Los reformados Pastizal iniciaron la noche de una manera no por pop menos excelente.... su mezcla de house y melodías de teclado y guitarras psicodélicas llamaban bastante al baile... tocaron como 6 temas, y a tenor de lo escuchado es posible decir que cada vez se están tornando más originales.
Luego siguió Hamann, el frontman del proyecto local Viajeros, que con unos aparatos -teclado y efectos- estructuro un par de experimentos sonoros bastante interesantes, cercano al aislacionismo. Fue la presentación más breve de la noche, tan sólo 15 minutos.
Liquidarlo Celuloide, los más cercanos al formato rock, tomaron la posta e inundaron el recinto -los equipos de sonido de hecho se prestaban para la ocasión- de formas musicales herederas de los Velvet Underground más ruidosos... sobre todo destacó la performance del tecladista y el batero. Algo así como neo no wave. Apocalipsis ahora parecía ser su lema.
Tras ello, seguí yo, Wilder Gonzales Agreda, toque el tema que acaba de salir reseñado en The Wire de Agosto 2007 con algunas variaciones suscitadas por mi pequeño pero versátil oscilador. Influencia E.A.R. de hecho. Oda al Data Rape quizás, pero me gusta sentir como mi microcosmos se transforma en macrocosmos en pleno centro de Lima.
Sonoradio fue lo más pop de la noche, los momentos más logrados hacían recordar a la ochentera Nina Hagen. Sus fans lucían satisfechos.
Finalmente cerró la noche Zbigniew Karkowski quien con su laptop realizó sonidos bastante hermosos, algunos drones cavernosos e iridiscencias agudas, las mismas nos mostraban algunos de los valiosos horizontes meta musicales que desde hace bastante tiempo viene diseñando el polaco.
La gente que asistió, estoy seguro, salió satisfecha por ver un recital con bandas harto valiosas y con un invitado que se portó a la altura de las circunstancias. Al final terminé mi noche acostándome ya el Viernes, casi a las 3 a.m., cansado pero con la sensación de haber formado parte, una vez más, de un suceso digno de ser recordado.
Ohm Sweet Ohm ////// desde una ciudad golpeada por la naturaleza debido a un reciente terremoto en el sur cercano pero que demuestra, como siempre, que vale la pena acordarse de tocar a las estrellas de vez en cuando.
Wilder.
