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lunes, 28 de marzo de 2016

TORTOISE: MILLIONS NOW LIVING WILL NEVER DIE ::.. Vigésimo Aniversario: Post rock y Fusión.


Veinte años  han transcurrido desde la publicación del segundo álbum de TORTOISE. La banda estaba conformada por Dan Bitney, John Herndon, Douglas Mc Combs, John McEntire y David Pajo.

2 décadas han hecho decantar y madurar ese sonido de la banda  estadounidense (Chicago) que continúa en actividad el día de hoy.  Si bien la formación de este grupo ha ido mutando a lo largo de estos lustros su estilo musical mantiene cierta progresión esencial basada en el instrumentalismo (no tiene cantante), el krautrock, el experimentalismo, la electrónica y el jazz. No obstante es el término post rock el que ha sido utilizado para clasificar el sonido de la banda y en especial de este disco MNLWND.


Y es que resulta evidente la utilización de instrumentación propia del rock (léase bajo, guitarra, voz y batería) pero con un sonido final distinto a éste género, resaltando los timbres y texturas y progresiones por encima de la típica estructura: verso - estribillo. Pues es habitual relacionar este álbum así como el “Hex” de Bark Psychosis y el “Prazision” de Labradford como ejemplos de este  estilo musical.


Es evidente que la gran mayoría de actos/grupos pertenecientes a este género resultan duros de asimilar y que no se trata de música para oír y gustar inmediatamente sino que requiere de un paciente seguimiento del hipnótico minimalismo que proponen estas bandas con azarosos vaivenes e introducción a sonidos ajenos y extraños todos éstos en pos de la innovación musical.


1996, se cumplía el primer aniversario de la guerra del Cenepa, Bill Clinton era reelegido presidente para un segundo mandato, y en España José María Aznar ganaba las elecciones después de varios años de gobierno del partido socialista. En este contexto Tortoise  publicaba su segundo disco. Con una voluntad innovativa,  experimentando con la forma de componer y articular sonidos, fusionando jazz, electrónica y krautrock.


En los años 90´s, durante la infancia de internet y antes de la banalización de lo indie, conseguir discos de postrock en Lima y en menor medida en Europa y EEUU, resultaba significativamente difícil. Sin embargo los discos de estas “secretas” bandas llegaron, se distribuyeron y ejercieron la valiosa influencia entre los círculos más minoritarios de melómanos, músicos y no músicos de Perú y el resto del mundo. De ahí que surgieran fenómenos como la Crisálida Sónica en Lima, y otras escenas paralelas en las periferias del planeta.

Centrándonos en el álbum en cuestión a continuación desmenuzamos cada pieza del mismo para que el lector y oyente, neófito o veterano de los sonidos de vanguardia, deguste este documento cual retrospección futurista o hito fundacional de un género fundado en el ocaso del siglo XX.





Djed

Esta pieza de poco más de 20 minutos de duración consta de 4 fases y se inicia con una conjunción de sonidos electrónicos, arreglos e inusitados parajes que se evocan sumados a la base que proporciona el bajo de Steve Pajo (entonces miembro de la banda). Da la impresión que se trata de una marcha seca profusamente edulcorada por los arreglos eléctricos.


Luego da paso a un ritmo propio del krautrock en específico evocador de NEU! - Hallogallo con la presencia de la percusión y el teclado además del bajo marcando el ritmo. Los arreglos eléctricos  están presentes también pero no en tan extensa medida.


Posteriormente a la fase kraut de "Djed", el tema se intersecta con un sonido vidrioso minimalista cuando surge el sonido del teclado acompañado por un bajo certero y sobrio en su gravedad. En un momento el bajo remarca el ritmo con un riff minimalista y seco que encausa la melodía hacia derroteros acompañados de mayor electricidad aunada a la presencia del xilófono, a lo Steve Reich, que combinados arriban a un punto breve de disonancia o grotesco glitch que dura algunos segundos dejando al oyente en evidencia por tener ese sonido similitud a un “disco rayado”. Sin embargo esa azarosa retahíla de sonidos erráticos vuelven a cobrar armonía saliendo elegantemente de ese interludio y convirtiendo ese componente ruidista en una armonía rítmica abstrayéndolo de lo a-musical.



Resulta meritorio que el tema incorpore la capacidad para yuxtaponer los 4 episodios sonoros dentro de la misma pieza utilizando unas intersecciones sonoras que de manera peculiar unen los diversos estados/momentos del tema, a manera de jamming improvisado.


El último estado o episodio de "Djed" proporciona una especie de anticlímax relajante donde la percusión arremete combinada con sonidos eléctricos chirriantes de condescendiente cualidad y sensación de reposo después de la tempestad.


Glass museum. (Museo de Vidrio)


Un castillo de cristal fabricándose con el sonido. Las guitarras austeras pero justas combinan el breve muro sónico como olas que se repiten en una marea de vaivenes juntando trepidante progresión con calma benefactora.

A survey. ( Una encuesta)


Una exposición de notas graves con cierta inspiración jazzística en la ejecución de los instrumentos de cuerda. Bajo las notas, un fondo nocturno donde se oyen el sonido de los grillos en un bosque post vespertino.

The taut and tame. (Lo tenso y lo dócil)


La batería exhaustiva y convulsiva acompañada de tonos minimalistas en el bajo y la guitarra, ambos interpretados de forma no convencional. El xilófono adhiriéndose a las bases de percusión, dejando finalmente el refulgir de las vibraciones sumarse en un silencio copado por los efectos.


Dear grandma and grandpa. (Queridos abuela y abuelo)


Un inicio de evocación espacial en este tema de 3 minutos. Única pieza con vocalizaciones lejanas como comunicaciones radiales dotando al tema de un matiz de ultra-distancia. Y es que en esta pieza son los arreglos eléctricos los que con ondulante cadencia nos transportan a parajes galácticos indeterminados. 




Along the banks of rivers. (A lo largo de la orilla de los ríos)

Último track de la edición del MNLWND de 1996. Melancolía a raudales y hermosa congoja sin abandonar la esencia postrockera de proporcionar nuevas ambientaciones sonoras. El espacio acústico de ficción (que mencionaba Simon Reynolds para describir el post rock) una vez más presente. En este tema guitarra y bajo se dejan llevar por el triste marasmo que enarbola un cariz más tradicional en su ejecución, como recordando que aquella vieja manera de tocar el rock se había perdido para siempre. (Esto último, al menos a mediados de los años noventa).


En 2012 se reeditó este álbum incluyendo 3 bonus tracks ubicados después del tema "Along the Banks of rivers". Los temas adicionales son: "Gamera" (1995),  "Goriri" (1995), "Restless Waters" (1996). Los dos últimos publicados en Variados con otros grupos y "Gamera" se trata de un sencillo o single de la banda.


RevorDrift.

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barbarismos

barbarismos
El Comité empezó a ser acosado por la policía. Hipólito Salazar, que había fundado la Federación Indígena Obrera Regional Peruana, fue deportado. Urviola enfermó de tuberculosis y falleció el 27 de enero de 1925. Cuando enterraron a Urviola varios dirigentes de la Pro-Derecho Indígena Tahuantinsuyo no pudieron asistir a su velatorio en el local de la Federación de Choferes, en la calle Sandia. El sepelio fue multitudinario. Los ejércitos particulares de los hacendados se dedicaron a quemar las escuelas que el Comité había abierto en diversos puntos del interior del Perú y persiguieron también a sus alumnos y profesores. Antes de la sublevación de Huancané de 1923, fusilaron a tres campesinos de Wilakunka solo porque asistían a una de estas escuelas. El año siguiente, durante una inspección que realizó a las comunidades de Huancané, el Obispo de Puno, Monseñor Cossío, constató la acción vandálica de los terratenientes que habían incendiado más de sesenta locales escolares. No contentos con quemar las escuelas que organizaba el Comité y asesinar a sus profesores o alumnos, los gamonales presionaron a las autoridades locales para que apresen a los delegados indígenas y repriman a los campesinos que los apoyaban. Entre 1921 y 1922, diversos prefectos y subprefectos perpetraron crímenes y atropellos. Hubo casos donde fueron los mismos gamonales los que se encargaron de asesinar a los delegados de la Pro-Derecho Indígena Tahuantinsuyo. Domingo Huarca, delegado de los comuneros de Tocroyoc, departamento del Cusco, quien había estado en Lima tramitando memoriales, fue brutalmente asesinado. Los gamonales primero lo maltrataron, después le sacaron los ojos y finalmente lo colgaron de la torre de una iglesia. Vicente Tinta Ccoa, del subcomité de Macusani, en Puno, que fue asesinado por los gamonales del lugar. En agosto de 1927, la Pro-Derecho Indígena Tahuantinsuyo dejó de funcionar luego que, mediante una resolución suprema, el gobierno de Leguía prohibió su funcionamiento en todo el país. Gran parte de la promoción de líderes indígenas que se forjó con la Pro-Derecho Indígena Tahuantinsuyo engrosó los nuevos movimientos sociales que iban a desembocar en la formación del Partido Comunista y el Partido Aprista. Fueron los casos de Ezequiel Urviola, Hipólito Salazar y Eduardo Quispe y Quispe, que fueron atraídos por la prédica socialista de José Carlos Mariátegui; o de Juan Hipólito Pévez y Demetrio Sandoval, que se acercaron a Víctor Raúl Haya de la Torre y el Partido Aprista. En 1931, después del derrocamiento de Leguía y la muerte de Mariátegui, el Partido Socialista, convertido en Partido Comunista, lanzó la candidatura del indígena Eduardo Quispe y Quispe a la Presidencia de la República. HÉCTOR BÉJAR.

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realismo capitalista peruano, ¡ja, ja!

rojo 2

es más fácil imaginarse el fin del mundo que el fin del capitalismo

En tercer lugar, un dato: una generación entera nació después de la caída del Muro de Berlín. En las décadas de 1960 y 1970, el capitalismo enfrentaba el problema de cómo contener y absorber las energías externas. El problema que posee ahora es exactamente el opuesto: habiendo incorporado cualquier cosa externa de manera en extremo exitosa, ¿puede todavía funcionar sin algo ajeno que colonizar y de lo que apropiarse? Para la mayor parte de quienes tienen menos de veinte años en Europa o los Estados Unidos, la inexistencia de alternativas al capitalismo ya ni siquiera es un problema. El capitalismo ocupa sin fisuras el horizonte de lo pensable. Jameson acostumbraba a detallar con horror la forma en que el capitalismo penetraba en cada poro del inconsciente; en la actualidad, el hecho de que el capitalismo haya colonizado la vida onírica de la población se da por sentado con tanta fuerza que ni merece comentario. Sería peligroso y poco conducente, sin embargo, imaginar el pasado inmediato como un estado edénico rico en potencial político, y por lo mismo resulta necesario recordar el rol que desempeñó la mercantilización en la producción de cultura a lo largo del siglo XX. El viejo duelo entre el détournement y la recuperación, entre la subversión y la captura, parece haberse agotado. Ahora estamos frente a otro proceso que ya no tiene que ver con la incorporación de materiales que previamente parecían tener potencial subversivo, sino con su precorporación, a través del modelado preventivo de los deseos, las aspiraciones y las esperanzas por parte de la cultura capitalista. Solo hay que observar el establecimiento de zonas culturales «alternativas» o «independientes» que repiten interminablemente los más viejos gestos de rebelión y confrontación con el entusiasmo de una primera vez. «Alternativo», «independiente» yotros conceptos similares no designan nada externo a la cultura mainstream; más bien, se trata de estilos, y de hecho de estilos dominantes, al interior del mainstream.
Nadie encarnó y lidió con este punto muerto como Kurt Cobain y Nirvana. En su lasitud espantosa y su furia sin objeto, Cobain parecía dar voz a la depresión colectiva de la generación que había llegado después del fin de la historia, cuyos movimientos ya estaban todos anticipados, rastreados, vendidos y comprados de antemano. Cobain sabía que él no era nada más que una pieza adicional en el espectáculo, que nada le va mejor a MTV que una protesta contra MTV, que su impulso era un cliché previamente guionado y que darse cuenta de todo esto incluso era un cliché. El impasse que lo dejó paralizado es precisamente el que había descripto Jameson: como ocurre con la cultura posmoderna en general, Cobain se encontró con que «los productores de la cultura solo pueden dirigirse ya al pasado: la imitación de estilos muertos, el discurso a través de las máscaras y las voces almacenadas en el museo imaginario de una cultura que es hoy global». En estas condiciones incluso el éxito es una forma del fracaso desde el momento en que tener éxito solo significa convertirse en la nueva presa que el sistema quiere devorar. Pero la angustia fuertemente existencial de Nirvana y Cobain, sin embargo, corresponde a un momento anterior al nuestro y lo que vino después de ellos no fue otra cosa que un rock pastiche que, ya libre de esa angustia, reproduce las formas del pasado sin ansia alguna.
La muerte de Cobain confirmó la derrota y la incorporación final de las ambiciones utópicas y prometeicas del rock en la cultura capitalista. Cuando murió, el rock ya estaba comenzando a ser eclipsado por el hiphop, cuyo éxito global presupone la lógica de la precorporación a la que me he referido antes. En buena parte del hip hop, cualquier esperanza «ingenua» en que la cultura joven pueda cambiar algo fue sustituida hace tiempo por una aceptación dura de la versión más brutalmente reduccionista de la «realidad». «En el hip hop», escribió SimonReynolds en su ensayo de 1996 para The Wire :
«Lo real» tiene dos significados. En primer lugar, hace referencia a la música auténtica que no se deja limitar por los intereses creados y se niega a cambiar o suavizar su mensaje para venderse a la industria musical. Pero «real» también es aquella música que refleja una «realidad» constituida por la inestabilidad económica del capitalismo tardío, el racismo institucionalizado, la creciente vigilancia y el acoso sobre la juventud de parte de la policía. «Lo real» es la muerte de lo social: es lo que ocurre con las corporaciones que, al aumentar sus márgenes de ganancia, en lugar de aumentar los sueldos o los beneficios sociales de sus empleados responden […] reduciendo su personal, sacándose de encima una parte importante de la fuerza de trabajo para crear un inestable ejército de empleados freelance y demedio tiempo, sin los beneficios de la seguridad social.


MARK FISHER.

perú post indie

Haz el ejercicio de pasear una tarde por la plaza del Cuzco, siéntate a la vera de su fuente y distinguirás entre cuzqueños, entre las decenas de argentinos hippies (muchos realmente insoportables), unos cuantos chilenos y de esa pléyade de "gringos" -que vienen dispuestos a ser estafados, bricheados, etc-, a unos curiosos especímenes: los limeños.
Contrariamente a lo que creemos los hijos de esta tierra, lo primero que nos delatará será nuestro "acento". Sí, querido limeño, tenemos acento, un acentazo como doliente, como que rogamos por algo y las mujeres, muchas, además un extraño alargamiento de la sílaba final. Pero lo que realmente suele llamarme la atención es la manera como nos vestimos para ir al Cuzco, porque, el Cuzco es una ciudad, no el campo. Tiene universidades, empresas, negocios, etc. Siin embargo, casi como esos gringos que para venir a Sudamérica vienen disfrazados de Indiana Jones o su variante millenial, nosotros nos vestimos como si fuésemos a escalar el Himalaya. Ya, es verdad que el frío cuzqueño puede ser más intenso que el de la Costa -aunque este invierno me esté haciendo dudarlo- pero echa un vistazo a todo tu outfit: la casaca Northfake, abajo otra chaquetilla de polar o algo así de una marca similar, las botas de montañista, tus medias ochenteras cual escarpines, todo...
Y es que esa es la forma como imaginamos la Sierra: rural, el campo, las montañas, aunque en el fondo no nos movamos de un par de discotecas cusqueñas. Es decir, bien podrías haber venido vestido como en Lima con algo más de abrigo y ya; pero no, ir al Cuzco, a la sierra en general es asistir a un pedazo de nuestra imaginación geográfica que poco tiene que ver con nuestros hábitos usuales del vestido, del comportamiento, etc. Jamás vi en Lima a nadie tomarse una foto con una "niña andina" como lo vi en Cuzco y no ha sido porque no haya niños dispuestos a recibir one dollar por una foto en Lima, pero es que en Cuzquito (cada vez que escucho eso de "Cuzquito" me suda la espalda) es más cute. Ahora, sólo para que calcules la violencia de este acto, ¿te imaginas que alguien del Cuzco -Ayacucho, Huancavelica, Cajamarca o hasta de Chimbote- viniese y te pidiera tomarse una foto con tu hijita, tu sobrino, o lo que sea en Larcomar para subirlo a Instagram o al Facebook? ¿Hardcore, no?


FRED ROHNER
Historia Secreta del Perú 2

as it is when it was

sonido es sonido

sonido es sonido

pura miel

nogzales der wil

RETROMANÍA

"...Pero los 2000 fueron también la década del reciclado rampante: géneros del pasado revividos y renovados, material sonoro vintage reprocesado y recombinado. Con demasiada frecuencia podía detectarse en las nuevas bandas de jóvenes, bajo la piel tirante y las mejillas rosadas, la carne gris y floja de las viejas ideas... Pero donde lo retro verdaderamente reina como sensibilidad dominante y paradigma creativo es en la tierra de lo hipster, el equivalente pop de la alta cultura. Las mismas personas que uno esperaría que produzcan (en tanto artistas) o defiendan (en tanto consumidores) lo no convencional y lo innovador: ese es justamente el grupo más adicto al pasado. En términos demográficos, es exactamente la misma clase social de avanzada, pero en vez de ser pioneros e innovadores han cambiado de rol y ahora son curadores y archivistas. La vanguardia devino en retaguardia." SIMON REYNOLDS Retromanía

kpunk

las cosas como son

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las cosas como son II

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