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jueves, 4 de marzo de 2021

UNA CONVERSA CON DIEGO FAUCHEUX AKA ÁRBOL .: Casi nadie habla de la desconexión generacional en la escena experimental



Diego Faucheux es uno de los creadores sonoros de reciente aparición en nuestra grisácea ciudad. Sus inicios con el metal fueron violentados cuando a los 18 años presenció el recital de Krzysztof Penderecki y desde entonces su sentido de lo que es o no música cambió irremediablemente. Integró junto a Mauricio Moquillaza, otro argonauta del sonido, el proyecto Paundra y bajo el alias de Árbol entregó "Estados de Excepción" (1049 Records, 2020); un documento de "ruido controlado con algunas reminiscencias a los clásicos del sello Mego y a capos como Tim Hecker y Fennesz." La carrera de Faucheux apenas empieza y en da blog creemos que será de las más proyectadas de su generación.  


¿Por qué Árbol?

Hay muchas explicaciones para esto, una de ellas parte de 2 películas de Andrei Tarkovsky que son La infancia de Iván (su primera película) y El Sacrificio (su última película) en donde hay escenas donde un niño aparece al lado de un árbol, en la primera el árbol está lleno de hojas y vivo, en la segunda el árbol está semi muerto o moribundo, pero se le intenta recuperar. Es una imagen muy fuerte para mi que corresponde al recorrido a través del tiempo de un ser vivo, el árbol representa para mí en este caso, la construcción de la imagen viva del paso del tiempo y sus cambios, sus luchas, sus estados; todo esto registrado en su madera, en su crecimiento, en su corteza. Por otro lado, los árboles crecen y se mueven para buscar la luz, hay unos que crecen entre sombra y tienen que ir moviéndose lentamente para poder encontrar la luz del sol, he de ahí que algunos tienen formas muy extrañas, algunos hasta van al ras del piso y luego de 2 metros de recorrido recién se elevan. Todo el viaje en busca de luz está registrado en su forma, todo. Además, hay una belleza aleatoria dentro de su forma, las ramas las hojas, si las observas bien, tienen un recorrido bellamente generativo, es alucinante. Todo eso siento que me identifica, tanto personalmente como estética o poéticamente. Podríamos hablar más sobre esto.

¿Qué es para ti la música experimental?

Bueno, realmente yo discrepo en parte con esta nominación. En primer lugar, se confunde mucho aquello que no entra en una categoría especifica como experimental, o en el peor de los casos; a todo lo que suena raro y fuera de lo estandarizado se le llama también experimental. Lo experimental para mi es toda aquella creación que tiene una línea o un fin de descubrir nuevas aproximaciones, técnicas o estéticas dentro de la composición. Pero no siempre que uno escucha una creación que desafía los límites de la estructura sonora es realmente experimental porque puede ser también el resultado de un proceso de elementos ya practicados o interiorizados con un enfoque estructural no experimental; y a la vez, puede sonar totalmente abstracto y desafiante. Es realmente un término bastante vago para aglomerar cierto tipo de música, como la mía, por ejemplo, que no considero experimental del todo. Verás, tengo amigxs que hacen cosas mucho más digeribles, como trap y neo soul y cuando hablamos de procesos siento que ellos son mucho más experimentales que yo jaja y de hecho aprendo un culo también. Todo puede ser experimental en todo caso. Mal uso del término en nuestro contexto creo, muy superficial o estereotipado.

¿Entonces cómo calificas o llamas a lo que produces?

Creo que trabajar el sonido nada más, o sea esculpirlo. Es solo como coger el fenómeno del sonido y darle forma, tallarlo, armarlo, romperlo, etc. No se si esté bien tratar de nominar este tipo de aproximación hacia la creación, o sea es muy personal. Cada uno suena a su manera, crea su propia poética, su propia estética. Cuando se rompe la barrera del estilo, del género es así, uno suena propio; cuando realmente se hace a conciencia claro.




¿Qué aparatos y/o software utilizas?

Usualmente uso 2 controladores MIDI, el Evolution UC-33 que considero como una obra maestra ya descontinuada de controladores MIDI de la primera década del 2000; luego el Launchpad Mini de Novation, el cual me ayuda demasiado para moverme por el Ableton sin que parezca que estoy jugando Counter. En softwares principalmente uso 2, Ableton para tocar en vivo y componer live sets y para edición, mezcla o composición de estudio utilizo REAPER. También uso entornos de programación cómo Pure Data y Max/MSP. Este último más que nada porque estoy mucho más familiarizado. Max esencialmente lo utilizo para 2 motivos puntuales: Elaborar algoritmos de síntesis para grabar samples de texturas generativas y otras cosas, siempre para coger samples y luego llevarlos al Ableton (proceso que aprendí gracias a Oscar Recarte); segundo, crear instrumentos para Max for live en Ableton, una herramienta alucinante que te permite utilizar y configurar tus patches de Max dentro del Ableton Live, uff.

¿Cuáles dirías que son tus influencias para abordar el sonido?

Yo escucho demasiada música, enserio mucha música, no sabría específicamente decir mis influencias, siento que provienen de muchos ángulos. Creo que el momento más interesante de mi vida fue cuando comencé a escuchar música académica. Ahí ocurrió un quiebre porque antes de eso era un chibolo metalero y webonaso. Con la música académica brotó todo; empecé por lo básico, siglo XIX hacia atrás, luego caí en el siglo XX y mi cerebro se derritió. Luego vi a Penderecki en el teatro nacional en 2014, fui con mi vieja. Luego de esa experiencia algo paso en mí. A la par escuchaba siempre música distinta, como música de cantautor, guitarra, etc. Una actividad que me gusta mucho hacer que casi nadie sabe es tocar canción, tengo un amigo que es un cantautor fenomenal que se llama Santiago y desde que lo conocí me pegó el gusto muy fuerte de escuchar canción, buena canción; pero esa es otra historia. Posterior a Penderecki le entré a los compositores peruanos de la década del 50, luego uno de los guitarristas de Parahelio, Rafael (con quien estudiaba en la universidad), me mostró Brian Eno, de ahí caí en Tim Hecker (mi más fuerte influencia creo), cuando me juntaba con Mauricio, apareció el Free Jazz y la impro libre. En 2018 estudiaba guitarra clásica, me pegué con Leo Brower denso. Es demasiado, no se cómo seguir esto. Lo más reciente creo fue que un amigo que conozco desde que éramos crías que es productor musical me mostró lo que estaba escuchando y tipo era como trap, neo soul, pop pero muy bien hecho muy bien compuesto y bastante creativo; entre esta gente me mostró a Nicolas Jaar. Los bajos me llamaron demasiado la atención, el diseño de sonido, de su potencia, de su golpe, de su ataque. El nuevo material que voy a lanzar este año tiene mucho de esa apropiación. En fin, supongo que es suficiente con esto. Olvidé mencionar que me encanta el cine, soy muy pegado al cine y de hecho muchas veces he pensado en dejar el sonido y dedicarme al filme. Las películas que veo de hecho tienen un impacto fundamental en el desarrollo de mi universo estético a través del sonido.

¿Además de la música experimental qué otras actividades desarrollas?

Me dedico también a la gestión cultural, eso es algo que me gusta mucho hacer. Crear proyectos, gestionar acciones en pro del arte nacional. Ahora estoy trabajando en el Paradero Cultural de la mano con Henri. A favor de la escena sonora peruana también, que es de donde provengo.

Ahora estoy bastante pegado con Hydra, plataforma de live coding visual. Me gustaría mucho empezar a programar visuales para otros artistas, está en mis planes.

Finalmente me dedico también a enseñar, mi principal fuente de ingresos. Por ahora estoy dictando un curso de Max que he elaborado con los años y que lo dicto de forma personalizada tanto dentro de LATAM como fuera.

Tu opinión sobre la escena alterna/experimental local.

En estos últimos meses me he ido dando más cuenta que la escena es más grande y tiene más archivo histórico del que pensaba. Me preocupa la desconexión que existe entre generaciones pasadas y las actuales, es un poco preocupante. Casi nadie habla de eso o sabe de eso.

Hasta antes de la pandemia la escena local emergente estaba llegando con todo. Esta situación definitivamente nos ha debilitado a mil, pero, desde el lado positivo, ha ayudado a crear lazos entre Latinoamérica y otras partes del mundo. Eso está rebueno, pero por el momento muchxs siguen preocupados por esta situación. No será lo mismo definitivamente. Espero realmente que organizándonos podamos sobre pasar todos los retos.

¿Qué estás escuchando estos días?

Durante los últimos 2 meses me enganché con las compilaciones de Unexplained Sounds Group. Todas son alucinantes y tienen demasiado contenido para escuchar y aprender. De hecho, mañana viernes 5 de marzo sale la de Perú en donde tengo el agrado de formar parte. Por otro lado, he estado escuchando bastante de IDM. Tengo unos roomates que provienen de la escena criolla y me han prestado unos discos que han grabado, he estado escuchando un poco de eso también. He estado viendo mucho a un artista dinamarqués de instalación sonora Christian Skjødt Hasselstrøm, demasiado bueno, pero ya demasiado, puede buscarlo en YouTube y ver su trabajo. Ya por último me pegué con el saxofonista Bendik Giske desde que escuché su versión para saxo de Fantas de Caterina Barbieri; de hecho, ese álbum saldrá en abril. Son puros reworks de Fantas, increíble.


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barbarismos

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El Comité empezó a ser acosado por la policía. Hipólito Salazar, que había fundado la Federación Indígena Obrera Regional Peruana, fue deportado. Urviola enfermó de tuberculosis y falleció el 27 de enero de 1925. Cuando enterraron a Urviola varios dirigentes de la Pro-Derecho Indígena Tahuantinsuyo no pudieron asistir a su velatorio en el local de la Federación de Choferes, en la calle Sandia. El sepelio fue multitudinario. Los ejércitos particulares de los hacendados se dedicaron a quemar las escuelas que el Comité había abierto en diversos puntos del interior del Perú y persiguieron también a sus alumnos y profesores. Antes de la sublevación de Huancané de 1923, fusilaron a tres campesinos de Wilakunka solo porque asistían a una de estas escuelas. El año siguiente, durante una inspección que realizó a las comunidades de Huancané, el Obispo de Puno, Monseñor Cossío, constató la acción vandálica de los terratenientes que habían incendiado más de sesenta locales escolares. No contentos con quemar las escuelas que organizaba el Comité y asesinar a sus profesores o alumnos, los gamonales presionaron a las autoridades locales para que apresen a los delegados indígenas y repriman a los campesinos que los apoyaban. Entre 1921 y 1922, diversos prefectos y subprefectos perpetraron crímenes y atropellos. Hubo casos donde fueron los mismos gamonales los que se encargaron de asesinar a los delegados de la Pro-Derecho Indígena Tahuantinsuyo. Domingo Huarca, delegado de los comuneros de Tocroyoc, departamento del Cusco, quien había estado en Lima tramitando memoriales, fue brutalmente asesinado. Los gamonales primero lo maltrataron, después le sacaron los ojos y finalmente lo colgaron de la torre de una iglesia. Vicente Tinta Ccoa, del subcomité de Macusani, en Puno, que fue asesinado por los gamonales del lugar. En agosto de 1927, la Pro-Derecho Indígena Tahuantinsuyo dejó de funcionar luego que, mediante una resolución suprema, el gobierno de Leguía prohibió su funcionamiento en todo el país. Gran parte de la promoción de líderes indígenas que se forjó con la Pro-Derecho Indígena Tahuantinsuyo engrosó los nuevos movimientos sociales que iban a desembocar en la formación del Partido Comunista y el Partido Aprista. Fueron los casos de Ezequiel Urviola, Hipólito Salazar y Eduardo Quispe y Quispe, que fueron atraídos por la prédica socialista de José Carlos Mariátegui; o de Juan Hipólito Pévez y Demetrio Sandoval, que se acercaron a Víctor Raúl Haya de la Torre y el Partido Aprista. En 1931, después del derrocamiento de Leguía y la muerte de Mariátegui, el Partido Socialista, convertido en Partido Comunista, lanzó la candidatura del indígena Eduardo Quispe y Quispe a la Presidencia de la República. HÉCTOR BÉJAR.

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realismo capitalista peruano, ¡ja, ja!

rojo 2

es más fácil imaginarse el fin del mundo que el fin del capitalismo

En tercer lugar, un dato: una generación entera nació después de la caída del Muro de Berlín. En las décadas de 1960 y 1970, el capitalismo enfrentaba el problema de cómo contener y absorber las energías externas. El problema que posee ahora es exactamente el opuesto: habiendo incorporado cualquier cosa externa de manera en extremo exitosa, ¿puede todavía funcionar sin algo ajeno que colonizar y de lo que apropiarse? Para la mayor parte de quienes tienen menos de veinte años en Europa o los Estados Unidos, la inexistencia de alternativas al capitalismo ya ni siquiera es un problema. El capitalismo ocupa sin fisuras el horizonte de lo pensable. Jameson acostumbraba a detallar con horror la forma en que el capitalismo penetraba en cada poro del inconsciente; en la actualidad, el hecho de que el capitalismo haya colonizado la vida onírica de la población se da por sentado con tanta fuerza que ni merece comentario. Sería peligroso y poco conducente, sin embargo, imaginar el pasado inmediato como un estado edénico rico en potencial político, y por lo mismo resulta necesario recordar el rol que desempeñó la mercantilización en la producción de cultura a lo largo del siglo XX. El viejo duelo entre el détournement y la recuperación, entre la subversión y la captura, parece haberse agotado. Ahora estamos frente a otro proceso que ya no tiene que ver con la incorporación de materiales que previamente parecían tener potencial subversivo, sino con su precorporación, a través del modelado preventivo de los deseos, las aspiraciones y las esperanzas por parte de la cultura capitalista. Solo hay que observar el establecimiento de zonas culturales «alternativas» o «independientes» que repiten interminablemente los más viejos gestos de rebelión y confrontación con el entusiasmo de una primera vez. «Alternativo», «independiente» yotros conceptos similares no designan nada externo a la cultura mainstream; más bien, se trata de estilos, y de hecho de estilos dominantes, al interior del mainstream.
Nadie encarnó y lidió con este punto muerto como Kurt Cobain y Nirvana. En su lasitud espantosa y su furia sin objeto, Cobain parecía dar voz a la depresión colectiva de la generación que había llegado después del fin de la historia, cuyos movimientos ya estaban todos anticipados, rastreados, vendidos y comprados de antemano. Cobain sabía que él no era nada más que una pieza adicional en el espectáculo, que nada le va mejor a MTV que una protesta contra MTV, que su impulso era un cliché previamente guionado y que darse cuenta de todo esto incluso era un cliché. El impasse que lo dejó paralizado es precisamente el que había descripto Jameson: como ocurre con la cultura posmoderna en general, Cobain se encontró con que «los productores de la cultura solo pueden dirigirse ya al pasado: la imitación de estilos muertos, el discurso a través de las máscaras y las voces almacenadas en el museo imaginario de una cultura que es hoy global». En estas condiciones incluso el éxito es una forma del fracaso desde el momento en que tener éxito solo significa convertirse en la nueva presa que el sistema quiere devorar. Pero la angustia fuertemente existencial de Nirvana y Cobain, sin embargo, corresponde a un momento anterior al nuestro y lo que vino después de ellos no fue otra cosa que un rock pastiche que, ya libre de esa angustia, reproduce las formas del pasado sin ansia alguna.
La muerte de Cobain confirmó la derrota y la incorporación final de las ambiciones utópicas y prometeicas del rock en la cultura capitalista. Cuando murió, el rock ya estaba comenzando a ser eclipsado por el hiphop, cuyo éxito global presupone la lógica de la precorporación a la que me he referido antes. En buena parte del hip hop, cualquier esperanza «ingenua» en que la cultura joven pueda cambiar algo fue sustituida hace tiempo por una aceptación dura de la versión más brutalmente reduccionista de la «realidad». «En el hip hop», escribió SimonReynolds en su ensayo de 1996 para The Wire :
«Lo real» tiene dos significados. En primer lugar, hace referencia a la música auténtica que no se deja limitar por los intereses creados y se niega a cambiar o suavizar su mensaje para venderse a la industria musical. Pero «real» también es aquella música que refleja una «realidad» constituida por la inestabilidad económica del capitalismo tardío, el racismo institucionalizado, la creciente vigilancia y el acoso sobre la juventud de parte de la policía. «Lo real» es la muerte de lo social: es lo que ocurre con las corporaciones que, al aumentar sus márgenes de ganancia, en lugar de aumentar los sueldos o los beneficios sociales de sus empleados responden […] reduciendo su personal, sacándose de encima una parte importante de la fuerza de trabajo para crear un inestable ejército de empleados freelance y demedio tiempo, sin los beneficios de la seguridad social.


MARK FISHER.

perú post indie

Haz el ejercicio de pasear una tarde por la plaza del Cuzco, siéntate a la vera de su fuente y distinguirás entre cuzqueños, entre las decenas de argentinos hippies (muchos realmente insoportables), unos cuantos chilenos y de esa pléyade de "gringos" -que vienen dispuestos a ser estafados, bricheados, etc-, a unos curiosos especímenes: los limeños.
Contrariamente a lo que creemos los hijos de esta tierra, lo primero que nos delatará será nuestro "acento". Sí, querido limeño, tenemos acento, un acentazo como doliente, como que rogamos por algo y las mujeres, muchas, además un extraño alargamiento de la sílaba final. Pero lo que realmente suele llamarme la atención es la manera como nos vestimos para ir al Cuzco, porque, el Cuzco es una ciudad, no el campo. Tiene universidades, empresas, negocios, etc. Siin embargo, casi como esos gringos que para venir a Sudamérica vienen disfrazados de Indiana Jones o su variante millenial, nosotros nos vestimos como si fuésemos a escalar el Himalaya. Ya, es verdad que el frío cuzqueño puede ser más intenso que el de la Costa -aunque este invierno me esté haciendo dudarlo- pero echa un vistazo a todo tu outfit: la casaca Northfake, abajo otra chaquetilla de polar o algo así de una marca similar, las botas de montañista, tus medias ochenteras cual escarpines, todo...
Y es que esa es la forma como imaginamos la Sierra: rural, el campo, las montañas, aunque en el fondo no nos movamos de un par de discotecas cusqueñas. Es decir, bien podrías haber venido vestido como en Lima con algo más de abrigo y ya; pero no, ir al Cuzco, a la sierra en general es asistir a un pedazo de nuestra imaginación geográfica que poco tiene que ver con nuestros hábitos usuales del vestido, del comportamiento, etc. Jamás vi en Lima a nadie tomarse una foto con una "niña andina" como lo vi en Cuzco y no ha sido porque no haya niños dispuestos a recibir one dollar por una foto en Lima, pero es que en Cuzquito (cada vez que escucho eso de "Cuzquito" me suda la espalda) es más cute. Ahora, sólo para que calcules la violencia de este acto, ¿te imaginas que alguien del Cuzco -Ayacucho, Huancavelica, Cajamarca o hasta de Chimbote- viniese y te pidiera tomarse una foto con tu hijita, tu sobrino, o lo que sea en Larcomar para subirlo a Instagram o al Facebook? ¿Hardcore, no?


FRED ROHNER
Historia Secreta del Perú 2

as it is when it was

sonido es sonido

sonido es sonido

pura miel

nogzales der wil

RETROMANÍA

"...Pero los 2000 fueron también la década del reciclado rampante: géneros del pasado revividos y renovados, material sonoro vintage reprocesado y recombinado. Con demasiada frecuencia podía detectarse en las nuevas bandas de jóvenes, bajo la piel tirante y las mejillas rosadas, la carne gris y floja de las viejas ideas... Pero donde lo retro verdaderamente reina como sensibilidad dominante y paradigma creativo es en la tierra de lo hipster, el equivalente pop de la alta cultura. Las mismas personas que uno esperaría que produzcan (en tanto artistas) o defiendan (en tanto consumidores) lo no convencional y lo innovador: ese es justamente el grupo más adicto al pasado. En términos demográficos, es exactamente la misma clase social de avanzada, pero en vez de ser pioneros e innovadores han cambiado de rol y ahora son curadores y archivistas. La vanguardia devino en retaguardia." SIMON REYNOLDS Retromanía

kpunk

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