Desde hace mucho que el ambiente socio político peruano se ha tornado un pandemónium. La DBA cada vez más insolente y transversal, la puede uno encontrar no solo en los mafiosos de la TV sino hasta en los grupos y referentes de la escena alterna. Qué comedia cuando lxs que hacen o difunden sonido experimental y música alternativa no sientan postura ante esta podre, antes bien van de amigos con fachas o ni fu ni fa.
Como si se tratara de un souvenir o aditivo fashion, cual gadget, y no de arte contracultural por el que vari@s han dado la vida y que además ostenta aras de héroes y heroínas del pensamiento y la avanzada. Qué gracioso corroborar también que intelectuales fujimoristas desmenuzan -apoyados nada menos que por la neo Universidad Nacional de Música- el sentido de y cuentan la historia de las últimas músicas peruchas.
Ante el asedio de la dictadura de la DBA y comechados, vía los títeres de ocasión y el ensordecedor silencio de las estrellas de la movida y órganos especializados, creemos necesario desde Perú Avantgarde remar contracorriente, justo como en los 90.
Que no se diga jamás que "nunca quedamos mal con nadie". Para que los nuevos, los que cifran 15, 17 años o menos, despierten a un mundo con mejores armas para luchar/crear como contraculturales que serán. Para desenmascarar a los que trafican gato por liebre vendiendo falsa vanguardia y pretendiendo que el sonido experimental y la progresía son substancias que no deben reunirse, o que una va en detrimento de la otra; difundimos -vaya, hace lustros que no posteamos descargas, pero la situación lo amerita-: "MIL SONIDOS. Deleuze, Guattari y la música electrónica" (Tercero Incluido, 2022).
PERÚ AVANTGARDE, ¡¡en la vanguardia desde siempre!!
«El sonido nos invade, nos empuja, nos arrastra y nos atraviesa. Abandona la tierra para hacernos caer en un agujero negro o para abrirnos a un cosmos. Nos da ganas de morir. Al tener la mayor fuerza de desterritorialización, también provoca las reterritorializaciones más pesadas, aturdidas y redundantes. Éxtasis e hipnosis. No se moviliza a un pueblo con colores» (Deleuze y Guattari).
La asociación entre el universo conceptual de Deleuze y Guattari y la experimentación electrónica no es obvia. Surge la pregunta de por qué esta filosofía ha tenido un impacto tan grande en una generación de DJ y músicos electrónicos.
Las afinidades estéticas son evidentes. Las tecnologías electrónicas y digitales han contribuido a una mutación profunda de las modalidades productivas de la música y de su difusión.
Dentro de la «Mecanosfera» —por usar el concepto de Deleuze y Guattari— aparecen nuevos procesos compositivos y nuevos modos de organizar los sonidos. El muestreo, el sequencing, el editing, el cut, el* loop*, el copy & paste, el mix y el remix no son solo técnicas, sino que fundan una auténtica estética de la multiplicidad, en el límite de lo concreto y lo abstracto. Como escribe Christoph Cox, las prácticas experimentales electrónicas «desterritorializan la forma musical y la sustancia».
Los textos que componen este libro se mueven entre dos registros. Por un lado, una serie de análisis procedentes de ámbitos geográficos y teóricos distintos que diseñan la historia de la influencia de la filosofía de Deleuze y Guattari en la música electrónica experimental (Cox, Quinz, Murphy y Franck). Por otro, los textos de Hinant, Szepanski y la entrevista a DJ Spooky introducen el registro del testimonio directo de quien, en la práctica de la producción musical, ha integrado el pensamiento de Deleuze y Guattari.
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