Bueno, ésta reseña iba a salir en un fanzine local pero nunca vio la luz... así que ahora lo publico por aquí...
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TOMORROWLAND – Anemone (2003)
Ahhh... Aún puedo recordar algunos de los momentos de sublime luz que en 1997 me brindó éste grupo americano, quienes por aquél entonces editaban su primer álbum, "Stereoscopic Soundwaves", dentro de la serie Bliss Out del curioso sello Darla Records. Eran los inicios de la corriente bautizada como space-rock y uno no podía menos que adscribirse, emocionado, a ella.
Pues bien, hace algunos meses un amigo me dijo que el grupo en cuestión, Tomorrowland, habían editado disco el 2003. Debo decir que cuando le pedí que me lo pasara no imaginaba que iba a escuchar el mejor disco, en mi opinión, del año.
Éste CD, titulado "Anemone", consta de 7 innovadores tracks que hacen en su conjunto un álbum sempiterno. La obra se abre con la pieza que da título al disco: una bella suite que invita a divertirte con ellos en un mundo de naturalezas perfectas y pop extraterrenal; la base rítmica enmarca, perfectamente, las alegres ondulaciones de los sintes y guitarras.
En el segundo track, "Stormy", destaca la contagiosa batería de Eric Morrison (ex Füxa!!!). Los ambientes logrados son, como será la constante en el álbum, harto novedosos. No hay duda de que lo que ésta gente hace es vanguardia en estado puro.
"Chromosome" denota minuciosidad en la elaboración de las atmósferas, mismas que sin duda son creaciones de inteligencias extremas. "Meiosis" es un mundo acuático-celestial donde las máquinas se tornan gorriones relajadamente cantando al amanecer en una ciudad del año 70 mil. Sí, todo en éste disco suena a tiempos que aún no han llegado. A lejanos futuros.
"Catalyst" despliega, otra vez, nuevas formas y, además, posee una intro en la que el baterista nos hace sentir su intrincado cerebelo. A estas alturas es más que evidente la estilización del sonido y sus conceptos en "ANEMONE", los recalcitrantes postmúsicos echando semillas al neo milenio. El sexto tema, "Mineral", es una pieza decididamente abstrusa. Uno no puede creer lo que hacen los TOMORROWLAND en tu presencia. ¿Tienen, acaso, la fuente de la sabiduría o algo así? Rayos, esto es inaudito. El final aterriza con "Unfadeable" y su percusión bien scally –me recuerda a algún track del "Some Friendly" de los Charlatans UK- adornando la dura y ruidosa escultura guitarrorista que se introduce a la mitad desvaneciéndose luego en los brazos de tales ritmos stoneantes.
Aunque los logros de éste "Anemone" presentan antecedentes en rodajas como el "Microbe" (2001), también es fácil distinguir que Stephen Baker y Nick Brackney controlan a plenitud su innovador discurso. Si deseas sentirte angelical y perdidamente feliz por casi 40 minutos, consíguetelo.
Wilder Gonzales Agreda