos entre la cofradía de la época y cuando supimos que Mark Clifford remezclaba a Cocteau Twins no pude menos que sonreír de oreja a oreja. Lo primero que les oí fue el Polyfusia, que mandé a grabar en la tienda de Lenti. Después Correbala tuvo a bien pasarme su copia de Quique, que había sido encargada al mismo local con la intención de mover piratas en La Colmena.



Demasiados guitarreros para los chicos techno y demasiado electrónicos para los indie kids, o eso decían por todos lados. Demasiado indicado para mi. Lo tenían todo. Cordilleras de guitarras, loops, acoples, voces como de sirenas y ninfas galácticas -¡divina Sarah Peacock!-, bajos post psicodélicos, percusiones inteligentes. El non plus ultra de 1993 en los reinos del pop de ensueño y la arremetida shoegaze. Lo más alucigenial fue que en Lima, Perú lo disfrutamos en tiempo real. Sí, cuando costaba esfuerzo conseguir música y la ponderabas más que a los culos, chelas y demás chucherías.

"Quique", es un maestro de significado incierto que introduce océanos de sonido como abejas vibracionales despertando al aura después del quinto fin del mundo, año 500,000. Imperial, Industrious, Charlotte's Mouth, Polyfusion, Filter Dub, Climactic Phase #3. Cada track sería single del año si el hombre fuera más que un triste remedo de lo que alguna vez fue, antes de la Historia. "El hombre es un mendigo cuando reflexiona y un Dios cuando sueña". 

"Quique llamó mucho la atención tanto de fans como de prensa. Hubo mucha expectativa con nuestro segundo álbum, y yo no quería hacer un Quique 2. Fue importante hacer algo diferente, entonces Succour surgió como el oscurísimo hermano o hermana de Quique. Además, fue grabado en un tiempo en que me sentía personalmente muy saturado por todo y creo que eso influenció en el sonido."
- MARK CLIFFORD (Seefeel/Disjecta)

Los 90's post hippies, post psicodélicos y post rockers fueron el último grito de la avanzada metamusical planetaria, "Quique" de Seefeel no me permite ocultarte esta cruda realidad, desde entonces todo ha ido en retroceso. El capitalismo absorbió internet y todo lo demás y en esas estamos, batallando contra el neo-fascismo, machirulos y negacionistas. Sea como fuera y si los siguientes pseudo-inviernos se ponen más calurosos, al final del día quienes dimos la vida por la música y sus ideales tendremos el firmamento de recompensa. Ve y siente (que) el mundo ya fue.

Wilder Gonzales Agreda


CODA:
"Al expandir estas ideas, Quique (Too Pure, 1993 - Redux, 2008) le da importancia al sonido en comparación con la canción. Las partituras están dominadas por loops de guitarra, repetidos para formar una armonía propia. El canto y la sección de ritmo son simples apéndices de este metabolismo del sonido. Todavía hay emociones en el intrincado y sorprendente minimalismo de Climatic Phase 3, que tiene picos místicos dignos de Terry Riley, en el flamenco metronómico de Industrious. Pero Polyfusion es solo un ejercicio monótono para repetir el mismo sonido y fragmentos de canciones en un ritmo tribal, cosas que la vanguardia hizo treinta años antes. Por lo menos, Imperial estratifica una impresionante cantidad de drones, logrando hipnotizar solo con la intensidad del ruido. El ritmo y la canción vuelven con fuerza en el sencillo Plainsong, que podría ser la versión minimalista del techno. El rugido obsesivo del doblaje en las pistas Charlotte's Mouth y Filter Dub también se asimila al proyecto. Solo el tenue impresionismo de Signals logra poner un poco de poesía en estas estructuras rígidas. El álbum muestra un poco de cansancio porque, a la larga, el grupo se ve obligado a estirar las ideas mucho más allá de su alcance real". FUENTE INTERNET.

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barbarismos

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El Comité empezó a ser acosado por la policía. Hipólito Salazar, que había fundado la Federación Indígena Obrera Regional Peruana, fue deportado. Urviola enfermó de tuberculosis y falleció el 27 de enero de 1925. Cuando enterraron a Urviola varios dirigentes de la Pro-Derecho Indígena Tahuantinsuyo no pudieron asistir a su velatorio en el local de la Federación de Choferes, en la calle Sandia. El sepelio fue multitudinario. Los ejércitos particulares de los hacendados se dedicaron a quemar las escuelas que el Comité había abierto en diversos puntos del interior del Perú y persiguieron también a sus alumnos y profesores. Antes de la sublevación de Huancané de 1923, fusilaron a tres campesinos de Wilakunka solo porque asistían a una de estas escuelas. El año siguiente, durante una inspección que realizó a las comunidades de Huancané, el Obispo de Puno, Monseñor Cossío, constató la acción vandálica de los terratenientes que habían incendiado más de sesenta locales escolares. No contentos con quemar las escuelas que organizaba el Comité y asesinar a sus profesores o alumnos, los gamonales presionaron a las autoridades locales para que apresen a los delegados indígenas y repriman a los campesinos que los apoyaban. Entre 1921 y 1922, diversos prefectos y subprefectos perpetraron crímenes y atropellos. Hubo casos donde fueron los mismos gamonales los que se encargaron de asesinar a los delegados de la Pro-Derecho Indígena Tahuantinsuyo. Domingo Huarca, delegado de los comuneros de Tocroyoc, departamento del Cusco, quien había estado en Lima tramitando memoriales, fue brutalmente asesinado. Los gamonales primero lo maltrataron, después le sacaron los ojos y finalmente lo colgaron de la torre de una iglesia. Vicente Tinta Ccoa, del subcomité de Macusani, en Puno, que fue asesinado por los gamonales del lugar. En agosto de 1927, la Pro-Derecho Indígena Tahuantinsuyo dejó de funcionar luego que, mediante una resolución suprema, el gobierno de Leguía prohibió su funcionamiento en todo el país. Gran parte de la promoción de líderes indígenas que se forjó con la Pro-Derecho Indígena Tahuantinsuyo engrosó los nuevos movimientos sociales que iban a desembocar en la formación del Partido Comunista y el Partido Aprista. Fueron los casos de Ezequiel Urviola, Hipólito Salazar y Eduardo Quispe y Quispe, que fueron atraídos por la prédica socialista de José Carlos Mariátegui; o de Juan Hipólito Pévez y Demetrio Sandoval, que se acercaron a Víctor Raúl Haya de la Torre y el Partido Aprista. En 1931, después del derrocamiento de Leguía y la muerte de Mariátegui, el Partido Socialista, convertido en Partido Comunista, lanzó la candidatura del indígena Eduardo Quispe y Quispe a la Presidencia de la República. HÉCTOR BÉJAR.

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realismo capitalista peruano, ¡ja, ja!

rojo 2

es más fácil imaginarse el fin del mundo que el fin del capitalismo

En tercer lugar, un dato: una generación entera nació después de la caída del Muro de Berlín. En las décadas de 1960 y 1970, el capitalismo enfrentaba el problema de cómo contener y absorber las energías externas. El problema que posee ahora es exactamente el opuesto: habiendo incorporado cualquier cosa externa de manera en extremo exitosa, ¿puede todavía funcionar sin algo ajeno que colonizar y de lo que apropiarse? Para la mayor parte de quienes tienen menos de veinte años en Europa o los Estados Unidos, la inexistencia de alternativas al capitalismo ya ni siquiera es un problema. El capitalismo ocupa sin fisuras el horizonte de lo pensable. Jameson acostumbraba a detallar con horror la forma en que el capitalismo penetraba en cada poro del inconsciente; en la actualidad, el hecho de que el capitalismo haya colonizado la vida onírica de la población se da por sentado con tanta fuerza que ni merece comentario. Sería peligroso y poco conducente, sin embargo, imaginar el pasado inmediato como un estado edénico rico en potencial político, y por lo mismo resulta necesario recordar el rol que desempeñó la mercantilización en la producción de cultura a lo largo del siglo XX. El viejo duelo entre el détournement y la recuperación, entre la subversión y la captura, parece haberse agotado. Ahora estamos frente a otro proceso que ya no tiene que ver con la incorporación de materiales que previamente parecían tener potencial subversivo, sino con su precorporación, a través del modelado preventivo de los deseos, las aspiraciones y las esperanzas por parte de la cultura capitalista. Solo hay que observar el establecimiento de zonas culturales «alternativas» o «independientes» que repiten interminablemente los más viejos gestos de rebelión y confrontación con el entusiasmo de una primera vez. «Alternativo», «independiente» yotros conceptos similares no designan nada externo a la cultura mainstream; más bien, se trata de estilos, y de hecho de estilos dominantes, al interior del mainstream.
Nadie encarnó y lidió con este punto muerto como Kurt Cobain y Nirvana. En su lasitud espantosa y su furia sin objeto, Cobain parecía dar voz a la depresión colectiva de la generación que había llegado después del fin de la historia, cuyos movimientos ya estaban todos anticipados, rastreados, vendidos y comprados de antemano. Cobain sabía que él no era nada más que una pieza adicional en el espectáculo, que nada le va mejor a MTV que una protesta contra MTV, que su impulso era un cliché previamente guionado y que darse cuenta de todo esto incluso era un cliché. El impasse que lo dejó paralizado es precisamente el que había descripto Jameson: como ocurre con la cultura posmoderna en general, Cobain se encontró con que «los productores de la cultura solo pueden dirigirse ya al pasado: la imitación de estilos muertos, el discurso a través de las máscaras y las voces almacenadas en el museo imaginario de una cultura que es hoy global». En estas condiciones incluso el éxito es una forma del fracaso desde el momento en que tener éxito solo significa convertirse en la nueva presa que el sistema quiere devorar. Pero la angustia fuertemente existencial de Nirvana y Cobain, sin embargo, corresponde a un momento anterior al nuestro y lo que vino después de ellos no fue otra cosa que un rock pastiche que, ya libre de esa angustia, reproduce las formas del pasado sin ansia alguna.
La muerte de Cobain confirmó la derrota y la incorporación final de las ambiciones utópicas y prometeicas del rock en la cultura capitalista. Cuando murió, el rock ya estaba comenzando a ser eclipsado por el hiphop, cuyo éxito global presupone la lógica de la precorporación a la que me he referido antes. En buena parte del hip hop, cualquier esperanza «ingenua» en que la cultura joven pueda cambiar algo fue sustituida hace tiempo por una aceptación dura de la versión más brutalmente reduccionista de la «realidad». «En el hip hop», escribió SimonReynolds en su ensayo de 1996 para The Wire :
«Lo real» tiene dos significados. En primer lugar, hace referencia a la música auténtica que no se deja limitar por los intereses creados y se niega a cambiar o suavizar su mensaje para venderse a la industria musical. Pero «real» también es aquella música que refleja una «realidad» constituida por la inestabilidad económica del capitalismo tardío, el racismo institucionalizado, la creciente vigilancia y el acoso sobre la juventud de parte de la policía. «Lo real» es la muerte de lo social: es lo que ocurre con las corporaciones que, al aumentar sus márgenes de ganancia, en lugar de aumentar los sueldos o los beneficios sociales de sus empleados responden […] reduciendo su personal, sacándose de encima una parte importante de la fuerza de trabajo para crear un inestable ejército de empleados freelance y demedio tiempo, sin los beneficios de la seguridad social.


MARK FISHER.

perú post indie

Haz el ejercicio de pasear una tarde por la plaza del Cuzco, siéntate a la vera de su fuente y distinguirás entre cuzqueños, entre las decenas de argentinos hippies (muchos realmente insoportables), unos cuantos chilenos y de esa pléyade de "gringos" -que vienen dispuestos a ser estafados, bricheados, etc-, a unos curiosos especímenes: los limeños.
Contrariamente a lo que creemos los hijos de esta tierra, lo primero que nos delatará será nuestro "acento". Sí, querido limeño, tenemos acento, un acentazo como doliente, como que rogamos por algo y las mujeres, muchas, además un extraño alargamiento de la sílaba final. Pero lo que realmente suele llamarme la atención es la manera como nos vestimos para ir al Cuzco, porque, el Cuzco es una ciudad, no el campo. Tiene universidades, empresas, negocios, etc. Siin embargo, casi como esos gringos que para venir a Sudamérica vienen disfrazados de Indiana Jones o su variante millenial, nosotros nos vestimos como si fuésemos a escalar el Himalaya. Ya, es verdad que el frío cuzqueño puede ser más intenso que el de la Costa -aunque este invierno me esté haciendo dudarlo- pero echa un vistazo a todo tu outfit: la casaca Northfake, abajo otra chaquetilla de polar o algo así de una marca similar, las botas de montañista, tus medias ochenteras cual escarpines, todo...
Y es que esa es la forma como imaginamos la Sierra: rural, el campo, las montañas, aunque en el fondo no nos movamos de un par de discotecas cusqueñas. Es decir, bien podrías haber venido vestido como en Lima con algo más de abrigo y ya; pero no, ir al Cuzco, a la sierra en general es asistir a un pedazo de nuestra imaginación geográfica que poco tiene que ver con nuestros hábitos usuales del vestido, del comportamiento, etc. Jamás vi en Lima a nadie tomarse una foto con una "niña andina" como lo vi en Cuzco y no ha sido porque no haya niños dispuestos a recibir one dollar por una foto en Lima, pero es que en Cuzquito (cada vez que escucho eso de "Cuzquito" me suda la espalda) es más cute. Ahora, sólo para que calcules la violencia de este acto, ¿te imaginas que alguien del Cuzco -Ayacucho, Huancavelica, Cajamarca o hasta de Chimbote- viniese y te pidiera tomarse una foto con tu hijita, tu sobrino, o lo que sea en Larcomar para subirlo a Instagram o al Facebook? ¿Hardcore, no?


FRED ROHNER
Historia Secreta del Perú 2

as it is when it was

sonido es sonido

sonido es sonido

pura miel

nogzales der wil

RETROMANÍA

"...Pero los 2000 fueron también la década del reciclado rampante: géneros del pasado revividos y renovados, material sonoro vintage reprocesado y recombinado. Con demasiada frecuencia podía detectarse en las nuevas bandas de jóvenes, bajo la piel tirante y las mejillas rosadas, la carne gris y floja de las viejas ideas... Pero donde lo retro verdaderamente reina como sensibilidad dominante y paradigma creativo es en la tierra de lo hipster, el equivalente pop de la alta cultura. Las mismas personas que uno esperaría que produzcan (en tanto artistas) o defiendan (en tanto consumidores) lo no convencional y lo innovador: ese es justamente el grupo más adicto al pasado. En términos demográficos, es exactamente la misma clase social de avanzada, pero en vez de ser pioneros e innovadores han cambiado de rol y ahora son curadores y archivistas. La vanguardia devino en retaguardia." SIMON REYNOLDS Retromanía

kpunk

las cosas como son

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las cosas como son II

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