Felices 30 añejos "Loveless" de mi corazón. Cuando te conocí a los 16 en plena primera mitad de los noventas fuiste un revolcón de esos que no sales inmune y bla bla bla... Escucharlo después / hoy de ley ha de ser distinto con todos estos gadgets e inundados de tecnología hasta por el orto, pero en ese momento sí que horadabas entendimientos. Recuerdo haberme mojado, venido escuchando en la cama la voz de Bilinda Butcher susurrándome "Blown a Wish", la gema pop para mí del álbum, el track que podía haber sido firmado por unos The Sundays del año 5000. Volvió a pasarme lo mismo, eso de la polución, con "Polyfusión" de Seefeel. UUUhhh... qué loco haber sido sexualizado de esa otra forma también.
"When you sleep", decían por ahí que tenía rastros de Cure y New Order, la verdad yo no sabía mucho por dónde. Pero vaya hit. Siempre llamó mi atención que fuera ya en los dos miles hecho cover por un grupo darky del montón, de esos que en su momento despreciaron la movida shoegazer. Pffff. ¿La distinción, por dónde? "Soon" era el tema más discoteca, el que sonaba a Happy Mondays filtrado en Ableton Live desde una rave ilegal de los inicios, cuando todo era subida. "I only said" solo venirse y venirse... 20 polvos con esa cama de ruido en loop y naufragar después en los cielos mares de DMT de "Come in alone", expirando mundos con la boca, batallando con las estrellas de mar. Aislacionismo pop. Baladas para una radio en Chernobyl: "Sometimes".
"To here knows when" es la partida de nacimiento del post-rock de los 90, "Only shallow" el acta de defunción del rock and roll. ¿Y el ruido ala Merzbow?, pues es harina de otro costal nada más, para todos hay pes lokasos. O dicho de otra forma, no todos necesitamos chifarnos a nuestros menores/hijos/sobrinos...
En Lima a fines de los 80 ya había sus marxianos que escuchaban a los Valentine y E. Lenti y su tienda en Los Pinos era uno de ellos. También cayeron los Valentine en los puestos de La Colmena y varios años después por Galerías Brasil. No era pues tan difícil conseguirlos, si eras apasionado por la música y abierto de miras normal no más, de ley existen varios que lo disfrutaron en su momento, a la par del grunge y antes del brit pop.
30 años en los que este álbum, en donde hay productores que vienen desde Amon Düüll II pasando por Laika de los 90, no ha podido ser superado ni por ellos mismos. Sin ser un menjunje neurótico rellenado de sonidos hasta por gusto, enseña cómo levantar un tótem sonoro para que pasen 3, 5 o más décadas y que siga sonando tan fresco como esa vez que creías que la cinta, el CD o el archivo estaban estropeados, corriste a revisarlos y ponerlos otra vez y, carajo, así era la webada. El del problema eras tú y tu estrecho concepto de lo que era o no música. Tony Conrad, LaMonte Young y amigos cagándose de la risa tras bastidores. Pon Arca o Sophie y cágate de la risa también tú.
No suelo escuchar o volver mucho a los clásicos tipo Joy o Velvet pero sí a Loveless, será que haberlo vivido en tiempo real, en los 90, me marcó demasiado o la libido, no sé, pero siempre que retorno mantiene su carácter transgresor, de tiempos en los que la innovación era el único motivo por el cual entregarte a hacer música/sonido, no las ganas de hacer dinero o figurar un nombre y hacer una carrera. Eso lo vuelve todo esperanzador, como que faltara aún mucho por hacer. Y la verdad, no sé si sea cierto o no, pero solo por eso vale la pena vivir.
"Music to live by".
Wilder Gonzales Agreda
Hoy, 4 de Noviembre, se cumplen exactamente 25 años desde que en 1991 fuera publicado uno de los documentos musicales más extraños y alucinantes en la historia del rock. Nos referimos al Loveless de los británicos MY BLOODY VALENTINE. Una banda y un disco que crearon escuela y escena. Y no solo hablamos del shoegaze sino incluso del post-rock. Sí, en Loveless encontramos ya canciones de sonidos tan avanzados como los que luego parerían Main o Seefeel.
Escucharlo en su época era descojonante. Recuerdo que la gente solía pensar que el casette y/o la grabación estaban arruinados o simplemente no tranzaban con el sonido de los Valentine. Varios los menospreciaban en detrimento de bandas como Jesus & Mary Chain, etc. Pero bueno eso es otra historia. Para conmenorar estos 25 años rescato un post que escribí para la fenecida web Sugar Time acerca de este hito de la música contemporánea además del artículo que escribí para El Comercio allá por 1995. Disfrútenlo con froota.:
Tan sólo al comenzar la década de los 90 se vislumbraba ya que aquella sería una década especial. Como todos los fines de siglo de nuevo el planeta viviría un zeit geist cultural impresionante: ahí está el fin del siglo XVIII poblado de los enajenados poetas románticos y sus paraísos etéreos o, sin ir muy lejos, el fin del siglo XIX con filósofos como Nietzsche - quien supuestamente había vueltóse loco, otros dicen que estaba más cuerdo que nunca -et. al. extendiendo su voz por todo el mundo.
El final del siglo XX no sería pues la excepción, en Noviembre del año 1991 un grupo que ya había dado que hablar con sus discos anteriores publica una obra que a la postre redefiniría el rock hecho con guitarras y que serviría como piedra fundacional para el maravilloso Post-Rock: My Bloody Valentine.
En la época se decía que los Valentine estaban destinados a destronar a la Velvet Undeground como ente influenciador más grande de la Historia del rock. El tiempo parece haber confirmado tal pronóstico. El Loveless generaría furor entre los jóvenes por el ruido y las armonías y visiones que tal elemento escondía. Los mal llamados "imitadores" salieron por montones: Medicine, Slowdive, Lush, Chapterhouse, Ride, Shallow, Bailter Space, Lilys, The Nightblooms, Ecstasy of St. Theresa, Pale Saints y un largo, larguísimo etcétera.
Las olas del ruido shoegazer - como fue llamado tal movimiento - llegarían hasta nuestras costas siendo Silvania el primer grupo de Perú y Latinoamérica en pergeñar canciones empleando la nueva estética que privilegiaba las atmósferas de guitarras super distorsionadas por sobre el resto de la canción, ahí están sus mágicos "Miel nube hiel" de 1992 -creado en 1990 (Mario Silvania dixit)- y el clásico "En cielo de océano" publicado ya por el sello indie Elefant, cuando nadie en España mostraba ni por asomo similar talento y audacia. Genio y figura hasta la sepultura que le dicen.
Hablar de My Bloody Valentine en el Perú es referirse a Crisálida Sónica, aquella movida que surgió en Lima a mediados de los 90's y que con grupos como Espira, Catervas, Girálea, Avalonia, Hipnoascensión, Gélida, Resplandor, Evamuss/Diosmehaviolado elevaron el listón de la vanguardia musical peruana más alto aún, "Dios los crea y ellos se juntan" solía decir sobre ellos la DJ limeña Helene Ramos. Otros ejemplos de grupos influenciados por el sonido shoegazer/baggy/dream-pop en Sudamérica son los talentosos argentinos de Juana la Loca y los bufones comandados por Gustavo Cerati, Soda Stereo, estos últimos tenían el descaro de plagiar armonías de grupos que en Inglaterra gozaban de amplia fama como Ride, aprovechándose de la ignorancia de la mayoría de sus fans latinoamericanos. Una historia verdaderamente risible y patética, ¿cuánto habrían dado estos falsos imitadores del sonido MBV por tener siquiera un disco publicado en, digamos, Alemania o Inglaterra? ¿cuánto hubieran dado los autores de "Dynamo" por crear una obra como "Paisaje III" o "Delay Tambor" y recibir elogios o al menos la atención por parte de sus endiosados europeos?
Hoy conmemorando los 20 años de publicación de tan magna obra y con una escena que se ha visto fortalecida con la presencia de agraciadas bandas como Airiel, The Telewire, The Pains of Being Pure at Heart, Auburn Lull, Ceremony, Asobi Seksu, etc compartimos en Sugar Time, por primera vez en mucho, mucho tiempo, un artículo firmado por quien estas líneas escribe en el diario El Comercio, en octubre de 1995, a propósito justamente de My Bloody Valentine y su hermosísimo "Loveless". ¿El tiempo no existe?
de El Comercio
Lima, Domingo 8 de Octubre de 1995
My Bloody Valentine
LA BELLEZA ASEDIANTE A LA VANGUARDIA
Finales de la década pasada: Europa vería nacer una de las más innovadoras y sugestivas corrientes musicales que haya existido, la misma tomaría el nombre de "shoegazing", aunque sería conocida también bajo los términos "baggy", "dream pop" o "ethereal noise". Es este último el que mejor nos puede describir el nuevo sonido creado por una de las bandas con mayor identidad de cuantas hayan habido, considerada inclusive como la que destronará a Velvet Underground como ente influenciador más grande de todos los tiempos: MY BLOODY VALENTINE.
Sin embargo, el origen de los Valentine se remonta al Dublín de 1984 en donde Kevin Shields (guitarra y voz) junto a Colm O'Ciosoig (batería) comenzarían un proceso que culminaría años despúes quebrantando todas las reglas convencionales de concebir música.
Luego de editar alrededor de 1985, en Berlín, su primer LP "This is your bloody valentine", se trasladarían por fin a Londres en donde se les une Debbie Googe (bajo). Luego publicarían tres EP's, hasta que a mediados de 1987, Belinda Butcher (guitarra y voz) es integrada al proyecto, completándose así la formación definitiva.
Ya constituidos lanzarían su segundo LP "Ecstasy" a fines del 87 para firmar al año siguiente por Creation Records, sello en el cual Shields y compañía tuvieron absoluta libertad para experimentar con lo que quisieran.
Es recién entonces que empiezan a dar señales realmente atrevidas de lo que se proponían concretar, editando en agosto de 1988 el histórico "You made me realise" y tres meses después "Isn't Anything". A estas alturas, My Bloody Valentine tenía ya un estilo propio: ritmos entrecortados, melodías sugerentes y principalmente guitarras dueñas de un ruido exuberante, que a diferencia del simple "feedback" de los Jesus & Mary Chain, estaba meticulosamente elaborado como una atmósfera sexual única.
Como antesala a su obra maestra publicarían dos EP's más: "Glider" y "Tremolo". Es entonces que en noviembre del 91 aparece su disco "Loveless", en el que sus intenciones lucen ya totalmente acabadas: envuelven el bajo, la percusión y las melodías dentro de un singular ruido, rebosante de armonías, sensualismo y color. Como si estuvieran cubiertas de miel las guitarras emitían un sonido clamoroso, suplicante y sobre todo hipnótico. "Loveless" es en pocas palabras una belleza asediante.
Aquel ruido inédito usado simplemente para ensuciar la canción había sido transformado en todo un elemento artístico, lleno de infinitas posibilidades de exploración; técnicas y efectos, inspiración que desde entonces ha mantenido a los Valentine al margen de su generación.
Prueba de ello es la existencia de distintos grupos que surgieron gracias al proceso innovador mencionado y que como Slowdive, Ride, Swirlies, Lovesliescrushing, Stereolab, Medicine, Lush, etc., tomaron elementos que My Bloody Valentine ideó para teñirlos de diferentes sensaciones y matices. Una línea que devendría en una de las principales corrientes vanguardistas en la historia del arte contemporáneo.
Wilder Gonzales Agreda.
30 AÑOS DE LOVELESS (1991)
Confieso que la primera vez que escuche Loveless de My Bloody Valentine, me sentí un poco confundido. Habia, por supuesto, leido ya las opiniones unanimes de la critica que lo consideraban uno de los mejores discos de la historia. Referencias favorables abundaban. Pero, cuando me lo descarge por primera vez de audiogalaxy (esto es por el 2001), pense que me habia conseguido una version mal pirateada. Todo me sonaba a una bulla brumosa, mal mezclada, con la voz y la bateria casi ahogadas por una marea oscilante de ruido blanco. Me lo baje como 3 o 4 veces mas, tratando de encontrar una version mas aceptable. Pero asi era Loveless, brumoso y convoluto, descaradamente impenetrable. Me aplique a escucharlo en viajes de micro, sin mucha emocion, al comienzo. Pero fue creciendo en mi memoria, hasta que termine por entender, o mejor dicho, sentir de que se trataba. Loveless era cada vez mas ese ruido del vacio que se desbordaba como un fluido no newtoniano y cubria todo con su manto. Me llevo un buen tiempo agarrarle el gusto, pero en cada escucha encontraba algo nuevo y me convencia mas y mas de su genialidad. Ese proceso no ha cesado hasta la fecha. Hoy que lo escucho mientras escribo esto, pienso sin lugar a dudas que Loveless es un regalo perpetuo del caos universal.
Desde los 4 golpes iniciales de bateria de "Only shallow" el cuerpo ya sabe lo que se viene. Es como estar al borde del precipicio en una montaña rusa. Irrumpe aquel aullido electrico que suena como un laser, desgarrando el velo estatico de guitarras en feedback . El murmullo vocal de la estrofa parece indicar el camino de un pop melodico, pero las siguientes tres canciones se encargan de establecer hacia que apunta Loveless. "Loomer", "Touched" y "To here knows when" establecen una exuberancia de atmosferas y resonancias internas, reverbs fantasmales que envuelven todo en una textura magnetica, Pienso aqui en un ruido de turbinas surcando un oceano de nubes cremosas, de tintes rosas y amarillos. Todo lo acumulado se desborda con la explosion melodica del himno "When you sleep" y continua, ya en piloto automatico, desde "I only said" hasta "What you want", derrochando potenciales tanto aleatorios como controlados, en un descenso browniano hacia el abismo. La ultima cancion "Soon", cierra todo el viaje con una melodia que hace recordar el muzak de los aeropuertos y elevadores, repasando aun en sus estrofas el marasmo de la distorsion por la que Loveless nos ha llevado, pero ya de manera controlada, como los recuerdos ideales de un viaje accidentado. La anunciacion de "Soon" es clara: hemos aterrizado.
Cada track de Loveless es una excursion fractal en si misma, y solo por eso es ya notable la radical exploracion sonica de My Bloody Valentine. Pero incluso va mas alla: el orden de los tracks lo convierte en un agenciamiento fluido, un disco concepto-proceso que produce un enunciado concreto cada vez que presionamos play. Ese enunciado solo puede ser entendido de manera corporal, de principio a fin, con los audifonos puestos y el volumen al maximo.
Disco absoluto, Loveless. Uno de esos raros tours inagotables. Para seguir escuchandolo durante 30 años mas.
JOSE GARAY BOSZETA
Loveless, de My Bloody Valentine. 30 años hoy.
El nombre de la banda es feo y el nombre del disco es malo. Y sin embargo algo tiene esa imagen distorsionada en la portada: mezcla de plasma rosa y de placa radiográfica, que uno no sabe muy bien qué es, pero sí que un enigma esconde. Entonces hay que escuchar lo que lleva debajo (o dentro o detrás o a un clic, dependiendo del formato en que decida metérselo por las orejas) para comprender que cualquier intuición o prejuicio, por más arriesgado o irreverente que sea, se reduce a la nada al momento de compararlo con su dimensión verdadera: un raudal sonoro de cuarenta y ocho minutos y medio que abarca (escuche bien y verá, valga la sinestesia): una sinfonía de elefantes agónicos, bólidos de la Fórmula 1 derrapando sobre caramelo, una balada capaz de embellecer el fin del mundo, soplos cardiacos devenidos en melodía, fuego y flores, las voces de un niño índigo y una jovencita de naftalina, y hasta una euritmia discotequera, machacante y bailable como despedida, que si en el mejor de los casos se pudiera repetir hasta el infinito, quedaría corta, sabría a cosa insuficiente. En suma: un efecto similar al de las golosinas sintéticas y razón por la que, a treinta años de su brote espontáneo o alquimia, continúa deslumbrando a nuevos consumidores. Feliz día.
Juan Carlos Fangacio Arakaki
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