Veinte años han transcurrido desde la publicación del segundo álbum de TORTOISE. La banda estaba conformada por Dan Bitney, John Herndon, Douglas Mc Combs, John McEntire y David Pajo.
2 décadas han hecho decantar y madurar ese sonido de la banda estadounidense (Chicago) que continúa en actividad el día de hoy. Si bien la formación de este grupo ha ido mutando a lo largo de estos lustros su estilo musical mantiene cierta progresión esencial basada en el instrumentalismo (no tiene cantante), el krautrock, el experimentalismo, la electrónica y el jazz. No obstante es el término post rock el que ha sido utilizado para clasificar el sonido de la banda y en especial de este disco MNLWND.
Y es que resulta evidente la utilización de instrumentación propia del rock (léase bajo, guitarra, voz y batería) pero con un sonido final distinto a éste género, resaltando los timbres y texturas y progresiones por encima de la típica estructura: verso - estribillo. Pues es habitual relacionar este álbum así como el “Hex” de Bark Psychosis y el “Prazision” de Labradford como ejemplos de este estilo musical.
Es evidente que la gran mayoría de actos/grupos pertenecientes a este género resultan duros de asimilar y que no se trata de música para oír y gustar inmediatamente sino que requiere de un paciente seguimiento del hipnótico minimalismo que proponen estas bandas con azarosos vaivenes e introducción a sonidos ajenos y extraños todos éstos en pos de la innovación musical.
1996, se cumplía el primer aniversario de la guerra del Cenepa, Bill Clinton era reelegido presidente para un segundo mandato, y en España José María Aznar ganaba las elecciones después de varios años de gobierno del partido socialista. En este contexto Tortoise publicaba su segundo disco. Con una voluntad innovativa, experimentando con la forma de componer y articular sonidos, fusionando jazz, electrónica y krautrock.
En los años 90´s, durante la infancia de internet y antes de la banalización de lo indie, conseguir discos de postrock en Lima y en menor medida en Europa y EEUU, resultaba significativamente difícil. Sin embargo los discos de estas “secretas” bandas llegaron, se distribuyeron y ejercieron la valiosa influencia entre los círculos más minoritarios de melómanos, músicos y no músicos de Perú y el resto del mundo. De ahí que surgieran fenómenos como la Crisálida Sónica en Lima, y otras escenas paralelas en las periferias del planeta.
Centrándonos en el álbum en cuestión a continuación desmenuzamos cada pieza del mismo para que el lector y oyente, neófito o veterano de los sonidos de vanguardia, deguste este documento cual retrospección futurista o hito fundacional de un género fundado en el ocaso del siglo XX.
Djed
Esta pieza de poco más de 20 minutos de duración consta de 4 fases y se inicia con una conjunción de sonidos electrónicos, arreglos e inusitados parajes que se evocan sumados a la base que proporciona el bajo de Steve Pajo (entonces miembro de la banda). Da la impresión que se trata de una marcha seca profusamente edulcorada por los arreglos eléctricos.
Luego da paso a un ritmo propio del krautrock en específico evocador de NEU! - Hallogallo con la presencia de la percusión y el teclado además del bajo marcando el ritmo. Los arreglos eléctricos están presentes también pero no en tan extensa medida.
Posteriormente a la fase kraut de "Djed", el tema se intersecta con un sonido vidrioso minimalista cuando surge el sonido del teclado acompañado por un bajo certero y sobrio en su gravedad. En un momento el bajo remarca el ritmo con un riff minimalista y seco que encausa la melodía hacia derroteros acompañados de mayor electricidad aunada a la presencia del xilófono, a lo Steve Reich, que combinados arriban a un punto breve de disonancia o grotesco glitch que dura algunos segundos dejando al oyente en evidencia por tener ese sonido similitud a un “disco rayado”. Sin embargo esa azarosa retahíla de sonidos erráticos vuelven a cobrar armonía saliendo elegantemente de ese interludio y convirtiendo ese componente ruidista en una armonía rítmica abstrayéndolo de lo a-musical.
Resulta meritorio que el tema incorpore la capacidad para yuxtaponer los 4 episodios sonoros dentro de la misma pieza utilizando unas intersecciones sonoras que de manera peculiar unen los diversos estados/momentos del tema, a manera de jamming improvisado.
El último estado o episodio de "Djed" proporciona una especie de anticlímax relajante donde la percusión arremete combinada con sonidos eléctricos chirriantes de condescendiente cualidad y sensación de reposo después de la tempestad.
Glass museum. (Museo de Vidrio)
Un castillo de cristal fabricándose con el sonido. Las guitarras austeras pero justas combinan el breve muro sónico como olas que se repiten en una marea de vaivenes juntando trepidante progresión con calma benefactora.
A survey. ( Una encuesta)
Una exposición de notas graves con cierta inspiración jazzística en la ejecución de los instrumentos de cuerda. Bajo las notas, un fondo nocturno donde se oyen el sonido de los grillos en un bosque post vespertino.
The taut and tame. (Lo tenso y lo dócil)
La batería exhaustiva y convulsiva acompañada de tonos minimalistas en el bajo y la guitarra, ambos interpretados de forma no convencional. El xilófono adhiriéndose a las bases de percusión, dejando finalmente el refulgir de las vibraciones sumarse en un silencio copado por los efectos.
Dear grandma and grandpa. (Queridos abuela y abuelo)
Un inicio de evocación espacial en este tema de 3 minutos. Única pieza con vocalizaciones lejanas como comunicaciones radiales dotando al tema de un matiz de ultra-distancia. Y es que en esta pieza son los arreglos eléctricos los que con ondulante cadencia nos transportan a parajes galácticos indeterminados.
Along the banks of rivers. (A lo largo de la orilla de los ríos)
Último track de la edición del MNLWND de 1996. Melancolía a raudales y hermosa congoja sin abandonar la esencia postrockera de proporcionar nuevas ambientaciones sonoras. El espacio acústico de ficción (que mencionaba Simon Reynolds para describir el post rock) una vez más presente. En este tema guitarra y bajo se dejan llevar por el triste marasmo que enarbola un cariz más tradicional en su ejecución, como recordando que aquella vieja manera de tocar el rock se había perdido para siempre. (Esto último, al menos a mediados de los años noventa).
En 2012 se reeditó este álbum incluyendo 3 bonus tracks ubicados después del tema "Along the Banks of rivers". Los temas adicionales son: "Gamera" (1995), "Goriri" (1995), "Restless Waters" (1996). Los dos últimos publicados en Variados con otros grupos y "Gamera" se trata de un sencillo o single de la banda.
RevorDrift.
2 décadas han hecho decantar y madurar ese sonido de la banda estadounidense (Chicago) que continúa en actividad el día de hoy. Si bien la formación de este grupo ha ido mutando a lo largo de estos lustros su estilo musical mantiene cierta progresión esencial basada en el instrumentalismo (no tiene cantante), el krautrock, el experimentalismo, la electrónica y el jazz. No obstante es el término post rock el que ha sido utilizado para clasificar el sonido de la banda y en especial de este disco MNLWND.
Y es que resulta evidente la utilización de instrumentación propia del rock (léase bajo, guitarra, voz y batería) pero con un sonido final distinto a éste género, resaltando los timbres y texturas y progresiones por encima de la típica estructura: verso - estribillo. Pues es habitual relacionar este álbum así como el “Hex” de Bark Psychosis y el “Prazision” de Labradford como ejemplos de este estilo musical.
Es evidente que la gran mayoría de actos/grupos pertenecientes a este género resultan duros de asimilar y que no se trata de música para oír y gustar inmediatamente sino que requiere de un paciente seguimiento del hipnótico minimalismo que proponen estas bandas con azarosos vaivenes e introducción a sonidos ajenos y extraños todos éstos en pos de la innovación musical.
1996, se cumplía el primer aniversario de la guerra del Cenepa, Bill Clinton era reelegido presidente para un segundo mandato, y en España José María Aznar ganaba las elecciones después de varios años de gobierno del partido socialista. En este contexto Tortoise publicaba su segundo disco. Con una voluntad innovativa, experimentando con la forma de componer y articular sonidos, fusionando jazz, electrónica y krautrock.
En los años 90´s, durante la infancia de internet y antes de la banalización de lo indie, conseguir discos de postrock en Lima y en menor medida en Europa y EEUU, resultaba significativamente difícil. Sin embargo los discos de estas “secretas” bandas llegaron, se distribuyeron y ejercieron la valiosa influencia entre los círculos más minoritarios de melómanos, músicos y no músicos de Perú y el resto del mundo. De ahí que surgieran fenómenos como la Crisálida Sónica en Lima, y otras escenas paralelas en las periferias del planeta.
Centrándonos en el álbum en cuestión a continuación desmenuzamos cada pieza del mismo para que el lector y oyente, neófito o veterano de los sonidos de vanguardia, deguste este documento cual retrospección futurista o hito fundacional de un género fundado en el ocaso del siglo XX.
Djed
Esta pieza de poco más de 20 minutos de duración consta de 4 fases y se inicia con una conjunción de sonidos electrónicos, arreglos e inusitados parajes que se evocan sumados a la base que proporciona el bajo de Steve Pajo (entonces miembro de la banda). Da la impresión que se trata de una marcha seca profusamente edulcorada por los arreglos eléctricos.
Luego da paso a un ritmo propio del krautrock en específico evocador de NEU! - Hallogallo con la presencia de la percusión y el teclado además del bajo marcando el ritmo. Los arreglos eléctricos están presentes también pero no en tan extensa medida.
Posteriormente a la fase kraut de "Djed", el tema se intersecta con un sonido vidrioso minimalista cuando surge el sonido del teclado acompañado por un bajo certero y sobrio en su gravedad. En un momento el bajo remarca el ritmo con un riff minimalista y seco que encausa la melodía hacia derroteros acompañados de mayor electricidad aunada a la presencia del xilófono, a lo Steve Reich, que combinados arriban a un punto breve de disonancia o grotesco glitch que dura algunos segundos dejando al oyente en evidencia por tener ese sonido similitud a un “disco rayado”. Sin embargo esa azarosa retahíla de sonidos erráticos vuelven a cobrar armonía saliendo elegantemente de ese interludio y convirtiendo ese componente ruidista en una armonía rítmica abstrayéndolo de lo a-musical.
Resulta meritorio que el tema incorpore la capacidad para yuxtaponer los 4 episodios sonoros dentro de la misma pieza utilizando unas intersecciones sonoras que de manera peculiar unen los diversos estados/momentos del tema, a manera de jamming improvisado.
El último estado o episodio de "Djed" proporciona una especie de anticlímax relajante donde la percusión arremete combinada con sonidos eléctricos chirriantes de condescendiente cualidad y sensación de reposo después de la tempestad.
Glass museum. (Museo de Vidrio)
Un castillo de cristal fabricándose con el sonido. Las guitarras austeras pero justas combinan el breve muro sónico como olas que se repiten en una marea de vaivenes juntando trepidante progresión con calma benefactora.
A survey. ( Una encuesta)
Una exposición de notas graves con cierta inspiración jazzística en la ejecución de los instrumentos de cuerda. Bajo las notas, un fondo nocturno donde se oyen el sonido de los grillos en un bosque post vespertino.
The taut and tame. (Lo tenso y lo dócil)
La batería exhaustiva y convulsiva acompañada de tonos minimalistas en el bajo y la guitarra, ambos interpretados de forma no convencional. El xilófono adhiriéndose a las bases de percusión, dejando finalmente el refulgir de las vibraciones sumarse en un silencio copado por los efectos.
Dear grandma and grandpa. (Queridos abuela y abuelo)
Un inicio de evocación espacial en este tema de 3 minutos. Única pieza con vocalizaciones lejanas como comunicaciones radiales dotando al tema de un matiz de ultra-distancia. Y es que en esta pieza son los arreglos eléctricos los que con ondulante cadencia nos transportan a parajes galácticos indeterminados.
Along the banks of rivers. (A lo largo de la orilla de los ríos)
Último track de la edición del MNLWND de 1996. Melancolía a raudales y hermosa congoja sin abandonar la esencia postrockera de proporcionar nuevas ambientaciones sonoras. El espacio acústico de ficción (que mencionaba Simon Reynolds para describir el post rock) una vez más presente. En este tema guitarra y bajo se dejan llevar por el triste marasmo que enarbola un cariz más tradicional en su ejecución, como recordando que aquella vieja manera de tocar el rock se había perdido para siempre. (Esto último, al menos a mediados de los años noventa).
En 2012 se reeditó este álbum incluyendo 3 bonus tracks ubicados después del tema "Along the Banks of rivers". Los temas adicionales son: "Gamera" (1995), "Goriri" (1995), "Restless Waters" (1996). Los dos últimos publicados en Variados con otros grupos y "Gamera" se trata de un sencillo o single de la banda.
RevorDrift.
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