Uno de los discos más influyentes de la música de los ochenta. Punto de partida del pop más ambicioso que se haría con posterioridad.
"Treasure" convirtió a Cocteau Twins en abanderados del sello 4AD. Tras la marcha del bajista Will Heggie y después de dos discos que los colocaron a la cabeza de la vanguardia -"Garlands" (1982) y "Head Over Heals" (1983) fueron sus precedentes-, este sería el primero con su formación clásica (Robin Guthrie, Elizabeth Fraser y Simon Raymonde). Aquí se vislumbran las bases de lo que será, a posteriori, una carrera marcada por un particular estilo y manera de entender la música. "Treasure" se apoya en dos elementos fundamentales que lo hacen único y especial: la voz magistral de Fraser y su capacidad para jugar con ella de modo sorprendente y sutilmente delicado, y el trabajo de Guthrie para sacar de las guitarras sonidos mediante multitud de imaginativos efectos que recuerdan por momentos a Vini Reilly. Asi, construyen canciones que, lejos de ser temas pop al uso, constituyen una suerte de ensoñaciones musicadas con la voz de Liz entonando multitud de tonos para enlazar capas, arpegios y filigranas, atreviéndose con inéditos giros y adornos vocales semejantes a los trinos utilizados en la música barroca italiana.
Unas letras muchas veces incomprensibles que, acompañadas por la arquitectura sonora de sus compañeros, dan como resultado temas de gran valor onírico e innegable originalidad. Diez canciones de impacto emocional. Abre el álbum de forma magistral "Ivo" -oda al fundador del sello 4AD, Ivo Watts-Russell-, una hermosa balada de intrigante dramatismo, con un sobresaliente acompañamiento instrumental y algunos ecos de música oriental. La famosa "Lorelei" es un canto alegre donde Fraser levanta su trino a niveles inimaginables, y en la excelente "Aloysius" hay un mayor protagonismo del ritmo para recalcar los juegos vocales, pero de manera más enrarecida e íntima. Los sonidos más oscuros y atmosféricos los encontramos en "Beatrix", de ecos barrocos y medievales. "Otterley" propone coletazos de psicodelia entre arpegios lánguidos. Y el disco culmina con "Donimo" y sus apoteósicas guitarras.
EVA TOVAR
RDL 333
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