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lunes, 8 de junio de 2009

REVOLUTION, BROTHERS AND SISTERS !!!!!!


El gobierno, principal responsable de la matanza


(1) Es aprista, estuvo en el gobierno, pero lo critica duramente (2) El gobierno está a la derecha de la derecha, dice el entrevistado. (3) A los pueblos originarios no se les puede tratar como enemigos.


Extraído del diario LA PRIMERA


Aspirante a la secretaría general del Apra, Luis Alberto Salgado no se guarda críticas a la gestión del presidente Alan García y a la dirigencia aprista, que, señala, han llevado al partido aprista a la peor crisis de su historia. Autor de un “Manifiesto a los Apristas”, Salgado asegura que el presidente García, a quien no duda en calificar como un gobernante de derecha, ha incumplido sus promesas electorales al imponer una política económica neoliberal. Ex secretario general del Consejo Nacional de Derechos Humanos, cargo que ejerció hasta marzo de 2008, Salgado responsabiliza al gobierno por la matanza contra los indígenas amazónicos y cuestiona su política de derechos humanos.

¿Cuál es su posición frente a la matanza cometida contra las comunidades indígenas de la Amazonía?


-Las muertes que han ocurrido son muy lamentables y pudieron evitarse con una estrategia diferente a la seguida por el gobierno, que ha sido una estrategia confrontacional. Hay una falta de comprensión y de respeto a los grupos étnicos amazónicos.

-¿La protesta amazónica está justificada?


Sí, porque ellos no han sido respetados. Es claro que el gobierno ha violado el Convenio 169 de la OIT al no haber consultado las normas cuestionadas con los pueblos indígenas. La forma en la que se dieron estos decretos leyes ha enviado un mensaje de desconsideración y desentendimiento hacia la población amazónica, que siente que la democracia y el estado de derecho no los ve como ciudadanos que merecen respeto.

-¿Quién es responsable de la matanza ocurrida en Bagua?


-El responsable principal es el gobierno, que es la parte más poderosa en esta relación. Las decisiones que ha tomado el gobierno no han sido las correctas y la consecuencia de esas decisiones ha sido este derramamiento de sangre. Las declaraciones tremendistas de Yehude Simon y de la ministra Rosario Fernández, que hablaron de baño de sangre y de no descansar hasta ver a Pizango en la cárcel, fueron lamentables y han contribuido a la violencia.

-El gobierno y el Apra acusan a los dirigentes indígenas de lo ocurrido y justifican la represión diciendo que fue en defensa de la democracia.


-No estoy de acuerdo con eso. Es un error culparlos a ellos. La democracia implica el respeto a todos, incluidos los pueblos originarios, a los que no se les puede tratar como enemigos. Aquí no estamos enfrentando a Sendero Luminoso, estamos tratando con compatriotas que ven amenazadas sus vidas, sus tierras, su agua, a sus hijos, y que por eso protestan. Ellos tienen una cosmovisión distinta a la nuestra y eso debe ser tomado en cuenta. Haya de la Torre dijo: “no olvidemos que el Perú es un país complejo, diverso y multiétnico”. El gobierno parece no entender eso.

-¿Qué representa su candidatura a la secretaría general del Apra, carrera en la que aparecen como favoritos Jorge del Castillo y Omar Quezada?


-Esta carrera no está reducida a Jorge del Castillo y Omar Quezada, que son oficialistas, porque ambos están en el entorno inmediato de Alan García y en la línea de la actual dirigencia del partido. En esta carrera por la secretaria general del partido lo que hay es una línea oficialista y otra discrepante con el actual manejo del partido y con la conducción del gobierno. Yo estoy en esta corriente discrepante, que va a ir creciendo dentro del partido a medida que se acerquen las elecciones para la secretaría general.

-¿Cuáles son sus principales discrepancias con el gobierno?


-Discrepo con la política económica neoliberal que se viene aplicando, que en algunos aspectos es ultraneoliberal; con la política laboral; con la congelación del salario mínimo; con la ausencia de una reforma tributaria; con los tratados de libre comercio. Este gobierno parece considerar que debe ponerse del lado de los empresarios y de las transnacionales para darles todas las garantías sacrificando los derechos de la población. Yo no estoy de acuerdo con eso. Discrepo con el acercamiento al fujimorismo, que es incomprensible, porque el de Fujimori ha sido el gobierno más nefasto y corrupto de la historia contemporánea.

-Habla usted como opositor.


-Hablo como un aprista que sigue los principios de justicia social y de defensa de las clases trabajadoras, de las clases medias y de los empresarios nacionales, enseñados por Haya de la Torre.

-¿Alan García ha traicionado esos principios?


-No quiero hablar de traición, pero sí digo que la política del gobierno contradice flagrantemente los principios apristas. Hay una inconsecuencia entre lo dicho en la campaña electoral y lo drásticamente distinto que se está haciendo en el gobierno.

-¿Qué tan a la derecha está el gobierno de García?


-El gobierno está a la derecha de la derecha, porque en algunos aspectos, como el modelo económico, aplica políticas de extrema derecha. Lamentablemente, el modelo económico duro, inhumano, polarizante, de Fujimori, no ha cambiado con el gobierno del compañero García. Entre los apristas hay desencanto, frustración, malestar e incluso un fuerte rechazo frente al gobierno y el modelo económico neoliberal.

-El presidente García y la dirigencia del Apra dicen que el gobierno es de izquierda y ponen como prueba de ello programas como Agua Para Todos.


-Simplemente me sonrío ante esa clase de argumentos. Los programas Agua para Todos, Juntos, o la construcción de viviendas, son medidas asistencialistas que las podría hacer cualquier gobierno, inclusive de derecha. Pero eso no es estructural, no va al fondo del problema de la pobreza. Este gobierno no está gobernando para las mayorías…

-El gobierno asegura que se está reduciendo la pobreza.


-Eso está por verse. En mis viajes he comprobado que en zonas como Cuzco y Huancavelica la pobreza ha subido.

-¿No confía en las cifras del INEI?


-No pongo las manos al fuego por esas cifras. El jefe del INEI es un funcionario que ha estado muy cerca al fujimorismo.

-Usted fue secretario general del Consejo Nacional de Derechos Humanos en este gobierno. ¿Cree que el gobierno tiene una preocupación real por este tema?


-El gobierno no le da a los derechos humanos la prioridad que deben tener. En mi trabajo no tuve el apoyo que esperaba del gobierno. En el gobierno hay la voluntad de que las denuncias por violaciones a los derechos humanos pasen al olvido y eso es un grave error. Parece que el presidente García ha olvidado el mensaje de Haya de la Torre de que la defensa de los derechos humanos debe ser una prioridad del Estado.

-¿Tampoco hay interés del gobierno en luchar contra la corrupción?


-No percibo que haya un interés claro en este tema. La relación con Alex Kouri y el caso de los generales “gasolineros” son señales muy claras de que en el gobierno hay una actitud de tolerancia con la corrupción.

-¿Qué posibilidades electorales le ve al Apra el 2011, luego del gobierno de García?


-Si seguimos por el camino que vamos, el resultado electoral será muy negativo para el partido de Haya de la Torre.


EL PARTIDO SE JUEGA SU SUPERVIVENCIA

-¿Qué tan grave es la crisis interna del Apra?


-Es la crisis institucional más grave en la historia del partido. Es una ofensa a la inteligencia decir que las cosas en el Apra están bien. La derechización del gobierno, el acercamiento al fujimorismo y la pérdida de la ética partidaria, han llevado a la agudización de la crisis interna que sufre el Apra. Hay una conducta poco ética, poco fraterna y poco transparente en el manejo del partido.

-¿Qué se está jugando el Apra en las elecciones para la secretaría general del partido?


-Su supervivencia histórica. Las cosas no pueden continuar como están. Si seguimos así, con una línea que respalda al gobierno y que no tiene una postura reflexiva y crítica ante medidas del gobierno que van en contra de los postulados apristas, está en riesgo la continuidad del Apra.

-¿Qué haría para recomponer el partido aprista en caso llegue a la secretaría general?

-El partido debe adoptar una postura firme, reflexiva y crítica frente al gobierno de García y deslindar con las decisiones del gobierno que no se condicen con los postulados del aprismo y que están siendo tomadas en nombre de los apristas sin haber sido consultadas al partido.

-¿Presionaría al gobierno para que cambie el rumbo económico?

-No quiero utilizar la palabra presión. El partido no debe apoyar, como hasta ahora, las decisiones del gobierno que van en contra de nuestros principios.

-¿Cómo ve el futuro del Apra si en las elecciones internas gana la línea que apoya al gobierno y su política económica?

Me cuesta trabajo imaginar a un Apra que continúe en esas circunstancias. Creo, sinceramente, que si eso sucede el Apra comenzaría a dejar de ser el Apra.


Carlos Noriega
Entrevista

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barbarismos

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El Comité empezó a ser acosado por la policía. Hipólito Salazar, que había fundado la Federación Indígena Obrera Regional Peruana, fue deportado. Urviola enfermó de tuberculosis y falleció el 27 de enero de 1925. Cuando enterraron a Urviola varios dirigentes de la Pro-Derecho Indígena Tahuantinsuyo no pudieron asistir a su velatorio en el local de la Federación de Choferes, en la calle Sandia. El sepelio fue multitudinario. Los ejércitos particulares de los hacendados se dedicaron a quemar las escuelas que el Comité había abierto en diversos puntos del interior del Perú y persiguieron también a sus alumnos y profesores. Antes de la sublevación de Huancané de 1923, fusilaron a tres campesinos de Wilakunka solo porque asistían a una de estas escuelas. El año siguiente, durante una inspección que realizó a las comunidades de Huancané, el Obispo de Puno, Monseñor Cossío, constató la acción vandálica de los terratenientes que habían incendiado más de sesenta locales escolares. No contentos con quemar las escuelas que organizaba el Comité y asesinar a sus profesores o alumnos, los gamonales presionaron a las autoridades locales para que apresen a los delegados indígenas y repriman a los campesinos que los apoyaban. Entre 1921 y 1922, diversos prefectos y subprefectos perpetraron crímenes y atropellos. Hubo casos donde fueron los mismos gamonales los que se encargaron de asesinar a los delegados de la Pro-Derecho Indígena Tahuantinsuyo. Domingo Huarca, delegado de los comuneros de Tocroyoc, departamento del Cusco, quien había estado en Lima tramitando memoriales, fue brutalmente asesinado. Los gamonales primero lo maltrataron, después le sacaron los ojos y finalmente lo colgaron de la torre de una iglesia. Vicente Tinta Ccoa, del subcomité de Macusani, en Puno, que fue asesinado por los gamonales del lugar. En agosto de 1927, la Pro-Derecho Indígena Tahuantinsuyo dejó de funcionar luego que, mediante una resolución suprema, el gobierno de Leguía prohibió su funcionamiento en todo el país. Gran parte de la promoción de líderes indígenas que se forjó con la Pro-Derecho Indígena Tahuantinsuyo engrosó los nuevos movimientos sociales que iban a desembocar en la formación del Partido Comunista y el Partido Aprista. Fueron los casos de Ezequiel Urviola, Hipólito Salazar y Eduardo Quispe y Quispe, que fueron atraídos por la prédica socialista de José Carlos Mariátegui; o de Juan Hipólito Pévez y Demetrio Sandoval, que se acercaron a Víctor Raúl Haya de la Torre y el Partido Aprista. En 1931, después del derrocamiento de Leguía y la muerte de Mariátegui, el Partido Socialista, convertido en Partido Comunista, lanzó la candidatura del indígena Eduardo Quispe y Quispe a la Presidencia de la República. HÉCTOR BÉJAR.

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realismo capitalista peruano, ¡ja, ja!

rojo 2

es más fácil imaginarse el fin del mundo que el fin del capitalismo

En tercer lugar, un dato: una generación entera nació después de la caída del Muro de Berlín. En las décadas de 1960 y 1970, el capitalismo enfrentaba el problema de cómo contener y absorber las energías externas. El problema que posee ahora es exactamente el opuesto: habiendo incorporado cualquier cosa externa de manera en extremo exitosa, ¿puede todavía funcionar sin algo ajeno que colonizar y de lo que apropiarse? Para la mayor parte de quienes tienen menos de veinte años en Europa o los Estados Unidos, la inexistencia de alternativas al capitalismo ya ni siquiera es un problema. El capitalismo ocupa sin fisuras el horizonte de lo pensable. Jameson acostumbraba a detallar con horror la forma en que el capitalismo penetraba en cada poro del inconsciente; en la actualidad, el hecho de que el capitalismo haya colonizado la vida onírica de la población se da por sentado con tanta fuerza que ni merece comentario. Sería peligroso y poco conducente, sin embargo, imaginar el pasado inmediato como un estado edénico rico en potencial político, y por lo mismo resulta necesario recordar el rol que desempeñó la mercantilización en la producción de cultura a lo largo del siglo XX. El viejo duelo entre el détournement y la recuperación, entre la subversión y la captura, parece haberse agotado. Ahora estamos frente a otro proceso que ya no tiene que ver con la incorporación de materiales que previamente parecían tener potencial subversivo, sino con su precorporación, a través del modelado preventivo de los deseos, las aspiraciones y las esperanzas por parte de la cultura capitalista. Solo hay que observar el establecimiento de zonas culturales «alternativas» o «independientes» que repiten interminablemente los más viejos gestos de rebelión y confrontación con el entusiasmo de una primera vez. «Alternativo», «independiente» yotros conceptos similares no designan nada externo a la cultura mainstream; más bien, se trata de estilos, y de hecho de estilos dominantes, al interior del mainstream.
Nadie encarnó y lidió con este punto muerto como Kurt Cobain y Nirvana. En su lasitud espantosa y su furia sin objeto, Cobain parecía dar voz a la depresión colectiva de la generación que había llegado después del fin de la historia, cuyos movimientos ya estaban todos anticipados, rastreados, vendidos y comprados de antemano. Cobain sabía que él no era nada más que una pieza adicional en el espectáculo, que nada le va mejor a MTV que una protesta contra MTV, que su impulso era un cliché previamente guionado y que darse cuenta de todo esto incluso era un cliché. El impasse que lo dejó paralizado es precisamente el que había descripto Jameson: como ocurre con la cultura posmoderna en general, Cobain se encontró con que «los productores de la cultura solo pueden dirigirse ya al pasado: la imitación de estilos muertos, el discurso a través de las máscaras y las voces almacenadas en el museo imaginario de una cultura que es hoy global». En estas condiciones incluso el éxito es una forma del fracaso desde el momento en que tener éxito solo significa convertirse en la nueva presa que el sistema quiere devorar. Pero la angustia fuertemente existencial de Nirvana y Cobain, sin embargo, corresponde a un momento anterior al nuestro y lo que vino después de ellos no fue otra cosa que un rock pastiche que, ya libre de esa angustia, reproduce las formas del pasado sin ansia alguna.
La muerte de Cobain confirmó la derrota y la incorporación final de las ambiciones utópicas y prometeicas del rock en la cultura capitalista. Cuando murió, el rock ya estaba comenzando a ser eclipsado por el hiphop, cuyo éxito global presupone la lógica de la precorporación a la que me he referido antes. En buena parte del hip hop, cualquier esperanza «ingenua» en que la cultura joven pueda cambiar algo fue sustituida hace tiempo por una aceptación dura de la versión más brutalmente reduccionista de la «realidad». «En el hip hop», escribió SimonReynolds en su ensayo de 1996 para The Wire :
«Lo real» tiene dos significados. En primer lugar, hace referencia a la música auténtica que no se deja limitar por los intereses creados y se niega a cambiar o suavizar su mensaje para venderse a la industria musical. Pero «real» también es aquella música que refleja una «realidad» constituida por la inestabilidad económica del capitalismo tardío, el racismo institucionalizado, la creciente vigilancia y el acoso sobre la juventud de parte de la policía. «Lo real» es la muerte de lo social: es lo que ocurre con las corporaciones que, al aumentar sus márgenes de ganancia, en lugar de aumentar los sueldos o los beneficios sociales de sus empleados responden […] reduciendo su personal, sacándose de encima una parte importante de la fuerza de trabajo para crear un inestable ejército de empleados freelance y demedio tiempo, sin los beneficios de la seguridad social.


MARK FISHER.

perú post indie

Haz el ejercicio de pasear una tarde por la plaza del Cuzco, siéntate a la vera de su fuente y distinguirás entre cuzqueños, entre las decenas de argentinos hippies (muchos realmente insoportables), unos cuantos chilenos y de esa pléyade de "gringos" -que vienen dispuestos a ser estafados, bricheados, etc-, a unos curiosos especímenes: los limeños.
Contrariamente a lo que creemos los hijos de esta tierra, lo primero que nos delatará será nuestro "acento". Sí, querido limeño, tenemos acento, un acentazo como doliente, como que rogamos por algo y las mujeres, muchas, además un extraño alargamiento de la sílaba final. Pero lo que realmente suele llamarme la atención es la manera como nos vestimos para ir al Cuzco, porque, el Cuzco es una ciudad, no el campo. Tiene universidades, empresas, negocios, etc. Siin embargo, casi como esos gringos que para venir a Sudamérica vienen disfrazados de Indiana Jones o su variante millenial, nosotros nos vestimos como si fuésemos a escalar el Himalaya. Ya, es verdad que el frío cuzqueño puede ser más intenso que el de la Costa -aunque este invierno me esté haciendo dudarlo- pero echa un vistazo a todo tu outfit: la casaca Northfake, abajo otra chaquetilla de polar o algo así de una marca similar, las botas de montañista, tus medias ochenteras cual escarpines, todo...
Y es que esa es la forma como imaginamos la Sierra: rural, el campo, las montañas, aunque en el fondo no nos movamos de un par de discotecas cusqueñas. Es decir, bien podrías haber venido vestido como en Lima con algo más de abrigo y ya; pero no, ir al Cuzco, a la sierra en general es asistir a un pedazo de nuestra imaginación geográfica que poco tiene que ver con nuestros hábitos usuales del vestido, del comportamiento, etc. Jamás vi en Lima a nadie tomarse una foto con una "niña andina" como lo vi en Cuzco y no ha sido porque no haya niños dispuestos a recibir one dollar por una foto en Lima, pero es que en Cuzquito (cada vez que escucho eso de "Cuzquito" me suda la espalda) es más cute. Ahora, sólo para que calcules la violencia de este acto, ¿te imaginas que alguien del Cuzco -Ayacucho, Huancavelica, Cajamarca o hasta de Chimbote- viniese y te pidiera tomarse una foto con tu hijita, tu sobrino, o lo que sea en Larcomar para subirlo a Instagram o al Facebook? ¿Hardcore, no?


FRED ROHNER
Historia Secreta del Perú 2

as it is when it was

sonido es sonido

sonido es sonido

pura miel

nogzales der wil

RETROMANÍA

"...Pero los 2000 fueron también la década del reciclado rampante: géneros del pasado revividos y renovados, material sonoro vintage reprocesado y recombinado. Con demasiada frecuencia podía detectarse en las nuevas bandas de jóvenes, bajo la piel tirante y las mejillas rosadas, la carne gris y floja de las viejas ideas... Pero donde lo retro verdaderamente reina como sensibilidad dominante y paradigma creativo es en la tierra de lo hipster, el equivalente pop de la alta cultura. Las mismas personas que uno esperaría que produzcan (en tanto artistas) o defiendan (en tanto consumidores) lo no convencional y lo innovador: ese es justamente el grupo más adicto al pasado. En términos demográficos, es exactamente la misma clase social de avanzada, pero en vez de ser pioneros e innovadores han cambiado de rol y ahora son curadores y archivistas. La vanguardia devino en retaguardia." SIMON REYNOLDS Retromanía

kpunk

las cosas como son

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las cosas como son II

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