Hace 3 años aprox. leí en la perdida web mexicana AFTER POP una entrevista al genio alemán de la computer music y el error digital, Markus Popp a.k.a. Oval en donde entre otras cosas afirmaba que no era para nada afín al fetichismo ramplón por el coleccionismo de vinilos o equipos ultra caros 6.1 y demás. Popp replicaba que la música jamás se ha tratado de eso y que la esencia de la misma iba mucho más allá. O más acá como prefieras verlo. Hace poco conversando con un conocido crítico local a este respecto le comenté que no sería improbable que el entendimiento/compenetración que logre alcanzar una persona a través de un casette tocado en un equipo destartalado pueda con creces superar al de otra en un súper equipo de 6 mil dólares. Fetichistas everywhere diríase. :)
Nuestro compadre Jesús Pacheco, miembro original del roster de After Pop, ha tenido la cortesía de compartir para los fans del genio teutón y del blog Perú Avantgarde la entrevista que le realizara en forma exclusiva a uno de los transgresores más alucinados de los últimos tiempos. ¡Larga vida a la Popp musik!
LA DISTOPÍA OPTIMISTA Y CALEIDOSCÓPICA DE OVAL
Por Jesús Pacheco
(@peach_melba)
Todos tenemos guardado en
la memoria uno de esos momentos en que al láser que leía alguno de nuestros CDs
le dio hipo y decidió detenerse en una parte del disco para repetir un sonido
hasta el hartazgo mientras no apretáramos skip
o stop. Pero tal vez no todos tengamos tan presente que Oval fue el proyecto
que, hace ya más de dos décadas, contribuyó a crear una estética del glitch en la música, consiguiendo que
moviéramos la cabeza, las caderas o los pies con sonidos provenientes del error
y la falla en los equipos digitales.
Al principio, Oval eran Markus Popp, Sebastian Oschatz y Franz Metzger. Pero pronto Markus quedó solo en la aventura… Cuando Popp comenzó a producir música, a los 18, le atraían ya ciertas partes del espectro musical, y cuando llegó el momento de hacer su propia música, disfrutó creando reglas personalísimas que lo han situado como referencia indispensable en el desarrollo de la música electrónica.
Al principio, Oval eran Markus Popp, Sebastian Oschatz y Franz Metzger. Pero pronto Markus quedó solo en la aventura… Cuando Popp comenzó a producir música, a los 18, le atraían ya ciertas partes del espectro musical, y cuando llegó el momento de hacer su propia música, disfrutó creando reglas personalísimas que lo han situado como referencia indispensable en el desarrollo de la música electrónica.
En entrevista, nos contó
que su música siempre estuvo basada en observar la música a su alrededor y
hallar maneras diferentes de hacer las cosas.
"En los 90, después
de retocar por mucho tiempo mis procesos, había encontrado un método generativo
que no sólo minaría elegantemente el status quo a un nivel conceptual, sino
también podría sorprender a un nivel musical".
Suele citar el proceso
mismo como su principal inspiración, lo mismo en sus inicios que en sus
producciones más recientes, entre las que se encuentran Calidostópia y OvalDNA,
ambos de esta década.
En Calidostópia,
disponible en libre descarga por tratarse de un proyecto sin fines de lucro
patrocinado por el Instituto Goethe, Popp colaboró con varios vocalistas
sudamericanos para crear temas que tienen el espíritu de Salvador de Bahía, en
convivencia con la paleta de ruidillos que caracteriza a Oval.
Y OvalDNA consistió
en una recopilación de temas raros y previamente inéditos, uno de cuyos discos
es un DVD-ROM que contiene, entre otras cosas, más de 2 mil fragmentos de audio
provenientes de los archivos originales con los que ha creado sus discos. Además de abarcar más de 15 años de creación, esos pedacitos de
historia están disponibles para que cualquiera los use para hacer música,
instalaciones sonoras, música para cine... Justo como hizo en su momento Björk
para la canción "Unison", donde sampleó "Aero Deck", de
Oval.
En algún momento de esta
entrevista, le pedí que intentara describir con
una sola frase su música a alguien que todavía no la escucha. Respondió:
"This music plays you". Cualquiera que se haya dejado caer bajo su
influjo sabe que lo mismo nos toca –convirtiéndonos en humanas y felices cajas
de resonancia– y juega con nosotros, con nuestra percepción y nuestros
prejuicios respecto a montones de cosas: la armonía, el ritmo, lo bello, la
música…
Oval - Ah! from Thrill Jockey Records on Vimeo.
Oval - Textuell/Do While from Thrill Jockey Records on Vimeo.Oval - Ah! from Thrill Jockey Records on Vimeo.
JESÚS PACHECO: ¿Por qué decides titular Calidostópia tu disco grabado en Bahia?
MARKUS POPP: Andrés, un integrante del
grupo, sugirió que se llamara "Bahia Fragments", en respuesta a mi
irónica y ligeramente nostálgica propuesta de "Bahia Melodies". Pero
yo quería que fuera más elegante. Así que la idea de "caleidoscópico"
parecía ajustarse mejor. Y como había experimentado Sudamérica como ese lugar
ambivalente y heterogéneo que es, muy moderno y a la vez un poco desolado,
pensé primero que se llamara "Kaleidystopia", pero sólo
"kaleidostopia" (Calidostópia
en portugués) capturaba el optimismo y el entusiasmo que tiene ese proyecto.
¿Cómo escogiste las voces para el
proyecto?
Fue un proceso de
selección. Casi 100 cantantes y músicos de todos los géneros se postularon para
este proyecto. Seleccioné puramente a partir de la intuición. Estaba buscando
voces carismáticas y con personalidad que pudieran en potencia hacer una
combinación sorprendente, pero también que combinaran con mi música. Como
escucha, yo tenía cero experiencia con la música latinoamericana.
¿Qué vida desearías para las canciones que
creaste para Calidostópia!?
Que fuera más que un
típico proyecto alterno. Pero esa colaboración –incluyendo el segundo disco,
que está en camino– comenzará a ser reconocida por explorar nuevos territorios
y ser una respuesta legítima a los retos que estamos enfrentando en esta
naciente era hiperreal de la creación musical.
¿Cuáles fueron tus primeras influencias y
pasiones?
La mayoría de mis pasiones
musicales han sido influyentes a un nivel emotivo, pero sólo llegan a mi música
de manera abstracta, que es difícil descifrar, incluso en retrospección. Mi
principal fuerza motriz en los primeros días era probar un punto: que esas
canciones –compuestas de manera lineal [de izquierda a derecha en un
secuenciador típico], pero armadas con los ladrillos más atípicos– pudieran ser
reconocidas como música, incluso pop.
¿Cómo sientes que has progresado como
artista, desde aquellos días de cintas distribuidas entre puros amigos hasta
tus discos más recientes, Calidostópia! o la compilación OvalDNA, tanto en el lado práctico como en el
creativo?
De alguna forma, un disco
distribuido digitalmente como Calidostópia!, publicado sin un sello o un
distribuidor tradicional, es casi equivalente a aquellas cintas del ayer:
música distribuida entre amigos como un mensaje personal. Sólo que ese mensaje
puede hoy alcanzar en segundos a un número muy grande de amigos, potencialmente
de todo el mundo.
Como creador, hoy siento más soltura en el lenguaje musical.
Llegar a eso fue un trabajo arduo, pero ese no fue el logro. La parte difícil
era conservar mi mensaje como siempre y, al mismo tiempo, hacerle mucho más
sencillo al escucha acceder a las partes musicales.
Mi intención sigue siendo
hacer mi música tan contemporánea tecnológicamente y tan conmovedora –y me
atreveré a agregar que atemporal– como sea posible.
¿Cuáles consideras los momentos
fundamentales en tu carrera?
En 1993, cuando vi que los
saltos en los CDs podían ser una narrativa, e incluso una herramienta poética y
musical, con discos como Systemisch y 94diskont. En el 2000,
cuando pude inventar mi propio software musical: Ovalprocess. Y en 2008, cuando
vi que las guitarras y las baterías virtuales no provocaban el efecto del valle
inquietante en el escucha, y pude crear el EP "Oh" y el álbum
"O".
¿Con qué sueles empezar cuando te dispones
a crear una nueva pieza?
Empiezo a trabajar con un
tema principal, siempre grabando improvisaciones largas. Después, extraigo las
mejores partes, practico cómo tocar esas mejores partes e intento hacerlas
sonar tan orgánicas como sea posible.
En ese sentido, pareciera que ya no separas
la improvisación de la composición…
Se han convertido ya en la
misma cosa para mí. La mayoría del trabajo consiste en ensayar esas partes
hasta que cada una expresa su entero potencial musical.
Pareciera haber dos tendencias en la música
de hoy: una que se mueve a la completa virtualización, donde los tracks
y los discos son editados sólo como archivos digitales y otra que une todavía
música, arte, empaque y una presentación física. ¿Cómo te mueves entre esos
polos, tanto como escucha como coleccionista?
Antes que nada, yo no soy
para nada un coleccionista. Y como escucha, desde hace años me convertí al mp3
y no tengo vinilos, excepto aquellos que publico, por supuesto. Eso sí, tengo
un equipo de audio bastante decente para escuchar y producir música, pero la
calidad del sonido no equivale a la esencia de la música, nunca ha sido así.
¿Cómo te ves a ti mismo como artista?
Me veo a mí mismo como un
observador, obligado a contribuir a un discurso sobre la producción de música
digital y, si se quiere, sobre la creatividad. Quiero ser capaz de llegar a un
equilibrio entre dos factores: la responsabilidad de trabajar en el campo de la
"música real" y el riesgo de preferir cierto acercamiento o cierto
sonido en el campo de la música electrónica, que está teniendo rápidas y
constantes transiciones.
¿De qué manera ha cambiado tu percepción de
la música la abundancia que ha traído la tecnología?
En un primer vistazo, la
música parece un artículo desechable por estos días: básicamente, una escucha
gratuita que tienes en tu casa, más barata que el agua del grifo, por decir
algo. Mi apreciación de la música no ha cambiado por ello; al contrario, más
que nunca, puedo decir claramente, desde mi propia experiencia, cuánto trabajo
requirió cierto tipo de música, y qué tipo de música no es más que un simple
manoseo de frecuencias.
¿Qué sueles escuchar? ¿Hay músicos que
escuches con más frecuencia que otros?
Como he dicho en otras
ocasiones, la música que escucho y la música que creo siempre han sido dos
cosas muy diferentes: con frecuencia, mundos opuestos, pero sin embargo
conectados de alguna manera. Todavía estoy intentando descubrir más sobre la
naturaleza y las consecuencias de esas conexiones. Escucho montones de música
diferente, que depende de la ocasión y del estado de ánimo que quiera crearme
con ella. Siempre regreso a ciertas piezas de Messiaen y Debussy, pero también
a bandas como Straigh Reads The Line.
¿Y cómo satisfaces tu necesidad diaria de
silencio?
Me levanto muy temprano,
me siento en la ventana de mi estudio y escucho cómo cobra vida mi silencioso
vecindario en Berlín. También haciendo deporte.
Finalmente, sé que tus trabajos suelen
desembocar en otros, como si estuvieras ante un permanente work in progress.
¿Cómo fue en el caso de Calidostópia!?
El verano de 2013, el
mismo año de publicación de Calidostópia!,
se publicó un segundo álbum más ambicioso a partir de las sesiones en Bahia. La
primera selección de tracks de esas
sesiones fueron drásticamente retrabajadas usando todo lo que aprendí tras
tantos años de producción. Pensemos que el disco "So" –que publiqué
en 2004 y que también incluía canciones procesadas con vocales– fue sólo un
recurso temporal.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario